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El cardenal Koch reafirma las razones sobre la intercomunión

El cardenal Koch dirige una carta abierta al profesor Leppin, reafirmando las razones sobre la inconveniencia de la intercomunión de protestantes y católicos en la Eucaristía, después de que éste hubiese criticado la postura de la Congregación para la Doctrina de la Fe. 

David Fernández Alonso·13 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 9 minutos

La carta, de seis páginas, está fechada el 8 de febrero, y está dirigida a Volker Leppin, profesor de historia de la Iglesia en la Universidad de Tübingen y director académico de la sección protestante del Grupo Ecuménico de Estudio de Teólogos Protestantes y Católicos (OAK, por sus siglas en alemán).

Kurt Koch subraya las razones de la oposición de la Santa Sede a la propuesta del documento “Juntos en la mesa del Señor”, formulado por el grupo de estudio de católicos y protestantes, para que ambos se admitan recíprocamente al sacramento de la Eucaristía al no haber «razones teológicas que separen” a unos y otros en este punto. 

Carta abierta del Cardenal Koch al profesor Leppin

Estimado profesor Leppin,

Con la entrevista que concedió el 3 de febrero, Usted respondía a mi breve reacción a la Declaración del Grupo de Trabajo Ecuménico (ÖAK) ante la intervención de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y expresaba el deseo de que yo diera, por mi parte, una “respuesta sustantiva” sobre el tema debatido. Es lo que quiero hacer para Usted con esta carta abierta, también porque me ofrece la oportunidad de aclarar algunos malentendidos. 

En primer lugar, quiero recordar que la ocasión inmediata de mi reacción fue que me había sorprendido el momento de la publicación de la declaración del ÖAK. Hasta donde yo sé, solicitó esa declaración el obispo Georg Bätzing, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, para preparar su respuesta a la Congregación para la Doctrina de la Fe. Sin embargo, todavía no he recibido respuesta a la pregunta de por qué la declaración de la ÖAK se publicó antes de la asamblea general de la Conferencia Episcopal Alemana. Sencillamente, habiendo recibido varias peticiones de que exprese mi opinión sobre estos procesos, no pude permanecer en silencio, y como reacción inicial publiqué un texto breve con un triple “me soporende”. La brevedad de este texto no tiene nada que ver con una “negativa a hablar”, ni desde luego con un “áspero rechazo”, como Usted me reprochaba en su entrevista. Pues no me limitaba a algunas afirmaciones, sino que expresé irritación.

Pero pasemos ahora al contenido. Al “reproche de insuficiente fundamentación” expresado por mí, Usted respondió que “tal vez convendría ir a una comunidad católica o protestante cualquiera” y “comparar lo que se vive allí con las exigencias de la oficina del Consejo para la Unidad en Roma”. Con todo, ese no era el contenido de mi objeción. Porque la “oficina del Consejo para la Unidad” no pretende conocer la situación de cada una de las comunidades protestantes y católicas en Alemania mejor que el Grupo de Trabajo Ecuménico.

La “oficina del Consejo para la Unidad”, sin embargo, se sabe obligada a informarse y tomar nota de cómo se entienden a sí mismos los interlocutores ecuménicos en Alemania. Por eso escribí en mi reacción que me sorprende el contenido de la declaración del ÖAK: “En ella, como ya en el Votum, hay ciertamente muchas afirmaciones buenas, que, sin embargo, permanecen en el campo puramente académico y no guardan relación con la realidad eclesial concreta. Si se fundamentaran en esta realidad concreta, muchas afirmaciones presentadas como consensos incuestionables deberían ponerse en cuestión”.

Mi objeción apunta precisamente en la dirección a la que usted mismo volvió más adelante en la entrevista, de una manera que agradezco, al reconocer que en este proceso yo había señalado relativamente pronto y “con mucha razón” que “por parte evangélica debemos asegurarnos de que, por ejemplo, esté garantizada la dirección de la Cena del Señor por personas ordenadas”. Y Usted añadía que este es uno de los puntos en los que la crítica justificada ha impulsado y puede seguir impulsando nuestro diálogo. Exactamente en esta la dirección apuntaba la petición contenida mi reacción, porque tanto en el Votum como en la opinión de la ÖAK tengo que constatar una importante discrepancia entre el consenso ecuménico reivindicado por la ÖAK y la realidad concreta en las iglesias evangélicas, y a esta discrepancia la llamo falta de fundamento. Acogiendo su deseo de una “reacción sustantiva”, con mucho gusto estoy dispuesto a seguir desarrollando mi reproche, y quiero ilustrarlo con tres ejemplos destacados.

En primer lugar. El Votum “Juntos en la mesa del Señor” se basa en la convicción básica, que también se repite en la “Declaración” de la ÖAK, de que después del “acuerdo básico sobre el bautismo” alcanzado en los diálogos ecuménicos resulta también un “acuerdo básico común” en relación con la Cena del Señor / la Eucaristía, “que, análogamente al reconocimiento del bautismo, permite un reconocimiento mutuo de la respectiva forma litúrgica de celebración de la Cena y de su contenido teológico y justifica una invitación recíproca”. Y como se añade que “el texto aquí presentado” pretende cumplir esa tarea (2.5), esa afirmación de una relación muy estrecha entre el Bautismo y la Eucaristía ha de considerarse como la tesis básica de todo el Votum

Con gran asombro he leído en la página oficial de la Iglesia Evangélica en Hesse y Nassau lo siguiente: “En las congregaciones de la Iglesia Evangélica en Hesse y Nassau, todos los que participan en el servicio están invitados a participar en la Cena del Señor. Son bienvenidos incluso los que no están bautizados o los pertenecientes a otra confesión cristiana que desear recibir la Cena del Señor”.

Pero entonces, ¿dónde queda la estrecha conexión entre el bautismo y la Cena del Señor que afirma la ÖAK, si incluso los no bautizados son invitados a la Cena del Señor? Aquí surge un problema ecuménico aún más profundo: si, por un lado, el bautismo y el reconocimiento mutuo del bautismo son la base del ecumenismo y, por otro lado, un interlocutor ecuménico relativiza el bautismo de tal manera que ya ni siquiera es un presupuesto para la participación en la Cena, es legítimo preguntarse quién está cuestionando aquí el fundamento del ecumenismo. Según mi experiencia, la Iglesia Evangélica de Hessen-Nassau no es una excepción en este sentido. La he elegido sólo porque es la Iglesia Evangélica en cuyo espacio se celebrará la Tercera Jornada Ecuménica de las Iglesias. 

En segundo lugar. El Votum “Juntos en la mesa del Señor” afirma que también en la cuestión del ministerio se ha alcanzado un consenso ecuménico, consistente en que el “ministerio ordenado, ligado a la ordenación” pertenece al “ser de la Iglesia” y “no se debe a un delegación de la voluntad comunitaria, sino a la misión e institución divinas” (6.2.3). Por eso se afirma: “La Cena del Señor / la Eucaristía debe celebrarse con regularidad en la liturgia dominical. La dirección de la celebración corresponde a un/una ordenado/ordenada” (5.4.5).

Frente a esta afirmación, la Congregación para la Doctrina de la Fe ha señalado que el consenso menncionado por el Votum de la ÖAK “no está respaldado por la mayoría de las iglesias miembro del EKD”, “que considera permitida en caso de emergencia una Cena del Señor sin representante ordenado”. Por afirmar esto, la declaración de la ÖAK señala a la Congregación para la Doctrina de la Fe con la puntualización de que, si la Congregación hubiera mirado “los reglamentos de la EKD y de sus iglesias miembro”, ni siquiera habría planteado esa objeción.

