Cultura

Vacunas contra la Covid-19 y ética

El delegado de la Santa Sede ante la Asociación Médica Mundial y miembro de la Academia Pontificia para la Vida, Pablo Requena, analiza la moralidad del uso de las vacunas contra la Covid-19.

Pablo Requena·4 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Si a alguno le preguntaran por la calle si le parece que toda la cuestión de la pandemia causada por la Covid-19 es algo sencillo pocos serían los que responderían afirmativamente.

Ha pasado ya más de un año desde que se describieron los primeros casos de lo que en poco tiempo se ha convertido en una epidemia mundial, y son muchos los interrogantes que permanecen sobre el tapete, a pesar de que buena parte del mundo científico global se ha puesto a trabajar en ello de un modo que es difícil encontrar precedentes en la Historia de la Medicina y de la investigación científica.

Llama la atención que en las redes sociales aparezcan tantas afirmaciones tajantes sobre las características del virus, la reacción inmunológica que provoca o el manejo que habría que hacer de la pandemia. A todas estas cuestiones se han unido algunas que se refieren a los aspectos éticos de la infección por coronavirus.

La moralidad de las vacunas

En los últimos meses se ha escrito mucho sobre las vacunas contra la Covid-19 y sobre su conexión con el aborto. El tema es serio y por eso es de agradecer la Nota que ha publicado el pasado 21 de diciembre la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la moralidad del uso de algunas vacunas contra la Covid-19. En realidad lo que dice esta Nota, a nivel teórico, lo había dicho ya esa misma Congregación en 2008, en los números 34 y 35 de la instrucción Dignitas personae, al tratar de la utilización de “material biológico” humano de origen ilícito. Sin embargo, era oportuno recordarlo, pues muchos católicos desconocen este texto y tienen dudas sobre la moralidad del uso de las vacunas contra la Covid-19

Diferentes grados de responsabilidad

La Nota escribe algo que en los últimos documentos del Magisterio sobre bioética se ha recordado: que la Iglesia no tiene competencia particular en cuestiones científicas, y lo único que hace es ofrecer una luz para el discernimiento de las cuestiones éticas. En este caso la cuestión que se plantea es si es lícito utilizar una vacuna en cuyo proceso de producción o validación se han empleado líneas celulares procedentes de tejido fetal que proviene de abortos provocados.

La breve Nota explica, siguiendo a Dignitas personae, que en el uso de líneas celulares procedentes de aborto se dan diferentes grados de responsabilidad, y pone como ejemplo la distinta valoración moral de las posibles acciones, dentro de una gran empresa farmacéutica, según se trate de los dirigentes que proponen su uso en cierta investigación o de los profesionales que no tienen capacidad decisional sobre los materiales a utilizar.

A continuación ofrece la respuesta al problema moral que se ponen algunos cristianos señalando que es “moralmente aceptable utilizar las vacunas contra la Covid-19 que han utilizado líneas celulares de fetos abortados en su proceso de investigación y producción” siempre que no sea posible acceder a vacunas alternativas realizadas sin utilizar ese tipo de líneas celulares de origen ilícito. Esta condición se cumple actualmente en la mayoría de los casos, pues los posibles usuarios no pueden elegir el tipo de vacuna, ya que depende de la organización gubernamental.

¿Podría existir cooperación al mal?

La razón que utiliza el documento para justificar esta respuesta reside en que el tipo de cooperación al mal en el que se podría incurrir es remoto. Cuando se habla de cooperación al mal (el documento utiliza la categoría moral “cooperación material pasiva”), no se está suponiendo que utilizar hoy la vacuna implique algún nexo causal con el aborto que se realizó hace treinta o cuarenta años, sino que el utilizar estas líneas celulares pueda promover de alguna forma el uso de material embrionario o fetal en los laboratorios, y justificar o hacer más tolerables la destrucción de embriones o los abortos relacionados con ese uso.  

Además, sigue explicando la Nota, el deber moral de evitar ese tipo de cooperación no es vinculante si existe una causa grave, como es en este caso evitar la propagación de la infección con todas sus consecuencias negativas. Es importante entender que el razonamiento que hace la Congregación vaticana no es de tipo proporcionalista, ya que parte de la consideración de que el objeto del acto que se realiza, o sea la inmunización de la población, es moralmente bueno. Además, como se explica también, esta respuesta no legitima ni los abortos que dieron lugar a esas líneas celulares, ni el uso de las mismas.

¿Es obligatorio vacunarse?

Otra cuestión que afronta la Nota es la que se refiere a la obligatoriedad de la vacunación. Aquí es importante distinguir el plano jurídico del plano ético. El primero se refiere a las indicaciones que la autoridad pública exige a los ciudadanos. De momento, en los países donde se ha comenzado a utilizar la vacuna no se exige por ley su suministración: simplemente se aconseja. Pero en algún lugar, o para ciertas categorías de sujetos, la autoridad pública podría obligar la vacunación si lo considerara necesario para el bien público. Por lo que se refiere al plano ético, es claro que existe una cierta obligación moral de evitar el contagio de otras personas y, como en otras enfermedades infecciosas, la vía más segura sería la vacunación. Por esta razón la Nota señala que “la moralidad de la vacunación depende no sólo del deber de proteger la propia salud, sino también del deber de perseguir el bien común”.

¿Y qué pasa con los países pobres?

Un último problema ético de no poca importancia que menciona la Nota, aunque muy sucintamente, es el que se refiere al acceso universal a las vacunas. Habla del imperativo moral de “garantizar que las vacunas, eficaces y seguras desde el punto de vista sanitario, y éticamente aceptables, sean también accesibles a los países más pobres y sin un coste excesivo para ellos”. Sobre este tema hace una presentación más desarrollada la reciente “Nota de la Comisión Vaticana Covid-19 en colaboración con la Academia Pontificia para la Vida Vacuna para todos. 20 puntos para un mundo más justo y sano” (29.12.2020).

El autorPablo Requena

TribunaJosé María Torralba

Voluntad como motor y voluntad como corazón

La formación no es sólo una ocupación intelectual, sino un proceso que abarca todas las dimensiones de la persona. Implica un cierto equilibrio entre las distintas potencias humanas, y un trabajo de educación moral y espiritual.

4 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

En los últimos años es frecuente oír hablar sobre los riesgos del voluntarismo en la educación moral y espiritual de las personas, especialmente de los jóvenes. Se trata de un tema importante, porque la voluntad es la facultad con la que ejercemos nuestra libertad. Si educar consiste en enseñar a usar la libertad, lo primero es formar bien la voluntad.

Se suele señalar el pensamiento de Guillermo de Ockham como el origen de esa deformación de la vida moral que es el voluntarismo. En efecto, el teólogo inglés propuso el llamado voluntarismo divino que, para lo que aquí interesa, se podría resumir así: algo es bueno o malo porque Dios lo dice, y no al revés. En este planteamiento, la razón no es capaz de conocer cuál es el bien que alcanza al seguir la ley moral, más allá de saber que con su voluntad está obedeciendo a Dios. Sin embargo, y al margen del desarrollo histórico concreto de la teología moral, considero que esta asociación entre Ockham y el voluntarismo oscurece más que ilumina el sentido actual que se da a este fenómeno espiritual.

En mi opinión, ayudaría distinguir entre el “voluntarismo teológico” (de Ockham, sobre por qué un acto es bueno o debido), el “voluntarismo espiritual” (que se refiere a cierto modo de experimentar el esfuerzo por ser mejor) y el “racionalismo” o intelectualismo moral (que considera que es suficiente con conocer el bien para hacerlo). El racionalismo se opone claramente al voluntarismo teológico, pues considera que lo decisivo es la capacidad de la razón humana de conocer el bien. La ley moral se cumple porque manda lo bueno y porque obedecer a Dios es bueno. Lo llamativo es que, en este esquema, el “voluntarismo espiritual” está más cerca del intelectualismo moral que de la postura de Ockham. 

La persona voluntarista es más bien racionalista, ya que su razón es la que dirige –de modo despótico– la voluntad. Tiene claro qué es lo bueno y lo hace, aunque no le atraiga ese bien concreto. Lo que falta es desarrollar la capacidad de amar lo bueno. Por tanto, el problema no es de inflación, sino de atrofia de la voluntad. El voluntarista necesita más voluntad, pero en el sentido que explicaré a continuación.

Siguiendo una venerable tradición que se remonta, al menos, hasta san Agustín, pueden distinguirse dos dimensiones de voluntad que llamaré la voluntad “como motor” y la voluntad “como corazón”.Ambas son necesarias para el crecimiento personal, pero cada una tiene una función propia. Si las consideráramos como dos extremos, tendríamos que si alguien solo desarrollara la voluntad como motor tendría una concepción técnica del ser humano, centrada en la eficacia de conseguir lo que se propone, sin necesitar a nadie. Desde el punto de vista moral, lo que buscaría es la propia perfección. En el otro extremo, cultivar la voluntad como corazón llevaría a comprender la persona como alguien encarnado, interesado en que su vida sea fecunda, sabedor de que lo realmente valioso solo se puede recibir como don gratuito de los demás o de Dios. En lo moral, su meta sería el amor.

La distinción sirve para explicar que el problema del voluntarismo espiritual consiste en reducir la función de la voluntad a ser motor, es decir, a la capacidad de realizar acciones correctas. Por su parte, el riesgo de entender la voluntad solo como corazón sería acabar en algún un tipo de quietismo espiritual, como si no hiciera falta esforzarse para lograr el bien y crecer moralmente. 

La voluntad como corazón no debe entenderse de un modo “sentimental”, cambiante o superficial, sino tal y como lo hace, por ejemplo, Hildebrand en El corazón. Allí se refiere al corazón como el centro espiritual de la persona y órgano de su afectividad. Precisamente lo que necesita el voluntarista es cultivar sus afectos, de modo que no solo realice el bien porque sabe que es lo correcto, sino porque lo ama y se va identificando con él. Esto es posible porque el bien siempre lleva el nombre de alguien: lo bueno son acciones que realizamos para o con otras personas. 

El voluntarismo espiritual lleva a organizar la propia vida sin –en el fondo– necesitar de los demás. En cambio, quien cultiva la voluntad como corazón afronta las dificultades junto con los demás, contando con su ayuda. Confía especialmente en Dios, según explica Torelló en Él nos amó primero. El voluntarista se desanima con facilidad, porque comprueba las limitaciones de su motor. Necesita crecer en esperanza, que es la virtud que prepara a la voluntad para recibir plenamente el don de Dios, la gracia. 

La clave de la educación de la voluntad es que la persona descubra que los bienes (la amistad, el amor, el servicio o la justicia) llenan su vida y colman su corazón. Ciertamente, se trata de un proceso en el que, especialmente al comienzo, es muy necesaria la fuerza de voluntad (el motor). Pero ella sola no basta para mantenerse en el bien, sobre todo cuando pasa el tiempo. Los motores envejecen y se estropean. En cambio, si se consigue la identificación afectiva con los bienes de la propia vida, cada vez requerirá menos esfuerzo mantenerse fiel a ellos.

El autorJosé María Torralba

Director del Instituto Core Curriculum de la Universidad de Navarra

Enseñanzas del Papa

San José, un corazón valiente y creativo

Tres grandes temas aparecen en las enseñanzas del Papa estas semanas: sigue su catequesis sobre la oración, bajo su bendición se ha publicado un Vademécum ecuménico para las Iglesias locales y ha escrito una carta apostólica sobre san José. 

Ramiro Pellitero·2 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 5 minutos

En este artículo nos centramos en la carta Patris corde, con motivo del 150 aniversario de la declaración de san José como patrono de la Iglesia universal.

Comenzando el “Año de san José” 

Con la carta Patris corde (8-XII-2020) el Papa convoca un “Año de san José” hasta el 8 de diciembre de 2021. Dice que su objetivo es “que crezca el amor a este gran santo, para ser impulsados a implorar su intercesión e imitar sus virtudes”

En segundo lugar, la figura de san José toma protagonismo ante la pandemia, al ponerle Francisco no solo como “intercesor, apoyo y guía” en estos momentos de dificultad, sino como especial representante y patrono de esas “personas comunes”, que se han comportado heroicamente, aunque sin llamar la atención; han trabajado, han infundido esperanza y han rezado, sujetándonos a todos. Y ello en muchos casos hasta dar la vida por los demás.

“Jesús vio la ternura de Dios en José” (n. 2), que le enseñó también a rezar. También para nosotros “es importante encontrarnos con la Misericordia de Dios, especialmente en el sacramento de la Reconciliación, teniendo una experiencia de verdad y ternura” (ibíd.). Ahí Dios nos acoge y nos abraza, nos sostiene y nos perdona. 

De un modo parecido al de María, José dijo “hágase” a la voluntad de Dios, aunque solo se le manifestara en sueños. Y así pudo “enseñar” la obediencia a Jesús: “En la vida oculta de Nazaret, bajo la guía de José, Jesús aprendió a hacer la voluntad del Padre” (n. 3) que pasaba por la pasión y la cruz (cfr. Jn 4, 34; Flp 2, 8; Hb 5, 8). Incluso dice el Papa: “Deseo imaginar que Jesús tomó de las actitudes de José el ejemplo para la parábola del hijo pródigo y el padre misericordioso (cf. Lc 15, 11-32)”.

José “acogió” de modo eminente el papel de esposo de María y de padre de Jesús, que Dios le pedía. Y eso configuró su vida interior: “La vida espiritual de José no nos muestra una vía que explica, sino una vía que acoge(n. 4). 

Aunque los planes de Dios sobrepasaban sus expectativas, actuó con fortaleza, asumiendo con “valentía creativa” también los que parecían como contradictorioa, inesperados o incluso decepcionantes. En esas ocasiones con frecuencia Dios saca “a relucir recursos en cada uno de nosotros que ni siquiera pensábamos tener” (n. 5). 

Custodio de Jesús y María, la Iglesia y los necesitados

Concretamente, José “sabía transformar un problema en una oportunidad, anteponiendo siempre la confianza en la Providencia”. Así fue capaz de custodiar y servir a Jesús y a María (cfr. Homilía de inicio del ministerio petrino, 19-III-2013). Y es ahora el custodio de la Iglesia, teniendo en cuenta que en la maternidad de la Iglesia se manifiesta la maternidad de María. 

Coherentemente, según expresó Jesús mismo (cfr. 25, 40), José sigue cuidando a los más necesitados, porque en ellos sigue viendo a ese “Niño” que es Jesús y a María, que (por ser madre de misericordia y esposa de Cristo) también se identifica con ellos. “Por eso se invoca a san José como protector de los indigentes, los necesitados, los exiliados, los afligidos, los pobres, los moribundos” (Patris corde, n. 5). “De José” –propone el Papa– “debemos aprender el mismo cuidado y responsabilidad: amar al Niño y a su madre; amar los sacramentos y la caridad; amar a la Iglesia y a los pobres. En cada una de estas realidades está siempre el Niño y su madre” (ibíd.).

Modelo y patrono de los trabajadores

Desde León XIII (cfr. enc. Rerum novarum, 1891), la Iglesia propone a san José como modelo de trabajador y patrono de los trabajadores. Al contemplar la figura de san José, señala Francisco en su carta, se comprende mejor el significado del trabajo que da dignidad, y el importante lugar del trabajo en el plan de la salvación. Por otra parte, hoy nos conviene a todos una reflexión sobre la paternidad.

 “El trabajo” –escribe el Papa– “se convierte en ocasión de realización no solo para uno mismo, sino sobre todo para ese núcleo original de la sociedad que es la familia” (Patris corde, n. 6). 

Y en relación con la situación actual, señala: “La crisis de nuestro tiempo, que es una crisis económica, social, cultural y espiritual, puede representar para todos un llamado a redescubrir el significado, la importancia y la necesidad del trabajo para dar lugar a una nueva ‘normalidad’ en la que nadie quede excluido. La obra de san José nos recuerda que el mismo Dios hecho hombre no desdeñó el trabajo. La pérdida de trabajo que afecta a tantos hermanos y hermanas, y que ha aumentado en los últimos tiempos debido a la pandemia de Covid-19, debe ser un llamado a revisar nuestras prioridades” (ibíd.).  

¿Que significa ser padre? 

En la ultima parte de su carta, el Papa se detiene a considerar que José supo ser padre “en la sombra” (cita el libro de Jan Dobraczyński, La sombra del Padre, de 1977, Palabra, Madrid 2015). 

Hoy, considera Francisco, necesitamos por todas partes, padres. En nuestra sociedad los niños a menudo parecen no tener padre. Y también la Iglesia necesita padres, tanto en sentido literal, buenos padres de familia, como en un sentido más amplio, padres espirituales de otros (cfr. 1 Co 4, 15; Ga 4, 19).  ¿Pero qué significa ser padre? Explica el Papa de forma sugerente: “Ser padre significa introducir al niño en la experiencia de la vida, en la realidad. No para retenerlo, no para encarcelarlo, no para poseerlo, sino para hacerlo capaz de elegir, de ser libre, de salir” (n. 7). Y piensa que la palabra “castísimo”, que pone junto a José la tradición cristiana, expresa esa “lógica de libertad” que todo padre debe tener para amar de una manera verdaderamente libre. 

Del “auto-sacrificio” al don de sí mismo

Observa Francisco, introduciendo una reflexión decisiva, que todo esto no lo consideraría san José como un “auto-sacrificio”, lo que podría dar pie a una cierta frustración; sino, con una mayor madurez, como don de sí mismo, como fruto de la confianza en Dios. Por eso el silencio de san José no da lugar a quejas sino a gestos de confianza. Así es. El lenguaje actual, propio de una cultura en la que falla la perspectiva cristiana, ya no ve en el sacrificio el don de sí mismo, sino solo un camino costoso, y no descubre su conexión con la vida y la alegría. Al mismo tiempo necesita padres que se entreguen generosamente a la educación de sus hijos.

“El mundo” –señala– “necesita padres, rechaza a los amos, es decir: rechaza a los que quieren usar la posesión del otro para llenar su propio vacío; rehúsa a los que confunden autoridad con autoritarismo, servicio con servilismo, confrontación con opresión, caridad con asistencialismo, fuerza con destrucción” (ibíd.). 

Francisco nos invita a superar esta lógica (meramente humana) del sacrificio y redescubrir el don de sí mismo, con toda su belleza y alegría, como camino de la felicidad y de la realización personal. Hay que cambiar de lógica, pues “la lógica del amor es siempre una lógica de libertad” (ibíd.). 

En el momento educativo actual, esta propuesta del Papa, como fruto de la contemplación de san José, es un poderoso foco luminoso: rechazar la lógica de la posesión y cambiarla por la lógica del amor, que consiste en darse a sí mismo. En el caso de los padres, al servicio del cuidado, de la educación y de la verdadera libertad de los hijos que Dios les confía.

Cultura

Borges otea a Dios hasta el final

Tras un primer fascículo donde comenzamos a indagar sobre la presencia de Dios en la poesía de Jorge Luis Borges, continuamos en este segundo artículo hasta concluir que "deja una puerta abierta a un Dios en el que podría radicar la esencia de su vida".

Antonio Barnés·2 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Continuamos tras las pistas del concepto de Dios en el poeta argentino Jorge Luis Borges. En el poemario, Elogio de la Sombra, extraemos unos versos de “Fragmentos de un evangelio apócrifo”: 

12. Bienaventurados los de limpio corazón, porque ven a Dios.

15. Que la luz de una lámpara se encienda, aunque ningún hombre la vea. Dios la verá.

32. Dios es más generoso que los hombres y los medirá con otra medida.

49. Felices los que guardan en la memoria palabras de Virgilio o de Cristo, porque éstas darán luz a sus días.

En estos fragmentos, Borges lleva a cabo una especie de remedo de algunas frases evangélicas, y el 32 podría ser una variación de “con la medida que midáis seréis medidos”, pero decir que Dios es más generoso que los hombres y los medirá con otra medida es un pensamiento netamente cristiano y bíblico: la misericordia de Dios, el amor de Dios y la inteligencia de Dios superan ampliamente nuestras expectativas.

En El ojo de los tigres (1972) leemos un fragmento del poema “Religio medici, 1643”: 

Defiéndeme, Señor. (El vocativo no implica a Nadie. Es sólo una palabra de este ejercicio que el desgano labra

De vez en cuando Borges quiere dejar claro que es agnóstico,  que duda, que ignora lo que significa efectivamente esa palabra Señor, pero en otros casos vemos que se utiliza sin ningún tipo de nota a pie de página.

En La Rosa Profunda (1975) hay un poema titulado muy significativamente “De que nada se sabe”:

Quizá el destino humano
de breves dichas y de largas penas
es instrumento de Otro. Lo ignoramos;
darle nombre de Dios no nos ayuda.

Escribe “no nos ayuda”, pero en Borges hay una búsqueda serena sin estridencias durante toda su vida. Hay una indagación, una especulación sobre el sentido, el tiempo la eternidad, la muerte la vida.

En La Moneda de Hierro (1976) leemos en un poema titulado “El fin”:

Dios o Tal Vez o Nadie, yo te pido

su inagotable imagen, no el olvido.

Duda pero no niega, duda pero busca: “yo te pido / su inagotable imagen, no el olvido”. Aquí no quiere olvido. Aquí pide el no olvido. Quizá el olvido se lo ha enseñado Spinoza y quizás su propia mente, sus propias lecturas, y su propia libertad de pensamiento le hacen pensar que no puede acabar todo en el olvido.

En el poema “Einar Tambarskelver” leemos:  

Odín o el rojo Thor o el Cristo Blanco…
Poco importan los nombres y sus dioses;
no hay otra obligación que ser valiente

Este pensamiento vuelve a presentar un regusto estoico: No sé quién es, pero lo busco.

“En Islandia el alba”, otro poema, leemos:

Es el cristal de sombra en que se mira
Dios, que no tiene cara.

Dios no tiene cara, el Dios de los filósofos desde luego no tiene cara. El Dios del Antiguo Testamento tampoco tiene cara, aunque se presenta a veces con actitudes antropomórficas. El único rostro que tiene Dios realmente es Cristo, imagen visible del Dios invisible. Pero el poso filosófico de Borges suele imponerse. 

En “Unas monedas” hay un breve poema inspirado en un versículo del Génesis:

GÉNESIS, IX, 13

El arco del Señor surca la esfera

y nos bendice. En el gran arco puro

están las bendiciones del futuro,

pero también está mi amor, que espera.

Es un poema inspirado en el Génesis y por tanto plenamente en sintonía con el texto bíblico, y Borges lo glosa porque está reescribiendo también de alguna manera un libro que le fascina: la Biblia. 

Hay un poema dedicado a Baruch Spinoza.

Alguien construye a Dios en la penumbra.
Un hombre engendra a Dios. […] 

El hechicero insiste y labra
a Dios con geometría delicada;
desde su enfermedad, desde su nada,
sigue erigiendo a Dios con la palabra.

Podemos considerar este poema de Borges bastante sincero por cuanto está describiendo probablemente lo que hace Spinoza o muchos filósofos: construir un Dios a su medida, a su medida racional, a su medida geométrica, y quizá -siguiendo a Borges con el quizá- no sea el auténtico Dios.

Otro poema: “Para una versión del I King”

El camino es fatal como la flecha
pero en las grietas está Dios, que acecha.

Destaca una vez más la fuerza del destino, pero en esa grieta “está Dios”. 

En “No eres los otros”:

No hay lástima en el Hado
y la noche de Dios es infinita.

La misma idea de la infinita disolución que vimos al principio de nuestro recorrido por la poesía de Borges. 

En La Cifra -ya nos vamos acercando al fin de su vida-, en 1981, leemos un poema curioso dedicado a un ángel con bastantes resonancias bíblicas:

Señor, que al cabo de mis días en la Tierra
yo no deshonre al Ángel.

Parece que es el ángel del paraíso, el ángel que expulsa a Adán y Eva, y termina el poema con esta auténtica oración: “Señor, que al cabo de mis días en la Tierra yo no deshonre al Ángel”. En otro poema de este mismo poemario La cifra que se titula “Correr o ser” leemos: 

Quizá del otro lado de la muerte

sabré si he sido una palabra o alguien.

Este texto nos parece decisivo: “una palabra o alguien”. ¿Qué sedimento ha tenido realmente el nominalismo de Occam en la filosofía moderna y contemporánea? Quizá es un tópico, pero quizá por serlo es verdad. “Si he sido una palabra o alguien”: toda esa diatriba de los universales. Pero Borges dice “quizá” del otro lado de la muerte sabré si ha sido una palabra, un flatus vocis o alguien. Porque si existe Dios y Dios está al otro lado, y estoy en su mente no como un archivo en una memoria de un ordenador, sino estoy en su mente como un ser querido por Él, habré recobrado una plena identidad. 

Los Conjurados (1985), el último poemario, leemos en un poema titulado “La tarde”: 

bien puede ser que nuestra vida breve

sea un reflejo fugaz de lo divino.

Parece que al final de su vida se va acentuando en Borges esa búsqueda por el sentido, esa búsqueda de Dios. Y en uno de sus últimos poemas titulado “Góngora” escribe:

Tales despojos

han desterrado a Dios, que es Tres y es Uno,

de mi despierto corazón. […]

¿Quién me dirá si en el secreto archivo

de Dios están las letras de mi nombre?

Quiero volver a las comunes cosas:

El agua, el pan, un cántaro, unas rosas…

Retorna la idea anterior sobre si soy una palabra o alguien: ¿Quién me dirá si en el secreto archivo de Dios están las letras de mi nombre? Hasta el final de su vida, Borges, partiendo de un agnosticismo inducido por la educación paterna, por sus lecturas, deja una puerta abierta a un Dios en el que pueda radicar la esencia de su vida. 

El autorAntonio Barnés

Vaticano

Jornada Mundial de la Paz: Profetas y testigos de la “cultura del cuidado”

Se descubre un nuevo horizonte de paz para la humanidad a través de una "cultura del cuidado" que, al mismo tiempo que cuida de los más débiles y vulnerables, nos hace conscientes de que pertenecemos a la misma familia humana. El Papa Francisco lo explica en su Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz, que se celebra el 1 de enero.

Giovanni Tridente·1 de enero de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Erradicar la cultura de la indiferencia, el descarte y la confrontación, y así construir una sociedad basada en relaciones de fraternidad, privilegiando el cuidado de los demás y de la creación, a través de un protagonismo generalizado de la mujer. Es con este deseo -ciertamente no es nuevo- con el cual nace la reflexión que el Papa Francisco hace a principios de este año 2021 a los jefes de Estado, jefes de organizaciones internacionales, líderes espirituales y fieles de las diversas religiones y a todas las personas de buena voluntad.

La ocasión viene ofrecida por el Mensaje para la celebración de la Jornada Mundial de la Paz, que desde hace 54 años se celebra el 1 de enero por intuición del Santo predecesor, el Papa Pablo VI, teniendo como tema «La cultura del cuidado como camino de paz«. 

La cultura del cuidado

El Pontífice desarrolla esta cultura en siete puntos, comenzando con el modelo de «Dios Creador«, recordando cómo en muchas tradiciones religiosas hay narraciones en las que es evidente que a la criatura humana se le confía una vocación especial «al cuidado«. Con una serie de referencias históricas, el primer ejemplo por excelencia de este «proyecto de Dios por la humanidad» que el Papa comenta está planteado en el libro del Génesis, que relata el encargo recibido por Adán de cultivar y custodiar el Jardín del Edén, tanto para hacer productiva la tierra, como para protegerla conservando su capacidad de sustentar la vida.

Asimismo, la Escritura presenta a Dios como «modelo del cuidado«, tanto del individuo humano mismo como de la armonía de la creación, empezando por los más pobres, como también destacan los Profetas.

Este acercamiento del Padre -explica el Papa Francisco- se manifestó también en el ministerio de Jesús, que con compasión «se acercaba a los enfermos del cuerpo y del espíritu y los curaba; perdonaba a los pecadores y les daba una vida nueva«, hasta el sacrificio extremo de la Cruz, curándonos con la liberación de la esclavitud del pecado y de la muerte.

Hoy, por lo tanto, corresponde a los seguidores -los cristianos- mostrar esta adhesión a la «cultura del cuidado«, tal como lo hizo el núcleo de la primera generación, practicando la generosidad para que ninguno de ellos estuviera necesitado, haciendo de la comunidad «un hogar acogedor, abierto a todas las situaciones humanas, listo para hacerse cargo de los más frágiles«.

La doctrina social de la Iglesia

Para iluminar este camino «de misericordia espiritual y corporal» que también remite a los orígenes, el Santo Padre propone algunos principios de la doctrina social de la Iglesia, un patrimonio precioso «del que extraer la «gramática» del cuidado«: la promoción de la dignidad de la persona humana – «un fin en sí misma, nunca un simple instrumento que se aprecia sólo por su utilidad» -; la solidaridad con los pobres y los indefensos – que se ve «no como una estadística, o un medio para ser explotado y luego desechado cuando ya no es útil, sino como nuestro prójimo, compañero de camino» -; la preocupación por el bien común, teniendo en cuenta «sus efectos sobre toda la familia humana, teniendo presentes las consecuencias para el momento presente y para las generaciones futuras«; y la salvaguarda de la creación, como se explica abundantemente en la encíclicaLaudato si’.