Si seguimos la invitación de la ÖAK y consultamos los reglamentos eclesiásticos, los hechos que se encuentran son distintos. Para mencionar una vez más como ejemplo la Iglesia Evangélica en Hesse y Nassau, se lee en su “Reglamento de la vida de la Iglesia” de 15 de junio de 2013: “Cuando los cristianos y las cristianas que se encuentran en situaciones de emergencia desean recibir la Cena del Señor y no puede encontrarse un pastor o pastora, cualquier miembro de la iglesia puede administrarles la Cena del Señor. En ese caso, debe pronunciar las palabras de la institución y administrarles el pan y el vino”. Aquí se afirma exactamente lo que niega la ÖAK.

Asimismo, debe recordarse que el año pasado, durante la primera fase de la crisis del corona-virus, algunas iglesias regionales, como en Württemberg, permitieron a sus miembros la posibilidad de una celebración doméstica de la Cena sin ministros ordenados. En este contexto se sitúa también el documento oficial de los obispos luteranos de Alemania “Llamados según el orden” del año 2006, en el que es difícil determinar si hay sólo una diferencia terminológica o también una diferencia teológica entre ordenación y delegación, y si además de los ordenados también los predicadores pueden recibir el encargo de dirigir la Cena del Señor.

Que estas regulaciones no son una excepción lo demuestra la declaración de principio del Consejo de la Iglesia Evangélica en Alemania, en su documento sobre la conmemoración de la Reforma en 2017, acerca de que la Reforma condujo a una “reformulación completa de la esencia de la Iglesia” y en concreto a que “todo cristiano puede en principio administrar los sacramentos, es decir, administrar el bautismo y distribuir la Cena del Señor.

Es por razones de orden por lo que hay pastores y pastoras que ejercen de manera especial las tareas que tienen todos los cristianos, es decir, como capacitados y llamados oficialmente a realizarlas” (Justificación y Libertad, páginas 90-91). Una vez más nos encontramos con que el consenso reclamado por la ÖAK en la cuestión del ministerio no se corresponde con la realidad concreta de la Iglesia, también y especialmente en lo que respecta a la administración de la Cena del Señor por personas ordenadas.

En tercer lugar. El Votum de la ÖAK dedica una sección completa a la “Consideración de la acción de gracias, la anámnesis y la epíclesis” (5.5) y afirma como consenso ecuménico que la acción de gracias, la anámnesis y la epíclesis son “características constitutivas de la Cena”: “Hoy la Reforma y las tradiciones dogmáticas católico-romanas coinciden en que el agradecimiento y alabanza por la acción de Dios en Jesucristo son un elemento importante de la celebración de la Cena del Señor / la Eucaristía” (5.5.2). Y en lo que respecta a la invocación del Espíritu Santo, se afirma: “En las oraciones de la Cena del Señor de las normas evangélicas actuales las dos epíclesis se reúnen, según el modelo de las Iglesias orientales, después de la anámnesis de la Cena del Señor” (5.5.4).

Al leer el Votum me alegró también esta afirmación. Pero mi alegría se nubla de nuevo cuando miro la realidad eclesiástica específica, y descubro que muy a menudo no se encuentra el consenso reclamado por la ÖAK. Tampoco escogeré aquí un ejemplo cualquiera, sino queme referiré al material para el domingo de la Jornada de la Iglesia Ecuménica, el 7 de febrero de 2021. En el “Borrador basado en la tradición evangélica» que allí se presenta, encontramos una anámnesis pobremente desarrollada desde el punto de vista teológico, no hay rastro de una epíclesis y al Espíritu Santo se lo recuerda con el silencio. Sin embargo, podría haberse esperado que el consenso reclamado por la ÖAK se reflejara en este borrador oficial, publicado precisamente con vistas a la Tercera Jornada Ecuménica de las Iglesias.

Con estos ejemplos, que no están en absoluto seleccionados arbitrariamente y que se podrían multiplicar fácilmente, espero poder aclarar a qué me refería al aludir a la falta de fundamentación del Votum y de la toma de postura de la ÖAK en la realidad eclesiástica, en mi primera reacción a la Declaración de la ÖAK. Pero no puedo ocultar mi sorpresa al ver que tales discrepancias entre los supuestos consensos ecuménicos y la realidad fáctica en las Iglesias evangélicas no sean advertidas por los miembros de la ÖAK o, al menos, no se mencionen mínimamente.

Ciertamente estoy agradecido por que un grupo de trabajo ecuménico invierta mucha energía y empeño en superar las cuestiones que hasta ahora han dividido a la Iglesia. Sin embargo, esto sólo podrá suceder de manera realista y responsable si dicho trabajo se confronta con la realidad concreta en las iglesias, si se acuden a la teología y a la práctica de las iglesias en lo que sea necesario, y si se impulsa un proceso de recepción en las iglesias, como sucedió, por ejemplo, antes de la firma de la Declaración conjunta sobre la doctrina de la justificación en 1999.

Es imprescindible que esto suceda si un Votum se acompaña de instrucciones prácticas y de estímulos a los fieles, como ocurre en el Votum de la ÖAK, si se afirma que está “teológicamente fundamentada” una “participación recíproca en las celebraciones de la Cena del Señor / la Eucaristía respetando las tradiciones litúrgicas respectivas”, y si este Votum implica también el “reconocimiento de las respectivas formas litúrgicas, así como de los ministerios de dirección”, “según lo previsto por la comunidad celebrante que invita a los bautizados de otras confesiones en el nombre de Jesucristo a unirse a la celebración” (8.1).

Cuando un grupo de trabajo ecuménico afirma que una práctica está “teológicamente fundamentada” para alentar a los creyentes a esta práctica, entonces es necesario identificar y estudiar las cuestiones todavía abiertas y aún no resueltas, como muestra la realidad de la iglesia, para preparar una recepción vinculante entre los responsables de las iglesias y comunidades eclesiales. En mi opinión, no se puede fomentar una práctica e indicar que después quizá se pueda seguir trabajando en las cuestiones abiertas.

Esto correspondería al procedimiento del ecumenismo intra-protestante, de acuerdo con el modelo de Leuenberg, en el que es suficiente una coincidencia básica en la comprensión del Evangelio para establecer una comunidad de púlpito y de Cena entre iglesias de diferentes confesiones. Para la Iglesia católica, en cambio, la comunión eucarística presupone la comunión en la Iglesia, y la comunión en la Iglesia presupone la comunión en la fe. Sobre todo, desde un punto de vista católico sólo es posible la comunión en la Eucaristía si se puede profesar una fe eucarística común.

Por ese motivo le ruego que entienda que el Votum de la ÖAK ha adquirido una condición diferente cuando el obispo Bätzing, como presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, lo hizo suyo y se sirvió de él como base para una decisión en los obispos alemanes, también con vistas a la introducción de la práctica reclamada por la ÖAK de la participación recíproca en la Eucaristía católica y en la Cena del Señor evangélica en la Tercera Jornada Ecuménica de las Iglesias. Con ello, el Votum del Grupo de Trabajo Ecuménico se ha convertido en un dictamen para uso de la Conferencia Episcopal Alemana, y ha sido elevado al nivel del magisterio de los obispos.

De esa manera ha llegado el momento de que se pronuncie la Congregación para la Doctrina de la Fe. Así lo ha hecho, para la Conferencia Episcopal Alemana; de ahí que resulte evidente que espera también de ella una respuesta, aunque no sólo a las cuestiones que he abordado en esta carta desde una perspectiva específicamente ecuménica, porque Usted es el Director científico de la ÖAK por la parte protestante y me ha pedido una respuesta sobre el tema.

La intervención de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en cambio, afecta a muchos otros contenidos de la doctrina de fe católica, especialmente en lo que respecta a la concepción de la Iglesia, la Eucaristía y el ministerio ordenado, que la Congregación no encuentra contemplados de manera satisfactoria en el Votum de la ÖAK. Mi carta abierta a Usted no es, desde luego, el lugar para abordar estas cuestiones, ante todo porque debería pronunciarse en primer lugar la representante católica de la Dirección científica de la ÖAK.

Espero que Usted, apreciado profesor Leppin, pueda encontrar en las líneas precedentes, al menos en sus trazos básicos, una “reacción sustantiva” a la Declaración de la ÖAK, que deseaba por mi parte. Quedo a su disposición, con saludos cordiales desde la “oficina del Consejo para la Unidad”, para el cual es también una intención importante seguir avanzando en la reconciliación ecuménica, en la esperanza de que, al menos, haya un consenso entre nosotros en que, también en debates tan difíciles pero importantes, ninguno de las dos partes debería negar a la otra una seria voluntad ecuménica.

Suyo, 

Kurt Cardenal Koch

Evangelización

Encuentro virtual para revivir el Congreso de Laicos un año después

Este encuentro virtual quiere impulsar el postcongreso y reconocer trabajo continuo en las diócesis a pesar de los contratiempos originados por el coronavirus. 

Maria José Atienza·12 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Un año después de la celebración del Congreso de Laicos, «Pueblo de Dios en salida», grupos, movimientos y cualquier persona interesada participarán en un encuentro virtual para revivir el congreso y repasar los trabajos posteriores llevados a cabo en las diferentes diócesis.

Organizado por la Comisión Episcopal de Laicos, Familia y Vida de la CEE, este encuentro online tendrá lugar el próximo viernes 19 de febrero a partir de las 19:00 h. estará conducido por Ana Medina.

Encuentro “Revivir el Congreso para reavivar el proceso»

Esta convocatoria online contará con la participación de Mons. Luis Argüello, secretario general de la CEE y obispo auxiliar de Valladolid; Isaac Martín, delegado de Apostolado Seglar de Toledo, miembro de la comisión ejecutiva y de contenidos del Congreso de Laicos y del Consejo Asesor de Laicos; la joven cordobesa Pilar Rodríguez-Carretero, responsable Nacional de Jóvenes de Cursillos de Cristiandad y miembro de la comisión ejecutiva y de logística y organización del Congreso de Laicos; David Roces, joven de Acción Católica General de Oviedo; e Isabel García, miembro de Vida Ascendente.

El encuentro pretende ser un impulso al trabajo por parte de las diócesis, movimientos y asociaciones laicales, que ha sido incansable promoviendo e impulsando el poscongreso entre sus realidades a pesar de la situación de coronavirus.

Ecología integral

Realmente, ¿son los paliativos un coste mayor para el sistema?

Los cuidados paliativos especializados no sólo mejoran el bienestar de los pacientes con intenso sufrimiento, sino que suponen un ahorro importante para cada centro hospitalario y para los sistemas nacionales de Salud (SNS) de los países.

Rafael Miner·12 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Aproximadamente la mitad de los enfermos con una enfermedad grave acompañada de sufrimiento intenso no reciben un tratamiento especializado de cuidados paliativos en España. Algunos estudios elevan esta cifra a seis de cada diez, es decir, el 60 por ciento.

A nivel mundial, la cifra se dispara, teniendo en cuenta, por ejemplo, una menor implantación de servicios que prestan este tipo de cuidados, y el menor e incluso escaso consumo de opioides en algunas zonas del planeta.

Algunos economistas y gestores sanitarios, junto a profesionales de la salud, llevan tiempo estudiando las reticencias que se observan en algunos países y ambientes para implantar servicios de cuidados paliativos. Una de ellas, y no es la menor, son sus posibles costes.

La idea de que los paliativos son más caros ha sido motivo de revisión a nivel global

Miguel Sánchez Cárdenas– Investigador del programa Atlantes

La preocupación es la siguiente. Pongámonos en el papel de un planificador en salud, al que le dicen que aparte de dar atención al paciente, por ejemplo por el equipo de cardiólogos, hay que llamar a otro equipo para que se ocupe del paciente. A priori suena que van a aumentar los costes. “Si tengo que llamar a un equipo adicional al que trata la enfermedad, eso suena caro”- explica Miguel Sánchez Cárdenas, investigador del programa Atlantes, del Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra – “Pero este modo de argumentar ha sido motivo de revisión a nivel global”.

Informe de Jama Internal Medicine

Uno de los informes más analizados es el publicado por Jama Internal Medicine, revista editada por la Asociación Médica Americana en 2018. Fue realizado por Mount Sinai Health System y Trinity College de Dublín (Irlanda), y reunió datos de seis estudios anteriores en los que participaron más de 130.000 adultos ingresados ​​en hospitales de Estados Unidos entre 2001 y 2015. De estos pacientes, el 3,6 por ciento recibió una consulta de cuidados paliativos además de su otra atención hospitalaria.

Según el informe, los hospitales ahorraron un promedio de 3.237 dólares por paciente (casi 2.700 euros al cambio actual), durante el transcurso de una estancia en el hospital, cuando se agregaron cuidados paliativos a su atención de rutina en comparación con aquellos que no recibieron cuidados paliativos. El cuidado paliativo se asoció con un ahorro de costes, por estancia en el hospital, de 4.251 dólares (3.542 euros) por paciente con cáncer y 2.105 dólares (1.754 euros) para aquellos con diagnósticos distintos de cáncer. Los ahorros fueron mayores para los pacientes con mayor número de enfermedades.

Los hospitales ahorraron un promedio de 3.237 dólares por paciente que recibió cuidados paliativos

Las causas del ahorro fueron sintetizadas por el autor del análisis, John Commins, bajo el título El cuidado paliativo ahorra dinero a su hospital. Los programas de cuidados paliativos que tratan mejor el dolor y mejoran la coordinación de la atención dan como resultado estancias hospitalarias más cortas y costes más bajos, particularmente para los pacientes más enfermos, según el informe, cuyo autor principal fue Peter May, investigador en economía de la salud del Centro de Política y Gestión de la Salud del Trinity College de Dublín.

Centros hospitalarios catalanes, también

Consultado Sánchez Cárdenas por los trabajos del Dr. Gómez Batiste, quien mantuvo hace más de una década que la atención paliativa especializada consigue ahorrar al sistema el 60 por ciento del gasto que generaría un paciente terminal sin estos cuidados, ha señalado que el factor tiempo es importante para los cálculos del ahorro.

“Gómez Batiste encontró que hay una disminución en los costes por paciente tratado con cuidados paliativos de una media de 3.000 euros, pero otros estudios han realizado otras estimaciones”, señala el investigador de Atlantes. “También depende de cuándo acude el paciente al programa de cuidados paliativos: si es un momento temprano, o más avanzado de la enfermedad. Lo que está claro es que cuánto más temprano llegue, más ahorro hay para el sistema. Esencialmente, porque evita tratamientos que son innecesarios al final de la vida, y que en vez de lograr curar o paliar un síntoma, lo que hacen es aumentar el sufrimiento a las personas”.

Cuánto más temprano comiencen los cuidados paliativos para el paciente más ahorro hay para el sistema.

El estudio del Dr. Xavier Gómez Batiste reveló que sólo en Cataluña, los cuidados paliativos suponían en 2006 un ahorro de 33,5 millones de euros cada año, cantidad superior al coste total del gasto de estructura de todos los cuidados paliativos de la comunidad autónoma, informó ABC. A su juicio, la conclusión se puede extrapolar a todo el país. La razón de sus conclusiones se debe a que “la atención paliativa hospitalaria o domiciliaria bien planificada y bien hecha previene muchos problemas y evita que los pacientes recurran a las urgencias o terminen ingresados en las unidades de agudos, porque es la manera más fácil o la única que tienen a mano cuando necesitan atención médica”.

Sánchez Cárdenas considera que “hay que fijarse también en que los estudios que evalúan el coste de la atención paliativa coinciden en señalar que cuanto más temprano se llegue a cuidados paliativos, más éxito habrá en cuando a la eficacia de los tratamientos. Es decir, se logra ponderar los tratamientos que son buenos para los pacientes, pero también aquellos que generarán una adicción en el tratamiento, que no mejoran la calidad de vida del paciente y sí empeora el coste para el sistema”.