Esta «brújula» de principios es ofrecida por el Papa a todos los responsables de las naciones, del mundo económico y científico, de la comunicación y de la educación, para dar un nuevo rumbo al proceso de globalización, como algo que desafía a todos juntos «a convertirse en profetas y testigos de la cultura del cuidado, a superar tantas diferencias sociales«. El Pontífice dice entonces que está convencido de que todo esto será posible «sólo con un fuerte y amplio protagonismo de la mujer, en la familia y en todas las esferas sociales, políticas e institucionales«.

En este documento se hace un nuevo llamamiento para que se deje de invertir en armas y otros gastos militares, y se asignen esos recursos a un fondo mundial para la eliminación definitiva del hambre, contribuyendo así al desarrollo de los países más pobres, como ya se pidió el pasado mes de octubre en la Jornada Mundial de la Alimentación.

Una tarea de la familia

Todo este proceso de inculturación no puede prescindir de la educación, que según el Papa debe promoverse necesariamente en la familia -que «es necesario poner a la familia en condiciones de cumplir esta tarea vital e indispensable«- en colaboración con las escuelas, las universidades, pero también los sujetos de la comunicación social, «llamados a transmitir un sistema de valores» que respete a todos los pueblos, todas las tradiciones y los derechos fundamentales que de ellas se derivan, sin olvidar el papel de la Iglesia en el mundo.

Todos estos aspectos, reunidos y llevados a cabo de manera global e interdependiente, pueden hacer avanzar verdaderamente a todos los pueblos «hacia un nuevo horizonte de amor y paz, de fraternidad y solidaridad, de apoyo mutuo y acogida«.

El ejemplo de José

Dando un paso atrás, las referencias a este enfoque de cuidado también aparecen en la reciente Carta Apostólica Patris Corde, con la que el Papa Francisco inauguró el Año de San José el pasado 8 de diciembre, sobre cuyo ejemplo pronuncia hermosas palabras para que todo cristiano las siga.

En este contexto, refiriéndose al esposo de María, el Papa destaca su «coraje creativo» demostrado en todas aquellas ocasiones en las que la familia de Nazaret se vio ante dificultades, desde la falta de posada antes de dar a luz hasta la huida a Egipto. En todas las ocasiones en las que José -como Dios hace con cada uno de sus hijos-, animado por este deseo de «cuidar» (de la esposa, del hijo) preserva esos tesoros que el Señor le había confiado, muestra el verdadero significado de la responsabilidad y la custodia.

Los precedentes

Si se consideran los siete años anteriores de su pontificado y los mensajes sugeridos por el Papa Francisco para esta especial Jornada Mundial que ha cumplido cincuenta años, destaca un hilo conductor en los temas que se subrayan -emblemáticamente- más allá de la actualidad del fenómeno humano en su contexto histórico: aspectos relacionados precisamente con el cuidado.

En los dos primeros años, 2014 y 2015, la «fraternidad» fue de hecho el tema clave de la reflexión que el Papa hace al principio de cada año civil. Luego, la necesidad de superar la indiferencia, de superar la violencia, de ocuparse de los migrantes y refugiados, también a través de una buena política, así como el diálogo, la reconciliación y la conversión ecológica, el año pasado.

Vaticano

El Papa explica la oración de acción de gracias

El Santo Padre Francisco ha tenido la última audiencia general de este año, en la que ha continuado con la catequesis sobre la oración.

David Fernández Alonso·30 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

En esta ocasión, el Papa se ha centrado en la oración de acción de gracias, sirviéndose del pasaje donde Jesús cura a diez leprosos, pero solamente uno vuelve para dar las gracias y alabar a Dios por la gracia recibida.

La Eucaristía, acción de gracias

«Para nosotros los cristianos, –dice Francisco– el dar las gracias ha dado nombre al Sacramento más esencial que hay: la Eucaristía«. Siguiendo con esta línea el Papa explica que precisamente la palabra griega eucaristía significa eso, acción de gracias. Desarrolla entonces una serie de reflexiones en torno a la gratitud, partiendo desde el primer motivo por el que estamos en deuda: el don de la vida.

Dilatar el corazón ante la llegada del Salvador

El encuentro y trato con Jesús nos lleva a ensanchar el sentimiento de gratitud. «Este “gracias”, que el cristiano comparte con todos, se dilata en el encuentro con Jesús. Los Evangelios testifican que el paso de Jesús suscita a menudo alegría y alabanza a Dios en aquellos que lo encontraban«. De hecho, los relatos de la Navidad están impregnados de personas con este corazón dilatado por la llegada del Salvador: «Y también nosotros hemos sido llamados a participar en esta inmensa exultación«.

La alegría, fruto de la oración

El Papa nos anima a fomentar este encuentro con Jesús, que nos lleva a una alegría verdadera y profunda. «Tratemos de estar siempre en la alegría del encuentro con Jesús. Cultivamos la alegría. Sin embargo el demonio, después de habernos engañado, nos deja siempre tristes y solos. Si estamos en Cristo, ningún pecado y ninguna amenaza nos podrán impedir nunca continuar con alegría el camino, junto a tantos compañeros de viaje«.

Por último, el Santo Padre nos aviva para que nunca dejemos de agradecer. «Si somos portadores de gratitud, también el mundo se vuelve mejor, quizá solo un poco, pero es lo que basta para transmitirle un poco de esperanza. Todo está unido y conectado, y cada uno puede hacer su parte allá donde se encuentra. El camino de la felicidad es el que San Pablo ha descrito al final de una de sus cartas: «Orad constantemente. En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios, en Cristo Jesús, quiere de vosotros. No extingáis el Espíritu»«

Mundo

Lisboa recibirá los símbolos de la JMJ el 27 de enero

Maria José Atienza·29 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 3 minutos


La cruz peregrina y el icono de Nuestra Señora «Salus Populi Romani» tienen prevista su llegada a la capital portuguesa en un mes. El próximo 27 enero serán recibidos por el Comité Organizador Local (COL) y por las diócesis portuguesas en la Catedral de Lisboa.

La llegada de los símbolos de la JMJ supone un momento de especial relevancia en el calendario de la próxima Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en Lisboa en 2023.

Acogida de los símbolos

Sólo los representantes de cada diócesis y los miembros del Comité Organizador Local podrán estar presentes en la celebración de acogida de la Cruz y el icono en la catedral lisboeta. Unos símbolos que fueron entregados a la delegación portuguesa el 22 de noviembre, domingo de Cristo Rey, en una celebración presidida por el Papa Francisco, en el Vaticano.

Tras su llegada a Lisboa y acogida oficial, comenzarán la tradicional peregrinación por las diócesis y comunidades portuguesas y algunas españolas.

Desde la elección de Lisboa como próxima sede de la JMJ, las diócesis portuguesas están promoviendo diversas actividades de preparación, oración y voluntariado, en preparación de este evento mundial.

XXVIII Jornada Mundial de la Juventud

Esta edición será la número 28 de las Jornadas mundiales de la juventud y, por primera vez, tendrá lugar en la nación portuguesa. Una JMJ esencialmente mariana, en la tierra de las apariciones de la Virgen en Fátima, y cuya cita elegida como tema de este encuentro es “María se levantó y partió sin demora” (Lc 1, 39), que presenta a María, simultáneamente, como mujer de caridad y como mujer misionera.

De hecho, el logo de esta JMJ, tiene la Cruz como elemento central. Esta es atravesada por un camino donde aparece el Espíritu Santo y María siempre presente a través de Rosario, oración que pidió expresamente que se rezara en sus apariciones a ls pastorcitos de Fátima. Los colores (verde, rojo y amarillo) evocan la bandera portuguesa

La cruz peregrina 

Con 3,8 metros de altura, la cruz peregrina, construida para el Año Santo en 1983, fue confiada por Juan Pablo II a los jóvenes el Domingo de Ramos del año siguiente, para que la llevaran por todo el mundo. Desde entonces, la cruz peregrina, realizada en madera, inició una peregrinación que ya la ha llevado a los cinco continentes y a casi 90 países. Se ha convertido en un verdadero signo de fe. 

Ha recorrido diversas naciones a pie, en barco e incluso haciendo uso de medios poco habituales como trineos, grúas o tractores. Ha atravesado la selva, visitó iglesias, centros de internamiento de menores, cárceles, escuelas, universidades, hospitales, monumentos y centros comerciales. Durante sus recorridos se ha enfrentado a muchos obstáculos: desde ataques aéreos hasta dificultades de transporte, como la imposibilidad de viajar por no caber en ninguno de los aviones disponibles. 

Se estableció como un signo de esperanza en lugares especialmente sensibles. En 1985 viajó hasta Praga, en la actual República Checa, en un momento en que Europa estaba dividida por el telón de acero, convirtiéndose en signo de comunión con el Papa. Poco después del 11 de septiembre, viajó al Ground Zero, en Nueva York, donde tuvieron lugar los ataques terroristas que mataron a casi 3.000 personas. También pasó por Ruanda en 2006, después de que el país sufriera una devastadora guerra civil. 

El icono de Nuestra Señora Salus Populi Romani 

Desde el año 2000, la cruz peregrina cuenta con la compañía del icono de Nuestra Señora Salus Populi Romani, que representa a la Virgen María con el Niño en los brazos. Este icono también fue introducido por el Papa Juan Pablo II como símbolo de la presencia de María entre los jóvenes.

Con 1,20 metros de alto y 80 centímetros de ancho, el icono de Nuestra Señora Salus Populi Romani está asociado a una de las devociones marianas más populares de Italia. Existe una antigua tradición de llevarlo en procesión por las calles de Roma para ahuyentar peligros y desgracias o acabar con las pestes.

El icono original se encuentra en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, donde el Papa Francisco acude a rezar y a depositar un ramo de flores antes y después de cada viaje apostólico. 

Vaticano

Llega una ley crucial para la reforma de la Curia: la gestión financiera

David Fernández Alonso·28 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

Acabando el año que quedará marcado por la pandemia del coronavirus, la Santa Sede no deja de trabajar en todos los ámbitos. Y hoy hemos podido comprobar otro de sus frutos: ha sido promulgada la ley en forma de motu proprio que regula algunas competencias en materia económica y financiera de la Santa Sede, que cierra otra etapa de la tan esperada reforma de la Curia.

El Santo Padre ya había anticipado en una carta al secretario de Estado mons. Parolin la entrega a la Adminisitración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA) la gestión de los activos financieros e inmobiliarios.

Una mejor organización

El Papa asegura que «una mejor organización de la administración, control y supervisión de las actividades económicas y financieras de la Santa Sede, a fin de garantizar una gestión transparente y eficaz y una clara separación de competencias y funciones, es un punto fundamental en la reforma de la Curia«.

De este modo, y apoyándose en este principio, afirma el Santo Padre que la Secretaría de Estado, que le apoya más estrecha y directamente en su misión, y representa un punto de referencia esencial para las actividades de la Curia Romana, no debe desempeñar esas funciones en los asuntos económicos y financieros ya atribuidos por competencia a otros Dicasterios.

Traspaso de activos

Por tanto, esta nueva carta apostólica emanada el día de hoy por el Papa Francisco, recoge de manera concreta lo que ya había anunciado:

  • A partir del 1 de enero, la titularidad de los fondos y de las cuentas bancarias, así como de las inversiones inmobiliarias, incluyendo las participaciones en sociedades y fondos de inversión pasarán a la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA).
  • La Secretaría de Estado transferirá no más tarde del 4 de febrero, toda su disponibilidad líquida en cuentas corrientes atribuida al Instituto para las Obras de Religión en cuentas bancarias extranjeras.
  • La APSA constituirá un crédito presupuestario denominado «Fondos Papales«, que formará parte del balance consolidado de la Santa Sede, para una mayor transparencia. Y contará con una contabilidad separada para el fondo «Óbolo de San Pedro» y del «Fondo Discrecional del Santo Padre«.

Hacia la transparencia total

Todos los fondos y la gestión económico-financiera será supervisada por la Secretaría para la Economía, como está definido por su propio estatuto y por la normativa vigente, con la única excepción de los entes para los que el Santo Padre haya dispuesto lo contrario.

Por último, la denominada Oficina Administrativa de la Secretaría de Estado mantiene únicamente los recursos humanos necesarios para llevar a cabo las actividades relacionadas con su administración interna, la preparación de su presupuesto y cuentas finales, y otras funciones no administrativas realizadas hasta la fecha.

Por lo tanto, queda patente el camino hacia una total transparencia de la gestión económica y financiera de la Santa Sede, en el marco de la reforma de la Curia Romana que está llevando a cabo el Papa Francisco.

España

El Año Santo Compostelano comienza el próximo 31 de diciembre

El Año Santo Compostelano 2021 comenzará el próximo 31 de diciembre, partir de las 16:30h. con la apertura la Puerta Santa de la Catedral de Santiago de Compostela.

Maria José Atienza·28 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

La ceremonia de Apertura de la Puerta santa en la Catedral de Santiago marca el inicio de este Año Compostelano 2021. Será el último día de este año 2021, el 31 de diciembre, cuando se abrirá esta Puerta santa de la catedral jacobea.

A partir de ese momento se dará por iniciado el Año Santo y, por lo tanto, se podrá ganar la indulgencia plenaria propia del jubileo jacobeo. Como es tradición, los requisitos para obtenerla son: visitar la Catedral, recibir los sacramentos de la reconciliación y la Eucaristía y orar por las intenciones del Papa. La indulgencia se puede aplicar por uno mismo o por un difunto.

Ceremonia de Apertura

Debido a las restricciones motivadas por la pandemia, la celebración se verá limitada en cuanto a asistentes; de hecho, como ya anunció la Archidiócesis, en el interior de la basílica podrán estar un grupo de autoridades y una representación de la vida diocesana de Santiago.

La ceremonia, que comenzará a las 16:30 h. podrá seguirse, tanto a través de la Televisión de Galicia como por el canal de Youtube de este canal de televisión.

Tras la apertura de la Puerta, tendrá lugar la procesión de autoridades, peregrinos y representantes de diversas entidades jacobeas. A continuación se celebrará la Santa Misa en el interior de la Catedral presidida por el Arzobispo de Santiago, Mons. Julián Barrio.

Otras celebraciones

Una vez finalizada la Eucaristía de Apertura, en el exterior del templo, tendrá lugar la proyección de un video de bienvenida al Año Santo Compostelano que también podrá verse por los canales que retransmitirán todo el evento. Finalmente, la celebración concluirá con una actuación de música tradicional de Galicia en la plaza de la Quintana.

Qué es un Año Santo Compostelano

El Año Santo Compostelano es un tiempo en el que la Iglesia concede singulares gracias espirituales a los fieles. Es Año Santo compostelano cuando el 25 de julio, Conmemoración del Martirio de Santiago, coincide en domingo. Se produce con la periodicidad 11, 6, 5, 6 años. Tiene su origen en 1122, con el Papa Calixto II, confirmado posteriormente por el Papa Alejandro III en la Bula “Regis aeterni” de 1179, confiriéndole perpetuidad.

Con motivo de la celebración de este Año Santo Compostelano 2021, el Arzobispo de Santiago de Compostela, Mons. Julián Barrio Barrio, ha escrito la Carta Pastoral «¡Sal de tu tierra!¡El Apóstol Santiago te espera!» en la que destaca la «oportunidad para redescubrir la vitalidad de la fe y de la misión, recibida en el Bautismo» que supone esta efeméride. Asimismo, recuerda que, quienes peregrinan a Santiago no buscan «ante todo una ruta llena de encanto paisajístico y de patrimonio histórico, sino el camino de la conversión hacia Dios y hacia los hombres. La peregrinación es una manifestación de la piedad popular. Camináis con la Iglesia para ser interpelados por la Palabra de Dios y así ser sal, levadura y luz para los demás».

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Argumentos

Nuestro padre San José

Las carmelitas descalzas del Monasterio de San José de Ávila comparten con nosotros su profunda devoción a San José en este año dedicado al santo patriarca.

Omnes·27 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 4 minutos

La figura de José de Nazaret es tan simpática como popular. Hoy día son miles los devotos y admiradores que le siguen, le rezan, le invocan. Pero no siempre fue así.

Quizá en la actualidad pocos recuerden quién fue la promotora de esta singular devoción tan olvidada durante siglos: Santa Teresa de Jesús, la andariega de Dios, la gran mística del Carmelo. Curada por él milagrosamente de una parálisis irreversible a sus veinticinco años, le guardó toda la vida tal agradecimiento, tal cariño, que puso casi todas sus fundaciones bajo su patrocinio, celebrando su memoria con grandísima fiesta.

Las carmelitas descalzas de la primera fundación teresiana tenemos larga experiencia de ello. San José de Ávila es el primer monasterio del mundo que lleva como titular al santo Patriarca. Siempre le hemos considerado el amo, el padre, el dueño, el protector, y se nos llena la boca al nombrarle con esa entrañable invocación, tan propia de la Orden del Carmen: Nuestro Padre San José. Incluso se cuenta en los procesos de canonización de la Santa cómo, entre las primeras descalzas, no era raro que a veces le sintieran andando entre ellas. Su fiesta se ha celebrado siempre en este monasterio con gran entusiasmo y solemnidad.

En cuanto a imágenes, hay dos en nuestro convento que tienen una historia peculiar. La de la fachada, obra de Giraldo de Merlo, que representa al santo llevando de la mano al Niño Jesús -que a su vez tiene en la suya una sierra de carpintero- fue regalo personal del rey Felipe III. Y la que preside el retablo de nuestra iglesia – de la escuela de Manuel Pereira- fue coronada canónicamente al finalizar del IV Centenario de la Reforma Teresiana en 1963, y es una de las dos únicas imágenes de San José coronadas en España.

Devociones y otras prácticas de piedad nunca han faltado en nuestra comunidad, como los Siete Domingos, el rezo de sus dolores y gozos el día 19 de cada mes o el Mes de San José, siendo alimento constante de nuestra vida de oración. En nuestra comunidad existe la costumbre, el primer día del mes de marzo, de colocar sobre el altar del coro, debajo de una hermosa imagen del santo, un estuche que sirve de peana donde las hermanas van introduciendo sus peticiones en forma de carta personal con esta dirección: N. P. S. José. El Cielo. En ellas expresamos al santo Patriarca las intenciones que llevamos más dentro del corazón, haciéndonos eco también de las necesidades del mundo entero, entre las que destacan las de nuestros familiares, amistades y devotos que nos piden que les encomendemos.

Pero quizá donde más se manifiesta ese amor entrañable al padre de Jesús sea en el recurso constante a su valimiento, en toda ocasión y de las maneras más originales. En un año de fuerte y persistente sequía, las hermanas hicieron una procesión por la huerta llevando cada una un cuadro de san José (en todas las celdas tenemos uno muy sencillo) y lograron la deseada lluvia.

A todas nos sucede que, al iniciar el noviciado en este convento, notamos algo muy especial en torno a la figura de San José. A otros santos –sean los de la Orden del Carmelo o los de la Iglesia universal- se les quiere, se les reza, se les obsequia. Pero con N. P. S. José tenemos todas una confianza y una predilección que solo se puede comparar con el amor a Cristo y a su Madre Santísima. Para nosotras san José es como si fuera un padre bondadosísimo al que todas recurrimos cuando los demás recursos fallan. Su imagen preside siempre en el altar del coro e incluso cuando colocamos otra imagen por ser alguna fiesta de otra advocación, siempre añadimos una imagencita pequeña o un cuadrito para que san José no falte jamás.

En cuando a aspectos más espirituales, no cabe duda de que el ejemplo y la presencia de San José han marcado profundamente la historia de la comunidad. Ya lo dice la Santa en sus escritos: “Parezcámonos en algo a nuestro Rey, que no tuvo casa sino en el portal de Belén adonde nació y la cruz adonde murió. Casas eran estas adonde se podía tener poca recreación” (Camino de Perfección 2, 9). O, como añadía San Pedro de Alcántara al contemplar el primer palomarcico, en vísperas de su fundación: “Verdaderamente es propia esta casa de San José, porque se me representa el pequeño hospicio de Belén”. San José ha sido siempre como la pequeña casa de Nazaret, un convento pobre, pequeño, silencioso, de poco ruido. Cuando se leen las semblanzas biográficas de nuestras madres antiguas –de algunas es muy poco lo que se sabe- se comprende que todas han ido por ese camino humilde, sin brillo, sin exterioridades. Así como el gran santo del silencio, el santo sin protagonismos que fue N. P. S. José. No hay en esta casa nada que llame la atención, sino una vida de oración, trabajo, obediencia y alegría como muy bien pudo ser la vida de la Sagrada Familia de Jesús. Aquí no hay cosas llamativas, hechos extraordinarios, sino la santificación de lo cotidiano al compás del Evangelio, en ese heroísmo callado y oculto que forja a los santos que nunca subirán a los altares, pero que no por eso son menos santos. Y ese estilo de vida es, sin duda ninguna, el que N. Sta. Madre soñó para nosotras, siguiendo las huellas del padre de Cristo.

N. P. S. José es el Padre y Protector de nuestro monasterio. Es el que nos saca de apuros, el que nos sirve de tabla de salvación ante cualquier necesidad grave o leve. Es nuestro modelo de virtudes y el mejor maestro de oración. Esta es su casa. Por eso sabemos que él la cuida con esmero y que, en cuatro siglos y medio, nunca ha permitido que pasara nada que pudiera perjudicar seriamente a la comunidad. Ya lo dijo la gran Santa, cuando narró la fundación de San José de Ávila: “Que a la una puerta nos guardaría él (san José) y nuestra Señora la otra” (Vida 32, 11).

Agradecemos al Papa Francisco su preciosa inspiración de dedicar un año a San José. Deseamos que muchos se aprovechen de las gracias de este año jubilar y se acreciente el amor a este gran santo.

Carmelitas descalzas San José de Ávila

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España

Mons. Omella recuerda que «san José no pudo celebrar el nacimiento como quería»

El Arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española ha dirigido un mensaje de Navidad emitido por Trece TV para todos los fieles españoles.

Maria José Atienza·24 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 3 minutos

Mons. Juan José Omella ha querido destacar, en este mensaje, que es Cristo «quien da sentido a nuestras alegrías y a nuestras penas, el que nos acompaña cuando las cosas van bien y el que nos sostiene cuando van mal», unas palabras especialmente significativas en los momentos actuales. 

Las enseñanzas de la Navidad

Durante este mensaje, el presidente de la CEE, ha subrayado las enseñanzas contenidas en «aquella primera Navidad». Unas enseñanzas que ha resumido en los siguientes puntos:

Humildad. Con la visión de un niño indefenso, el arzobispo de Barcelona se ha preguntado si todos los cristianos no deberíamos aprender a hacernos pequeños y ponernos a la altura de los más pequeños

El ejemplo de José. Ante un año que se presenta marcado por la figura del santo patriarca, el presidente de la CEE ha querido resaltar la figura de San José, un hombre que, como muchas familias «tampoco pudo celebrar esa Navidad ni donde quería, ni seguramente con quienes quería. Las gentes del lugar no les pudieron acoger o no quisieron acogerlos. Pensaban que, con ellos, no cabrían todos y dejaron fuera lo mejor, a los más necesitados. (…) Dejándolos fuera, se perdieron lo mejor. Que no nos eso pase a nosotros«.

Por último, se ha referido a los pastores, hombres sencillos, que «una vez más nos dan ejemplo, practicando esa solidaridad tan especial que existe entre los que sufren». 

Navidad de un año duro

Mons. Omella ha querido destacar que «estamos celebrando la Nochebuena de un año muy duro«, marcado por «una pandemia que ha causado mucho dolor y que se ha llevado la vida de muchas personas» y que ha traído situaciones de aislamiento o soledad en estos días, un dolor ante el que Mons. Omella ha invitado «a poner lo mejor de nosotros mismos para que el que sufre esa tristeza, sienta el calor de nuestra compañía».

Llamada al servicio del bien común

Asimismo, con la vista puesta en el incierto panorama económico de nuestro país, el presidente de la CEE ha pedido a los responsables políticos y las instituciones públicas y privadas «que pongan los medios necesarios para que esta nueva crisis social y económica pase cuanto antes. En eso se concreta ahora su vocación de servicio al bien común, sin el cual no existe una verdadera caridad política» y ha ofrecido la ayuda de la Iglesia «llamada, en este tiempo, a estirarse hasta el último hogar para llevar compañía, consuelo y ayuda». 

Mons. Omella ha agradecido especialmente la labor de los «sanitarios, los médicos, los sacerdotes en los hospitales, los militares en las residencias de ancianos, los responsables de logística, de limpieza, de los servicios básicos, los trabajadores en los supermercados, en los colegios. Tantas y tantas personas e instituciones sociales» que han mostrado «grandeza de ánimo», saliendo a ayudar al otro «en muchas ocasiones, arriesgando la propia seguridad».

Caridad con los más necesitados

Por último, el Cardenal Arzobispo de Barcelona ha hecho un llamamiento a los fieles a vivir, «una caridad más solícita, una oración más intensa, un compromiso más fuerte, especialmente con los más pobres y necesitados», mientras que, a quienes no comparten el don la fe, les ha animado a «construir una fraternidad abierta, que permita reconocer, valorar y amar a cada persona más allá de la cercanía física, más allá del lugar del universo donde haya nacido o donde habite» .

Mons. Omella ha concluido su mensaje recordando que «En medio del dolor celebramos la Navidad, revivimos el misterio de un Dios que se ha hecho uno de nosotros para mostrarnos su ternura y amor. La auténtica Navidad es y será siempre fuente de esperanza».

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Vaticano

La crisis es movimiento y se abre a la novedad del Espíritu en la Iglesia

Giovanni Tridente·21 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 3 minutos

Felicitación de la Navidad 2020 del Papa Francisco a la Curia Romana

Se trata de una reflexión con un trasfondo eminentemente espiritual la que el Papa Francisco expresó este año a los Cardenales y miembros de la Curia Romana con motivo del intercambio de felicitaciones navideñas, el 21 de diciembre. Sobre esta base construyó una amplia reflexión en torno al «significado de la crisis» que el mundo está experimentando a causa de la pandemia, pero que engloba todas las esferas de la historia al mismo tiempo, incluyendo evidentemente la Iglesia y sus miembros.

Como nos tiene acostumbrado desde su inauguración, con los primeros años en los que comenzó a enumerar las famosas «enfermedades» de la Curia Romana, invitando a ampliar el horizonte a aquellos que prestan un servicio operativo a la difusión del Evangelio a través de los órganos vaticanos, también este año el Pontífice no escatimó en su consejo paternal, orientado esta vez a superar cualquier forma de conflicto, o más bien a extraer de las numerosas situaciones de crisis las mejores semillas para la evangelización.

Las crisis en la historia de la salvación

Hablábamos del trasfondo espiritual, con amplia referencia a las crisis vividas por tantos personajes bíblicos que, con su capacidad de reconocer los signos de los tiempos, fueron entonces grandes protagonistas de la historia de la salvación. Desde Abraham, que estaba en crisis por tener que abandonar su tierra; o Moisés, que había perdido la confianza en sí mismo, pasando por Elías, atenazado por la duda sobre la identidad mesiánica de Jesús; hasta el emblemático Pablo de Tarso, que estaba en crisis por su seguridad y se transformó en el que luego empujó a la Iglesia más allá del recinto de Israel. Hasta el mismo Cristo, a través de las muchas experiencias de crisis vividas en las tentaciones, en Getsemaní en soledad, o en la Cruz sintiéndose abandonado. 

La clave de la esperanza

Hay un elemento que el Papa ve en la enseñanza de todas estas experiencias, y es el de la esperanza, que muestra cómo no podemos detenernos en un análisis superficial de situaciones, incluso trágicas, porque esto no sería realista. Dios, de hecho, «sigue haciendo crecer las semillas de su Reino entre nosotros«, como lo demuestran los numerosos testimonios de trabajo «humilde, discreto, silencioso, leal, profesional, honesto» que muchos hacen en la propia Curia Romana.

A la luz del Evangelio

Las crisis, por lo tanto, deben ser vistas a la luz del Evangelio – que entre otras cosas «es el primero en ponernos en crisis» -, es decir, como un tiempo del Espíritu, en el que aprendemos a alimentar «una íntima confianza de que las cosas están a punto de tomar una nueva forma, que surge exclusivamente de la experiencia de una Gracia escondida en la oscuridad«. Porque como dice el Sirácide, «el oro se prueba con el fuego, y los hombres son bienvenidos en el crisol del dolor«.

Las situaciones críticas son entonces bienvenidas, incluyendo «escándalos, caídas, pecados, contradicciones, cortocircuitos en el testimonio«, siempre que se tomen como algo que nos hace «morir a un cierto modo de ser, de razonar y de actuar que no refleja el Evangelio«. La crisis, de hecho, «es movimiento, es parte del viaje«.

Aquí el Papa recuerda, por ejemplo, la reforma de la Curia Romana, advirtiendo que no debe entenderse como «un remiendo de un vestido viejo» o la simple redacción de un nuevo Documento, sino más bien para asegurar que «nuestra fragilidad no se convierta en un obstáculo para la proclamación del Evangelio«.

Uno de los obstáculos, para este actuar en gracia y bajo la guía del Espíritu Santo que el Papa Francisco advierte en su discurso, está representado por los «conflictos» que siempre crean contraste, competencia y antagonismo: los culpables de un lado y los justos del otro, además de dividir a la Iglesia en categorías, traicionando su verdadera naturaleza, «un Cuerpo perpetuamente en crisis precisamente porque está vivo«.

¿Qué hacer durante la crisis?

Además de aceptarlo como un tiempo de gracia -sugiere el Papa-, no debemos cansarnos de rezar con confianza, con gran paz y serenidad, aguardando con esperanza, tal como nos recuerda el Apóstol de los Gentiles, y manteniéndonos alejados de los conflictos (habladurías, chismes, autorreferencias).

La última invitación del Papa Francisco a todos los miembros de la Curia Romana y sus colaboradores es que en esta Navidad asuman un interés generoso por los pobres, porque «para conocer verdaderamente a Dios sólo se necesita conocer a los que acogen a los pobres que vienen de abajo con su miseria«.

Familia

El Papa convoca el Año «Familia Amoris Laetitia»

El Año especial dedicado a la familia comenzará el próximo 19 de marzo y se extenderá hasta el X Encuentro Mundial de las Familias en Roma, previsto para junio de 2022.

Maria José Atienza·21 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El Santo Padre convoca el Año especial dedicado a la familia, que se inaugurará el 19 de marzo de 2021, quinto aniversario de la publicación de la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia. Un tiempo que se presenta como una oportunidad de reflexionar y profundizar en el riquísimo contenido de la Exhortación Apostólica, fruto de un intenso camino sinodal, que aún continúa a nivel pastoral.

Entre sus objetivos estan:

Hacer a las familias protagonistas de la pastoral familiar.

Concienciar a los jóvenes de la importancia de la formación en la verdad del amor y el don de sí mismos, con iniciativas dedicadas a ellos.

Ampliar la  mirada  y  la  acción de la pastoral familiar para que se convierta en transversal, para incluir a los esposos, a los niños, a los jóvenes, a las personas mayores y las situaciones de fragilidad familiar.

La iniciativa, que lleva el nombre de Año “Familia Amoris Laetitia” y que estará marcada por propuestas e instrumentos pastorales que se pondrán a disposición de las realidades eclesiales y de las familias, concluirá con la celebración del X Encuentro Mundial de las Familias en Roma, en junio de 2022.

La web del Dicasterio para los laicos la familia y la vida será la encargada de informar de este año.

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Argumentos

Año de San José: buen esposo

Comenzamos una serie de artículos sobre San José, que nos ayudará a profundizar en la figura del santo patriarca, y a "que crezca el amor a este gran santo, para ser impulsados a implorar su intercesión e imitar sus virtudes, como también su resolución", como nos anima el Papa Francisco.

Alejandro Vázquez-Dodero·21 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 3 minutos

En su carta apostólica del pasado 8 de diciembre –Patris Corde– el Papa Francisco nos invita a vivir un año dedicado al esposo de María y, por tanto, padre de Jesucristo: san José. Ello con motivo del 150 aniversario de su declaración como patrono de la Iglesia universal.

Una esponsalidad y paternidad muy especiales, al tratarse de un hombre de una gran Fe y otras muchas virtudes, algunas de las cuales abordaremos en este primer fascículo y otros más.

Un hombre “normal”, un hombre ejemplar

Ante todo nos interesa caer en la cuenta de cuál sería la primera impresión de un hombre “normal”, uno más entre los suyos, que se encuentra enrolado en la gran misión de desempeñar esa doble vocación de esposo de la Madre de Dios y padre del Hijo de Dios. Pues una primera impresión sería el asombro y agradecimiento, seguro. Porque era un hombre de Dios, y solo desde esa condición entendemos que abrazara con generosidad el plan trazado desde lo Alto para él; pero asombrado ante tan excelsa misión, y en todo caso agradecido por la confianza que el Señor había depositado en él.

¿En qué consiste la grandeza de este santo? En que fue esposo de María y padre de Jesús.

Evidentemente su comportamiento es un ejemplo a seguir, y muy asequible, pues, como decíamos, se trata de un hombre normal, sencillo. Aunque el Señor le dotara de muchísimas virtudes, y en grado supremo, no contó con los dones divinos que sí recibieron su inmaculada esposa y su hijo redentor de la Humanidad.

Buen esposo, comprometido y libre

La tradición judaica de la época llevó a que Myriam –quien sería la Virgen Santísima– se desposara con José, el artesano de Nazaret. Los familiares con quienes viviera Myriam en ese momento se encargarían de los preparativos para la ceremonia del enlace, pues probablemente sus padres, Joaquín y Ana, habrían fallecido ya.

José pertenecía a la casa de David, y dice el santo Evangelio –Mt. 1, 19– que era un varón justo. Ese hombre le fue confiado a María como esposo, sin perjuicio de la firme determinación de la joven judía de permanecer siempre virgen, como podemos deducir de la respuesta que dio al Arcángel san Gabriel –Lc. 1, 34– cuando le ofrece ser Madre de Dios: ¿Cómo se hará esto? Porque no conozco varón. Así, José se uniría a su esposa sometiéndose a esa virginidad que ella le propondría, consagrándose de ese modo como su virginal esposo.

La castidad de san José, fruto de su corazón puro y generoso, hay que unirla, como nos sugiere el Papa Francisco en la Patris Corde, a su espíritu libre, pues la castidad “está en ser libres del afán de poseer en todos los ámbitos de la vida. Sólo cuando un amor es casto es un verdadero amor”. Amó porque quisó, y de ese modo, aceptando a María en y desde sus circunstancias.

Desde su pureza y libertad acepta plenamente a María, que quedó en estado en el espacio de tiempo transcurrido entre su unión esponsal y el momento en que, según la tradición judaica, el esposo debía tomar a la esposa y llevarla a su propia casa. Asumió humildemente ese embarazo de su esposa, aceptó el plan divino para con él y María, que pasaba porque él se limitara a ser el padre legal de Jesús, y no más.

Desde que recibió el encargo de cuidar de la Virgen, desposándose con Ella, José antepuso esa misión –libremente, porque quiso– a cualquier otro proyecto que tuviera entre manos, que hubiera planificado cara al futuro. Generoso, entregado, enamorado.

Un esposo bueno, un esposo comprometido, un esposo libre.

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Ecología integral

Dr. Centeno: “La medicina paliativa mejora el bienestar y alivia el sufrimiento”

Rafael Miner·17 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 4 minutos

La escasa presencia estos días de médicos especializados en cuidados paliativos es llamativa. El Dr. Carlos Centeno, director de Medicina Paliativa en la Clínica Universidad de Navarra, reivindica: “Al paciente que pide ayuda, podemos dársela. Que nos dejen ayudar, aliviar, lo que hemos hecho toda la vida los médicos”.

Hoy se reclama la eutanasia en la sociedad, incluso en la ley, por muchas cosas que tienen solución. También la medicina tiene muchas cosas que decir ante un sufrimiento que en algunos momentos puede resultar intolerable. La medicina tiene algo, y yo sé que es eficaz, porque lo he visto en acción tantísimas veces”.

Así explica su postura el doctor Carlos Centeno, director de Medicina Paliativa de la Clínica y del equipo de investigación Atlantes del Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra“Ciertamente algunos pacientes pueden llegar a pedir una ayuda que no podemos dar. Puede ocurrir eso. En nuestro país va a ocurrir en los próximos tiempos, puede ocurrir que un paciente nos pida ayuda para adelantar la muerte, y eso un médico no lo puede hacer, es lo que pienso. Un médico está para servir a la vida, y está para aliviar. El ‘ethos’ de la medicina es estar junto al paciente para aliviarlo. Existimos porque hay gente que sufre”.

“Nuestra sociedad, desde hace miles de años, ha generado una profesión, o varias profesiones, de personas dedicadas a aliviar el sufrimiento humano”, añade el paliativista. “Ojo, también nos gusta curar. Nos gusta curar cuando podemos. ahí nos sentimos médicos también. Pero donde realmente nos vemos identificados, donde vemos nuestra identidad, es cuando aliviamos a quien no podemos curar. En el sufrimiento seguimos ahí para aliviar”

El doctor Centeno, con muchos años de experiencia en Medicina Paliativa, sale al paso de las dificultades. Especialmente de comprensión y de un buen entendimiento de lo que son los Cuidados Paliativos. “Hay muchas cosas en las que estamos de acuerdo todos. Pero puede haber cosas en las que no haya acuerdo, puntos de vista que atañen a principios o al modo de entender la sociedad, o al modo de entender la autonomía sin otra consideración; pero hay muchos otros principios en los que vamos a estar de acuerdo. Y desde luego en el actuar, en el cómo hay que hacer, vamos a estar de acuerdo. Que nos dejen estar ahí; no queremos confrontar con nadie, no queremos retar a nadie; no queremos llevar la contraria a los que piensan de otro modo a nosotros; no. Hemos de ser médicos, podemos ayudar”.

Atención integral

El pasado miércoles, el especialista fue ponente, junto con personas de su equipo, en una jornada organizada por el Instituto Core Curriculum de la Universidad de Navarra, titulada Ciencia y valores de los cuidados paliativos, con más de quinientos participantes.

En una de sus intervenciones, Carlos Centeno puso un video de una entrevista realizada por Jordi Évole en laSexta al Dr. Carlos Gómez Sancho, quien comentó, entre otras cosas, que los pacientes que habían solicitado la eutanasia era muy pocos: tres o cuatro entre muchos miles.

Ante la pregunta de qué medicación estaban tomando para el dolor, respondieron que dos o tres Nolotil al día. En cuanto se les administraba un poco de morfina, y se les trataba adecuadamente, desapareció el deseo de morirse, señaló el médico.

A este punto se refirió en la jornada la doctora Ana Serrano, que analizó los principales mitos de los cuidados paliativos, como un tratamiento destinado solo para enfermos agonizantes, en el último momento de su vida. En realidad, afirmó, son parte del proceso integral del tratamiento de los pacientes, donde deberían “intervenir todos los profesionales y en el lugar que el paciente prefiera, también en su casa. En contra del mito, los cuidados paliativos no consisten en drogarse con morfina hasta el final”, señaló.

El adelanto de los cuidados paliativos especializados, es decir, “tratar antes a los pacientes”, es otro aspecto en el que insiste Centeno, basándose en diversos estudios sobre la calidad de vida en distintos grupos de pacientes. Además, añade, los pacientes con cuidados paliativos tempranos viven de media varios meses más. Su resumen es “cuanto antes, mejor”.

El especialista recuerda que más de veinte ensayos clínicos analizan cómo los cuidados paliativos mejoran la calidad de vida del paciente, y disminuyen su nivel de ansiedad y depresión, mejorando su ánimo. “La medicina paliativa no se centra sólo en el tratamiento de la enfermedad, sino que ofrece una atención integral, incluyendo a la familia”, señala. 

Eutanasia y paliativos

El doctor Centeno reclama comprensión ante los enfermos y familiares que piden ayuda para morir. Y al mismo tiempo explica que “cuando se les escucha abiertamente, lo que piden es seguridad de asistencia, ayuda para librarse del dolor, miedo o angustia, y no prolongar sus sufrimientos. Y en todo esto podemos ayudar”, afirma.

En su conversación, el director médico calificó como falsa la expresión ‘los cuidados paliativos frente a la eutanasia’. En su opinión, “lo que es opcional es eutanasiar a alguien; a esta persona le van a aplicar la eutanasia, a ésta no, eso es opcional. Unos quieren y otros no quieren. Sin embargo, la medicina paliativa no es opcional. La medicina paliativa es obligatoria”.

Y a continuación abundó en el argumento: “La medicina paliativa es para todos, para todo aquel que tiene sufrimiento intenso por una enfermedad grave. Es la medicina avanzada para el final de la vida. Lo que no se puede hacer es no aplicarla. Por eso los cuidados paliativos son para todos, no para unos pocos, y son obligatorios. No hay nadie, médico, enfermera, que pueda acercarse a alguien que está sufriendo al final de la vida y que no haga lo que hace un equipo de medicina paliativa, que es atenderle de modo integral, trabajar en equipo con otros, aliviarle los síntomas que está teniendo, procurarle bienestar con calidad de vida”.

En la Jornada se pudo de relieve el ahorro de costes que suponen los cuidados paliativos en la asistencia sanitaria, y la falta de inversión en medicina paliativa en España respecto a países europeos.

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Actualidad

@Rezandoconbelen: Un menú espiritual diario

Omnes·17 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 5 minutos

Los medios son siempre los mismos, pero los cauces cambian con el tiempo y amplían las posibilidades. Ahora hay muchos recursos en el mundo digital, y entre ellos WhatsApp e Instagram, que son los que usa la iniciativa que presentamos.

El confinamiento domiciliario que hemos vivido en España y en muchas otras latitudes hace unos cuantos meses puso de manifiesto la tremenda necesidad espiritual que tenemos de Dios. Y es que, muchas veces… buscamos y no encontramos. O más bien, nos cuesta saber dónde están las fuentes en las que buscar. Porque los medios son siempre los mismos: la palabra de Dios, la oración y los sacramentos. Pero los cauces cambian con el tiempo y necesitan ser adaptados a las circunstancias personales de cada uno.

En este sentido, en los últimos meses ha habido una vasta proliferación de recursos digitales que tratan de acercar a Dios a las personas y a las personas a Dios. Sin embargo, no es el caso de la red que hoy nos ocupa. La red @rezandoconbelen lleva funcionando un año. Su promotora, Belén, nos cuenta sus motivaciones para iniciar esta aventura. 

Los orígenes

Los chats @rezandoconbelen se entienden mejor si cuento un poco la historia de mi vida. Porque, en definitiva, es una iniciativa que surgió de mi oración personal. No soy sacerdote ni religiosa, tampoco pertenezco a ningún movimiento eclesial; soy simplemente una mujer que quiere vivir enamorada de Jesucristo, una laica que tiene claro su compromiso bautismal, entendido como la llamada universal a la santidad y la vivencia del mandato de Nuestro Señor: “Id y predicad el Evangelio”. Pero, sobre todo, la palabra que con más fuerza resuena en mi interior ha sido y seguirá siendo esta: “Dad gratis, aquello que gratis habéis recibido”.

Yo no he hecho nada especial: simplemente he puesto al servicio de los demás aquello que he recibido del Señor. He comprendido que todos somos un verdadero y auténtico don de Dios para los demás; cada uno de nosotros ha sido creado a su imagen y semejanza, procedemos del Amor y estamos destinados al Amor.  Esto se entiende bien cuando se descubre, de modo personal, la inquietud que tan maravillosamente expresaba san Agustín: “Nos hiciste Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto, hasta que descanse en ti”.

Desde joven soñaba con hacer cosas grandes; he tenido una vida profesional y personal intensa. Soy arquitecto de formación y, tras realizar un MBA en Economía y Dirección de Empresas, me he dedicado 25 años a la gestión.

Estoy casada y tengo 2 hijos estupendos, y soy la primogénita de una gran familia, que es uno de mis mayores orgullos. Siempre he considerado a mi familia como un rompeolas emocional, que me ha hecho fuerte y resiliente en las dificultades. Hace unos años publiqué mi primer libro de desarrollo personal. Como cuento en esas páginas, estoy orgullosa de muchas cosas; todo lo bueno ha sido un regalo y lo malo, pruebas que te hacen más fuerte y te purifican.

Sin embargo, en este momento de mi vida, aquello que me ilusiona y caldea el corazón, es esta iniciativa de evangelización. Lo considero como un modo, entre tantos, de poner en marcha la Iglesia en salida que tanto nos está pidiendo el Papa Francisco. En este sentido, los chats @rezandoconbelen nacieron de un modo natural, como una necesidad de comunicar la grandeza del amor de Cristo, la belleza de la Palabra de Dios. También la maravilla de una Iglesia que es madre y maestra, aunque tantas veces pueda estar oscurecida por las miserias de nosotros, los cristianos.

Nuestra fe no es irracional sino sobrenatural, y hay muchas razones para creer y es necesario entenderlas y darlas a conocer. Por otro lado, a Dios no se le llega solo por la razón sino sobre todo por el corazón; abogo por un amor inteligente, fundamentado en una buena formación religiosa y en el conocimiento de la doctrina de la Iglesia católica; pero, sobre todo, en la oración, en el trato con el Señor en la Eucaristía y la devoción a Nuestra Madre del cielo, María. Ser cristiano, más que cumplir preceptos es, ante todo, amar. Y, sobre todo, dejarse amar por el Señor, dejarse moldear por el Espíritu Santo, como el barro en manos del alfarero

Un menú de tres platos

Desde hace tiempo, yo misma estaba incorporada a varios grupos españoles y latinoamericanos que difundían una gran multiplicidad de iniciativas digitales, especialmente a través de WhatsApp. Habitualmente se recibe un contenido diario: el comentario del Evangelio, una reflexión, un vídeo, etc. Sin embargo, me parecía necesario crear un menú espiritual diario para cada alma, pues lo que puede ayudar a unos puede no servir a otros

De ahí surgió la iniciativa de plantear mis chats @rezandoconbelen como un menú espiritual de tres platos que, habitualmente, consiste en: -un audio (elaborado por mí) sobre la fiesta o el tema del día, junto con algún material de apoyo (suele ser imágenes, artículos, catequesis del Papa, etc.); –un comentario del Evangelio del día; -una oración. 

Según los tiempos especiales, puede haber un cuarto punto. Por ejemplo, en noviembre, se ha incorporado una catequesis sobre las benditas ánimas del purgatorio; en adviento es una preparación para la Navidad. La temática tiene un hilo conductor, unida al momento litúrgico que celebre la Iglesia: Adviento, Navidad, Cuaresma, Semana Santa, Pascua, etc. También hay meses especiales: mayo y octubre están más dedicados a la Virgen y a la devoción del santo rosario; el mes de junio está dedicado al Sagrado Corazón, etc.

Es importante dejar claro que la variedad de contenido diario no pretende que se oiga o siga todo, sino que cada uno elija aquello que le vaya mejor a su alma. 

Un chat para cada edad

En este momento hay cuatro chats funcionando a través de WhatsApp. Tres de ellos (Rezando con BelénJóvenes y Píldoras) tienen la estructura mencionada y, en este momento, el contenido es muy similar entre los tres; a excepción del comentario del Evangelio, que siempre es diferente.

El último proyecto que se ha incorporado a esta red ha sido Niños rezando con Belén. Está destinado a niños y niñas de 4 a 12 años. Tiene también tres puntos, que van variando al ritmo del tiempo litúrgico. Aunque la estructura es similar a la de los adultos, el comentario del Evangelio solo se envía los domingos. Y el segundo punto suele ser un vídeo formativo. 

Este chat está especialmente destinado a padres y abuelos, sacerdotes y catequistas, que pueden encontrar en él un refuerzo en la maravillosa labor de ayudar a crecer a los más pequeños en la fe y en el amor a Jesús y María.

Los cuatro chats @rezandocobelen son grupos silenciosos de WhatsApp, de entrada y salida libre. Solo el administrador envía material, para evitar distracciones y comunicación entre los participantes, que habitualmente no se conocen entre sí. Las personas se incorporan recibiendo un link, que puede ser compartido a todos aquellos que puedan tener interés en este contenido.

Tengo también un perfil en Instagram, llamado @rezandoconbelen, aunque solo es un recordatorio de determinadas fiestas litúrgicas o de algunas noticias de la Iglesia. En el futuro, no descarto abrir un canal de YouTube o similar para colgar ahí, al menos, los audios diarios. 

Desde estas líneas, deseo a todos un feliz Adviento y una hermosa Navidad, en medio de esta pandemia que nos habla de nuestra indigencia y de la necesidad de ser más humildes y más fraternos. 

—Belén Regojo

Instagram: @rezandoconbelen

WhatsApp: + 34 615 08 76 76 (para pedir link de acceso)

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Ecología integral

Argumentos y respuestas ante la eutanasia

El proyecto de ley de eutanasia ha impulsado numerosas iniciativas y argumentos por la vida en España. En paralelo, Holanda se está convirtiendo en un argumento más ante los promotores de la eutanasia por compasión.

Rafael Miner·16 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 4 minutos

Fue el 11 de febrero de 2019, fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, un día que la Iglesia dedica de manera especial al cuidado y la oración por los enfermos. En esa fecha se presentó y aprobó en el Parlamento español una proposición de ley sobre la eutanasia, impulsada por el gobierno actual. 

La mayoría era probablemente ajena a lo que se venía encima. Una ley que pretendía dar luz verde a las conductas dirigidas a terminar con la vida de una persona con una enfermedad grave o irreversible, por razones «compasivas» y en un contexto médico. Así define la eutanasia la Sociedad Española de Cuidados Paliativos. Lo que comenzaba a gestarse era lo que muy pocos países en el mundo han aprobado: Holanda, Bélgica, recientemente Canadá…

En los Países Bajos, por ejemplo, casi el 5 por ciento de las muertes en 2018 fueron por eutanasia, informó el delegado de la Santa Sede en la Asociación Médica Mundial (AMM), Pablo Requena, en un ForoPalabra. La extensión de la eutanasia en Holanda, una vez legalizadaha crecido de tal modo que algunos médicos y otros expertos, como el teólogo protestante y bioeticista Theo Boer, han terminado por oponerse a estas políticas, y han manifestado que “un número considerable de personas ya considera la eutanasia como la única buena muerte. Tampoco se ha logrado otro objetivo de la ley, sacar a la luz los casos que ocurrían en las zonas grises. Todavía hay miles de casos de terminación de la vida –algunos incluso sin petición previa– que no se declaran ni se evalúan por los comités. Creo que hemos visto que la oferta crea demanda”. 

En los Países Bajos “la caridad ha desaparecido”, y “la ley tiene efectos sobre toda la sociedad”, “en 20 años estaréis como en Holanda”, ha declarado Theo Boer en Alfa y Omega. Otro caso interesante es el de la Dra. Berna van Baarsen, especialista en ética médica, que renunció a formar parte de uno de los cinco comités regionales de evaluación para supervisar eutanasias en Holanda, señala Tomás Chivato Pérez, decano de la Facultad de Medicina de la Universidad CEU San Pablo. 

Pendiente deslizante

El profesor Chivato Pérez ha denominado la experiencia holandesa con la eutanasia como la de una “pendiente deslizante”. Es decir, primero se despenaliza la eutanasia para enfermedades incurables; luego para enfermedades crónicas con dolor intratable; a continuación, enfermedades mentales, y ahora estudian su aplicación a personas sanas mayores de 70 años que lo soliciten.

Demanda de ser ayudado

Ahora, tras cerca de dos años de tramitación, el proyecto puede convertirse en ley, y parece oportuno conocer tanto los principales argumentos esgrimidos por los promotores de la eutanasia y el suicidio asistido, como la actitud de los cristianos ante el dolor y el sufrimiento. 

En noviembre de 2019, la Subcomisión Episcopal para la Familia y la Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal Española (CEE) publicó el documento Sembradores de esperanza. Acoger, proteger y acompañar en la etapa final de esta vida. Presentaron el texto, elaborado con una pedagogía de preguntas y respuestas, el entonces obispo de Bilbao y presidente de la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida, Mons. Mario Iceta, el médico Jacinto Bátiz, que ha sido más de 25 años responsable de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital San Juan de Dios de Santurce (Vizcaya), y la enfermera Encarnación Isabel Pérez. 

Monseñor Iceta recordó que “la relación entre el enfermo y los profesionales de la salud, se fundamenta en la confianza”, y subrayó que “no hay una demanda de morirse, hay una demanda de ser ayudado. El ser humano ha sido creado para ser feliz, por eso, rechazar el dolor es justo y no es censurable. Hoy en día la medicina ofrece un buen arsenal terapéutico para el sufrimiento”. 

Después, destacó la importancia de “la medicina paliativa ante la enfermedad terminal”, porque, como declaró el doctor Jacinto Bátiz, que dirige ahora el Instituto para Cuidar Mejor, “la medicina paliativa elimina el sufrimiento del que sufre, (mientras) la eutanasia elimina a la persona que sufre” (El Debate de hoy)

El documento Sembradores de esperanza, por su carácter “vital”, no es un documento dedicado sólo a condenar éticamente la eutanasia, “sino a mostrar que la fe cristiana es capaz de iluminar los momentos finales de la vida terrena. En este sentido, es un documento profundamente optimista”, concluyó Mons. Iceta.

Respuestas

Los principales postulados que se emplean para promover la eutanasia y el suicidio asistido, según Sembradores de esperanza, son cuatro: el sufrimiento insoportable, la compasión, la muerte digna y el concepto de autonomía absoluta.

Ante el sufrimiento insoportable, la solución son los cuidados paliativos, porque es un deber del médico y del personal sanitario aliviar el sufrimiento y el dolor al paciente, señala el texto.

La compasión. Como ha señalado el doctor Bátiz, lo más humano no es provocar la muerte, sino acoger al enfermo y sostenerlo en os momentos de dificultad, poniendo los medios necesarios para aliviar el sufrimiento y suprimir el dolor, no al paciente, como pretende la eutanasia.

 La muerte digna hace referencia al concepto de libertad (yo muero cuando quiero) y al de calidad de vida. En realidad, la vida de la persona tiene dignidad porque es persona, y no por la calidad que tenga.

La autonomía absoluta. No se puede concebir la dignidad de la persona solo desde la autonomía, porque entonces los seres humanos que no tienen autonomía (niños, discapacitados psíquicos, pacientes en coma…), no tendrán dignidad. La autonomía no es absoluta, y encuentra sus limitaciones en la propia enfermedad, en la medicación y en otras situaciones de la vida del enfermo.

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Vaticano

Papa Francisco: «Mirar con los ojos y el corazón de Dios»

David Fernández Alonso·16 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

Cada vez más cercana la Navidad, el Papa Francisco ha seguido reflexionando sobre la oración en la catequesis que está llevando a cabo en la audiencia de los miércoles. Encarando la recta final del Adviento, el Santo Padre nos recuerda la importancia de la oración de intercesión, para rezar desde el Corazón de Cristo.

Junto al Belén

«Quien reza, nunca da la espalda al mundo«. Así comienza la intervención del Papa Francisco de este miércoles 16 de diciembre. El Santo Padre se dirigió a todos los cristianos desde la Biblioteca del Palacio Apostólico acompañado por el Misterio -el conjunto de la Sagrada Familia- y el árbol de Navidad.

El Papa ha recordado que la oración del cristiano no excluye a ninguno, ni siquiera a aquellos que no rezan o los que están alejados. Los cristianos -ha dicho el Pontífice- «a veces se retiran del mundo, en lo secreto de la propia habitación, como recomienda Jesús mismo (cfr Mt 6,6), pero, allá donde estén, tienen siempre abierta la puerta de su corazón: una puerta abierta para los que rezan sin saber que rezan; para los que no rezan en absoluto pero llevan dentro un grito sofocado, una invocación escondida; para los que se han equivocado y han perdido el camino…» Así como Dios no deja a nadie de lado, el cristiano reza por todos, también por sí mismo.

En sintonía con el Corazón misericordioso

La verdadera oración está en sintonía con el Corazón misericordioso de Dios. En este sentido, recuerda Francisco que Cristo es el principal intercesor ante Dios. Y que quien reza imita a Cristo y está en sintonía con Él, de modo que también intercede por los demás o por sí mismo.

Haciendo referencia a la parábola de la oración del fariseo y el publicano, Francisco nos alerta de una falsa oración. Una oración como la del fariseo es una oración que cierra el corazón, que se aleja de la verdadera humildad que acerca al corazón de Cristo.

audiencia papa francisco

Mirar con los ojos y el corazón de Cristo

Aquellos que tienen una responsabilidad, nos recuerda el Papa, tienen la misión de mirar con los ojos y el corazón de Cristo. Rezar con ternura por todos los que nos rodean, los unos por otros. «La Iglesia, en todos sus miembros, tiene la misión de practicar la oración de intercesión. En particular tiene el deber quien está en un rol de responsabilidad: padres, educadores, ministros ordenados, superiores de comunidad… Como Abraham y Moisés, a veces deben “defender” delante de Dios a las personas encomendadas a ellos. En realidad, se trata de mirar con los ojos y el corazón de Dios, con su misma invencible compasión y ternura«.

Para terminar, antes de impartir la bendición apostólica especialmente a los niños, a los ancianos y a los que padecen, el Papa ha alentado a acelerar el paso hacia la Navidad. Recordando que el nacimiento de Jesús sucedió en medio de dificultades, como las que estamos sufriendo en los últimos tiempos, nos animó a prepararnos con alegría.

Ecología integral

¿Por qué aceleran la promoción de la eutanasia?

Rafael Miner·16 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 4 minutos

La defensa de la vida de los más vulnerables, en este caso ancianos y enfermos, y el protagonismo de las familias y la sociedad en la educación (la demanda social), son principios que han pasado al primer plano de atención de los obispos españoles, al observar la celeridad con la que la coalición de gobierno impulsa su agenda social.

-Texto – Rafael Miner

En efecto, estos días tienen lugar en el Congreso de los Diputados las sucesivas aprobaciones de uno de los objetivos de la actual mayoría parlamentaria: la regulación legal de la eutanasia, denominada por sus promotores “muerte digna”, que se desea configurar como la prestación pública, por el Estado, de un pretendido “derecho a morir”.