Por otra parte, directivos del sector de la salud, como Zacarías Rodriguez, de New Health Foundation, han asegurado que “invertir en cuidados paliativos es ahorrar al sistema, haciéndolo más sostenible y mejorando la calidad de vida de las personas”. En esta línea, la citada fundación defiende que con la implantación de métodos de gestión adecuados, “los cuidados paliativos ahorrarían al sistema sanitario entre un 20 y un 35 por ciento los gastos, mejorando la calidad de vida de los pacientes y aumentando la satisfacción de los pacientes, familiares y cuidadores hasta un 97 por ciento”.

En busca del pensamiento divergente

Sería interesante investigar el momento histórico en el que se inició este proceso de pérdida de gusto por la confrontación con la diferencia. ¿Cuándo se nos hizo tan insoportable la diferencia? ¿O cuándo nos hemos vuelto tan amargados?

12 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Lo despidieron porque fue el primero en informar de una determinada noticia durante las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Sólo que era una noticia política que picaba para la audiencia de su canal y más aún para el editor. Sucedió en Estados Unidos, pero el eco nos llegó en las líneas de un editorial que Chris Stirewhalt, el periodista involucrado, escribió para Los Angeles Times. Una pieza vibrante en la que el autor toma el testigo del despido para razonar sobre la tensión entre dos palabras opuestas, habituation and information, acostumbramiento e información.

El público estadounidense, se lee, se ha atiborrado (metafóricamente) por un tipo de producto mediático con un alto contenido calórico (noticias falsas) y un pobre contenido nutricional (verdad) y se ha acostumbrado, se ha desinformado. Hasta el punto de que cuando se le transmite una noticia, es decir, cuando se le expone a la información pura, el organismo se derrumba, no reconoce la dieta diaria, la rechaza hasta el punto de vomitar.

conversacion divergente

La metáfora es exagerada, pero arroja luz sobre un rincón que dejamos voluntariamente en la sombra: somos muchos los que ahora sólo somos capaces de escuchar lo que ya sabemos o lo que queremos oír, o confirma nuestro juicio. Somos propensos al acostumbramiento, estamos acomodados a la narración de una realidad simplificada en la que la irrupción de un pensamiento divergente resulta inquietante: se presenta como disidente, ni siquiera se reconoce como lo que es, es decir, algo distinto a nosotros con un curioso potencial. Por lo tanto, se rechaza a priori.

Estamos acomodados a la narración de una realidad simplificada en la que la irrupción de un pensamiento divergente resulta inquietante

Sería interesante investigar el momento histórico en el que se inició este proceso de pérdida de gusto por la confrontación con la diferencia. ¿Cuándo se nos hizo tan insoportable la diferencia? ¿O cuándo nos hemos vuelto tan amargados?

Para nuestros autores latinos, la «divergenza» era una dimensión cotidiana con la que había que lidiar, en la guerra, la política y la filosofía. El latín divertodiversum indica giro hacia dos lados opuestos, separados, distantes. Para César, diferente puede ser, por ejemplo, un camino que procede en sentido contrario al deseado (iter a proposito diversum), por lo que puede ser traicionero, pero atractivo; mientras que para Salustio es la palabra adecuada para describir la agitación entre emociones extremas, entre el miedo y el desenfreno (metu atque lubidine divorsus agitabatur).

Aquí está, entre César y Salustio, el punto doloroso y fascinante: la divergencia se desplaza, abre ventanas, muestra aristas diferentes, por lo tanto expone a riesgos. Como el de cambiar de opinión, el de aceptar que se puede dar un paso atrás o a un lado. Revela cosas de la realidad que nos rodea, fenómenos, que no veíamos y mucho menos calculábamos. Por eso lo necesitamos, sobre todo cuando el mundo que nos rodea es cada vez más complejo y tratar de simplificarlo no hace más que distraernos.

La conversación (de cum – verto, misma composición que di-verto) nos pide que dialoguemos con los que no son iguales, que no piensan lo mismo

Afortunadamente (y esto no es sólo un juego de etimología) hay una forma de soportar la prueba de la divergencia sin caer por oscuros precipicios: se llama conversación.

La conversación (de cum – verto, misma composición que di-verto) nos pide que dialoguemos con los que no son iguales, que no piensan lo mismo y no ven lo mismo que nosotros, y sin embargo participan en la misma comunidad.

Conversar es un tiempo dedicado a confiar en la propia diferencia y, al mismo tiempo, a dejarse invertir por la opinión divergente de los demás, con el fin de empujarse a terrenos de creatividad nunca antes imaginados. Una conversación franca sobre cómo reajustar los estilos de vida, la política y la economía tras el golpe de la pandemia es el ejemplo más banal que se puede proponer. Pero todo el mundo puede comprobarlo en su experiencia cotidiana: en diferentes niveles, la conversación es una invitación a renunciar asignar las propias responsabilidades a los demás.

Los que se «acostumbran» (por retomar la expresión del periodista estadounidense) a este tipo de conversación, difícilmente renunciarán a ella. Porque es una activación de la humanidad: se arriesgan los depósitos personales de certezas y proyectos, por una apuesta mayor. Contrarresta la adicción, esa desagradable forma de obesidad del alma.

Sí, tienes que renunciar a algo, pero lo que ganas es más. Se trata de una cuestión de hechos, no de palabras.

El autorMaria Laura Conte

Licenciada en Letras Clásicas y doctora en Sociología de la Comunicación. Directora de Comunicación de la Fundación AVSI, con sede en Milán, dedicada a la cooperación al desarrollo y la ayuda humanitaria en todo el mundo. Ha recibido varios premios por su actividad periodística.

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¿Homilías aburridas? Predicar sin matar de aburrimiento

¿Te has dormido en la predicación de Misa? No, no eres el único y, en más de una ocasión la razón está en una predicación realmente aburrida.

12 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Cuando estaba preparándome para ser sacerdote, casi siempre me dormía en las homilías de Misa. Especialmente cuando uno de mis superiores -no preguntes, no diré quién- era el que predicaba. Siempre me dormía. No fallaba. Hay toda una técnica que se va perfeccionando para que no se note demasiado que uno está dormido en Misa. En ocasiones parece que asientes a lo que dice el cura; a veces parecerá que estás sumido en una profunda contemplación, o podría parecer que estás emocionado y no puedes levantar la cabeza para que no se noten las lágrimas. Lo cierto es que yo, inevitablemente, estaba durmiendo.

Un día, después de confesarme de aquello, quise convencerme de que el problema no era del padre predicador sino mío, y decidí que iba a transcribir la homilía por completo, de “pe” a “pa”. Así, evitando el sopor, podría comprender la profundidad del mensaje que otras veces me había hecho rendirme en los brazos de Morfeo. Dicho y hecho. Aquel día escribí todo lo que dijo aquel buen sacerdote. Después lo leí. Lo volví a leer. Lo subrayé. Finalmente llegué a la terrible conclusión de que, sencillamente, no había dicho nada. Fueron 20 minutos de no decir nada y no parar de hablar. Yo pensaba que aquello no era posible, pero sí. Luego he comprobado que es más frecuente de lo que parece y que no es especialidad exclusiva de los curas; políticos, profesores, incluso conferenciantes caminan por esos parajes nihilistas comunicativamente hablando y provocan, lo quieran o no, lo sepan o no, el mismo sueño que yo sufrí en aquellas larguísimas homilías en mi época de estudiante.