La regulación de la eutanasia por ley orgánica deberá pasar todavía por el Senado, pero su tramitación prosigue con inusitada rapidez, como si su aprobación diera un aval progresista a la gestión, y sin tener en cuenta argumentos de peso, como la urgencia de un impulso de los cuidados paliativos en España, de acuerdo a estándares europeos.

Tramitación sin diálogo

“La tramitación se ha realizado de manera sospechosamente acelerada, en tiempo de pandemia y estado de alarma, sin escucha ni diálogo público”, han denunciado los obispos españoles hace unos días en una Nota, de la que ha informado esta web. Para la Conferencia Episcopal Española (CEE), “el hecho es especialmente grave, pues instaura una ruptura moral; un cambio en los fines del Estado: de defender la vida a ser responsable de la muerte infligida; y también de la profesión médica, ‘llamada en lo posible a curar o al menos a aliviar, en cualquier caso a consolar, y nunca a provocar intencionadamente la muerte’”.

En el escrito, los obispos se sumaron expresamente a palabras del Papa Francisco: “La eutanasia y el suicidio asistido son una derrota para todos. La respuesta a la que estamos llamados es no abandonar nunca a los que sufren, no rendirse nunca, sino cuidar y amar para dar esperanza”.  

 Con ocasión de la XXVIII Jornada Mundial del Enfermo, el mismo Papa remitió a los profesionales un mensaje, en el que puede leerse: “Queridos agentes sanitarios: cada intervención de diagnóstico, preventiva, terapéutica, de investigación, cada tratamiento o rehabilitación se dirige a la persona enferma, donde el sustantivo ‘persona’ siempre está antes del adjetivo ‘enferma’. Por lo tanto, que vuestra acción tenga constantemente presente la dignidad y la vida de la persona, sin ceder a actos que lleven a la eutanasia, al suicidio asistido o a poner fin a la vida, ni siquiera cuando el estado la enfermedad sea irreversible”.

Decisiones responsables

Siguiendo los mensajes de Francisco y de la Santa Sede, los obispos españoles se pronunciaron en su Nota sobre aspectos muy concretos: 1) “Invitamos a responder a esta llamada con la oración, el cuidado y el testimonio público que favorezcan un compromiso personal e institucional a favor de la vida, los cuidados y una genuina buena muerte en compañía y esperanza”.  2)“Pedimos a cuantos tienen responsabilidad en la toma de estas graves decisiones que actúen en conciencia, según verdad y justicia”. Y 3) “Convocamos a los católicos españoles a una Jornada de ayuno y oración el próximo miércoles 16 de diciembre, para pedir al Señor que inspire leyes que respeten y promuevan el cuidado de la vida humana. Invitamos a cuantas personas e instituciones quieran unirse a esta iniciativa”.

Los obispos recordaron que la Congregación vaticana para la Doctrina de la Fe, “con la aprobación expresa del Papa Francisco, publicó la Carta Samaritanus bonus sobre el cuidado de las personas en las fases críticas y terminales de la vida. Este texto ilumina la reflexión y el juicio moral sobre este tipo de legislaciones. También la Conferencia Episcopal Española, con el documento Sembradores de esperanza. Acoger, proteger y acompañar en la etapa final de esta vida, ofrece unas pautas clarificadoras sobre la cuestión”.

Los más vulnerables, desfavorecidos

En un coloquio organizado por ForoPalabra, el delegado de la Santa Sede en la Asociación Médica Mundial, Pablo Requena, manifestó que, a su juicio, “no es una cuestión de derechas o izquierdas. Es más, una persona de izquierdas debería darse cuenta de que los más vulnerables van a quedar desfavorecidos con una ley de este tipo”, aseguró Requena en el foro, celebrado en la sede del Banco Sabadell en Madrid.
“A veces, estas leyes se presentan como un modo de construir una sociedad más libre…, pero ¿es verdad? Más libre quizá para algunos pocos, pero menos libre para muchos que se encuentran en una situación de desamparo, solos, sin las condiciones necesarias para vivir dignamente esos últimos tiempos de su vida”, añadió el médico y teólogo Pablo Requena.

Debe citarse asimismo el dictamen del Comité de Bioética de España (CBE), órgano asesor del Gobierno, que rechazó por unanimidad a primeros de octubre los fundamentos del proyecto de ley de eutanasia del Ejecutivo. Entre otras cosas, manifestó que “existen sólidas razones sanitarias, éticas, legales, económicas y sociales para rechazar la transformación de la eutanasia en un derecho subjetivo y en una prestación pública”. Al mismo tiempo, advirtió que legalizar la eutanasia como un derecho “puede afectar al futuro de las personas más vulnerables”, y “supone iniciar un camino de desvalor de la protección de la vida humana cuyas fronteras son harto difíciles de prever, como la experiencia de nuestro entorno nos muestra”.

¿Cuestión progresista?

El Comité rechazó también que la eutanasia pueda considerarse como un “logro progresista” […], informó la cadena Cope el 9 de octubre. “Ni la eutanasia ni el auxilio al suicidio son signos de progreso, sino un retroceso de la civilización. En un contexto en que el valor de la vida humana con frecuencia se condiciona a criterios de utilidad social, interés económico, responsabilidades familiares y cargas o gasto público, la legalización de la muerte temprana agregaría un nuevo conjunto de problemas», señalaron los expertos.

Entre otros medios que se hicieron eco del informe, El País conversó con Federico de Montalvo, presidente del Comité de Bioética y profesor de la Universidad de Comillas, quien señaló al diario: “Consideramos que ni ética ni legalmente hay derecho a morir. Derecho y libertad son cosas distintas”. En su opinión, “Ante los casos que se producen caben dos opciones. Una, de naturaleza jurídica, en cierto modo ya se cumple porque el Código Penal regula el homicidio compasivo de manera muy benevolente. La segunda, de naturaleza médica, no está completamente desarrollada y explorada en España: los cuidados paliativos y, dentro de ellos, la protocolización de la sedación paliativa, que no solo se refiere a enfermedades terminales, también a quienes se encuentren en una situación de angustia o cronicidad”.

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España

Jornada de oración para pedir leyes respetuosas con la vida

Maria José Atienza·15 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Los católicos españoles están convocados mañana, 16 de diciembre, a una Jornada de ayuno y oración para “pedir al Señor que inspire leyes que respeten y promuevan el cuidado de la vida humana”. 

La Jornada, promovida por la Conferencia Episcopal Española, pretende unir en oración a los católicos de España y todos los que quieran adherirse a ella, con el fin de  “pedir al Señor que inspire leyes que respeten y promuevan el cuidado de la vida humana”. Así lo manifestaron los obispos españoles en la nota publicada el 11 de diciembre, titulada «La vida es un don, la eutanasia un fracaso».

La inminente aprobación de la ley de la eutanasia supone un grave retroceso en la sociedad española que urge una promoción del estudio y el ejercicio de los cuidados paliativos y no la apuesta economista y antihumana que supone el texto legislativo sobre la eutanasia.

Vaticano

Un pesebre singular en el Vaticano

David Fernández Alonso·12 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 5 minutos

El cardenal Giuseppe Bertello y el obispo Fernando Vérgez Alzaga, respectivamente Presidente y Secretario General de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, han inaugurado esta tarde el pesebre y el encendido del árbol de Navidad instalados en la Plaza de San Pedro, a las 17.00 de la tarde. La ceremonia ha tenido lugar respetando las normas para contener la pandemia de Covid-19, que está llevando a modificar los habituales actos del Papa, como la reciente visita privada a Piazza di Spagna para rezar ante la Inmaculada Concepción, o la Santa Misa de Nochebuena que celebrará a las 19.30 de la tarde del día 24 de diciembre.

Han estado presentes las delegaciones oficiales de los lugares de origen del pesebre y del árbol, de Castelli en Abruzzo el pesebre y del municipio de Kočevje en el sudeste de Eslovenia el abeto.

Un pesebre singular

El monumental Nacimiento, compuesto por estatuas de cerámica de gran tamaño, ha contado en el acto con la presencia, entre otros, del obispo de Teramo-Atri, monseñor Lorenzo Leuzzi, del comisario extraordinario para la reconstrucción después del terremoto, Giovanni Legnini, del presidente de la región de los Abruzzi, Marco Marsilio, y el presidente de la provincia de Téramo, Diego Di Bonaventura. 

En este pesebre de los Abruzzi hay fuertes referencias a la historia del arte antiguo, desde el arte griego al sumerio, pasando por la escultura egipcia. Llama la atención en particular una de las figuras del conjunto: se trata de un astronauta. Parece que los alumnos del Grue han querido incluir acontecimientos históricos de la humanidad, entre los cuales estaría la llegada a la Luna. Además, en los objetos que enriquecen el pesebre y en la pentacromía con la que se han decorado las obras, se encuentra la memoria del arte cerámico local.

Las estatuas fueron fabricadas con módulos de anillos que, superpuestos, forman bustos cilíndricos. En algunas figuras, especialmente en el uso del color, se perciben la experimentación y renovación del arte cerámico desarrollado en esos años en el Liceo Grue. La primera exposición pública del Nacimiento tuvo lugar en Castelli, en el parvis de la iglesia madre en diciembre de 1965, luego, en la Navidad de 1970 fue el turno de los Mercados de Trajano en Roma y, unos años más tarde, en Jerusalén, Belén y Tel Aviv.

Un abeto desde Eslovenia

En el encendido del árbol de Navidad – el majestuoso abeto (Picea abies) de 30 metros de altura y 7 toneladas de peso – han participado, entre otros, el arzobispo Mons. Alojzij Cvikl, Vicepresidente de la Conferencia Episcopal Eslovena, S.E. Dr. Anže Logar, Ministro de Asuntos Exteriores y S.E. Dr. Jože Podgoršek, Ministro de Agricultura, Silvicultura y Alimentación. 

El abeto rojo viene de Kočevje, un pueblo en la cuenca del río Rinža. La región de Kočevsko es uno de los territorios eslovenos en los que la naturaleza está más intacta, teniendo en cuenta que los bosques cubren el 90% de su territorio. El abeto elegido para la Plaza de San Pedro creció cerca de Kočevska Reka, a 6 kilómetros en línea recta del impresionante bosque virgen de Krokar, que es uno de los bosques primordiales todavía intactos. Este bosque virgen es una de las dos reservas forestales eslovenas, la otra es Snežnik-‘drocle (en la región de Notranjska), uno de los 63 lugares de antiguos hayedos primordiales que figuran en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.

La picea (abeto rojo), que se difundió ampliamente en Eslovenia en la segunda mitad del siglo XVIII, representa más del 30% de los recursos forestales y es la especie arbórea más importante desde el punto de vista económico. Desde la antigüedad ha sido un símbolo de fertilidad y en la tradición popular se utiliza a menudo para ceremonias como las fiestas del 1 de mayo o las de Navidad. En la región de Bela Krajina, para la fiesta de San Jorge, era tradición llevar en procesión una picea engalanada con flores y telas. El abeto más alto de Europa, «Sgermova smreka», mide 61,80 metros y se encuentra en el macizo de Pohorje, precisamente en Eslovenia. Tiene alrededor de 300 años, un perímetro de 3 metros y 54  centímetros, y su diámetro supera el metro.

La humildad de la Sagrada Familia

Esta mañana, las delegaciones de Castelli y Kočevje han sido recibidas en audiencia por el Papa Francisco para la presentación oficial de los regalos. El Santo Padre ha agradecido los regalos y ha recordado, refiriéndose a estos dos iconos de la Navidad, que “ayudan a crear una atmósfera navideña favorable para vivir con fe el misterio del nacimiento del Redentor”, el Papa habló de “la pobreza evangélica” de la que nos habla el pesebre, es decir, una pobreza – dijo- que nos hace “bienaventurados”. Y se detuvo a contemplar idealmente a los personajes: 

“Al contemplar la Sagrada Familia y los diversos personajes, nos atrae su desarmante humildad. Nuestra Señora y San José van desde Nazaret hasta Belén. No hay lugar para ellos, ni siquiera una pequeña habitación (cf. Lc 2,7); María escucha, observa y guarda todo en su corazón (cf. Lc 2,19.51). José busca un lugar para ella y el niño que está a punto de nacer. Los pastores son protagonistas en el pesebre, como en el Evangelio. Viven a cielo abierto. Vigilan. El anuncio de los ángeles es para ellos, y van inmediatamente a buscar al Salvador que ha nacido (cf. Lc 2,8-16)”.

Un signo admirable

El Papa aprovechó la ocasión para animarnos a releer la carta que firmó hace un año en Greccio sobre el pesebre: “También esta Navidad, en medio del sufrimiento de la pandemia, Jesús, pequeño e inerme, es el «Signo» que Dios dona al mundo (cf. Lc 2,12). Un signo admirable, como la carta del pesebre que firmé hace un año en Greccio. Nos hará bien volver a leerla en estos días”.

Agradeciendo finalmente, desde lo profundo de su corazón estos obsequios, el Santo Padre expresó a todos, sus deseos de una celebración navideña llena de esperanza, extendiéndola a los familiares y conciudadanos. “Que el Señor – expresó – les recompense por su disponibilidad y generosidad”.

El conjunto navideño -el pesebre italiano y el abeto esloveno- permanecerá en la plaza hasta el 10 de enero de 2021, Fiesta del Bautismo del Señor, día que concluye el tiempo de Navidad.

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Ecología integral

Los obispos alertan del fracaso social de la ley de eutanasia

Maria José Atienza·11 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 4 minutos

Los obispos han lanzado una nota en la que destacan la «ruptura moral» que supone la aprobación de la ley de eutanasia en España y urgen la promoción de los cuidados paliativos en lugar de procurar la muerte.

La ley de eutanasia se encuentra ya en una segunda fase de tramitación tras pasar al Senado. Una ley que, en lugar de promocionar el cuidado de los más débiles, abre la puerta a un coladero de muertes provocadas, al contemplar, por ejemplo, que la llamada «prestación del derecho a morir» pueda practicarse en domicilios y también en las residencias de ancianos o en centros sociosanitarios.

Ante el primer paso de la aprobación de esta ley, cuya tramitación está prevista para el mes de febrero, aproximadamente, los obispos de la Conferencia Episcopal Española han publicado una nota en la que ponen de manifiesto la oposición frontal a esta legislación que contempla la muerte provocada como «un atajo que nos permita ahorrar recursos humanos y económicos».

Asimismo, han urgido a una promoción y desarrollo de los cuidados paliativos en nuestro país «que ayudan a vivir la enfermedad grave sin dolor y al acompañamiento integral, por tanto también espiritual, a los enfermos y a sus familias».

Jornada de oración por la vida

Los prelados han convocado además a los católicos españoles a una Jornada de ayuno y oración el próximo miércoles 16 de diciembre, «para pedir al Señor que inspire leyes que respeten y promuevan el cuidado de la vida humana». 

Nota completa de la Conferencia Episcopal Española ante la aprobación en el Congreso de los Diputados de la ley de la eutanasia

1.- El Congreso de los Diputados está a punto de culminar la aprobación de la Ley Orgánica de regulación de la eutanasia. La tramitación se ha realizado de manera sospechosamente acelerada, en tiempo de pandemia y estado de alarma, sin escucha ni diálogo público.  El hecho es especialmente grave, pues instaura una ruptura moral; un cambio en los fines del Estado: de defender la vida a ser responsable de la muerte infringida; y también de la profesión médica, «llamada en lo posible a curar o al menos a aliviar, en cualquier caso a consolar, y nunca a provocar intencionadamente la muerte». Es una propuesta que hace juego con la visión antropológica y cultural de los sistemas de poder dominantes en el mundo.

2.- La Congregación para la Doctrina de la Fe, con la aprobación expresa del papa Francisco publicó la Carta Samaritanus bonus sobre el cuidado de las personas en las fases críticas y terminales de la vida. Este texto ilumina la reflexión y el juicio moral sobre este tipo de legislaciones. También la Conferencia Episcopal Española, con el documento Sembradores de esperanza. Acoger, proteger y acompañar en la etapa final de esta vidaofrece unas pautas clarificadoras sobre la cuestión.   

3.- Urgimos a la promoción de los cuidados paliativos, que ayudan a vivir la enfermedad grave sin dolor y al acompañamiento integral, por tanto también espiritual, a los enfermos y a sus familias. Este cuidado integral alivia el dolor, consuela y ofrece la  esperanza que surge de la fe y da sentido a toda la vida humana, incluso en el sufrimiento y la vulnerabilidad.

4.- La pandemia ha puesto de manifiesto la fragilidad de la vida y ha suscitado solicitud por los cuidados, al mismo tiempo que indignación por el descarte en la atención a personas mayores. Ha crecido la conciencia  de que acabar con la vida no puede ser la solución para abordar un problema humano. Hemos agradecido el trabajo de los sanitarios y el valor de nuestra sanidad pública, reclamando incluso su mejora y mayor atención presupuestaria. La muerte provocada no puede ser un atajo que nos permita ahorrar recursos humanos y económicos en los cuidados paliativos y el acompañamiento integral.  Por el contrario, frente a la muerte como solución, es preciso invertir en los cuidados y cercanía que todos necesitamos en la etapa final de esta vida. Esta es la verdadera compasión.

5.- La experiencia de los pocos países donde se ha legalizado nos dice que la eutanasia incita a la muerte a los más débiles. Al otorgar este supuesto derecho, la persona, que se experimenta como una carga para la familia y un peso social, se siente condicionada a pedir la muerte cuando una ley la presiona en esa dirección. La falta de cuidados paliativos es también una expresión de desigualdad social. Muchas personas mueren sin poder recibir estos cuidados y sólo cuentan con ellos quienes pueden pagarlos. 

6.- Con el Papa decimos: «La eutanasia y el suicidio asistido son una derrota para todos. La respuesta a la que estamos llamados es no abandonar nunca a los que sufren, no rendirse nunca, sino cuidar y amar para dar esperanza». Invitamos a responder a esta llamada con la oración, el cuidado y el testimonio público que favorezcan un compromiso personal e institucional a favor de la vida, los cuidados y una genuina buena muerte en compañía y esperanza. 

7.- Pedimos a cuantos tienen responsabilidad en la toma de estas graves decisiones que actúen en conciencia, según verdad y justicia. 

8.- Por ello, convocamos a los católicos españoles a una Jornada de ayuno y oración el próximo miércoles 16 de diciembre, para pedir al Señor que inspire leyes que respeten y promuevan el cuidado de la vida humana.  Invitamos a cuantas personas e instituciones quieran unirse a esta iniciativa. 

Nos acogemos  a Santa María, Madre de la Vida y Salud de los enfermos y a la intercesión de San José, patrono de la buena muerte, en su año jubilar.

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Vaticano

Lectorado y Acolitado para hombres y mujeres

Hasta ahora sólo se permitía a los hombres, ya fuese como ministerios preparatorios para el eventual acceso a las órdenes sagradas, o como camino fuera del sacerdocio, dado que se trata de ministerios laicales.

Giovanni Tridente·11 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

Con el motu proprio «Spiritus Domini» el Papa ha modificado el canon 230 del Código de Derecho Canónico, estableciendo que las mujeres también pueden acceder a los ministerios del Lectorado y del Acolitado, con un acto litúrgico que las institucionaliza.

La decisión del Papa Francisco procede de las recomendaciones surgidas de varias asambleas sinodales y de un desarrollo doctrinal «que ha puesto de relieve cómo ciertos ministerios instituidos por la Iglesia tienen como fundamento la condición común de ser bautizados con el sacerdocio real recibido en el sacramento del bautismo«.

No es casualidad que la nueva ley lleve la fecha del 10 de enero, la fiesta del Bautismo del Señor.

Corresponsabilidad de todos los bautizados

En una carta enviada al Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el Papa explica también las razones teológicas de su elección, que se refieren a la renovación trazada por el Concilio Vaticano II y a la urgencia de redescubrir «la corresponsabilidad de todos los bautizados en la Iglesia, y en particular la misión de los laicos«.

Fue el reciente Sínodo para la Amazonia el que instó a conferir ministerios a hombres y mujeres, precisamente para aumentar la conciencia de la propia dignidad bautismal.

Aumento del reconocimiento

De hecho, explica el Papa, al ofrecer esta posibilidad de acceso al ministerio del Acolitado y del Lectorado a hombres y mujeres laicos de ambos sexos, «aumentará el reconocimiento, a través de un acto litúrgico (institución), de la preciosa contribución que desde hace tiempo muchísimos laicos, incluidas las mujeres, ofrecen a la vida y a la misión de la Iglesia«.

Y aclara: «la variación de las formas de ejercicio de los ministerios no ordenados, además, no es la simple consecuencia, en el plano sociológico, del deseo de adaptarse a las sensibilidades o a la cultura de los tiempos y de los lugares, sino que está determinada por la necesidad de permitir a cada Iglesia particular, en comunión con todas las demás y teniendo como centro de unidad la Iglesia que está en Roma, vivir la acción litúrgica, el servicio a los pobres y el anuncio del Evangelio en fidelidad al mandato del Señor Jesucristo«.

Vaticano

Responsabilidad por la unidad de los cristianos

El concilio Vaticano II señaló las bases teológicas para la tarea ecuménica: el bautismo y los “elementos de verdad y bien” que poseen las Iglesias y comu­nidades eclesiales que no están en plena comunión con la Iglesia católica. Esto se movía en la perspectiva de toda la Iglesia, de la Iglesia universal.

Ramiro Pellitero·10 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 6 minutos

Con motivo del nuevo Vademécum ecuménico (“El obispo y la unidad de los cristianos”, publicado el 4 de diciembre de 2020), destinado a impulsar la unidad de los cristianos desde las Iglesias locales y particulares, vale la pena considerar primero la importancia de esta tarea, que llamamos ecumenismo. En segundo lugar, presentamos los contenidos y aspectos más relevantes del documento.

La unidad, una tarea de todos

1. El concilio enseñó que la promoción de la unidad de los cris­tianos está integrada en la grande y única “Misión” de la Iglesia (llevar la humanidad a Dios) porque Cristo así lo quiso expresa­mente. Cristo afirmó que, en el cumplimiento de esa Misión, era condición necesaria la unidad de los cristianos, y por eso rezó por ella en su oración sacerdotal justo antes de su pasión: “Que todos sean uno; como Tú, Padre en mí y yo en Ti, que así ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que Tú me has enviado” (Jn 17, 21).

Por tanto, la unidad de los cristianos, que es don del Espíritu Santo antes que tarea nuestra, tiene un modelo profundo y supremo en la unidad de la Trinidad. Y tiene una finalidad durante la historia: “para que el mundo crea”; es decir, la finalidad de la misión. Todos los cristianos somos responsables de extender el Evange­lio, cada uno según sus circunstancias. Por tanto, todos debemos participar también en la tarea ecuménica, que es una parte importante de la evangelización. 

Oración con fe

Además de este motivo fundamental, se pueden aducir otros motivos. Son los que señalaba Juan Pablo II, al escribir sobre esa oración de Jesús. “La invocación que sean uno es, a la vez, imperativo que nos obliga, fuerza que nos sostiene y saludable reproche por nuestra des­idia y estrechez de corazón. La confianza de poder alcanzar, incluso en la historia, la comunión plena y visible de todos los cristianos se apoya en la plegaria de Jesús, no en nuestras capacidades” (Carta Novo millennio ineunte, 2001, n. 48).

Con anterioridad, el santo Papa Wojtyla había señalado que “la Iglesia debe respirar con sus pulmones”, el occidental y el oriental (encíclica Ut unum sint, 25-V-1995).

En definitiva, el compromiso misionero (o evangelizador) y el com­promiso ecuménico van juntos, porque el testimonio fundamental que hemos de dar los cristianos para llevar adelante nuestra misión evangelizadora es, sobre todo hoy, es el de nuestra unidad. Por eso esta unidad es urgente y afecta a todos los cristia­nos. (Entre otros textos fundamentales para orientarse en materias de ecumenismo, hay que destacar: el decreto Unitatis redintegratio, en 1964, del Concilio Vaticano II; el Código de los cánones de las Iglesias orientales, de 1990; el Directorio para la aplicación delos principios y normas sobre el ecumenismode 1993; y la encíclica de Juan Pablo II Ut unum sint de 1995).

Continuidad de la tarea ecuménica

2. Este vademécum ecuménico se sitúa, por tanto, en relación con la encíclica Ut unum sint, de Juan Pablo II (1993). En ella confirmaba el compromiso ecuménico que la Iglesia católica ha adquirido en el Vaticano II de modo irreversible. Con motivo de los 25 años de esa encíclica, el Papa Francisco había anunciado ya este “vademécum para obispos” en una carta al Pontificio Consejo para la unidad de los cristianos, el 24 de junio de este año. 

En este vademécum se recuerda el deber y la obligación por parte de los obispos, de promover la unidad de los cristianos desde su propia Iglesia y también entre todos los bautizados (pues el obispo, por pertenecer al colegio episcopal, participa también en la “solicitud por todas las Iglesias”). 

El documento consta de una introducción y dos partes. 

En la introducción se subrayan los siguientes aspectos: la búsqueda de la unidad es esencial a la naturaleza de la Iglesia; la fe en que los demás cristianos tienen con los fieles católicos una comunión real, aunque incompleta; la convicción de que la unidad de los cristianos es vocación de toda la Iglesia (atañe también a las Iglesias locales o particulares y, por tanto, a los obispos como principios visibles de unidad; el servicio que desea prestar este vademécumcomo guía para el obispo en su función de discernimiento. 

Promoción dentro y fuera de la Iglesia

La primera parte muestra la promoción del ecumenismo dentro de la Iglesia católica, en su propia vida y estructurascomo un desafío ante todo para los católicos. Los obispos deben promover el diálogo con los otros cristianos, orientando y dirigiendo las iniciativas ecuménicas que tienen lugar dentro de las comunidades católicas. Para ello deben organizar las estructuras ecuménicas locales y cuidar de la formación ecuménica de todos los fieles (laicos, seminaristas y clérigos), así como de los medios de comunicación en relación con este tema. 

La segunda parte profundiza en las relaciones de la Iglesia católica con los otros cristianos. Explica las diversas modalidades de la tarea ecuménica en este compromiso con otras comunidades cristianas. Hay que tener en cuenta que en la práctica gran parte de la actividad ecuménica implicará varias de estas modalidades simultáneamente.

El Papa Francisco enciende una vela durante el encuentro interreligioso en Asís

Las modalidades de la actividad ecuménica

1) El “ecumenismo espiritual” (basado en la oración, la conversión y la santidad por parte de todos). 

Destaca la importancia de las Sagradas Escrituras, la “purificación de la memoria” (que san Pablo VI comenzó en la época del concilio Vaticano II, y a la que Francisco ha contribuido en 2017 con la conmemoración del 500 aniversario de la reforma protestante) y el “ecumenismo de la sangre” (a causa de la persecución y el martirio de los cristianos).

2) El “diálogo de la caridad”, basado en la fraternidad humana y ante todo en el bautismo. Aquí se enmarca la “cultura del encuentro” promovida por Francisco.

3) El “diálogo de la verdad”, como intercambio de los dones que todos pueden aportar, para conducir al restablecimiento de la unidad de la fe. Es un diálogo que no pretende un mínimo común denominador, sino que “deberá realizarse con la aceptación de toda la verdad” (encíclica Ut unum sint, 36). Este diálogo toma la forma de diálogo teológico a nivel internacional, nacional y diocesano, y requiere de la “recepción” (es decir, del discernimiento y asimilación, por parte de las comunidades cristianas, de la enseñanza auténticamente cristiana).

4) El “diálogo de la vida”, en el ámbito de la misión evangelizadora y pastoral, en el servicio al mundo y a través de la cultura, con paciencia y perseverancia.

En este cuarto contexto se distinguen a su vez tres ámbitos: 

Ecumenismo pastoral, práctico y cultural

a) Lo que se denomina el “ecumenismo pastoral”, es decir, la promoción de la unidad de los cristianos a través del ministerio pastoral, en las misiones, la catequesis, la vida sacramental y la liturgia, y la acogida de los que desean entrar en plena comunión con la Iglesia católica. 

b) El “ecumenismo práctico”, a través de la cooperación conjunta de los cristianos en los diferentes campos de la ética y la justicia social, la atención a los más necesitados, el cuidado de la vida y del mundo creado, etc. Se destaca el servicio común de los cristianos como testimonio de su fe y esperanza, al mismo tiempo que promueven una visión cristiana integral de la dignidad de la persona. 

Asimismo, es importante el diálogo interreligioso entre los cristianos y otras tradiciones religiosas, cuyo fin es cooperar y establecer buenas relaciones con los creyentes de diversas religiones, aunque es tarea diferente de la ecuménica. Como ya señalaba el Directorio ecuménico de 1993, través de esta mutua cooperación ecuménica en el diálogo con otras religiones, los cristianos pueden profundizar en el grado de comunión que entre ellos mismos existe; y pueden combatir el antisemitismo, el fanatismo religioso y el sectarismo. 

c) El “ecumenismo cultural”, dirigido a la comprensión de las respectivas culturas y la promoción de la inculturación del Evangelio a través de concretos proyectos culturales comunes (de tipo académico, científico o artístico).

Verdadero diálogo

Como se ha dicho estos días, el ecumenismo tiene mucho que ver con el diálogo. Por eso los obispos han de ser personas de diálogo, han de promoverlo como método de evangelización, y fomentar la existencia de espacios de diálogo a todos los niveles. Ciertamente, el diálogo ha sido considerado como un icono del ecumenismo. El diálogo no sustituye al anuncio de la fe, sino que es un modo y un camino que Jesús mismo recorrió, para llevarnos a la verdad y la vida plenas. 

El presente vademécum ofrece orientaciones y “recomendaciones prácticas” para el ejercicio del ecumenismo en las Iglesias locales y particulares. Es una buena ocasión para reavivar la fe y la oración, el compromiso y la responsabilidad de los cristianos en este ámbito, tan importante por diversos motivos; pues, así se dice en la conclusión del documento, “la muerte y resurrección de Cristo marcan la victoria definitiva de Dios sobre el pecado y la división; la victoria sobre la injusticia y sobre toda forma de maldad”.

Por eso, como bien ha señalado en la presentación el cardenal Ouellet, “un católico no se cansa de dar el primer paso hacia el acercamiento, porque la caridad que lo habita lo obliga a perdonar, a compartir y a perseverar en su compromiso”.

Puede leer también un comentario al nuevo vademécum del exarca apostólico para los católicos de rito bizantino en Grecia, el padre Nin.

Cine

Pablo Moreno, Premio Especial Famiplay 2020

El director de "Un Dios Prohibido" o "Red de libertad" se ha alzado con el reconocimiento concedido por el jurado de la I edición de estos premios Famiplay. Además ya se puede votar entre las propuestas para ganador del Premio del Público.

Maria José Atienza·9 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

El jurado ha concedido el Premio Especial Famiplay 2020 a Pablo Moreno por su constante dedicación a la dirección y producción de películas de alta calidad y con sólidos valores cristianos.

Entre sus títulos más conocidos se encuentran “Luz de Soledad”, “Red de libertad” o “Un Dios prohibido”.

A través de su productora, Contracorriente Producciones, y la iniciativa Rodriwood, que impulsa la comarca de Ciudad Rodrigo (Salamanca) como plató natural, fomentando el desarrollo rural y empresarial de la zona, Moreno es un ejemplo de emprendimiento.

Además de premiar la trayectoria de Pablo Moreno, este Premio Especial quiere reconocer el esfuerzo por la difusión de los valores cristianos y fomentar así la formación y educación a través del lenguaje audiovisual.

Apertura del plazo de votaciones para el Premio del Público

Junto con la publicación de este premio, hoy se abre el plazo de votaciones para elegir al ganador del Premio del Público, un particular galardón otorgado directamente por los usuarios de Internet y redes sociales a través de la web famiplay.com/premios-famiplay.

Tras analizar las más de 200 candidaturas recibidas, el jurado de Famiplay ha seleccionado a los 5 finalistas que compiten por el Premio del Público:

  • El Café de los Viernes. Nació hace más de 12 años como una reunión de amigas y a día de hoy se ha convertido en un numeroso grupo de madres que, a través de charlas y testimonios en Youtube e Instagram, comparten un café cada viernes por la mañana con la Virgen para seguir enamorándose cada día de sus familias, de sus casas y de la vida.
  • El rosario de las 11pm. Iniciativa transformada en un canal de Youtube donde más de 195.000 suscriptores se reúnen cada noche a las 11 de la noche para rezar en directo el Santo Rosario.
  • Bosco Films. Distribuidora de cine que busca películas de alta calidad artística, con historias que defiendan los valores humanos y, así, ser ese “bosque” que trae frescura, devuelve el aire fresco y recuerda con cada película qué es lo realmente importante.
  • Papel de Plata. Proyecto que nace con la ilusión de compartir historias con valores basados en la Fe y la caridad, creando literatura de calidad y fomentando la lectura en familia a través de libros infantiles, juveniles y familiares.
  • El Kerigma. Iniciativa que, tras 20 años trabajando en el sector de la joyería, ha realizado su propia interpretación del icono de la Virgen de Nazaret pintado por Kiko Argüello en versión joya, simplificando la imagen al máximo y llevándola hasta su esencia.
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Vaticano

El obispo y la unidad de los cristianos

El Padre Manuel Nin, exarca apostólico de los católicos de rito bizantino en Grecia, comenta y analiza el nuevo Vademécum ecuménico publicado por la Santa Sede, que coloca al obispo como protagonista de la acción ecuménica.

Manuel Nin·9 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 7 minutos

«El obispo y la unidad de los cristianos: vademecum ecuménico«. Con este título y dándole en la presentación en la sala de prensa vaticana una importancia muy notable, fue publicado el viernes 4 de diciembre este documento, avalado con la aprobación del Santo Padre y respaldado, en la presentación a los medios de comunicación, por la presencia de cuatro cardenales prefectos de sendos dicasterios de la curia romana: del Pontificio Consejo para la promoción de la unidad de los cristianos, y de las Congregaciones para las Iglesias Orientales, para los obispos y para la evangelización de los pueblos. 

         Se trata de un documento importante que recorre -haciendo prácticamente una relectura y una actualización- los grandes documentos magisteriales de los últimos 60 años, desde Unitatis Redintegratio del Concilio Vaticano II, pasando por el Directorio para la aplicación y los principios del ecumenismo de 1993 y la encíclica Ut unum sint de san Juan Pablo II, hasta las intervenciones pontificias de los papas Benedicto XVI y Francisco. 

El obispo, protector de la unidad

         Profundizando lo dicho en los documentos precedentes, el Vademécum (Vad) enfoca de manera especial el rol del obispo, de cada obispo de la Iglesia Católica, en el diálogo ecuménico con las otras Iglesias y comunidades cristianas. El obispo es el vínculo de comunión al interior de cada Iglesia cristiana, y sobre todo de la propia Iglesia de la que es pastor, y hacia todos los que son bautizados en Cristo: “El ministerio confiado al obispo comporta un servicio a la unidad. A la unidad de su propia diócesis y a la unidad entre su Iglesia local y la Iglesia universal. Se trata de un ministerio con un significado especial: la búsqueda de la unidad de todos los discípulos de Cristo.” (Prefacio). Ese será, podríamos decir, el hilo conductor de todo el documento: el obispo es aquel que crea y que guarda, que protege la unidad en su Iglesia: “El obispo, como pastor del rebaño, tiene la responsabilidad precisa de reunir a todos en la unidad. Él es “principio y fundamento visible de unidad” en su Iglesia particular” (n. 4). Tengamos en cuenta que la dimensión eclesiológica del ministerio episcopal la recoge el Vad principalmente de la Lumen Gentium del Vaticano II. En la misma introducción al documento y casi como una base segura en la que se apoyará en todas sus páginas, el Vad indica claramente al obispo como fuente de unidad en su Iglesia por aquello que enseña, y por aquello -el Misterio- que celebra, y en todo lo que hace y vive como pastor de su rebaño: “…su enseñanza de la fe, su ministerio sacramental, y las decisiones de su gobierno pastoral.” (n. 4). 

         El documento se divide en dos partes: una primera parte dedicada a la promoción, formación y difusión del camino ecuménico en la Iglesia Católica -dando especial énfasis a las estructuras del diálogo ecuménico en cada Iglesia particular y a la formación de los laicos, de los seminaristas y del clero en la dimensión ecuménica-, y una segunda parte en la que  se presentan las relaciones de la Iglesia Católica con los otros cristianos, y en la que se hace hincapié en la dimensión espiritual en la que tiene que basarse el ecumenismo. Concretamente en tres aspectos fundamentales del dialogo ecuménico: diálogo de la caridad, diálogo de la verdad y diálogo de la vida. No pretendo resumir en estas líneas todo el documento. Quisiera simplemente evidenciar algunos puntos que me parecen fundamentales. 

El Papa Francisco nombró al padre Manuel Nin exarca apostólico de los católicos de rito bizantino en Grecia en 2016.

Comunión y diálogo

         En primer lugar, el Vad subraya en diversas ocasiones como el obispo es el hombre de comunión y de diálogo con y entre los fieles, y con y entre los fieles y los hermanos de otras confesiones cristianas: “…obispo como un hombre de diálogo, que involucra a las personas de buena voluntad en una búsqueda común de la verdad a través de una conversación marcada por la claridad y la humildad, y en un contexto de caridad y amistad” (n. 7). El obispo además como maestro en el camino ecuménico, enseñando siempre: “…con amor a la verdad, con caridad y con humildad…” (n. 11). Estas son actitudes y disposiciones fundamentales sea por parte del obispo sea por parte de los que están delegados a la formación de clero y laicado en las diócesis. Esta formación en el camino ecuménico prevé que éste se haga siempre sin compromiso alguno, en el que la unidad sea construida en detrimento de la verdad. El amor a la verdad. Éste es un aspecto fundamental del diálogo con las otras Iglesias y comunidades cristianas subrayado de manera especial por el magisterio pontificio en los últimos decenios. El amor a la caridad, que supone evitar presentaciones polémicas de la historia y de la teología cristianas que puedan llevar a enfrentamientos y no al diálogo. Finalmente, amor y actitud de humildad, que nos permite ver lo que “lo que Dios realiza en quienes pertenecen a las otras Iglesias y Comunidades eclesiales”, afirmado por san Juan Pablo II en Ut unum sint

La oración común

         En segundo lugar, el Vad subraya de manera muy clara los tres aspectos fundamentales del ecumenismo: diálogo de la caridad, diálogo de la verdad y diálogo de la vida, tal como lo han puesto de manifiesto en su doctrina y en sus gestos los papas de los últimos decenios de la Iglesia Católica. Un ecumenismo basado en el diálogo y la oración para la unidad de los cristianos, y sobre todo fundado en la conversión profunda del corazón y la santidad de vida de los cristianos. Plegaria por la unidad de los cristianos, oración común a partir de textos bíblicos y litúrgicos comunes y fundamentales a todas las Iglesias cristianas: el Padrenuestro, los Salmos, las fiestas litúrgicas, los santos y los mártires en común, la misma vida monástica y religiosa consagrada… Hago notar como el Vad es también muy consciente de las dificultades que surgen porque “…algunas comunidades cristianas no practican la oración conjunta con otros cristianos” (n.17). El ecumenismo como camino fundado en la esperanza y también en el sufrimiento y en la cruz. Un diálogo de la caridad que siempre nos hará descubrir al otro como hermano en Cristo. (n.25). Un diálogo de la verdad, en segundo lugar, que tiene como base el diálogo teológico para poder recomponer la unidad en la fe. Finalmente, el diálogo de la vida, en cuanto: “Las verdades formuladas conjuntamente en el diálogo teológico reclaman una expresión concreta mediante una acción conjunta en el ámbito pastoral, en el servicio al mundo y a través de la cultura… …se pide a los católicos que practiquen en igual medida dos virtudes gemelas del ecumenismo, la paciencia y la perseverancia...” (n.31). 

El matrimonio mixto, lugar ecuménico

         En tercer lugar, el Vad encuadra dos temas o problemas que aun no han sido totalmente resueltos o acogidos en modo igual por todas las Iglesias cristianas: el tema de los matrimonios mixtos y el tema de la communicatio in sacris, la comunión con los Santos Misterios, los sacramentos. Por lo que se refiere a los matrimonios mixtos, el Vad insiste en la autoridad del obispo diocesano por lo que se refiere a los permisos a dar, y presenta el tema bajo dos aspectos interesantes: el matrimonio mixto como lugar de ecumenismo, de encuentro entre dos tradiciones cristianas y al mismo tiempo como lugar de sufrimiento que se vive en el seno de una familia mixta: “Los matrimonios mixtos no deben considerarse como problemas, ya que a menudo son un lugar privilegiado donde se construye la unidad de los cristianos… Sin embargo, los pastores no pueden quedar indiferentes ante el dolor de la división de los cristianos que se experimenta tal vez más agudamente que en cualquier otro contexto. La pastoral de las familias inter-confesionales, desde la preparación inicial de la pareja al matrimonio, hasta su acompañamiento pastoral una vez que tiene hijos…” (n.35). Por lo que se refiere a la communicatio in sacris, el Vad subraya como por una parte la celebración de los sacramentos expresa la plena comunión en el interior de una Iglesia, y como cada sacramento constituye la participación plena en los medios de la gracia, y por otra parte expresa claramente como sigue siendo un área de serias tensiones la celebración y la administración de los sacramentos entre las diversas Iglesias cristianas que no están en plena comunión (n.36).

cardenal kurt koch ecumenismo
El Cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la unidad de los cristianos, el día de la presentación del vademécum.

El documento reafirma lo que ya había sido especificado en documentos precedentes, a saber, que la administración de los sacramentos, especialmente eucaristía, penitencia e unción de los enfermos, debe estar reservada a la participación en la plena comunión de una Iglesia. Será el obispo, y aquí reencontramos el hilo conductor de todo el documento, el que deberá discernir la oportunidad de administrar un sacramento a un fiel de otra confesión cristiana, teniendo en cuenta siempre que la administración de un sacramento no ha de ser nunca una simple cortesía o amabilidad, sino que es siempre el administrar un medio de salvación y de gracia de Dios. En el número 37, el Vad toca otro tema importante y delicado al mismo tiempo, es decir el cambio de afiliación eclesial, sobretodo por parte de miembros del clero. Se insiste por una parte acoger a los cristianos de otras confesiones también cristianas que pasan a la Iglesia Católica con alegría y evitando al mismo tiempo cualquier forma de triunfalismo, y por otra parte informar de manera clara y precisa de lo que significa dejar la Iglesia Católica. 

Ecumenismo práctico y cultural

         Finalmente el Vad presenta dos formas de ecumenismo que resultan nuevas y seguramente positivas en nuestro momento actual: el ecumenismo práctico, es decir las diversas formas asistenciales y de ayuda en momentos incluso dramáticos de la historia entre diversas Iglesias cristianas; y en segundo lugar lo que el documento llama el ecumenismo cultural, es decir: “todos los esfuerzos de los cristianos para comprender mejor sus respectivas culturas, conscientes de que, más allá de las diferencias culturales, comparten en diversos grados una misma fe expresada de diferentes maneras.” (n.41). 

         Cada uno de los apartados del Vad lleva una serie de recomendaciones y consejos prácticos, de cara a la reflexión y preparación ecuménica a nivel diocesano. Interesante y útil el apéndice del Vad en que se enumeran las diversas Iglesias y confesiones cristianas que participan en el diálogo ecuménico con la Iglesia Católica. Documento útil y positivo, el Vad hace una relectura de los textos del magisterio de los decenios precedentes, haciendo hincapié en el valor y la necesidad del ecumenismo en sí mismo y al interior de cada Iglesia, y subrayando también el rol del obispo como vínculo y garante de la comunión eclesial en la propia Iglesia, y hacia las demás Iglesias y confesiones cristianas.

+P. Manuel Nin. Obispo titular de Carcabia, Exarca Apostólico.

 

El autorManuel Nin

Exarca apostólico en Grecia de la Iglesia católica

España

EWTN España comienza hoy su emisión

Maria José Atienza·8 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

La red católica de medios audiovisuales, fundada por la Madre Angélica, comienza hoy, Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, su emisión en las principales plataformas de medios españolas.

EWTN – Eternal Word Television Network – nació de la iniciativa de la franciscana Madre Angélica quien, junto a seis monjas, fundó un pequeño canal de televisión con el fin de ser un medio de anuncio de la verdad como lo define el Magisterio de la Iglesia Católica. Desde su inauguración en agosto de 1981, EWTN ha crecido hasta convertirse en la red de medios religiosos más grande del mundo.

A partir de hoy, EWTN esta presente en los canales de las siguientes plataformas: Movistar – 143, Vodafone 212 y 92 de Orange, con los que más de 7 millones de hogares españoles tendrán la posibilidad de acceder a contenidos pensados para toda la familia y con una amplia diversidad de oferta. La programación propia de EWTN España se emitirá de 9h a 13h (Fuera de ese horario no es EWTN España). El resto del día, la programación estará disponible en su canal de Youtube.

Entre los contenidos que se podrán ver en EWTN desde hoy se encuentran todos los eventos del Vaticano, programaciones especiales en tiempos como Navidad o Cuaresma.., películas, charlas y debates o dibujos animados para los más pequeños.

EWTN no tiene publicidad, se financia exclusivamente por donativos, por lo que continúan pidiendo ayuda para hacer realidad un proyecto informativo y formativo para acercar a la gente a la fe, para defender y hacer crecer los valores cristianos en nuestra sociedad.

España

8 diciembre: Dia del Seminario

Maria José Atienza·5 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

La Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen viene acompañada, este año, en la iglesia española, por la celebración del Día del Seminario.

La jornada, que habitualmente se celebra en torno a la festividad de San José había sido aplazada a esta fecha a causa de la pandemia de COVID. Bajo el lema «Pastores misioneros» se resalta la identidad del sacerdocio ministerial como destacan en la explicación de la Conferencia Episcopal Española para esta jornada: «Los sacerdotes, en cuanto que participan del sacerdocio de Cristo Cabeza, Pastor, Esposo y Siervo (PDV, n. 15), son llamados en verdad «pastores de la Iglesia»; y en cuanto enviados por Cristo, con los Apóstoles (Mt 28, 19ss), son esencialmente misioneros dentro de una Iglesia toda ella misionera”.

Como señalan los obispos de la Comisión de Clero y seminarios de la CEE en la reflexión teológico pastoral que han publicado para este día «La solemnidad de la Inmaculada Concepción es para la Iglesia en España la ocasión apropiada para ayudar a todo el Pueblo de Dios a tomar conciencia de la importancia del Seminario Diocesano, casa y corazón de la Diócesis, donde germinan las semillas de las vocaciones al sacerdocio ministerial».

Además han querido subrayar la publicación de la nueva Ratio Fundamentalis Instituciones Sacerdotalis con la que se renuevan los planes de formación de los seminarios y que pone el foco formativo en la «la participación en la única misión confiada por Cristo a su Iglesia: la evangelización en todas sus formas».

El Día del Seminario se celebra desde el año 1935 con el objetivo de suscitar vocaciones sacerdotales mediante la sensibilización, dirigida a toda la sociedad, y en particular a las comunidades cristianas. Una jornada en la que la colecta se destina a los seminarios diocesanos, para su mantenimiento, continuidad, becas de seminaristas… etc.

Vaticano

Nuevo vademécum ecuménico: el obispo como protagonista

Ha sido presentado el documento “El obispo y la unidad de los cristianos: vademécum ecuménico”, del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los cristianos. Fruto del trabajo de tres años, y aprobado por el Papa Francisco el pasado 5 de junio, el documento contiene 42 puntos y se divide en dos partes.

Ricardo Bazán·4 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 3 minutos

Continuidad desde la Unitatis redintegratio

Durante la conferencia de prensa de presentación, el Cardenal Kurt Koch, Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los cristianos, explicaba que el documento se basa en “el Decreto Unitatis redintegratio del Concilio Vaticano II, en la Encíclica Ut unum sint, y en dos documentos del Pontificio Consejo: el Directorio Ecuménico y La dimensión ecuménica en la formación de quien se dedica al ministerio pastoral”. Sin embargo, no se trata de la mera repetición de tales documentos, sino de una presentación más concreta, ordenada y con la novedad de ofrecer unas recomendaciones prácticas al final de cada sección.

Una guía para los obispos

La finalidad del documento consiste en “ayudar y guiar a los obispos católicos en su servicio de promoción de la unidad de los cristianos a través de su ministerio”. De este modo nos encontramos con un texto pensado para ayudar a los obispos a realizar y cumplir esa responsabilidad ecuménica, la cual no consiste en una responsabilidad más de su ministerio episcopal, que pueda posponerse o desempeñar de manera opcional, “sino que más que un deber es una obligación”.

La estructura del vademécum

El texto contiene dos partes. La primera parte se titula “La promoción del ecumenismo en la Iglesia católica”, y trata de lo que la Iglesia Católica debe hacer para cumplir con su misión ecuménica, que constituye un verdadero desafío para los católicos. Resaltan en esta parte las estructuras y personas activas en el campo ecuménico, tanto a nivel diocesano como nacional, así como el uso de los medios de comunicación, punto sobre el cual pone especial atención al ser herramientas muy útiles en el desarrollo del diálogo ecuménico.

La segunda parte se titula “Las relaciones de la Iglesia Católica con los otros cristianos”, y recoge los 4 modos a través de los cuales la Iglesia Católica se relaciona con las otras comunidades cristianas, es decir, el ecumenismo espiritual, el diálogo de la caridad, el diálogo de la verdad y el diálogo de la vida.

Inspirar el desarrollo de la acción ecuménica

El cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los cristianos, en la Plaza de San Pedro el día de la presentación.

Como señalaba el Cardenal Kurt Koch, en la presentación del vademécum “no se trataba, sin embargo, de repetir estos documentos, sino de proponer una breve síntesis actualizada y enriquecida de los temas que se han dado a lo largo de los últimos pontificados y siempre desde el punto de vista del obispo: una guía que pueda inspirar el desarrollo de la acción ecuménica y que sea fácil de consultar”.

En efecto, esto sería uno de los elementos más enriquecedores del presente documento que se concreta en esas recomendaciones prácticas al final de cada sección junto a una serie de principios, que sirven al obispo como una guía y brindan experiencias e ideas para un sano ecumenismo, tal como lo dice el mismo documento: “Ante todo, el ecumenismo no consiste en una solución de compromiso, como si la unidad tuviera que lograrse a expensas de la verdad. Al contrario, la búsqueda de la unidad nos lleva a una valoración más plena de la verdad revelada por Dios”.

Hacia la unidad

Para eso recuerda que “la virtud de la caridad exige que los católicos eviten presentaciones polémicas de la historia cristiana y de la teología y, en particular, que eviten tergiversar las posiciones de los otros cristianos (cf. UR 4, 10)”. Por el contrario, insta a buscar puntos de contacto, como son la oración, la conversión y la santidad; la lectura y el estudio de las Sagradas Escrituras; la Semana de Oración por la unidad de los cristianos, las fiestas y ciclos litúrgicos comunes como Navidad, Pascua y Pentecostés; peregrinaciones ecuménicas; etc.

Finalmente, el vademécum presenta los documentos católicos existentes sobre el ecumenismo, además de un Apéndice con el listado y una breve presentación de los interlocutores del diálogo de la Iglesia Católica a nivel internacional. Esto último resulta muy interesante porque permite conocer los otros agentes con los cuales la Iglesia realiza ese diálogo, de manera que los obispos estén debidamente informados para desempeñar esa misión sobre la que se ha puesto especial atención e interés.

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FirmasJosé Enrique Fuster

Un nuevo reto de información y formación católica global

Al asumir esta revista, la fundación Centro Académico Romano pretende ponerla al alcance de todos los lectores interesados en una información actual y fiable sobre el catolicismo y su tarea en el mundo, con un planteamiento rico en recursos formativos.

4 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

Desde el agradecimiento a Ediciones Palabra S.A. y a su Presidenta, Rosario Martín G. de Cabiedes, por la ilusión y la eficacia con que han editado y distribuido la revista Palabra durante tantos años, y agradeciendo también el acuerdo alcanzado para el paso de la revista Palabra a Centro Académico Romano Fundación (CARF) como instrumento complementario para su misión, saludo a todos los suscriptores y lectores que desde 1965 habéis hecho de la revista vuestro medio de información eclesial y doctrinal.

Es misión de CARF prestar un servicio a la Iglesia, sobre todo consiguiendo medios económicos para ayudar a la formación humana, intelectual y espiritual de sacerdotes, seminaristas y religiosos de los cinco continentes y especialmente de diócesis que carecen de los recursos necesarios.

Al asumir esta revista, la fundación pretende ponerla al alcance de todos los lectores interesados en una información actual y fiable sobre el catolicismo y su tarea en el mundo, con un planteamiento rico en recursos formativos. Entre ellos piensa, en particular, en todas las diócesis del mundo y por supuesto en los sacerdotes y religiosos que ya conocieron CARF, para que les pueda servir como apoyo en el ejercicio de su ministerio sacerdotal.

La revista, con su director de los últimos once años, Alfonso Riobó, va a mantener la misma línea editorial que la inspiró en sus inicios en 1965, cuando se celebraba el Concilio Vaticano II, y desde entonces, modulándola a las necesidades del tiempo y adaptando su edición a los avances tecnológicos, lo que ahora implicará que, además de la actual edición impresa, salga al mundo también en versión digital.

Amigos y suscriptores de Palabra, deseo transmitiros mi saludo y deciros que este nuevo reto solo será viable con vuestra ayuda. La disfrutáis y conocéis su utilidad. Ayudadnos a difundirla entre muchas personas e instituciones: laicos, parroquias, sacerdotes, personas consagradas e instituciones religiosas, mecenas, anunciantes, etc., para aumentar suscripciones y conseguir ayudas económicas que la hagan sostenible. De antemano, gracias por vuestra comprensión y ayuda.

El autorJosé Enrique Fuster

Presidente del Patronato de Centro Académico Romano Fundación

Dossier

Las empresas tienen vida. De generación en generación

Rosario Martín Gutiérrez de Cabiedes·4 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

Los grandes proyectos son aquellos que se renuevan continuamente, que no envejecen, porque hay personas dispuestas a continuar la tarea que emprendieron otros tiempos atrás, con ideas nuevas y destinos cada vez más ambiciosos. Este es el caso de nuestra revista Palabra.

Los cambios sociales subyacentes relativos a la globalización, el avance tecnológico y las diferentes formas de comunicación, se han visto acelerados por una sociedad que, de repente, se ha visto confinada. En pocos meses hemos avanzado lo que nos hubiese llevado años sin pandemia. Pero, con pandemia o no, con vacuna o sin vacuna, estos cambios han venido para quedarse.

La evolución tecnológica hace posible el acceso a cantidades ingentes de información desde el más remoto rincón del planeta. Para nosotros llegar a todos los rincones se ha convertido en una obsesión, una necesidad apremiante.

Al mismo tiempo, asistimos con desconcierto a las negativas consecuencia de una sociedad crecientemente desinformada. Las “fake news” invaden las redes de comunicación haciendo difícil distinguir las fuentes fiables. Tenemos más información que nunca, pero estamos desinformados.

En este entorno, la revista Palabra, fuente siempre fiable, precisa y contrastada, debe brillar más, como el faro que muestra la ruta segura al navegante. Y así, a nuestra obsesión por llegar más lejos, se suma este segundo reto, hacernos más visibles donde ya estamos.

Sin embargo, queda un desafío mayor: el profundo cambio en la sociedad actual. Una sociedad liquida, difusa, sin ancla, sin compromiso, sin criterio.

Nuestra revista quiere aportarle información y respuestas. Las empresas y los proyectos tienen vida. Avanzan construyendo sobre lo construido por los anteriores. En la revista Palabra también queremos seguir creciendo, sin que cambie en nada nuestro ADN. Por ello cedemos el testigo a la Fundación CARF, quien asumirá los retos de esta nueva etapa como editora de la revista. Una nueva generación que se suma a las anteriores y la potenciará.

A todos les doy la enhorabuena, porque seguimos adelante más fuertes que nunca.

El autorRosario Martín Gutiérrez de Cabiedes

Presidenta de Ediciones Palabra S.A.

Dossier

Un ser vivo

Omnes·3 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

Texto: José Miguel Pero-Sanz, director de Palabra de 1969 a 2009

El director de la revista que, hasta hoy, se titulaba “Palabra” y que tuve el honor de dirigir durante 40 años (desde 1969 hasta 2009), me pide un artículo no muy extenso. Se lo agradezco.

Al recibir este pequeño encargo me ha venido a la memoria cómo, cuando pedí al escritor José María Pemán un artículo para Palabra, sus hijas me advirtieron que debería ser “cortito”, porque su padre no estaba para muchos trotes.

Visión de futuro

Los que hemos conocido la revista Palabra desde sus inicios, somos conscientes de que, desde su nacimiento, esta revista siempre ha mirado hacia el futuro. La revista Palabra nació hace 55 años con la idea de acompañar la vida de los católicos y ser referente en el panorama de información religiosa, acompañar una vida supone, por tanto, desarrollarse, cambiar, asumir nuevos retos, manteniendo la esencia intocable que le da sentido. 

El progreso del que hablo ha acompañado la trayectoria de la revista Palabra en todos los sentidos, desde la ubicación material de su redacción en las madrileñas calles de Hermosilla, Alcalá, Cedaceros, General Porlier y Arturo Soria (me parece recordar que también, durante algunos meses, en la Gran Vía) hasta lo que podríamos llamar su desarrollo “interior”.

Más de fondo ha sido la evolución que le llevó a ser una revista “para el clero de España y de América Latina” hasta dirigirse a un amplio público, de cierto nivel cultural, deseoso de una seria información y documentación católicas. Características ambas de esta publicación que ha vivido momentos clave en la vida social y eclesial durante su más de medio siglo de vida. 

También ha vivido la revista cambios cuanto a la propiedad de la revista: ha tenido numerosos dueños: una persona física, una sociedad anónima, o una editorial, hasta llegar al Centro Académico Romano Fundación. Cambios que, sin embargo, nunca han alterado el corazón ni la línea editorial de esta publicación. 