Es más frecuente de lo que parece y que no es especialidad exclusiva de los curas; políticos, profesores, incluso conferenciantes caminan por esos parajes y provocan el mismo sueño

Lo de aburrir en las homilías no es nuevo. Los Hechos de los Apóstoles nos cuentan que en Tróade, una ciudad en la costa del mar Egeo, san Pablo estuvo predicando a los cristianos. En el tercer piso, sentado en el alféizar de la ventana, un chaval, Eutiquio, le escuchaba. También a él le venció el sopor y se quedó dormido. En ese instante cayó al suelo y se mató. Murió, literalmente, de aburrimiento. La historia termina bien, porque San Pablo resucita al chico y lo devuelve a la madre que ya le amenazaba con el bolso, pero ahí queda como aviso para navegantes en las tortuosas aguas de la predicación. En este caso, san Pablo tenía mucho que decir; el fallo fue, quizá, que quiso decir demasiado. No le falló el “qué” sino el “cómo”.

Aburridos y aburridores campan por doquier en todos los estamentos de la Iglesia. Ni siquiera los obispos se libran de verse envueltos por el sopor ante la predicación de un hermano suyo en el episcopado. En esas ceremonias, el dormitar episcopal se hace más evidente a los ojos de todos por el inclinarse de la mitra en su cabeza, que no admite estrategia alguna que lo disimule.

Me gustaría ayudarte para que esto no te pase a ti, y poner por escrito algunas ideas a ver si me aplico, yo también, el cuento.

Los últimos años de seminario tuve la suerte de que me destinaran a una parroquia del centro de Madrid, la parroquia de la Concepción de Nuestra Señora. Ahí los seminaristas hacíamos de todo. Los domingos yo hacía tres cosas y disfrutaba mucho de las tres. Primero tocaba el órgano en Misa de 11:00. Después ayudaba en Misa de 12:30. Pero lo que más me gustaba era lo que venía después: en la Misa de las 14:00 celebraba la Misa un sacerdote excepcional, Pablo Domínguez.

Había preparación, inteligencia, pasión, cercanía y deseo de comunicar

La iglesia, grande, se llenaba de gente joven para rezar, y también para escucharle. Yo me quedaba siempre en la trastienda para escuchar sus homilías. Nunca me dormí. Como toda la iglesia, me quedaba absorto, cautivado, atrapado por las palabras de Pablo. Su mensaje llegaba a cabeza, tocaba el corazón y movía la voluntad. Extraía novedad de lo de siempre y te hacía ver con asombro cosas del Evangelio que ya conocías y que habías pasado por alto mil veces. Creo que ahí comencé a apasionarme por la predicación.

¿Instinto? ¿Un don natural? Tal vez, pero estoy convencido que también había preparación, inteligencia, pasión, cercanía, deseo de comunicar y otras muchas cosas de las que quiero hablarte en estas líneas.

Así que para ti, que tienes que predicar todas las semanas o todos los días, para ti, hermano sacerdote, o diácono, para ti que te preparas en el seminario al sacerdocio, incluso para Usted, señor obispo, sucesor de los apóstoles y “heraldo de la Palabra” -como decía San Juan Pablo II (cfr. Pastores Gregis, cap. 3)- sirvan estas líneas, sobre algunas de las ideas que trato de repetirme cuando preparo y cuando predico, con la finalidad de que cada uno de los domingos consiga comunicar el Evangelio de Jesucristo cautivando al personal, y no dormir y aburrir, hasta la muerte, a los sufridos feligreses.

El autorJavier Sánchez Cervera

Sacerdote. Párroco de San Sebastián Mártir de San Sebastián de los Reyes (Madrid)

España

«Si miramos a los demás de otro modo empezaremos a cuidar de verdad»

Entrevista a José Luis Méndez, director del departamento de Pastoral de la Salud de la Conferencia Episcopal Española, con motivo de la Jornada Mundial del Enfermo.

Maria José Atienza·11 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

La festividad de Nuestra Señora de Lourdes enmarca la Jornada Mundial del Enfermo que, la Iglesia española celebra este año bajo el lema “Cuidémonos mutuamente”.

Con este motivo, Omnes ha entrevistado a José Luis Méndez, director del departamento de Pastoral de la Salud de la Conferencia Episcopal Española.

 P- ¿Cómo podemos aprovechar la Jornada del enfermo para ampliar la conciencia de la necesidad de la ayuda mutua y la verdadera fraternidad?

 R- Hemos de aprovechar para ayudarnos mutuamente. Por una parte, quienes están sanos, rezando por los enfermos y quienes los cuidan y, al mismo tiempo, los enfermos pueden ofrecer cada rato de soledad, o de sufrimiento. Todo eso es un misterio con el que Cristo nos hace partícipes de su redención y, por lo tanto, es algo de un valor inestimable para la humanidad entera.

P- ¿Cómo vivir esta Jornada en medio de una época marcada por el coronavirus y con noticias diarias de fallecimientos, contagios… que pueden llegar a provocar desazón entre los cristianos?

 R- Lo primero, hemos de no instalarnos en la cultura de la queja. Es verdad que los tiempos son duros, las cifras de muertes e ingresos en hospital encogen el corazón pero podemos tener dos posturas: quedarnos con el dato y asustarnos, o bien, escuchar el dato, encomendar a esos ingresados y proponernos repetir alguna oración breve a lo largo de la jornadas por los que ingresan o han fallecido. Tenemos que pensar más en el Cielo, dar razón de nuestra esperanza, porque el mal tiene fin, porque Dios le ha puesto un límite en Jesucristo.

Ante la situación de pandemia no podemos instalarnos «cultura de la queja»

P- Cómo podemos continuar alentando la importancia del cuidado y dignidad de los enfermos y mayores?

R – Lo primero, es pedir a la Virgen que cambie nuestros corazones para que nos ayude a mirar a los demás con ternura. Me gusta mucho esa expresión del pontificado del Papa Francisco «la revolución de la ternura». Sin esta ternura los cuidados serán una cosa meramente técnica. Si somos capaces de mirar a los demás de otra manera nos sentiremos involucrados en sus dolores, limitaciones, sufrimientos… y entonces empezaremos a cuidar de verdad. El cuidado «técnico» es imprescindible, pero hay un cuidado más hondo: el de una caricia, una mirada, un saber escuchar.

Si miramos con ojos de Cristo descubrimos que un minuto de una vida de un enfermo que se esta muriendo es una ocasión para amar y vale una eternidad.

P- ¿Cómo seguir avanzando en la difusión de la cultura de la vida?

R- Antes de nada, rezar y también animar a la gente a mirar de otra manera. Como dice esa oración «Que yo vea con tus ojos Cristo mío, Jesús de mi alma». Así entenderemos qué significa cuidar de verdad. Descubrimos que un minuto de una vida de un enfermo que se esta muriendo, ese minuto, es una ocasión para amar y vale una eternidad.

Cultura

Un congreso aborda los 50 años del doctorado de Santa Teresa de Jesús

El Congreso Internacional «Mujer excepcional. Cincuenta años del doctorado de Santa Teresa de Jesús» tiene como objetivo ser marco de encuentro, diálogo y debate científico.

Maria José Atienza·11 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

La capital abulense acogerá del 12 al 15 de abril, el Congreso Internacional “Mujer Excepcional. Cincuenta años del Doctorado de Santa Teresa de Jesús”. Unas jornadas promovidas por el Obispado de Ávila, los Carmelitas Descalzos y la Universidad Católica de Ávila para conmemorar el 50 Aniversario del Doctorado de Santa Teresa de Jesús.

El congreso cuenta, además con la colaboración de la Universidad Católica Eichstätt-Ingolstadt y, se desarrollará de forma bimodal –presencial y online-.

El Congreso Internacional «Mujer excepcional. Cincuenta años del doctorado de Santa Teresa de Jesús» tiene como objetivo ser marco de encuentro, diálogo y debate científico. El congreso cuenta con una serie de temas – eje alrededor de los que pivotarán las diferentes ponencias.

Temas del congreso

    Teología espiritual. La mística en el contexto académico en los ss. XX y XXI

    Mujer e Iglesia.

    Relaciones, paralelismos y contrastes entre Sta. Teresa de Jesús y otros santos doctores y doctoras de la Iglesia.

    Nueva evangelización

Entre los ponentes con los que cuenta este congreso se encuentran el Card. Aquilino Bocos que hablará sobre «La reforma teresiana y nuestra reforma. La inolvidable lección de la primera Doctora de la Iglesia», la Prof. Dra. Marianne Schlosser con una ponencia sobre «Sentido eclesial de la declaración de una mujer maestra de oración como doctor de la Iglesia. El rostro femenino de la Iglesia» o el Dr. Silvano Giordano ocd quien desarrollará el camino de santa Teresa de Jesús hasta el doctorado.

Santa Teresa de Jesús. Doctora de la Iglesia

Pablo VI proclamó a Santa Teresa de Jesús Doctora de la Iglesia siendo la primera mujer en recibir este título. En la homilía de la ceremonia del 27 de septiembre de 1970, Pablo VI se refería a ella como “esta santa tan singular y tan grande, suscita en nuestro espíritu un cúmulo de pensamientos. La vemos ante nosotros como una mujer excepcional, como a una religiosa que, envuelta toda ella de humildad, penitencia y sencillez, irradia en torno a sí la llama de su vitalidad humana y de su dinámica espiritualidad; la vemos, además, como reformadora y fundadora de una histórica e insigne Orden religiosa, como escritora genial y fecunda, como maestra de vida espiritual, como contemplativa  incomparable e incansable alma activa”.

Toda la información del congreso en https://congresosantateresadoctora.es/

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Actualidad

«Los proyectos de Manos Unidas muestran que otro mundo es posible»

La ONGD Católica Manos Unidas ha presentado hoy su campaña “Contagia solidaridad para acabar con el hambre” que ha contado con los testimonios de Raquel Reynoso, desde Perú, y Alicia Vacas, desde Israel

Maria José Atienza·10 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

La presentación de la campaña de Manos Unidas para este año 2021 ha tenido como protagonistas algunos de los colectivos más golpeados por el hambre y la pobreza en el mundo: las comunidades indígenas en Ayacucho y mujeres africanas en busca de asilo en Israel.

Durante su intervención, Alicia Vacas, responsable de las Misioneras Combonianas para Oriente Medio y Asia, ha comenzado explicando que, si bien Israel no es un país pobre «existen bolsas de pobreza y sobre todo una situación crónica de discriminación de algunos grupos, como los migrantes africanos o los beduinos palestinos de los territorios ocupados o refugiados iraquíes y sirios».

El proyecto Kuchinate

Alicia Vacas ha centrado su intervención en las mujeres africanas, procedentes de grupos de emigrantes sudaneses del sur y eritreos. Mujeres que han sufrido abusos y violencia y sin reconocimiento de refugiadas por parte del Gobierno. Antes de llegar a Israel han sufrido, como ha relatado esta misionera «todo tipo de penalidades y violencias: una travesía por el desierto para llegar a Israel, el rapto y violencia ejercidos por las mafias, torturas y extorsiones… «.

Cambio de mentalidad

Unas experiencias que no era fácil que compartieran para ayudarlas, hasta que una misionera comboniana de origen eritreo explicó que en su país, las penas de las mujeres se compartían tejiendo. Así nació Kuchinate (Ganchillo en tigriña) que se desarrolla gracias al apoyo de Manos Unidas. Gracias a una donación providencial de tela de camiseta, empezaron a reunirse las mujeres para tejer cestos de ganchillo y así empezaron a tejerse también las relaciones personales y la apertura de las heridas.

En la actualidad Kuchinate atiende a «más de 300 mujeres en situación de vulnerabilidad extrema conforman este proyecto. Reciben, sobre todo, apoyo psicosocial, profesional, facilitando su integración en la sociedad israelí y su reconocimiento como refugiadas».

La responsable de las Misioneras Combonianas para Oriente Medio y Asia, ha subrayado que Kuchinate es «un ejemplo que «otro mundo es posible, que existen alternativas al miedo, a la exclusión… y que la alternativa pasa por la solidaridad y la custodia del bien común que es lo que centra la campaña de Manos Unidas este año y es lo que nos recuerda el papa Francisco en la Fratelli tutti», y ha concluido su intervención con una llamada a «que esta crisis sea una oportunidad para ponernos en la piel de los que más sufren».

Perú: agua y promoción de la mujer

Por su parte, desde Perú, la presidenta de la asociación SER (Servicios Educativos Rurales), Raquel Reynoso, ha puesto el acento en la vulnerabilidad que la pandemia ha mostrado a toda la sociedad.

Reynoso ha relatado la situación de las poblaciones de Ayacucho, (Perú), zona en la que ella trabaja, en proyectos con el apoyo de Manos Unidas, además de la pandemia de Covid, estas poblaciones sufren, desde antes, «falta de agua potable, son comunidades que viven al día y que, si no salían a vender morían de hambre o morían de Covid. Además muchos de ellos no tienen electricidad y no podían conservar alimentos para un confinamiento».

Además ha descrito la situación de las mujeres con las que trabaja y que han sufrido las consecuencias de los conflictos armados que, desde hace decenios, golpea la zona, así como las discriminación por su condición femenina. Son estas mujeres, sin embargo las que se ocupan de trabajar la tierra.

Reynoso se ha centrado en dos líneas que se trabajan, con el apoyo de Manos Unidas, con esperanzadores resultados: la puesta en marcha de proyectos de saneamiento y acceso al agua y el impulso a proyectos de promoción de la mujer para que, tanto ellas como el entorno familiar y social, entendieran sus derechos colectivos, sean reconocidas y valoradas y accedan también a puestos directivos como los varones.

Reynoso ha destacado la solidaridad que las comunidades rurales de esta zona peruana an mostrado en estos tiempos de pandemia, que ha golpeado con mucha fuerza la zona. Una solidaridad entre los propios vecinos pero que también les ha llevado por ejemplo, a enviar alimentos a las zonas urbanas y a crear huertos familiares y comunitarios para ayudarse mutuamente. Una solidaridad de la que «podemos contagiarnos y ver cómo se puede compartir lo poco que tiene».

Libros

Heridas transformadas

José Miguel Granados te recomienda la lectura de Loved as I am, de Miriam James Heidland.

José Miguel Granados·10 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Ficha del libro

Título: Loved as I am. An invitation to Conversion, Freedom and Healing through Jesus
Autor: Miriam James Heidland, S.O.L.T.
Editorial: Ave Maria Press
Año: 2014
Páginas: 106

“Every pain which is not transformed is transmitted – Toda herida no transformada se transmite”. Es una de las afirmaciones más contundentes de Sister Miriam James Heidland en sus impresionantes charlas testimoniales y temáticas (que pueden verse en las redes sociales) o en su reciente publicación: Loved as I am. An invitation to Conversion, Freedom and Healing trough Jesus (Amada como soy. Una invitación a la conversión, la libertad y la sanación a través de Jesús).

La autora, sister Miriam James Heidland

En efecto, la experiencia nos enseña que un alma enferma por el pecado rezuma veneno y amargura. A su vez, podemos constatar que toda herida del corazón sanada por la gracia hace a la persona más sabia, agradecida y humilde: la capacita para derramar la ternura y la bondad del Señor alrededor, especialmente a los hermanos que padecen. 

Así le ocurre a esta dinámica religiosa tejana, descendiente de emigrantes alemanes, que en su juventud universitaria fue jugadora de voleibol y pasó también por una época penosa, alejada de Dios, atrapada por adicciones. El Señor se le acercó compasivo en la mirada de misericordia de un anciano sacerdote, que le ayudó a levantarse para emprender con coraje la hermosa senda del amor de totalidad a Cristo.