¿Qué significa todo lo dicho? Que “Omnes” es un ser vivo, con un rico pasado, un dignísimo presente y, sobre todo, un fascinante futuro.

Su vida siempre ha mirado hacia delante y me alegra ser testigo de su vida en esta nueva etapa.

Dossier

Cómo surgió la entrevista a San Josemaría

Omnes·3 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 6 minutos

Texto: Pedro Rodríguez: Fundador y primer director de revista Palabra

Yo era director de Palabra desde su origen (1965), pero en enero de 1967 me marché fuera de España y estuve hasta finales de junio de 1967 en Roma, Bélgica, Suiza y Alemania. En el plan del pequeño “consejillo” para la preparación de la futura Facultad de Teología de la Universidad de Navarra (Alfredo García, José María Casciaro y Pedro Rodríguez), figuraba que yo me dedicara plenamente a la proyectada Facultad que, en forma de Instituto Teológico, comenzaría en octubre de ese año. El viaje se planteaba en relación con ese proyecto: informar de nuestra futura Facultad en Universidades y ambientes ecuménicos. En mi ausencia me sustituía al frente de Palabra el subdirector de la revista, D. Carlos Escartín, que quedaría como director cuando yo me trasladara a Pamplona.

Durante mi ausencia europea, pero poco antes de mi regreso, según cuenta Carlos E., se reavivó, conversando con Manuel Arteche, una vieja ilusión que teníamos en Palabra: hacer una entrevista a san Josemaría Escrivá. Manolo A. dijo que podía ser el momento oportuno y Carlos E. hizo formalmente la petición y la tramitó a través de la Comisión Regional del Opus Dei en España.

Regresé a Madrid el 28 de junio de ese año y enseguida reconecté con la revista de la que era director, pero muy consciente de que mi labor fundamental ya no sería ésta ni podía serlo, pues me dedicaría full time a la Universidad de Navarra. Al llegar a Madrid, ayudé a Alfredo García Suárez y a Pepe Casciaro en la compleja operación de nuestro traslado a Pamplona, pues en octubre comenzaría el primer curso de Licenciatura.

A mediados de julio Emilio Navarro llamó al director de la revista para decir, de parte de Manuel Arteche, que el Padre (así llamábamos a san Josemaría) había aceptado y que, en principio, estaba dispuesto a conceder una entrevista a Palabra. Yo no estaba ese día en la Redacción. A Emilio le atendió Carlos, que me avisó enseguida y llamé a Manolo Arteche, que era el Director Espiritual de la Región de España: había en efecto respuesta positiva de Roma a lo de la entrevista, señalando que la revista enviaría al Padre un cuestionario de 18 preguntas.

Nos dedicamos a fondo a prepararlas y creo que en dos o tres días estaba terminado. Trabajábamos en Hermosilla 22, sede entonces de la redacción de la revista, en aquella simpática sala de reuniones y tertulias de redacción que allí teníamos. Estábamos los cuatro del equipo de dirección: Carlos Escartín, Alberto García Ruiz (hace poco Alberto me comentaba aquellas sesiones), Gonzalo Lobo y yo.

Palabra era entonces una revista de contenido sacerdotal, formalmente dirigida al clero. El criterio que nos guiaba en la elaboración del cuestionario era éste: en la situación actual de la Iglesia, de la Obra y de la aplicación del Concilio, ¿qué es lo que –pensando en nuestros lectores– interesa preguntar al Padre? ¿En qué cosas, principalmente, necesitamos y necesitan su orientación y magisterio?

Lo debatimos mucho hasta llegar a la formulación de las cuestiones que nos parecían adecuadas. Así nos salieron no 18, sino 21 preguntas, que mantuvimos. Pasamos a limpio el cuestionario y lo enviamos a Comisión Regional para que lo hicieran llegar al Padre. Manolo Arteche aporta un dato de sumo interés: de la Comisión mandaron a Roma el cuestionario tal cual, sin cambiar una coma y sin incluir borrador ni esquemas de respuestas de ningún tipo, que no habían pedido. Por tanto, las respuestas se elaboraron todas en Roma.

Verano de 1967 y las respuestas

El 4 de agosto salimos para Pamplona, junto con José Morales, Alfredo García, Pepe Casciaro, para una convivencia de diez días dedicada a la preparación del curso académico inicial del Instituto Teológico, con la idea de volver a Madrid una vez acabada. Quedaban en Madrid, para las cosas de la revista, Carlos y Gonzalo.

Nuestra sesión en Pamplona duró 12 días y tuvo lugar en un Centro de la Obra que está en la calle Carlos III: nos juntamos allí unos 12 profesores. El día 15, al terminar el “cónclave”, hubo un cambio de planes y yo, en vez de regresar a Madrid, marché con Alfredo a hacer el Curso anual de formación a Islabe, cerca de Bilbao, del 16 de agosto al 11 de septiembre. Al terminar el Curso, Alfredo regresó a Pamplona y yo me fui a Madrid a organizar mi traslado formal y definitivo a Pamplona, a donde llegué el día 17 de septiembre.

El Padre había pasado el verano en Italia y llegó a España por la frontera de Irún. Le esperaban Florencio Sánchez Bella, César Ortiz y algún otro de la Comisión. El día 13 de septiembre llegó a Elorrio, en Vizcaya, donde estuvo una semana. Rafael Camaño, que era de los que estaba allí con el Padre, regresó a Madrid el día 18 llevando consigo –según se lee en el diario del Centro de la calle Diego de León– los folios con las respuestas del Padre al cuestionario que le enviamos. Interesante la anotación del diario (18-IX-1967): “Hemos recibido las entrevistas con el Padre que se publicarán en la revista Palabra y en Gaceta Univ.

Son documentos de mucha importancia y que dan una luz clara sobre problemas de actualidad como el ‘aggiornamento’, el laicado, el trabajo de los sacerdotes, su libertad de asociación, etc. Por la tarde llamó César desde Islabe para dar algunas indicaciones. Es muy probable que el Padre venga esta semana a Madrid”.

Contestó a todas las preguntas menos la última, la número 21, que juzgó impropia (le preguntábamos por las preocupaciones más urgentes de Pablo VI. Una observación autógrafa del Padre —según me dijo Manolo A.— hacía notar que no era correcto hablar de lo que el Papa le dice a uno en audiencia privada). Yo estaba en Pamplona, como he dicho, cuando llegó la respuesta del Padre.

Maqueta y últimos detalles

La entrevista, que llegó a Madrid, como vimos, el 18 de septiembre, inmediatamente, contra reloj, se comenzó a maquetar. Hice un rápido viaje de Pamplona a Madrid a finales de septiembre para ver cómo iba la presentación y maquetación de la revista, viaje que recuerda muy bien Gonzalo Lobo, que estaba al cuidado de esa maquetación. Pero regresé rápidamente a Pamplona. Carlos Escartín y Gonzalo Lobo estaban, pues, de hecho, al frente de toda la operación de imprimir el número de Palabra de octubre de 1967, en el que se iba a incluir la entrevista.

Hay una anécdota interesante. Carlos –en eso habíamos quedado- era el que firmaba la “entradilla” o presentación de la entrevista, que se escribió en la redacción. Sin embargo, cuando salió Palabra de octubre apareció firmada por mí. Recuerda Carlos que, cuando vino a Pamplona para los actos de octubre (acababa de aparecer el número de Palabra y se hicieron miles de separatas de la entrevista), yo le comenté mi extrañeza por verme firmando ese texto, que no había escrito. Él me dio esta razón: que se lo habían pedido de Comisión Regional, diciéndole que lo lógico era que la entrevista al Padre apareciera firmada por el director de la revista.

He aquí esa entradilla: “Hace pocos meses informábamos a nuestros lectores de que, venciendo la resistencia de Mons. Escrivá de Balaguer, se publicará próximamente un libro que recoge una selección de algunos de sus escritos (cfr. Palabra, 21 [1967] 11). Mientras el libro llega a la calle, hemos deseado poner al alcance de cuantos nos leen estas reflexiones con las que el Fundador del Opus Dei contestó a nuestro apretado cuestionario.

La vida actual de la Iglesia, los horizontes que se abren al quehacer pastoral, la realidad del laicado y de la vida cristiana, las exigencias de la libertad y de la dignidad de la persona humana, la renovación de la tarea eclesial, la trascendencia eclesiológica del Opus Dei, son temas sobre los que hemos centrado esta entrevista. A través de estas páginas, únicas hasta el momento, se ponen de manifiesto los sobrenaturales deseos y afanes del Fundador del Opus Dei, deseos, afanes y realidades de servicio fiel a Jesucristo y a su única Iglesia, a los cristianos todos y a todos los hombres de buena voluntad.

No podemos menos de manifestar nuestra alegría de poder publicar estas páginas, que responden a un deseo que hace mucho tiempo teníamos. También queremos agradecer a Mons. Josemaría Escrivá de Balaguer la amplitud, claridad y franqueza con que nos ha atendido. Al hacerlo, quisiéramos añadir también nuestro agradecimiento y nuestro afecto que no encuentran una fácil expresión en estas breves líneas. Pedro Rodríguez.” En todo caso, la sorprendente referencia que en ella –en la entradilla– se hace al “inmediato libro” de nuestro Padre –que nunca apareció–, me lleva a pensar que ahí había otras manos distintas de las Alfredo García o Manolo Arteche, pero éste no se acuerda).

La referencia, por cierto, es a un artículo mío publicado en el número de junio de la revista, titulado Contribución a una teología del apostolado organizado (Palabra 21 [1967] 9-15), que en nota a pie de página incluye esa audaz afi rmación acerca de un libro de nuestro Padre que desconozco por completo. El artículo lo escribí estando en Lovaina y lo mandé en marzo de ese año. Es casi seguro, por razón de la temática, que debió tener el asesoramiento en Roma (aunque creo recordar que yo lo mandé –desde Suiza– a la Comisión de España). Pienso que esa nota a pie de página (que se recoge en la entradilla) es una adición sugerida en Roma. Yo no recuerdo nada, pero es impensable que yo la incluyera por mi cuenta. Todo eso debe constar en el expedientede ese artículo en el Archivo General de la Prelatura.

Incluida en el libro Conversaciones

El Padre salió de Elorrio para Molinoviejo, la casa de retiros situada en la provincia de Segovia, el jueves 21, y allí estuvo hasta el domingo 24. Del 24 de septiembre al 5 de octubre estuvo en Lagasca, de donde salió para Pamplona. Recuerda Manolo otra anécdota. Cuando estaba ya compuesta la entrevista –se compuso con gran rapidez-, Carlos Escartín le dio los pliegos por si el Padre quería verlos, y Manolo los llevó a Molinoviejo y se los enseñó a nuestro Padre, que le hizo notar lo impropio del asunto:¿para que me los traes?, ¿para que yo las corrija? Para eso están los correctores de pruebas…

La entrevista salió publicada con esmero ycon nuestro Padre en la portada del número(foto elegida por Gonzalo Lobo). Se vendió a miles en los actos de Pamplona y constituye el primer capítulo en el inmediato libro –éste, sí– de Conversaciones con Monseñor Escrivá de Balaguer.

Dossier

De Palabra a Omnes: Una historia que se continúa escribiendo

La etapa en la que se sumerge revista Palabra no hubiera sido posible sin la historia que la avala y le da sentido. Continuar siendo una referencia en el panorama analítico de la información socio-religiosa constituye un nuevo reto al que responder con altura, tal y como lo ha hecho a lo largo de sus más de 50 años de vida.

Omnes·3 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Recogemos aquí la explicación de este cambio de nombre, sus razones, los recuerdos de quienes han dirigidos sus páginas en estos años y nuestra apuesta de futuro.

Un nuevo nombre: Omnes

Cómo surgió la entrevista a San Josemaría.

Por Pedro Rodríguez. Fundador y primer director de revista Palabra

Revista Palabra: Un ser vivo

José Miguel Pero-Sanz, director de Palabra de 1969 a 2009

Dossier

Un nuevo nombre: Omnes

Con Omnes queremos abrir esta ventana de análisis y reflexión a los temas que hoy ocupan el corazón y la mente de los católicos

Omnes·3 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 3 minutos

Omnes [todos] ‘omnis, omne’ : “todo”. 

Le daré una piedrecita blanca, y, escrito en ella un nombre nuevo, que nadie conoce sino aquel que lo recibe” (Ap 2, 17). Un nombre nuevo, por el que será conocido, que describe lo que es, que la “conforma”.

Elegir un nombre es siempre una tarea difícil. El nombre es algo más que un conjunto de letras, es una identificación, una identidad, una especie de renglón que dice lo que somos, que habla de nuestra propia naturaleza, de nuestra misión.

Nombrar es dar vida.

Continuidad y apertura

Por eso, cuando la revista que hasta ahora ha caminado con un nombre tan grande como el de Palabra, ha afrontado el reto de comenzar una nueva etapa, se puso de manifiesto, por muchas razones, la necesidad de escoger un nuevo nombre para este proyecto, una denominación que mantuviera su esencia y que, al mismo tiempo, se abriera a todo aquello que ocupa hoy la vida de la Iglesia y la sociedad y a todos, a las personas, sus inquietudes, sus preguntas.

A todo y a todos

En Omnes queremos incluir a esos ‘todos’ que han construido esta revista a lo largo de sus más de 55 años de vida: directores, impulsores, amigos, lectores, mecenas…. Y también a quienes seguirán formando parte de estavida que continúa: los jóvenes y todos los que ya estamos familiarizados con el medio digital.

Omnes, por último, señala a la catolicidad. Con Omnes, este nuevo portal de noticias digital, llegaremos también, con más rapidez y eficacia, a todos aquellos que estén interesados en toda la vida de la Iglesia en otros países.

Y con Omnes queremos abrir esta ventana de análisis y reflexión a los temas que hoy ocupan el corazón y la mente de los católicos: temas cada vez más complejos y universales, que afectan a todas las esferas de nuestra vida cristiana, social, ciudadana…

Desde el próximo enero, Omnes continuará haciendo vida la herencia recibida, asumiendo retos y ampliando horizontes para seguir siendo referente en la información católica en la actualidad.

El logotipo

Javier Errea.

Director de Errea Comunicación, creadores de la nueva imagen

Omnes es un término incluyente, como lo es el mensaje evangélico:se dirige a todas las personas, de cualquier raza y condición.

Lo mismo nuestro nuevo medio: sigue con ese mismo espíritu cálido, acogedor, dialogante. Donde caben todos.

Donde todos podemos entendernos o, al menos, establecer puentes para hacerlo. En el Antiguo Testamento, el Salmo 117 dice: “Laudate Dominum omnes gentes” (“Alabad al Señor todas las gentes, todas las naciones”). Esa es la vocación de Omnes. Omnes es, además, una palabra latina y, como tal, internacional. No es una denominación regional ni sometida a ningún contexto que limite su claridad. Desde el punto de vista gráfico, el logotipo es transparente, exclusivamente tipográfico.

Para su composición, se ha empleado una tipografía bellísima que se llama Voyage, es decir, viaje. Que es lo que hacen la palabra, el mensaje evangélico y los que lo trasladan a todo el mundo: viajar. Moverse. Ir a donde están quienes más lo necesitan, quienes esperan, tal vez sin saber que lo están esperando. 

Omnes está escrito en minúsculas por un doble motivo: porque así el logotipo es más compacto y porque las minúsculas son modestas, de perfil más amable, menos impositivas. Omnes no llega gritando ni dando un puñetazo en la mesa; no es arrogante como las mayúsculas sino delicado y respetuoso.

Omnes: la continuidad y el futuro de la revista Palabra, en compañía de los lectores

3 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

En el número impreso de noviembre informábamos de los proyectos para la expansión digital de la revista Palabra y de su cambio de entidad editora. Continuamos nuestra comunicación con los lectores acerca de nuestros proyectos, para presentarles algo tan significativo como un cambio de nombre en la cabecera: desde el próximo número (enero de 2021), recibirán esta revista con el nombre de Omnes.

Este cambio es una consecuencia inevitable del anterior –el cambio de entidad editora– y se explica en relación con el sucesivo –el gran proyecto de un nuevo portal web, complementario a la revista impresa– del que daremos todos los detalles en el próximo número de enero.

La cabecera “Palabra” nos ha identificado desde septiembre de 1965, creando una rica tradición y una garantía de fiabilidad, que ahora hereda Omnes. El propósito es darles continuidad y actualidad, al mismo tiempo que se evita toda eventual confusión con las publicaciones de Ediciones Palabra S.A.

Omnes será la misma revista Palabra de siempre, más actual y en mejores condiciones de alcanzar mayor eficacia. Se adaptará a los modos actuales de la comunicación y a los hábitos que ya se han hecho mayoritarios, en los que conviven el papel impreso y los recursos digitales. Se trata de un objetivo compartido y respaldado por todos los que participan o han participado en la vida de la revista. Así lo manifiestan, en este número, el creador y primer director de Palabra, Pedro Rodríguez, así como su sucesor durante muchos años, José Miguel Pero-Sanz, y el director actual, Alfonso Riobó, que sigue al frente de la publicación. También lo han hecho la presidenta de Ediciones Palabra y el presidente del patronato de la fundación CARF en el número de noviembre. Y no dudamos de que también se alegran los lectores.

Para lectores y amigos no cambia nada sustancial. Seguirán recibiendo la misma revista y del mismo modo, con los mismos contenidos y de acuerdo con la misma línea editorial. Varía la nueva cabecera, Omnes, que a tanto apunta. Por supuesto, si Omnes significa “todos”, entre ellos los primeros son Ustedes. En su compañía continuamos el recorrido.

Te lo contamos todo

De Palabra a Omnes: Una historia que se continúa escribiendo

Las empresas tienen vida. De generación en generación

Por Rosario Martín Gutiérrez de Cabiedes. Presidenta de Ediciones Palabra S.A.

Un nuevo reto de información y formación católica global

Por José Enrique Fuster. Presidente del Patronato de Centro Académico Romano Fundación

El autorOmnes

España

iMisión desvela sus “7 secretos para evangelizar en Internet”

La plataforma de evangelización digital inicia  su nueva oferta de cursos online CONECTA con la que pretende formar a los católicos para ser evangelizadores digitales.

Maria José Atienza·3 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Xiskya Valladares, religiosa de la Pureza de María y el sacerdote marianista, Daniel Pajuelo, son los impulsores de estos cursos de Evangelizar en Internet a través de los que estos dos «influencers» quieren formar a los católicos en la espiritualidad de la evangelización digital y en todas aquellas herramientas y técnicas que les permitan moverse con soltura y gestionar sus redes sociales de un modo más profesional. 

Este primer curso CONECTA, que se realiza a través de la plataforma Udemy, tiene como objetivo ayudar a todos aquellos interesados en la evangelización en Internet: ya sean consagrados, profesores de religión, jóvenes, gestores de comunidades online.. etc, a conocer tanto los criterios evangélicos que permiten discernir en este tipo de misión, como las enseñanzas del magisterio de la Iglesia católica sobre la evangelización digital o casos prácticos de evangelización digital.

Además de ello, tratarán los riesgos y oportunidades que ofrece Internet en el campo evangelizador que hacen fracasar la evangelización en Internet y cómo gestionar prácticamente este tipo de tareas.

Cursos específicos

Además de conocer las claves para anunciar y vivir el Evangelio en el ámbito digital, iMisión impartirá módulos formativos específicos para cada red social: Ser misionero en Instagram, Facebook, Youtube, Tik Tok o Twitter. Para ello, contará con la participación de evangelizadores conocidos en el entorno digital como Ester Palma, misionera española en Corea del Sur o Paulina Núñezcommunity manager de Regnum Christi en España.

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Reverendo SOS

Estrategias psicológicas para el acompañamiento espiritual (III)

Tras establecer en la primera y en la segunda entrega el marco y los cimientos de la relación de acompañamiento espiritual, y cómo favorecer que sea una relación asimétrica que se crea bidireccionalmente, vemos ahora herramientas para comunicar con efectividad.

Carlos Chiclana·3 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 3 minutos

Pueden señalarse las siguientes herramientas para comunicar con efectividad en el marco del acompañamiento espiritual.

Escucha activa

Además de oír y enterarnos qué cuenta, queremos comprender muy bien lo que transmite. Para esto es necesario enfocarse completamente en lo que nos dice y lo que no dice –sobre lo que le preguntaremos si es oportuno-, entender el significado de lo que comunica en el contexto de sus deseos, ilusiones y proyectos.

Para esto facilitaremos que se exprese en su totalidad, que sea sincero; valoramos si existe diferencia entre las palabras, el tono de voz y el lenguaje corporal y lo que conocemos de su vida reciente. Extraeré lo esencial de lo que comunica para ayudarle a llegar a ello, sin perdernos en largas historias descriptivas.

Además de mirarle y sentarnos de forma que el cuerpo también esté receptivo a las señales, podemos resumir, parafrasear, reiterar y reflejar lo que ha dicho para asegurar que está pudiendo expresarse, que yo me entero y le comprendo. 

Mis palabras serán coherentes con lo que me cuenta, porque respondo al hilo de las suyas, no de ideas preconcebidas mías. Integro y construyo desde las ideas, sugerencias y metas suyas. 

Buscaremos cómo atenderle según sus necesidades y objetivos, y acompañar según las necesidades que plantea, sus preocupaciones, metas, valores y creencias sobre lo que considera que es importante para él, posible de alcanzar o no. 

Intentaré animar, aceptar, explorar y reforzar para que exprese sus sentimientos, percepciones, preocupaciones, creencias, sugerencias, etc., o pueda sincerarse porque sabe y siente que es acogido y no juzgado, con el fin de poder continuar hacia los objetivos. 

Realizar preguntas potentes

Puede servir que hagamos preguntas abiertas o muy directas que ayuden a que reflexione sobre sí mismo, su vida, su proyecto y así ponerse en el escenario verdadero:

  1. que reflejen que me he enterado de cómo se encuentra, qué ocurre, qué necesita, qué desea, cómo vive la situación. Así refuerzo la escucha activa y que muestra que comprendo el entendimiento de su punto de vista;
  2. que hablen de descubrimiento, toma de conciencia, compromiso o acción. Por ejemplo, preguntas que desafíen sus presunciones o prejuicios, sus falsas creencias, sus malas costumbres; que abran horizontes, aporten ideas no sospechadas o generen ilusiones nuevas;
  3. que sean abiertas y aporten mayor claridad, posibilidades o nuevos aprendizajes;
  4. que le lleven a mirar adelante, hacia lo que desea, a crecer, y no tanto a justificarse o mirar al pasado. 

Acompañar con hipótesis

Con la experiencia, aprendes que no eres Dios y que tú no tienes la voluntad de Dios en una varita mágica. Así, cuando has pensado y rezado sobre algo de otra persona, te fías de la acción del Espíritu Santo en ti y a la vez te fías de la acción del Espíritu Santo en la otra persona; y respetas la libertad de la otra persona, y le planteas las cuestiones en modo hipótesis: ¿podría ser que…?, ¿te ayudaría si…?, ¿has considerado si sería bueno para avanzar por donde quieres que…? 

De esta forma que dejas espacio a Dios, a la libertad y responsabilidad de la otra persona, no impones lo que tú consideras y, además, hay más probabilidades de “éxito” y menos necesidad de control-seguridad por tu parte.

Comunicar directamente

Utiliza un lenguaje que se entienda, apropiado, univalente y respetuoso. Que tenga el mayor impacto positivo, que sea claro, sin eufemismos, bien articulado, directo al aportar y compartir impresiones y pareceres. Indica claramente los objetivos, la agenda, el propósito de los medios, planes, etc. Utiliza metáforas y analogías que ayuden a ilustrar un tema o pintar un cuadro con palabras. Reencuadra, para ayudar a entender desde otra perspectiva lo que éste quiere o aquello de lo que no está seguro.

Cultura

Gabriela Mistral (1889-1957): 75 años después de recibir el Premio Nobel

Los poemas de Gabriela Mistral nos descubren una mirada enamorada a un mundo en el que Dios no es un extraño. La Premio Nobel chilena invita a pensar con radicalidad la existencia y a descubrir la misericordia de Dios en las necesidades más elementales de los seres humanos.

Jaime Nubiola·2 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 4 minutos

En el Valle del Elqui, en las tierras del Norte de Chile, el azul del cielo es intensamente azul durante el día. Ya oscuro, tan seco aquello, con sus trescientas noches despejadas al año, el cielo es límpido para embeberse de estrellas. El sonido del río que da nombre al valle se oye nítido y acelerado. El sol pega fuerte llenando las vides; lo abrupto de los montes pedregosos deja cultivar la tierra casi solamente donde el Elqui ha ido conquistando espacio. Gabriela Mistral conoció y amó profundamente su tierra natal y a sus gentes. Allí aprendió también a encontrar a Dios y a admirarse de sus obras.

El 10 de diciembre del 2020 se cumplen 75 años de la entrega del Premio Nobel de Literatura a Gabriela Mistral, la primera escritora de Latinoamérica en recibir este galardón (1945). Sus obras Desolación (1922), Ternura (1923) y Tala (1938) son probablemente las que la hicieron acreedora de ese premio. Ibáñez Langlois escribe: “Ajena a modas y maneras, arraigada en la tradición más propia —el sentimiento bíblico, la poesía castellana, las esencias rurales del país— esta maestrilla norteña escribió algunas de las estrofas más desgarradoras y tiernas del idioma”. Y, por su parte, Neruda afirmará en 1954 a propósito de los Sonetos de la muerte, publicados cuarenta años antes: “La magnitud de estos breves poemas no ha sido superada en nuestro idioma. Hay que caminar siglos de poesía, remontarnos hasta el viejo Quevedo, desengañado y áspero, para ver, tocar y sentir un lenguaje poético de tales dimensiones y dureza”. Transcribimos el primero de esos sonetos que ilustra bien la fuerza de la expresión de la joven Mistral a los 25 años:

Del nicho helado en que los hombres te pusieron,
te bajaré a la tierra humilde y soleada.
Que he de dormirme en ella los hombres no supieron,
y que hemos de soñar sobre la misma almohada.

Te acostaré en la tierra soleada con una
dulcedumbre de madre para el hijo dormido,
y la tierra ha de hacerse suavidades de cuna
al recibir tu cuerpo de niño dolorido.

Luego iré espolvoreando tierra y polvo de rosas,
y en la azulada y leve polvareda de luna,
los despojos livianos irán quedando presos.

Me alejaré cantando mis venganzas hermosas,
¡porque a ese hondor recóndito la mano de ninguna
bajará a disputarme tu puñado de huesos!

Gabriela Mistral nació en Vicuña, en el norte de Chile, en una familia de escasos recursos; fue educada muy pobremente, pero llegó muy lejos por su talento, su trabajo perseverante y la ayuda de personas que advirtieron su valía. Mistral comenzó a impartir clases como ayudante de maestra a los 15 años y no dejó de hacerlo mientras vivió en Chile, al tiempo que se iniciaba en la escritura. Sus primeros escritos son de 1904 y obtendrá el Premio Nacional de Poesía de Chile en 1914 con sus Sonetos de la muerte. En 1922 se traslada a México para colaborar en la reforma educativa mexicana y luego ostentará diversas representaciones consulares de Chile en diferentes países de Europa y América. Fallecerá de cáncer de páncreas en Nueva York en 1957 a los 67 años. Donó los derechos de sus obras a la promoción de los niños de Montegrande, el pueblo en el que se desarrolló su infancia.

Al lector de hoy los poemas de Gabriela Mistral le impresionan no solo por su sonora musicalidad, sino también por su profunda religiosidad. Tuvo la poetisa una intensa experiencia de Dios. En el Poema de Chile, por ejemplo, al recorrer la larga geografía de su patria, contemplando el norte desértico, escribe:

En tierras blancas de sed / partidas de abrasamiento / los Cristos llamados cactus / vigilan desde lo eterno.

Dios está presente por doquier, quizá como contrapunto de la dureza de la vida, pero también como respuesta última de la belleza y dulzura que encuentra en la naturaleza. Como años después al Papa Francisco, a Mistral le cautivó profundamente la luz y fuerza de san Francisco de Asís. Por ejemplo, en Motivos de san Francisco rememora su voz:

“¡Cómo hablaría san Francisco! ¡Quién oyera sus palabras goteando como un fruto, de dulzura! ¡Quién las oyera cuando el aire está lleno de resonancias secas, como un cardo muerto! Esa voz de san Francisco hacía volverse el paisaje hacia él, como un semblante; apresuraba de amor la savia en los árboles y hacía aflojar de dulzura su abullonado a la rosa. Era un canto quedo, como el que tiene el agua cuando corre bajo la arenita menuda”.

Gabriela Mistral hubo de hacer frente a muchas dificultades en su vida, también a aquellas “sequedades de que habla la Santa” y de las que dice que son “las tentaciones más duras” (Los compañeros de San Francisco: Bernardo de Quintaval). Quizá por eso su mirada fue especialmente misericordiosa y su actitud ante la creación respetuosa como la de una abeja: “Yo quiero, Francisco, pasar así por las cosas, sin doblarles un pétalo” (La delicadeza). Devota de il poverello de Asís y lectora asidua de sus Florecillas, perteneció a la Orden Tercera de San Francisco. De hecho, legó la medalla y el pergamino que acreditan su Premio Nobel al pueblo de Chile y están bajo custodia de los franciscanos en el mismo museo en el que se conservan la biblia que solía utilizar, un rosario de cuentas de cerámica y medallas de metal y un crucifijo suyo de madera tallada y policromada del siglo XVIII. Fue enterrada por expreso deseo suyo con el hábito franciscano.

Han pasado 75 años de la concesión del Premio Nobel a esta poeta. Aunque en los últimos años se ha puesto especial interés en investigar otros aspectos de su vida personal, es una buena ocasión para releer sus textos en verso y prosa, emocionarnos con su sensibilidad y aprender de su religiosidad fundida “con un lacerante anhelo de justicia social”.

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Religiones y paz

El Papa Francisco ofrece en su reciente encíclica Fratelli tutti, una visión positiva y esperanzadora sobre la contribución de las religiones a la fraternidad humana y a la paz.

2 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

Cada ataque en nombre de la religión hace surgir la cuestión sobre el papel de las creencias en la sociedad. Hay quien tiende a ver en la religión una fuente de conflictos y de violencia, y por eso apoya su eliminación de la vida pública. Por el contrario, el Papa Francisco ofrece en su reciente encíclica Fratelli tutti, una visión positiva y esperanzadora sobre la contribución de las religiones a la fraternidad humana y a la paz. Uno de los anhelos más profundos del corazón humano, que no se consigue de manera espontánea, y requiere la contribución de las personas y de las instituciones. La Encíclica aborda esta cuestión en torno a tres ejes: desvela las raíces de una violencia falsamente vinculada a la religión; recuerda que en la religión están los valores de la auténtica paz; finalmente, sostiene que la contribución de las comunidades religiosas a la paz requiere el respeto de la libertad religiosa. 

Francisco condena el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones. La violencia no encuentra fundamento en las convicciones religiosas, sino en sus deformaciones. Ya Benedicto XVI recordó que el fundamentalismo es una distorsión de la auténtica religión y surge cuando no se tiene en cuenta el papel purificador de la razón. La clave para distinguir lo genuinamente religioso de lo que no lo es, radica en el pleno respeto de la dignidad humana. En segundo lugar, existe una indudable conexión entre los postulados de las principales tradiciones religiosas y los valores vinculados a la paz. La mayor parte de los escritos sagrados y sus tradiciones contienen mensajes de concordia. Por otra parte, la ética religiosa es capaz de promover actitudes como la humildad, la paciencia o la compasión, que son fundamentales en la promoción de la paz. Entre ellas, ocupa un lugar preeminente la capacidad de perdonar y de reconciliarse, tema fuertemente acentuado en el cristianismo, una vida auténticamente religiosa debe producir frutos de paz y fraternidad, pues la religión fortalece la unión con la divinidad, y también una relación más solidaria entre los hombres. 

Por último, el Papa afirma que reconocer a Dios es siempre un bien para nuestra sociedad; y, por el contrario, la privación de libertad religiosa acaba conduciendo a pisotear la dignidad del hombre. Es también fundamental el papel de los líderes religiosos, llamados a trabajar en la construcción de la paz, no como intermediarios, sino como auténticos mediadores, que no se guardan nada para sí mismos, sabiendo que la única ganancia es la de la paz. Fratelli tutti supone una contribución decisiva para reafirmar el papel de las religiones. Éstas están llamadas a construir una paz duradera.

El autorMontserrat Gas Aixendri

Catedrática en la Facultad de Derecho de la Universidad Internacional de Cataluña y directora del Instituto de Estudios Superiores de la Familia. Dirige la Cátedra sobre Solidaridad Intergeneracional en la Familia (Cátedra IsFamily Santander) y la Cátedra Childcare and Family Policies de la Fundación Joaquim Molins Figueras. Es además vicedecana en la Facultad de Derecho de UIC Barcelona.

Iniciativas

Las Hijas de Jesús abren las celebraciones de su 150 Aniversario

Omnes·2 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

Las religiosas, fundadas por la guipuzcoana Cándida María de Jesús en 1871, celebran este aniversario con el deseo de agradecer lo recibido, descubrir la fecundidad de estos 150 años y profundizar en su identidad.

«Un carisma vivo, un camino compartido»

El Aniversario, que se abrirá de manera oficial el próximo 7 de diciembre, en Madrid, se extenderá hasta el 8 de diciembre de 2021 bajo el lema «Un carisma vivo, un camino compartido». Graciela Mirta Francovig, superiora de esta congregación, ha dirigido una carta a las Hijas de Maria y a los laicos que participan de su espíritu, en la que señala que «este año que se nos regala es una gran oportunidad para permitir que el Señor trabaje nuestra conversión, pedimos la gracia de ser renovados por su Espíritu».

Para todo este año, las Hijas de Jesús han formado una comisión que será la encargada de coordinar las acciones de celebración de este año en el que la figura de Santa Cándida, la fundadora, será clave en la profundización que este acontecimiento quiere hacer de sus «orígenes, volver a sus escritos y expresiones esenciales, al punto de arranque de la vivencia del carisma. Deseamos que sea una celebración universal, que llegue a todo el cuerpo apostólico y a todos los lugares».

Las Hijas de Jesús

Las Hijas de Jesus son una congregación ignaciana que centra su carisma en la promoción del desarrollo de los más desfavorecidos, especialmente a través de la enseñanza y la acción con la juventud. Este carisma se manifiesta en colegios, residencias universitarias y centros educativos siempre con una visión cristiana de la persona, de la vida y del mundo,

Actualmente, tienen presencia en diecinueve países de cuatro continentes: América del Sur, África, Asia y Europa. En España.

Su fundadora fue Juana Josefa Cipitria y Barriola. Natural de Andoain (Guipúzcoa) donde nace el 31 de mayo de 1845. En 1869 siente que Dios le pide fundar una congregación dedicada a la educación. Con otras cinco compañeras y la ayuda del P. Herranz sj., funda las Hijas de Jesús el 8 de diciembre de 1871 en Salamanca. En el momento de su muerte en Salamanca, el 9 de agosto de 1912, la Congregación está extendida por España y Brasil.Fue beatificada el 12 de mayo de 1996 y canonizada el 17 de octubre de 2010.

Inicio de las celebraciones

El Aniversario se abrirá con dos celebraciones los próximos 7 y 8 de diciembre.

El 7 de diciembre, el Equipo de Pastoral Juvenil Vocacional de la Provincia de España-Italia organizará una Vigilia con Jóvenes desde Madrid en conexión virtual con todos los lugares del mundo.

El 8 de diciembre, se celebrará una Eucaristía de apertura en la Capilla del Colegio Mayor Montellano con la presencia del obispo de Salamanca, don Carlos López, y de los superiores de los Jesuitas y Dominicos.

Cultura

Solemnis. Beethoven en su 250 cumpleaños

Nacido en diciembre de 1770, Ludwig van Beethoven es una de las grandes figuras de la historia de la música. Su producción abarca diversos géneros, entre ellos la música sacra. Una de las composiciones es la Misa solemnis, que él consideraba su principal obra. El autor la analiza y ofrece una guía para su audición.

Ramón Saiz-Pardo Hurtado·2 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 10 minutos

NOTA: A lo largo del artículo podrá acceder a diferentes contenidos que enlazan con la explicación del autor.

El bautismo de Beethoven está documentado. La partida es del 17 de diciembre de 1770. Como la costumbre era bautizar a la criatura al día siguiente de su nacimiento, el día 16 se celebra su 250 cumpleaños. Lo que no parece constar es su adscripción a algún tipo de masonería.

La producción sacra de Beethoven cuenta con tres grandes obras: el oratorio Jesús en el Monte de los Olivos, Op. 85; la Misa en do mayor, Op. 86 y la Missa solemnis en re mayor, Op. 123. Para los neófitos: según el propio Beethoven, su obra principal, la más grande, la más lograda, no es ninguna de sus sinfonías (la Quinta, la Novena…), o ninguno de sus conciertos, o su única ópera (Fidelio), sino la Missa solemnis. Por eso, mi intento en estas páginas consiste en enfocarla.

En contexto

La música sacra, y más específicamente la verdadera música litúrgica, debe ser exégesis del Misterio. Puesto que puede llegar más lejos que las palabras, la música es capaz de adentrarnos más en la plenitud e intimidad del Cristo presente en la liturgia. La pregunta que cabe plantearse entonces es: ¿qué es lo que dice la producción sacra de Beethoven?

Nuestro protagonista no pasó de la escuela elemental. Sin embargo, se le conoce por haberse convertido en un asiduo lector de los clásicos y de los escritores de su época, Kant entre otros. ¿Qué síntesis alcanzaría en su cabeza con una niñez católica, pero sin la capacidad crítica que aportan unos estudios más profundos, con tales lecturas… y con la revolución ocupando Viena? 

J.S. Bach y el barroco han quedado atrás solo en 1750; Mozart es solo 14 años mayor que Beethoven; Schubert, aunque más joven que él, muere casi a la vez; y el lenguaje musical ha cambiado en sus fundamentos. Más aún, Bach conocía su liturgia (luterana), pero ¿se puede decir que conocía la suya el Beethoven reticente al clero y a lo que le sonara a Iglesia institucional? Hay que saber que Schubert, cuando escribe el Credo en sus Misas, se salta algunas frases. Beethoven no llega a este extremo, pero es importante saber dónde quiere ir. Esta es la pregunta. No olvidemos que Beethoven es maestro por su modo de decir, sabe decir lo que quiere. 

Obra sacra

Procedente de su Bonn natal, Beethoven llega a Viena en 1792, donde se estableció hasta su muerte (1827). Llega para estudiar con F.J. Haydn. En 1796, los primeros síntomas de su afección auditiva, la tragedia de un músico sordo (!). En 1802-1803 comprende que un día perderá del todo la audición. Es la época del desgarrador testamento de Heiligenstadt, en que declara su intención de quitarse la vida, y de la composición de su oratorio, Jesús en el Monte de los Olivos

En él, Beethoven sigue pacíficamente el gusto vienés de la época. Para algunos es convencional. Hay quien lo considera un autorretrato. Personalmente, prefiero ver la obra de alguien que conoce el dolor y se mira en el Jesús de Getsemaní (pinche aquí para escuchar la pieza). En vida del autor, tuvo no pocas réplicas, con relativo éxito entre el público, pero no tanto entre la crítica. A su favor se pronuncia el director inglés Sir Simon Rattle, que la considera un desafío fascinante. En la actualidad, los últimos pasajes de este oratorio han alcanzado una cierta popularidad, transformados en un Aleluya.

El Beethoven que resurgió de este periodo difícil declaró que había emprendido ya una nueva vía, con un nuevo modo de escribir y, sobre todo, con otra concepción. El compositor se encuentra ahora en el centro de sus obras. Es el periodo de la Sinfonía n. 3, Heroica, de la Sonata para piano Appassionata y de la Misa en do mayor (1807). Esta fue un encargo del príncipe Nikolaus Esterházy. El príncipe, quizás acostumbrado al estilo de un Haydn conservador, del que había sido mecenas, se declaró “enfadado y confuso” con esta obra. Beethoven, sin embargo, se mostró satisfecho del trabajo cuando escribió al editor: “No quiero decir nada sobre mi Misa, pero pienso que he tratado el texto como raramente” (Escuche aquí la Op. 86). 

La Missa solemnis

Alrededor de 1815, Beethoven vuelve a vivir otro momento de crisis del que, de nuevo, resurge vigoroso para afrontar su último periodo compositivo, en el que escribe obras de espesor inigualable. A este periodo pertenecen algunos cuartetos, la Novena sinfonía y la Missa solemnis. Sus recursos compositivos están ya todos a punto y su sordera va a llegar al máximo.

Un conocido pensador de temas sociales y musicólogo ha dedicado parte de su trabajo a la crítica musical de Beethoven. Es público que, durante años, ha trabajado en una clasificación de las obras de nuestro protagonista. Pero sus intentos han encallado repetidamente ante uno y el mismo obstáculo, la Missa solemnis. Esta se le quedaba siempre fuera del molde de sus criterios, por ricos y elaborados que fuesen. Tras muchas vueltas, ocurrió lo que cabía esperar: le acabó escandalizando la misma existencia de esta obra.

La ocasión de la Missa fue la noticia de que el archiduque Rodolfo de Habsburgo, alumno y protector de Beethoven, iba a ser consagrado obispo de Olmütz. El compositor comenzó a trabajar en ella en 1818, con la intención de poder estrenarla para la ocasión, en marzo de 1820. “El día que mi Misa solemne sea interpretada para la fiesta de su Alteza Real, será el más feliz de mi vida y Dios me iluminará para que mis débiles capacidades contribuyan a la glorificación de este día solemne”. La envergadura de la composición se desbordaba y el mismo archiduque tranquilizó a Beethoven, animándolo a completar su trabajo sin prisa. La partitura fue completada en 1822 (!). Viena pudo escucharla parcialmente el 7 de mayo de 1824, en un memorable concierto en el que también se estrenaba la Novena sinfonía. Con el nombre de himnos, fueron interpretados el Kyrie, el Credo y el Agnus Dei.

Se dice que la Missa solemnis no es litúrgica. Un parámetro evidente es su excesiva duración. El buen sentido de las normas litúrgicas reclama un tiempo proporcionado de la música respecto a la celebración. Más que entrar en esta discusión, mi propósito es ofrecer unas claves para ayudar a escuchar en ella algo distinto a una monumental montaña de notas y, sobre todo, para ver qué pretende decir esta música. Me voy a apoyar en un clásico estudio del profesor y amigo Warren Kirkendale.

“Frau von Weissenthurn querría saber algo sobre las ideas en las que está basando la composición de su Misa”. Es una frase que se lee en los Cuadernos de conversación —que Beethoven usaba para comunicarse con el agudizarse de su sordera— en diciembre de 1819, cuando ya se hablaba con revuelo de la Missa sin estar aún terminada. La respuesta no es conocida, pero provoca un acercamiento a la Missa con las herramientas de la retórica musical. Propongo algunas consideraciones sobre el Gloria y el Credo en esta línea.

En el Gloria, algunos gestos prescritos por las rúbricas tienen su refrendo en la retórica musical, como por ejemplo, el mismo comienzo Gloria in excelsis Deo (aquí el momento exacto). Pierre Le Brun (Explication des prieres et des ceremonies de la Messe, 1716) explica que, al pronunciar estas palabras, el sacerdote eleva las manos con el sentido de Lamentaciones 3, 41: “Levemus corda nostra cum manibus ad Dominum in caelos”. El gesto invita a levantar el corazón a Dios, mientras la música lo subraya con una anábasis, es decir, toda la melodía asciende en tono festivo y permanece en el registro agudo —“C’est un geste que l’amour des choses celestes a toûjours fait faire, pour montrer qu’on voudroit les embrasser et les posseder”, aclara Le Brun—, para descender al grave al rezar et in terra pax hominibus

Poco después, al Adoramus te, donde las rúbricas prescriben un gesto de adoración —inclinación de cabeza o genuflexión, dependiendo del lugar—, Beethoven cambia la dinámica —desde el fortissimo al pianissimo— y la altura de la melodía hasta el grave, como había hecho al et in terra

Es entonces cuando Beethoven se detiene a dar delicioso realce —como en nuestros días hace J. Ratzinger, siendo aún cardenal— al gratias agimus tibi: la música se deleita en el agradecer a Dios su mismo ser, su misma gloria.

A continuación, Beethoven subraya el poder de Dios Pater omnipotens de un modo más vehemente de lo tradicional. Por un lado —siempre sobre la palabra omnipotens—, se hacía oír un salto descendente de la melodía (una octava), que Beethoven amplía aún más (¡una duodécima!). Era un gesto poderoso, propio de la ópera heroica. Por otro lado, el autor ha reservado la entrada de los trombones, por vez primera, en fortissimo, hasta este preciso momento. Es sabido que Beethoven añadió estos trombones después de haber terminado la composición. 

Dejemos el Gloria para adentrarnos en el Credo, al que nos dedicaremos más en detalle. Los mismos trombones del omnipotens del Gloria van a resonar también en el judicare del Credo, para subrayar de nuevo el poder de Dios. Pero recorrámoslo desde el principio. 

Dada la brevedad del texto sobre los artículos referentes al Padre, llama enseguida la atención que la misma música del Credo in unum Deum se repite en el Credo in unum Dominum Iesum Christum (escúchelo aquí). Y más tarde también, en el artículo sobre el Espíritu Santo. La fe en cada Persona es presentada primero por la orquesta —prerrogativa operística para dioses y reyes— y repropuesta por las voces. En este juego, la palabra Credo, que en la fórmula precisa queda implícita para el Hijo y el Espíritu Santo, es explicitada en ambos casos. Casi al final, se descubrirá que este motivo lo utiliza Beethoven siempre que hay que expresar la fe, también en los últimos artículos. 

Del Padre y del Hijo se puede destacar cómo la masa acústica disminuye al invisibilium y al ante omnia saecula, mostrando el temor reverencial ante la eternidad y el Misterio de Dios.

Este diciembre del 250 cumpleaños, con la Navidad cercana, invita a detenernos en uno de los momentos más significativos: Et incarnatus est. Lo propongo de la mano de un Gardiner maduro —ahora en una sala de conciertos, el Royal Albert Hall de Londres— en un fragmento de tres minutos, que abarca desde Qui propter nostram salutem hasta Et homo factus est (escuche aquí la pieza).  

El tono piadoso de Qui propter contrasta con el descendit de coelis. La melodía del descendit es una catábasis, evoluciona del agudo al grave, para recuperar la tesitura aguda en de coelis. Un interludio orquestal descendente prepara el Et incarnatus est, la kénosis efectiva. Es entonces cuando un acorde provoca la novedad. Un sutil cambio abre un universo acústico nuevo, cristalino, sereno, espacioso, pacífico… (Un paréntesis para el entendido: estamos en modo dórico, es decir, como un re menor con el sexto grado elevado y sin sensible). Beethoven busca el lenguaje de uno de los antiguos modos eclesiásticos, que la historia de la música había desterrado dos siglos antes. El efecto es un nuevo cariz y un nuevo carácter. Beethoven ha estudiado a propósito el canto “de los monjes”, “con el fin de escribir verdadera música de iglesia” (del diario de Beethoven, 1818, citado por Kirkendale). El nuevo lenguaje sabe distinto. ¿Y por qué el modo dórico, y no otro de los modos antiguos? Porque cada modo comporta un carácter y el dórico es el modo de la castidad. La concepción virginal se escucha en el mismo lenguaje utilizado.

Si decía que este Et incarnatus est es significativo es porque las afirmaciones anteriores —y otras están en las que no me he detenido— están documentadas y ponen de manifiesto la intencionalidad de Beethoven, que es lo que nos interesa. 

Un detalle añade encanto a la escena. Al de Spiritu Sancto, un agudo trino de flauta. Lo hace en las sucesivas repeticiones, no la primera vez, cuando aún cantan solas las voces de hombre. Este trino —añadido por Beethoven a posteriori, como los trombones al omnipotens— representa al Espíritu Santo en forma de paloma que se cierne sobre la Virgen. Haciéndose sonido, da fruto, como escribe el profeta Isaías: “Como bajan la lluvia y la nieve desde el cielo, y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan al que come, así será la palabra que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que cumplirá mi deseo y llevará a cabo mi encargo” (Is 55, 10-11).

El modo dórico se vuelve a transformar en re mayor —la tonalidad principal de la Missa— desde la primera nota del Et homo factus est. Suena brillante y es capaz de vehicular no solo la celebración inicial de la encarnación del Verbo, sino también un momento contemplativo. Beethoven parece querer decir: “¿No te das cuenta? Se ha hecho hombre. ¡Se ha hecho uno de nosotros!”. 

Al Crucifixus vuelve a cambiar el carácter, haciéndose oscuro, para estallar de gozo en Et resurrexit y volver a concretar en una nueva anábasis al Et ascendit in coelum.

Dos elementos más de este Credo. Los últimos artículos de fe, desde Et in Spiritum Sanctum en adelante, son frecuentemente discutidos. La agilidad con la que se presentan suele tomarse como prueba de la indiferencia de Beethoven ante ellos, del Beethoven reticente. En varios casos, aparecen en un casi-recitativo veloz, cantado por una parte del coro, mientras otras dos voces repiten un reconocible Credo, credo y la orquesta toca con gran volumen. No es fácil escuchar el mensaje principal. Por el contrario, Kirkendale prefiere pensar que Beethoven considera estos artículos fuera de toda discusión y con su formulación pretende rechazar cualquier tipo de duda ante ellos.

El discurso cambia en la última frase: la esperanza en la resurrección y la vida eterna. Vista la duración el Credo hasta este momento, podría pensarse: Beethoven debería haberse conformado con el brillo que le confiere al Et exspecto y haber terminado con el Amen correspondiente. Lejos de su intención. Con el Amen da comienzo a un comentadísimo fugado de unos siete minutos de duración —este es el segundo elemento—. El Beethoven que hizo contemplar que Cristo se había hecho hombre, quiere ahora desvelar el sentido de la resurrección y la vida eterna.Al final del Gloria había ocurrido algo análogo, proponiendo otra monumental fuga para manifestar el gusto de la gloria de Dios (escúchelo aquí). Por cierto, el sujeto principal de esta fuga es una cita del Mesías de Haendel, autor admiradísimo por Beethoven.

En conclusión

Esta música hay que experimentarla.

Si Beethoven decía haber tratado el texto como nadie en su Misa en do mayor, cuánto más lo ha hecho en esta. La retórica musical ha sido el instrumento para expandir cada concepto. Gloria y Credo pueden pensarse como dos monumentales mosaicos que tejen su unidad a través de interludios, episodios contrastantes y motivos recurrentes. 

Nuestro estudioso de temas sociales, que había tratado de hacer entrar la Missa solemnis en sus esquemas formales —forma-sonata, variaciones, fuga—, encuentra que no cabe. La Missa desborda cualquier forma, porque mira al texto y lo interpreta. Ahora bien, con vistas a la liturgia, la pregunta fundamental queda sobre la mesa: ¿es suficiente el método de Beethoven para poder afirmar que una música del ordinario de la Misa es exégesis del Misterio? ¿Qué diferencia hay entre la vía de Beethoven y, por ejemplo, la de Verdi en su Misa de Requiem, que tampoco es litúrgica? Beethoven estuvo preparando la Missa durante cuatro años y medio de intenso trabajo. Utilizó la biblioteca del archiduque para prepararse en todos los frentes: lenguaje musical antiguo, teóricos de la música, polifonía de Palestrina, teología y liturgia… Anton Schindler testimonia haber visto a su amigo transformado durante el periodo en que trabajó en la Missa. Pero ¿fue suficiente todo esto?

En fin, para el consumidor, los productos de calidad no son inmediatos. Su sabor se conquista, como el sabor de la cerveza. Las valoraciones apresuradas sobre la música pueden llevar al error. Es necesaria la formación musical para no dejarse arrastrar por el atractivo del éxito pastoral sin fundamento. Así lo proponen las normas litúrgicas… con gran sentido.

El autorRamón Saiz-Pardo Hurtado

Profesor Asociado, Universidad Pontificia de la Santa Cruz. MBM International Project (Música, Belleza y Misterio)

Vaticano

El Papa en la Audiencia: «Aseguro mi oración por Nigeria»

David Fernández Alonso·2 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 3 minutos

En la catequesis de la primera Audiencia General de diciembre, el Papa Francisco se ha referido especialmente a una particular dimensión de la oración: la bendición. Además, se ha detenido para orar por la trágica masacre ocurrida en Nigeria y para recordar a cuatro mártires de El Salvador.

La Audiencia General de cada miércoles sigue teniendo lugar, por motivo de la emergencia sanitaria, en la Biblioteca del Palacio Apostólico.

El Santo Padre destacó en su catequesis de hoy la dimensión de la oración que se refiere a la bendición: «Hoy nos detenemos en una dimensión esencial de la oración: la bendición. Continuamos las reflexiones sobre la oración. En las narraciones de la creación (cfr. Gen 1-2) Dios continuamente bendice la vida, siempre. Bendice a los animales (1,22), bendice al hombre y a la mujer (1,28), finalmente bendice el sábado, día de reposo y del disfrute de toda la creación (2,3). Es Dios que bendice. En las primeras páginas de la Biblia es un continuo repetirse de bendiciones. Dios bendice, pero también los hombres bendicen, y pronto se descubre que la bendición posee una fuerza especial, que acompaña para toda la vida a quien la recibe, y dispone el corazón del hombre a dejarse cambiar por Dios (Conc. Ecum. Vat. II, Const. Sacrosanctum Concilium, 61)».

Jesucristo, la gran bendición

Francisco quiso subrayar la que es para nosotros la gran bendición: el Hijo De Dios hecho hombre, Jesucristo. «La gran bendición de Dios es Jesucristo, es el gran don de Dios, su Hijo. Es una bendición para toda la humanidad, es una bendición que nos ha salvado a todos. Él es la Palabra eterna con la que el Padre nos ha bendecido «siendo nosotros todavía pecadores» (Rm 5,8) dice san Pablo: Palabra hecha carne y ofrecida por nosotros en la cruz».

Y tras recorrer algunos pasajes de la Escritura donde se puede apreciar la bendición de Dios, el Papa ha animado a que cada uno haga extensiva la bendición del Señor: «No podemos solo bendecir a este Dios que nos bendice, debemos bendecir todo en Él, toda la gente, bendecir a Dios y bendecir a los hermanos, bendecir el mundo: esta es la raíz de la mansedumbre cristiana, la capacidad de sentirse bendecidos y la capacidad de bendecir. Si todos nosotros hiciéramos así, seguramente no existirían las guerras. Este mundo necesita bendición y nosotros podemos dar la bendición y recibir la bendición. El Padre nos ama. Y a nosotros nos queda tan solo la alegría de bendecirlo y la alegría de darle gracias, y de aprender de Él a no maldecir, sino bendecir.  Y aquí solamente una palabra para la gente que está acostumbrada a maldecir, la gente que tiene siempre en la boca, también en el corazón, una palabra fea, una maldición. Cada uno de nosotros puede pensar: ¿yo tengo esta costumbre de maldecir así? Y pedir al Señor la gracia de cambiar esta costumbre para que nosotros tengamos un corazón bendecido y de un corazón bendecido no puede salir una maldición. Que el Señor nos enseñe a no maldecir nunca sino a bendecir«.

«Aseguro mi oración por Nigeria»

papa reza por nigeria

El Papa se quiso dedicar especialmente un momento para asegurar su oración por el centenar de campesinos asesinados el pasado sábado en Nigeria. «Deseo asegurar mi oración por Nigeria, lamentablemente una vez más ensangrentada por una masacre terrorista. El sábado pasado, en el noreste del país, fueron brutalmente asesinados más de cien campesinos. Dios les acoja en su paz y consuele a sus familiares; y convierta los corazones de quien comete tales horrores, que ofenden gravemente su nombre».

También se ha detenido para recordar el cuadragésimo aniversario de cuatro misioneras norteamericanas asesinadas en El Salvador. Son las monjas de Maryknoll Ita Ford y Maura Clarke, la monja ursulina Dorothy Kazel y la voluntaria Jean Donovan. El 2 de diciembre de 1980 fueron secuestradas, violadas y asesinadas por un grupo de paramilitares. Prestaban su servicio a El Salvador en el contexto de la guerra civil. El Santo Padre aseguró que «estas mujeres vivieron su fe con gran generosidad. Son un ejemplo para todos para convertirse en fieles discípulos misioneros«.

España

Las preguntas de la “ley Celaá”: El futuro de la sociedad en juego

La convivencia y calidad de distintos modelos es el objetivo de los padres y madres que han manifestado su oposición a la nueva ley de educación.

Omnes·2 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

— Texto Begoña Ladrón de Guevara. Presidenta de COFAPA

Qué está pasando en nuestro país para que, en plena pandemia, problema sanitario mundial cuyos principales afectados somos las familias, estemos hablando de una reforma educativa que se planteó hace 2 años y que no da respuesta a la situación que vivimos desde hace unos meses.

Qué está pasando para que se esté elaborando una Ley de Educación, la ley más importante para el futuro de un país, sin consenso, sin debate, sin diálogo ni con la sociedad civil, ni con los agentes implicados, sin ni siquiera debate en el seno del Congreso ya que las enmiendas y transaccionales se han votado a toda velocidad.

Si nos hubieran escuchado, sabrían que defendemos la red pública y privada concertada y que las queremos de calidad. Creemos en una Educación plural, donde no se excluya a nadie y donde las familias puedan ejercer sus derechos independientemente de sus recursos económicos. Creemos en un Sistema Educativo que no deje fuera a ninguno.

Convivencia de modelos educativos

La base de los distintos modelos educativos empieza justamente en que la Constitución garantiza la libertad de educación, tanto a quien ofrece un determinado modelo organizativo, como a quien lo quiere elegir. La pluralidad de dichos modelos aporta riqueza al Sistema, pero solamente si sabemos reconocer en el otro un valor intrínseco. 