Podemos constatar que toda herida del corazón sanada por la gracia hace a la persona más sabia, agradecida y humilde

Los auditorios se rinden conmovidos ante la autenticidad y la fuerza de esta consagrada que muestra sencillamente sus miserias purificadas por la divina misericordia, convertida en testigo convincente de la alegría del evangelio. Su corazón nuevo irradia la belleza del seguimiento de Cristo.

También nuestra vida transformada y sanada por el Espíritu del Señor, plena y luminosa, llevará a muchos a acoger el poder de Jesús, médico de las almas, amigo entrañable y salvador del mundo.

Vaticano

«Quien reza es como el enamorado, lleva en el corazón la persona amada»

El Papa Francisco ha reflexionado, en la audiencia de este miércoles 10 de febrero, sobre la oración en la vida cotidiana, que impregna todos los aspectos de nuestra vida.

David Fernández Alonso·10 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco se ha dirigido a los fieles de todo el mundo desde la Biblioteca del Palacio Apostólico, en la mañana de este miércoles 10 de febrero.

La oración en la vida ordinaria

En la catequesis precedente el Santo Padre reflexionó sobre cómo la oración cristiana está “anclada” en la liturgia. En esta ocasión, Francisco ha destacado cómo desde la liturgia la oración vuelve a la vida cotidiana: «por las calles, en las oficinas, en los medios de transporte… Y ahí continúa el diálogo con Dios: quien reza es como el enamorado, que lleva siempre en el corazón a la persona amada, donde sea que esté».

El Papa afirma que «de hecho, todo es asumido en este diálogo con Dios: toda alegría se convierte en motivo de alabanza, toda prueba es ocasión para una petición de ayuda».

Por tanto, «la oración está siempre viva, como una brasa de fuego, también cuando la boca no habla. Todo pensamiento, incluso si es aparentemente “profano”, puede ser impregnado de oración».

El misterio De Dios

En la misma línea se dirigió también al aspecto orante de la inteligencia, señalando que «es una ventana asomada al misterio: ilumina los pocos pasos que están delante de nosotros y después se abre a la realidad toda entera, que la precede y la supera». Para el Papa, «este misterio no tiene un rostro inquietante o angustiante: el conocimiento de Cristo nos hace confiados que allí donde nuestros ojos y los ojos de nuestra mente no pueden ver, no está la nada, sino una gracia infinita.

La oración cristiana infunde en el corazón humano una esperanza invencible: «cualquier experiencia que toque nuestro camino, el amor de Dios puede convertirlo en bien».

Cada día que empieza, si es acogido en la oración, va acompañado de valentía

Papa Francisco

A continuación, el Papa ha reflexionado sobre la importancia de afrontar el presente con alegría: «No existe otro maravilloso día que el hoy que estamos viviendo. Y es la oración quien lo transforma en gracia, o mejor, que nos transforma: apacigua la ira, sostiene el amor, multiplica la alegría, infunde la fuerza para perdonar. En algún momento nos parecerá que ya no somos nosotros los que vivimos, sino que la gracia vive y obra en nosotros mediante la oración. Cada día que empieza, si es acogido en la oración, va acompañado de valentía, de forma que los problemas a afrontar sean estorbos a nuestra felicidad, sino llamadas de Dios, ocasiones para nuestro encuentro con Él».

Rezar por todos

Además, el Papa Francisco nos anima a rezar siempre por todo y por todos, tanto por nuestros seres queridos cómo por nuestros enemigos: «La oración dispone a un amor sobreabundante. Recemos sobre todo por las personas infelices, por aquellos que lloran en la soledad y desesperan porque todavía haya un amor que late por ellos.

En definitiva, que «la oración realiza milagros; y los pobres entonces intuyen, por gracia de Dios, que, también en esa situación suya de precariedad, la oración de un cristiano ha hecho presente la compasión de Jesús: Él de hecho miraba con gran ternura a la multitud cansada y perdida como ovejas sin pastor (cfr Mc 6,34).

Somos seres frágiles, pero sabemos rezar: esta es nuestra dignidad más grande. Y cuando una oración es según el corazón de Jesús, obtiene milagros

Papa Francisco

La oración desde nuestra fragilidad

El Santo Padre quiso recordar que amando al mundo así, encontramos el misterio De Dios: «Es necesario querer a todos y cada uno recordando, en la oración, que todos somos pecadores y al mismo tiempo amados por Dios uno a uno. Amando así este mundo, amándolo con ternura, descubriremos que cada día y cada cosa lleva escondido en sí un fragmento del misterio de Dios».

Por último, el Papa ha concluido la catequesis aludiendo al filósofo Pascal: «El hombre es semejante a un soplo, como la hierba (cfr Sal 144,4; 103,15). El filósofo Pascal escribía: «No es necesario que el universo entero se arme para aplastarlo: un vapor, una gota de agua bastan para matarlo».

«Somos seres frágiles, pero sabemos rezar: esta es nuestra dignidad más grande. Y cuando una oración es según el corazón de Jesús, obtiene milagros».

Educación

Profesionales del Derecho denuncian la LOMLOE ante el Parlamento Europeo

La Comisión Jurídica Nacional por la Libertad de Educación ha presentado una Petición en la que se solicita el amparo de las instituciones comunitarias ante los ataques a la libertad de educación que se derivan de la recientemente aprobada Ley Orgánica de Mejora de la LOE.

Maria José Atienza·9 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

En en su escrito ante el Parlamento Europeo, registrado por esta cámara el pasado 28 de enero, la Comisión Jurídica Nacional por la Libertad de Educación denunció, entre otros, la violación de los artículos 14 de la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea y 27 de la Constitución Española, que protegen la libertad de educación y de enseñanza.

La Comisión ha subrayado seis aspectos básicos de esta nueva normativa que vulneran la normativa comunitaria o nacional:

  • La vulneración de la libertad educativa y religiosa, al no relacionarse la asignatura de Religión de entre las materias a impartir, lo que puede dar lugar a su directa supresión, o a su minusvaloración, al perder la exigencia de equiparabilidad y evaluación de la asignatura.
  • La inclusión de asignaturas de carácter ideológico que podrían violentar las creencias de padres y alumnos, alejándose de valores comunes y al margen de aquellos que encuentran acogida en la Constitución Española y textos comunitarios.
  • La abierta discriminación de la escuela concertada, al cambiar el concepto de derecho a la educación por el de ‘derecho a la educación pública’. Además, hace de la concertada un sistema educativo subsidiario y al eliminar concepto de demanda social pretende su paulatina asfixia, quebrantando la libertad de creación de centros de enseñanza y la libertad educativa.
  • La persecución del modelo de educación diferenciada, violentando el ideario de los centros y la libertad de elección del modelo pedagógico o educativo que los padres entiendan más adecuado para el desarrollo de la personalidad de sus hijos en libertad.
  • La progresiva desaparición de la educación especial frente al criterio de una amplia mayoría de padres.
  • La desprotección del español o castellano en las aulas, al quedar la utilización de la lengua oficial del Estado al albur de arbitrarias decisiones administrativas o políticas, desconociéndose el deber de todos los españoles a conocerla y su derecho a usarla.

El escrito presentado por esta Comisión Jurídica tiene como objetivo lograr una respuesta política desde el Parlamento Europeo con el fin de abrir vías de intervención para que las instituciones comunitarias protejan jurídicamente los derechos esenciales de tantas familias que han sido vulnerados.

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Vaticano

El valioso testimonio de los ancianos

La Pontificia Academia para la Vida ha hecho público esta mañana el documento "La vejez: nuestro futuro. El estado de las personas mayores después de la pandemia", donde reflexiona sobre la situación de nuestros ancianos y el valioso aporte que hacen a la sociedad. 