A veces, bajo la capa de una igualdad mal entendida, se quiere imponer el igualitarismo; y bajo la de una supuesta equidad, hay quien intenta desarrollar el pensamiento único.

La Constitución ampara el Derecho a la Libertad de Educación, los gobiernos establecen las normas, currículos y objetivos; los centros ofrecen proyectos que se ajustan a ellos y las familias deben poder elegir libremente el proyecto que quieren para sus hijas e hijos. Y así es cómo se ejerce realmente este principio de primeros educadores: cuando los padres pueden optar al colegio que quieren para sus hijos.

Esta libertad de elección, que desgraciadamente está tan entredicho en este momento, da respuesta a la gran preocupación que tenemos los padres de querer lo mejor para nuestros hijos… Nos estamos jugando mucho porque el poner límites a la pluralidad repercute directamente en el futuro de nuestros hijos, en el futuro de la sociedad.

Las familias, primeras educadoras

A los padres y a las madres nos cuesta entender unas políticas que den prioridad a otros intereses, y que no respeten la voluntad de las familias en esta materia, que somos quienes mejor conocemos a nuestros hijos y quienes necesitamos colegios –públicos o privados– que podamos llamar nuestros, porque los hemos elegido libremente, porque trabajan en la misma línea que nosotros y nosotros podemos, por tanto, situarnos en la misma dirección que ellos.

Conceder prioridad al criterio de los padres tiene tanto sentido común que cuesta entender una pauta de actuación contraria, como las llamadas “políticas” que están distanciando a los políticos y a la misma política de las inquietudes, preocupaciones y afecto de los ciudadanos.

Las familias necesitamos más que nunca que confíen en nosotras, necesitamos no ser juzgadas, no ser excluidas del proceso educativo de nuestros propios hijos, como parece que se quiere hacer ahora, asignando la plaza pública que el Estado considere que es mejor para ellos. 

Por eso los padres no nos rendimos y seguiremos luchando por la pluralidad social en nuestro sistema educativo.

España

La Real Colegiata del Santo Sepulcro será basílica

Omnes·2 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: < 1 minuto

El templo, casa madre de la Orden del Santo Sepulcro en España, se sitúa en la diócesis de Tarazona y cuenta con la peculiaridad de ser la primera fundación del mundo fuera de Jerusalén de esta Orden.

La Real Colegiata del Santo Sepulcro pasará a ostentar el título de Basílica una vez obtenida la autorización de la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos de la Santa Sede, que se lo comunicó, hace unos días, al obispo de Tarazona, Eusebio Hernández Sola.

El Cabildo del Santo Sepulcro había solicitado, en 2019, a Mons. Eusebio Hernández Sola, obispo de Tarazona, la petición del título de basílica para la Colegiata dado su carácter histórico (es casa madre de la Orden del Santo Sepulcro en España, y la primera fundación del mundo fuera de Jerusalén) y artístico (es un edificio único por su recorrido iconográfico exclusivamente dedicado a la Pasión, Muerte y Resurrección), además de ser un centro de peregrinación para la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén.

Vaticano

Paul R. Gallagher: «Europa necesita un mecanismo para distribuir la recepción de migrantes»

Mons. Paul Richard Gallagher ofrece en esta entrevista a Omnes el punto de vista de la Iglesia, sobre temas de profunda actualidad, como las relaciones entre Europa y la Santa Sede, o la situación de la emergencia sanitaria. 

Giovanni Tridente·1 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 8 minutos

De la «identidad» del Viejo Continente hasta el 70º aniversario de la Convención Europea de Derechos Humanos, pasando por la contribución de la Santa Sede en el seno de la comunidad internacional. Sin omitir hablar de los límites del individualismo, el acalorado debate sobre el tema de la migración con sugerencias sobre la necesaria colaboración entre los Estados, y finalmente la salvaguarda del culto religioso en tiempos de pandemia, que ha llevado a limitar de alguna manera su ejercicio. El Secretario de Relaciones con los Estados de la Santa Sede, el arzobispo Paul Richard Gallagher, entrevistado por Omnes, ofrece el punto de vista de la Iglesia sobre estos temas de profunda actualidad en Europa.

«La identidad europea»

Excelencia, si se quiere resumir en pocos trazos la «identidad europea», a menudo en el centro de bastantes discusiones, ¿qué elementos habría que destacar?

Creo que el Papa Francisco, que ha dedicado varios discursos a Europa, ha destacado bien los rasgos que caracterizan la identidad europea, basada esencialmente en el principio de la centralidad de la persona. Europa pierde su alma, y por lo tanto su identidad, si se convierte en un conjunto de procedimientos o se limita a consideraciones puramente económicas. Por el contrario, partiendo de la persona, Europa redescubre que es ante todo una comunidad. Esta es, de hecho, la palabra clave en la que se ha centrado el proyecto europeo, inspirado, entre otras cosas, en la Declaración Schuman, cuyo 70º aniversario hemos conmemorado este año.

El redescubrimiento del hecho de ser una comunidad es aún más urgente en el contexto de la actual pandemia, donde la tentación de actuar de manera autónoma es más fuerte, mientras que se hace más evidente que sólo juntos, en un espíritu de solidaridad, podemos enfrentar los desafíos que el momento nos presenta. El respeto mutuo y la capacidad de diálogo también maduran en la vida de una comunidad. Estos son los principios fundamentales, dentro de los cuales, el respeto y la promoción de los derechos humanos, que son el mínimo común denominador de la Europa moderna, no se quedan en un mero concepto abstracto o en una buena intención, sino que adquieren una fisonomía concreta, respetuosa con la identidad y la contribución de cada uno.

Paul Gallagher en la canonización de John Henry Newman
Mons. Gallagher en la ceremonia de canonización de John Henry Newman

En este sentido, ¿qué importancia tiene hoy en día redescubrir el auténtico significado de los «derechos» en una sociedad multicultural?

El Convenio Europeo de Derechos Humanos se firmó dos años después de la Convención Universal de Derechos Humanos y se refiere a lo que son precisamente los derechos universales reconocidos en ella. Es importante recordar la dimensión universal de los derechos humanos, precisamente porque deben garantizarse a toda persona humana, hombre o mujer, en todas las etapas de su existencia y en todos los países. El reconocimiento de los derechos humanos corresponde a una exigencia antropológica de la naturaleza humana que trasciende las culturas individuales. Creo que la celebración del septuagésimo aniversario del Convenio Europeo de Derechos Humanos podría ser una oportunidad para redescubrir esa dimensión de universalidad que subyace en el significado de los derechos humanos.

¿Qué contribución específica ofrece, de hecho, la Santa Sede dentro de la comunidad internacional europea y con qué título lo hace?

La contribución de la Santa Sede dentro de la comunidad internacional, europea y no europea, es siempre la de despertar su conciencia de alguna manera. Lo hace a la luz de su misión espiritual. Como recuerda el Papa Francisco, nosotros, como cristianos, no estamos llamados a ocupar espacios, sino a iniciar procesos. No se trata, por lo tanto, de reclamar espacios de poder, animados por nostalgias del pasado. Por el contrario, la Santa Sede ofrece su contribución para que los que tienen responsabilidades políticas puedan actuar concretamente para promover el bien común, salvaguardando sobre todo la dignidad de la persona humana.

En esta perspectiva, pues, se sitúan los llamamientos del Papa Francisco a favor de los migrantes, así como a favor de los pobres, los desempleados y los marginados en general. Las recientes advertencias del Papa a Europa y al mundo entero en esta época de pandemia deben leerse también en la misma dirección, recordando que no es una época de indiferencia, egoísmo y división, sino una buena oportunidad para reconocerse como parte de una sola familia y, por tanto, para apoyarse mutuamente en un espíritu de solidaridad.

El Papa recibe a la presidencia de la COMECE el 30 de enero de 2020

¿Cómo podemos redescubrir la necesidad de anclar el fundamento ético «en la objetividad de la naturaleza» en lugar de hacerlo en «la subjetividad del individuo» o, peor aún, en la corriente dominante?

En las ideologías inspiradas en un humanismo agnóstico y ateo, se insiste en la idea de que el hombre es, en sí mismo, el principio y el fin de todo. La libertad individual se exalta de tal manera que la subjetividad del individuo se apodera a veces de la objetividad de la naturaleza recibida como un regalo. Cuando el hombre de la posmodernidad cree que puede someter la sociedad y las leyes a su propia voluntad y a sus deseos, acaba sometiéndose a la corriente dominante, que puede adoptar diferentes connotaciones, desde la deriva hedonista hasta la negación de la existencia misma de una «naturaleza». Existe, en cambio, una gran necesidad de redescubrir la objetividad de la naturaleza humana también a la luz de la dimensión relacional y social, que es igualmente esencial para nuestra civilización humana y que nos hace «naturalmente conectados» unos con otros.

Inmigración

Otra de las cuestiones en las que el debate es muy acalorado y en las que los enfrentamientos son cada vez más frecuentes es la migración, en la que suele haber una falta deliberada de cooperación entre los Estados Miembros. ¿Cuál es su idea sobre este fenómeno?

Actualmente, hay una presión creciente sobre los países del Mediterráneo oriental y los Balcanes occidentales, donde muchos migrantes tratan de trasladarse de Grecia y Bulgaria a los países de Europa septentrional, después de salir de Turquía. Sin embargo, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) confirma que la mayoría de los migrantes han entrado en Europa por mar. Casi la mitad de todas las llegadas fueron en Grecia a través de Turquía, y luego en Italia y Malta a través de Libia y el norte de África en general. Últimamente, España también ha visto un aumento de más del 1.000% de las llegadas al archipiélago de las Islas Canarias, donde unos 17.000 inmigrantes llegaron este año.  En general, no estamos al nivel de 2015, pero con los continuos conflictos y los efectos de la pandemia, las cifras pueden seguir aumentando.

Hasta ahora, la responsabilidad ha recaído en los países «de primera llegada», lo que ha creado una situación que ha resultado insostenible y ha dado lugar a claras violaciones del principio de no devolución y de los derechos humanos, con muertes evitables en el mar y torturas en los campos de detención, especialmente en terceros países como Libia. Se necesitan dos medidas para fomentar la solidaridad entre los Estados de la Unión Europea: 1) un mecanismo común para distribuir equitativamente la carga de la recepción de migrantes o refugiados y la tramitación de las solicitudes de asilo; 2) un acuerdo común sobre search and rescue (SAR) –búsqueda y salvamento- en el mar, así como un mecanismo común para el desembarco y la devolución.

Con este propósito, la Santa Sede espera con interés la negociación del nuevo Pacto de la Unión Europea sobre Migración y Asilo. Sin embargo, hay que decir que las políticas y mecanismos concretos no funcionarán a menos que estén respaldados por la necesaria voluntad política, así como por el compromiso de todas las partes interesadas con la solidaridad genuina y el bien común.

Sin un esfuerzo acordado para poner fin a los conflictos y abordar el desarrollo de los países de origen, ningún sistema será suficiente. Por otra parte, el objetivo de cualquier sistema debe ser siempre hacer que la migración sea más segura, ordenada, regular y voluntaria. Como siempre ha sostenido la Santa Sede, todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona, lo que implica sobre todo la posibilidad de tener una vida digna, en paz y tranquilidad, en su propia patria.

Un camino de paz entre las religiones

En febrero de 2019 se firmó el Documento sobre la Fraternidad Humana por la paz mundial y la convivencia común en Abu Dhabi. ¿Qué ha sucedido con esa iniciativa y qué progresos se han hecho? Alguien dijo que le preocupaba una supuesta pérdida de identidad cristiana en la apertura a otras denominaciones religiosas…

La firma del Documento sobre la Fraternidad Humana no es una invitación a «perder la propia identidad». Por el contrario, es más bien el estímulo para profundizar en la perspectiva de acercarse a los que pertenecen a una religión diferente. Como el Papa Francisco observa en la Encíclica Fratelli tutti: «Entre las religiones es posible un camino de paz. El punto de partida debe ser Dios. Como creyentes nos vemos desafiados a volver a nuestras fuentes para centrarnos en lo esencial: […] el culto a Dios, sincero y humilde» que lleva al respeto de la sacralidad de la vida, de la dignidad y de la libertad de los demás y al compromiso amoroso por el bienestar de todos (cfr. 282-283).

El Documento sobre la Fraternidad Humana es, por lo tanto, un instrumento fundamental para pasar de la simple tolerancia a una verdadera colaboración entre los fieles de las diferentes religiones comprometidos con la promoción de la coexistencia pacífica. En el fondo se trata del reconocimiento de un cambio de perspectiva, que ha llevado al Santo Padre y al Gran Imán a reflexionar sobre el significado del concepto de «ciudadanía», es decir, que todos somos hermanos y por lo tanto todos somos ciudadanos con iguales derechos y deberes.

Entre sus frutos, el documento inspiró la creación del Comité Superior para alcanzar los objetivos del Documento sobre la Fraternidad Humana. El Comité, que incluye miembros de los Emiratos Árabes Unidos, España, Italia, Egipto, Estados Unidos y Bulgaria, está presidido por el cardenal Miguel Ángel Ayuso Guixot, Presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso. Entre las iniciativas del Comité mencionaría especialmente la construcción de la Abrahamic Family House en Abu Dhabi, que incluiría una mezquita, una iglesia católica y una sinagoga, y la creación del Premio de la Fraternidad Humana.

La libertad religiosa en tiempos de pandemia

La emergencia sanitaria vinculada al coronavirus también ha reabierto el debate sobre la religión y la libertad religiosa, ya que algunos gobiernos han suspendido la celebración de Misas con el pueblo como medida de precaución. ¿Qué opina sobre esto?

La emergencia de la pandemia, que lamentablemente sigue en pleno desarrollo en muchos países, ha llevado a los gobiernos a adoptar medidas que restringen las libertades fundamentales, incluida la libertad de culto. Es evidente que esto ha llevado al sufrimiento de los fieles que aún en varios lugares no han podido reunirse en las iglesias para la Eucaristía. La imposibilidad de celebrar funerales ha sido y es sentida con particular dolor.

Los episcopados en general han reaccionado de una manera que considero prudente y responsable, en concreto, invitando a los fieles a acatar las instrucciones del gobierno. En una época en la que todos estaban llamados a sacrificar parte de su libertad, los cristianos querían ser solidarios con sus hermanos y hermanas; para ello renunciaron temporalmente a un aspecto de la libertad religiosa, como es el ejercicio del culto público, pero de esta forma aprovecharon la oportunidad para potenciar otros aspectos de la fe, empezando por la necesidad de la oración personal.

Por lo tanto, fue una renuncia difícil, animada por un espíritu de responsabilidad. Cuando la emergencia sanitaria termine definitivamente, que todos esperamos sea lo antes posible, se podrá evaluar, por parte de las Iglesias de los distintos países, si las restricciones a la libertad de culto comunitario decididas por los poderes públicos para luchar contra la propagación del virus han sido adoptadas en un marco de plena legalidad, o si se han cometido violaciones injustificadas de derechos en nombre de la salud pública.

Observo que la actitud de los episcopados hacia las disposiciones gubernamentales, como se ha descrito anteriormente, también ha sido seguida por las demás iglesias y denominaciones cristianas y las principales confesiones religiosas. Creo que la prevalencia de actitudes de colaboración hacia las instituciones es una prueba de una conciencia madura de su auténtico papel en la sociedad, y no de debilidad. La convergencia de las confesiones religiosas hacia esa actitud solidaria, constructiva y de cercanía a las personas en su forma concreta es probablemente una de las notas más positivas que se pueden encontrar entre los muchos efectos que ha tenido esta epidemia.

Zoom

Los Papas y el tabaco

El Papa Pío IV hizo construir entre 1860 y 1863 el Palazzo della Manifattura Pontificia dei Tabacchi, obra del arquitecto Antonio Sarti. En la fachada podemos leer :El supremo Pontífice Pio IX construyó en el año 1863 esta factoría para el procesamiento de hojas de nicotina.

Omnes·1 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vaticano

Un cambio de mentalidad

Maria Candela Temes·30 de noviembre de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

Las medidas impulsadas por el Papa Francisco tienen como objetivo una total transparencia de la economía vaticana. La Santa Sede va tomando conciencia de que la transparencia conforma la base de una buena y sólida reputación.

Rectitud y transparencia

Rectitud y transparencia. Esta es la petición que ha hecho el Papa Francisco a los responsables de la Santa Sede en materia económica. Para lograr este objetivo, entre otras medidas recientes ha tomado la decisión de transferir la gestión de los activos financieros e inmobiliarios de la Secretaría de Estado al APSA (Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica).

La noticia, que se hizo pública el pasado 4 de noviembre, llegó después de que una ola de escándalos salpicara a la Secretaría de Estado, como la inversión inmobiliaria realizada en Londres (Sloan Avenue) y los usos del fondo maltés Centurión, que derivaron en la renuncia del cardenal Becciu. Sin embargo, la carta del Santo Padre al cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado vaticano, en la que le informaba de su resolución, llevaba fecha del 25 de agosto.

Una reforma ya iniciada

Los intentos del Romano Pontífice por reformar la curia y, en concreto la gestión financiera, no son una cuestión reciente. Se remontan al año 2014. Desde entonces hemos visto nacer el Consejo para la Economía, la Secretaría de Economía y la figura del Interventor General de Cuentas. En una entrevista concedida recientemente a Il Corriere della Sera, monseñor Nunzio Galantino, obispo y presidente del APSA, explicaba que “el Papa piensa en esta reforma desde hace tiempo: si hay errores en la administración, quiere saber quién tiene la responsabilidad.”

Mons. Nunzio Galantino con el Papa Francisco

En noviembre de 2018, en una carta dirigida al coordinador del Consejo de Economía de la Santa Sede, el Papa Francisco dispuso un amplio proyecto de racionalización de la administración, y de vigilancia y transparencia. Entre otras medidas, pidió que en cuanto fuera posible hubiera un único centro donde se depositase el dinero, y desde el cual se realizaran tanto los gastos como las inversiones. Todo con el fin de tener bajo control el flujo real de la liquidez que pertenece a la Santa Sede, necesaria para la vida de la curia romana y la misión de la Iglesia.

Hacia una total transparencia

Está en juego un cambio de mentalidad -siempre difícil de conseguir sencilla y rápidamente-, al que nos dirigimos bajo la guía del Papa Francisco”, explicaba Galantino al diario católico Il Avvenire. “Lo que se está haciendo ahora va en la dirección correcta y está demostrando que los procedimientos que estamos implementando para mejorar el sistema están funcionando”.

Esta serie de medidas tiene como objetivo hacer más racional la administración y más rastreables las operaciones, en vista a una total transparencia económica. La Santa Sede va tomando conciencia de que la transparencia conforma la base de una buena y sólida reputación.

América Latina

Hans Zollner: «La Santa Sede está comprometida con la seguridad de los menores»

Hans Zollner concedió esta entrevista a Omnes, el pasado noviembre, en relación al informe McCarrick. Sus consideraciones nos ofrecen luces para comprender esta página -dolorosa- de la historia de la Iglesia en los Estados Unidos.

Giovanni Tridente·28 de noviembre de 2020·Tiempo de lectura: 4 minutos

El padre Hans Zollner, jesuita, preside desde 2015 el Centro de Protección de la Infancia del Instituto de Psicología de la Universidad Pontificia Gregoriana, y desde el año anterior es miembro de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores. Omnes le ha entrevistado en relación a la difusión del «Informe McCarrick», para que diera su opinión al respecto, también en vista de sus muchos años de experiencia en el campo de la prevención de abusos en la Iglesia.

P- Padre Zollner, sabemos cuánto se ha trabajado en los últimos años para combatir el triste fenómeno del abuso en la Iglesia, trabajo que lo ha visto como un importante protagonista. ¿Cómo entiende el reciente informe McCarrick y cómo lo ha presentado la Iglesia?

Diría en primer lugar que es una señal en dirección de una transparencia clara y nítida, con una documentación verdaderamente exhaustiva que muestra al mundo entero cuánto trabajo se ha realizado en la redacción de este informe y con qué claridad se presentan los datos. Por lo tanto, lo considero verdaderamente ejemplar y creo que también representa el cumplimiento de la promesa hecha en la Cumbre de 2019 con los Presidentes de las Conferencias Episcopales de todo el mundo, sobre la conciencia definitiva del fenómeno. No puedo imaginar que sea la última, aunque hay que destacar que en algunas Iglesias locales este tipo de informes ya se transmiten desde hace tiempo. El último en orden de tiempo nos ha llegado por ejemplo de la diócesis de Aquisgrán, que también ha transmitido una impresión muy positiva.

P- En su opinión, considerando toda la experiencia que ha tenido como Presidente del Centro de Protección de Menores, ¿qué nos enseña esta triste historia adicional?

Nos enseña que la fase de control debe ser tomada en serio. Y que puede suceder que un obispo no siempre diga toda la verdad, por varias razones: culturales, ambientales, etc. Por lo tanto, debemos aspirar a tener un sistema de rendición de cuentas que funcione, en el que quede claro a quién deben rendir cuentas los obispos y cómo se les puede sancionar si no comunican la información necesaria en los diversos procesos, perjudicando así su misión para el Pueblo de Dios.

El padre Zollner conversa con el Papa Francisco en la cumbre sobre la protección de menores en febrero de 2019.

P- El informe destaca algunas responsabilidades personales que, en una lectura superficial, podrían dañar los pontificados en los que se han producido. ¿Cómo se deben colocar estos eventos en la perspectiva correcta y honesta?

Obviamente se habla mucho de la figura de san Juan Pablo II en este asunto, dado que prácticamente ha sucedido mucho durante su pontificado. En primer lugar, hay que decir que ser santo no significa estar sin pecado en la vida: mientras vivamos en esta tierra, todos somos pecadores. El ‘informe McCarrick’, en cualquier caso, no indica con precisión cuál fue la responsabilidad personal de Juan Pablo II; no está claro lo que ocurrió, también porque aquí hay un McCarrick que mintió descaradamente, tres obispos que no dijeron toda la verdad que tenían en su poder las acusaciones contra McCarrick, la experiencia del comunismo que atacó a la Iglesia en Polonia, etc. Después de todo, estos son siempre procesos que vemos desde nuestro punto de vista y sobre la base de las evaluaciones a las que llegamos hoy: eso no fue posible en ese momento, pero ciertamente no reduce la responsabilidad.

P- Nos parece que nos encontramos ante un punto de ‘no retorno’ en comparación con una práctica de transparencia que ya no puede evitarse de ahora en adelante. ¿Se espera que haya más informes de este tipo?

Hay que decir que no es el primer informe que se presenta de esta manera: ha habido otros de carácter nacional, diocesano o de orden religioso. Ciertamente es el primero publicado por la propia Santa Sede, de gran importancia por la relevancia del personaje y para la Iglesia americana. Si cuestiones similares surgieran en relación con otros personajes del mismo calibre, puedo imaginar que se hará lo mismo. La Santa Sede está verdaderamente comprometida con esto, y no lo hace a la ligera: obviamente se han tomado el tiempo necesario para verificar todo a fondo. Por lo tanto, fue un hecho ejemplar tanto en la ejecución como en el mensaje que se envió.

P- Después de años de tratar estos temas, ¿cuál es la evaluación que se está haciendo hoy?

En los últimos 3 o 4 años hemos visto cambios realmente profundos, basta pensar en el motu proprio Como una madre amorosa del Papa Francisco en 2016, el discurso a los participantes del Congreso «Child Dignity in the Digital World» al año siguiente, la Carta al Pueblo de Dios en 2018, la cumbre con los obispos del año pasado, que fue seguida por leyes que desarrollaron las medidas que todos esperábamos: el inicio del proceso de rendición de cuentas, la inclusión de personas vulnerables en las denuncias de abusos sexuales, la abolición del secreto papal y el aumento de la edad de 14 a 18 años para la posesión de pornografía infantil. Se ha publicado un vademécum práctico. Así que, en los últimos 4 años y medio, se han hecho grandes progresos.

No es, por supuesto, el final del camino, porque esto concierne mucho a los países del mundo occidental, pero la onda expansiva del cambio aún no ha llegado a los otros continentes. Muchos en la Iglesia todavía se esfuerzan por comprender que no se habla de un tema que pase rápidamente o de una mancha que se pueda limpiar fácilmente: se habla de una llamada del Señor a nuestra misión y a lo que realmente quiere de nosotros. Esto me da, por un lado, tristeza, porque todavía veo mucha resistencia a comprender el verdadero desafío, y, por otro lado, esperanza, porque estoy convencido de que el Señor insistirá: ¡seguiremos dando pasos!

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Cultura

Javier Gomá: “En la pandemia ha habido tributos y atentados a la dignidad”

Rafael Miner·26 de noviembre de 2020·Tiempo de lectura: 3 minutos

-TEXTO: Rafael Miner

Miseria y dignidad; el progreso (o no) de la humanidad, los más fuertes y los más débiles, o la ejemplaridad, son algunas ideas que han marcado el diálogo entre el escritor y filósofo Javier Gomá y el catedrático de Historia Contemporánea Pablo Pèrez, celebrado en el campus de Madrid de la Universidad de Navarra.

“La dignidad es el concepto más revolucionario del siglo XX”, ha señalado en diversas ocasiones el filósofo, jurista y ensayista Javier Gomá, director de la Fundación Juan March. Su reflexión le llevó a escribir el año pasado un libro titulado precisamente así, Dignidad, que ha cobrado especial relieve en estos tiempos.

Gomá ha tenido oportunidad esta semana de refrescarlas y aplicarlas al fenómeno de la pandemia que, a su juicio, “ha tenido una repercusión extraordinaria en las verdades últimas que tienen que ver con la dignidad”. “Hemos hecho un enorme sacrificio en nombre de la dignidad por los que estaban más expuestos al virus, pero también se ha puesto a prueba la dignidad en la muerte de otras personas en condiciones que hoy calificaríamos de infrahumanas”, señaló en la conversación con el catedrático Pablo Pérez.

A partir del 14 de marzo, con la declaración del estado de alarma y el confinamiento, “se produjo, desde el punto de vista ético, el hecho de que toda la población tuvo que ceder al equivalente a un arresto domiciliario y a la ruina de los negocios, en perjuicio de las clases activas, y en beneficio de las clases pasivas, más necesitadas y débiles. Hubo, por tanto, un acto de tributo a la dignidad inicial”, añadió Javier Gomá.

Pero también, agregó, ha habido otros momentos en los que se ha producido “un cuestionamiento de esta dignidad”. Por ejemplo, “la triste muerte de gente a la que se le ha arrebatado el derecho a tener una buena muerte y los rituales que normalmente utilizan los supervivientes para consagrar la memoria del que ha fallecido. Y esto es un atentado contra la dignidad”.

La humanidad progresa

El diálogo entre los ponentes, enriquecido por preguntas en la red, abordó cuestiones de fondo, con un enfoque histórico y filosófico. Una conocida frase de Ortega y Gasset, “lo que nos pasa es que no sabemos qué nos pasa”, fue el lema elegido para iniciar la conversación, en el marco del ciclo de conferencias Stop & Think Now, que presentó el catedrático y director científico del Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra, Pablo Pérez.

La conmoción que ha supuesto la extensión del Covid-19, lo inesperado del hecho, y que afecte a todos al mismo tiempo, merece una reflexión de alcance, señaló Pablo Pérez, al referirse a la contraposición entre la idea de miseria y la idea de dignidad que ha analizado Javier Gomá.

La perplejidad y el escepticismo que ha provocado esta pandemia en algunas gentes puede llevar a pensar en un retroceso de la humanidad. Sin embargo, Javier Gomá considera que a lo largo de la historia, desde los tiempos de Aristóteles, Cicerón, o la Edad Media, en los que el interés particular cedía al interés general, de la polis, “es indudable que ha ido progresando el derecho del más débil” en grandes bolsas de personas situadas en la fragilidad y en la vulnerabilidad.

En su opinión, si se le pregunta al pobre, al enfermo, al niño, al anciano, a la mujer, a la persona con un hándicap psicológico, al preso, al parado, etc.,“en qué época le gustaría vivir, respondería sin duda que ahora”. “El progreso de la cultura se ha verificado en los últimos tiempos como un himno a la dignidad, con todos los inconvenientes que estoy dispuesto a discutir”.

Libertad e igualdad fueron objeto de conversación y cuestiones, y también la fraternidad. Mirando a la Revolución francesa, y en relación a una pregunta sobre la última encíclica del Papa Francisco, Fratelli tutti, Gomá señaló que el riesgo de extinción de la especia humana “nos ha despertado más el sentimiento de pertenecer todos a una sola raza, la raza humana, con un principio, la dignidad. Y en esa raza, en esa dignidad, nos hermanamos”.

Sus últimas reflexiones se centraron en el concepto de ejemplaridad y el uso de la libertad. “No hay zonas exentas a la influencia del ejemplo: todo ejemplo es positivo o negativo”. (En relación a la pandemia) “Cómo se use la libertad ya no es una cuestión de vida privada. Un comportamiento positivo o negativo puede colaborar a la muerte de alguien. Se puede contagiar a un abuelo, o a un hijo, o a la persona con la que se ha convivido. Y se puede contribuir a que la sociedad se comporte de una manera cívica o de una manera bárbara”.