David Fernández Alonso·9 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 5 minutos

En la mañana de este martes 9 de febrero, a las 11.30, en directo streaming, desde la sala «Juan Pablo II» de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, ha tenido lugar la presentación del documento de la Pontificia Academia para la Vida: «La vejez: nuestro futuro. El estado de las personas mayores después de la pandemia».

Han intervenido el presidente de la Pontificia Academia para la Vida, S.E. Mons. Vincenzo Paglia, el secretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, Mons. Bruno-Marie Duffè y la profesora Etsuo Akiba, docente de la Universidad de Toyama (Japón), académica de Número de la Pontificia Academia para la Vida, conectada desde la ciudad nipona.

El título del documento propone una reflexión sobre las lecciones que hay que extraer de la emergencia sanitaria causada por la propagación del Covid-19, sobre sus consecuencias para hoy y para el futuro de nuestras sociedades.

Un camino de la Iglesia

En este sentido, esta situación que estamos viviendo a escala global nos lleva a aprender lecciones que han hecho surgir una doble conciencia: «por un lado, la interdependencia entre todos y por otro la presencia de fuertes desigualdades. Todos estamos a merced de la misma tormenta, pero en un cierto sentido, se puede decir, que remamos en barcos diferentes, los más frágiles se están hundiendo cada día”. 

“Es esencial repensar el modelo de desarrollo de todo el planeta», dice el documento, que retoma la reflexión ya iniciada con la Nota del 30 de marzo de 2020 (Pandemia y Fraternidad Universal), continuada con la Nota del 22 de julio de 2020 (La Humana Communitas en la era de la Pandemia. Consideraciones intempestivas sobre el renacimiento de la vida) y con el documento conjunto con el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral (Vacuna para todos. 20 puntos para un mundo más justo y sano) del 28 de diciembre de 2020.

La intención, como se puede apreciar, es proponer el camino de la Iglesia, maestra de humanidad, con respecto a un mundo que ha cambiado por la situación de pandemia, dirigido a mujeres y hombres en busca de sentido y esperanza para sus vidas.

El golpe de la pandemia

Los ancianos fueron un sector especialmente golpeado durante las primeras fases de la pandemia, concretamente en las residencias de ancianos, lugares que se suponía que debían proteger a los más frágiles de la sociedad y en los que, en cambio, la muerte golpeó desproporcionadamente más que en el hogar y el entorno familiar.

“Lo que ha sucedido durante la pandemia de COVID-19 nos impide resolver la cuestión de la atención a los ancianos con la búsqueda de chivos expiatorios, de culpables individuales y, por otro lado, de levantar un coro en defensa de los excelentes resultados de los que evitaron el contagio en las residencias. Necesitamos una nueva visión, un nuevo paradigma que permita a la sociedad cuidar de los ancianos”.

En 2050, uno de cada cinco será anciano

El documento destaca una situación llamativa, que “bajo el perfil estadístico-sociológico, los hombres y las mujeres tienen en general, hoy en día, una más larga esperanza de vida”. “Esta gran transformación demográfica representa, efectivamente, un gran desafío cultural, antropológico y económico». Según datos de la Organización Mundial de la Salud, – se lee en el documento – en 2050 en el mundo habrá dos mil millones de personas mayores de sesenta años, es decir, una de cada cinco será anciana. Así pues, “es esencial hacer que nuestras ciudades sean lugares inclusivos y acogedores para la vida de los ancianos y, en general, para la fragilidad en todas sus expresiones”.

El don de ser anciano

En nuestra sociedad suele prevalecer la idea de la vejez como una edad infeliz, comprendida solamente como la edad de los cuidados, de la necesidad y de los gastos para tratamientos médicos. Sin embrago, nada más alejado de la realidad: “Llegar a anciano es un don de Dios y un enorme recurso, un logro que hay que salvaguardar con cuidado”, dice el documento, “incluso cuando la enfermedad llega a discapacitar y surge la necesidad de una atención integrada y de alta calidad”. “Y es innegable que la pandemia ha reforzado en todos nosotros la conciencia de que la ‘riqueza de los años’ es un tesoro que debe ser valorado y protegido”.

Un nuevo modelo para los más frágiles

En cuanto a la asistencia, la Pontificia Academia para la Vida indica un nuevo modelo, sobre todo para los más frágiles, inspirado sobre todo en la persona: la aplicación de este principio implica una intervención organizada a diferentes niveles, que realiza una continua asistencia entre el propio hogar y algunos servicios externos, sin censuras traumáticas, no aptas a la fragilidad del envejecimiento, que “las residencias de ancianos deberían recalificarse en un continuum sociosanitario, es decir, ofrecer algunos de sus servicios directamente en los hogares de los ancianos: hospitalización a domicilio, atención a la persona individualmente con respuestas de atención moduladas en función de las necesidades personales a baja o alta intensidad, donde la atención sociosanitaria integrada y la domiciliación sigan siendo el eje de un nuevo y moderno paradigma”. Se espera reinventar una red más amplia de solidaridad “no exclusiva y necesariamente basada en lazos de sangre, sino articulada según la pertenencia, la amistad, el sentimiento común, la generosidad recíproca para responder a las necesidades de los demás”.

Los jóvenes y los ancianos

El documento evoca un «encuentro» entre los jóvenes y los ancianos que puede aportar al tejido social “esa nueva linfa de humanismo que haría que la sociedad estuviese más unida”. En varias ocasiones el Papa Francisco ha instado a los jóvenes a ayudar a sus abuelos. El documento recuerda que “el hombre que envejece no se acerca al final, sino al misterio de la eternidad” y, para comprenderlo, “necesita acercarse a Dios y vivir en relación con Él”. De ahí que sea una “tarea de caridad en la Iglesia” el “cuidar la espiritualidad de los ancianos, su necesidad de intimidad con Cristo y de compartir su fe”. El documento deja claro que «Es solamente gracias a los ancianos que los jóvenes pueden redescubrir sus raíces, y sólo gracias a los jóvenes que los ancianos recuperan la capacidad de soñar”.

El valioso testimonio de la fragilidad

La fragilidad de los ancianos también puede ser un valioso testimonio: “Se puede leer como un “magisterio”, una enseñanza de vida», señala el documento, y aclara que «la vejez también debe ser entendida en este horizonte espiritual: es la edad particularmente propicia al abandono en Dios”: “a medida que el cuerpo se debilita, la vitalidad psíquica, la memoria y la mente disminuyen, la dependencia de la persona humana a Dios se hace cada vez más evidente”.

El punto de inflexión cultural

Por último, hace un llamamiento para que «toda la sociedad civil, la Iglesia y las diversas tradiciones religiosas, el mundo de la cultura, de la escuela, del voluntariado, de las artes escénicas, de la economía y de las comunicaciones sociales deben sentir la responsabilidad de sugerir y apoyar -en el marco de esta revolución copernicana-nuevas e incisivas medidas que permitan acompañar y cuidar a los ancianos en contextos familiares, en sus propias casas y, en todo caso, en entornos domésticos que se asemejen más a los hogares que a los hospitales. Este es un cambio cultural que debe ser implementado”.

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FirmasHosffman Ospino

Catolicismo estadounidense con sabor hispano

El liderazgo y las comunidades católicas estadounidenses en los años venideros tiene rostro y acento hispano. 

9 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

No hace mucho, y me refiero tan sólo a unas cuantas décadas atrás, el hablar de realidades católicas estadounidenses implicaba hablar de comunidades y líderes eclesiales primordialmente de origen irlandés, alemán, italiano, entre otras nacionalidades europeas.

Los cambios demográficos y culturales en el mundo católico estadounidense en las últimas décadas han cambiado eso. Cuando se habla de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, el primer nombre que suena es el de su actual presidente, el Arzobispo José Gómez. Monseñor Gómez, de origen mexicano, es también el líder pastoral de la arquidiócesis católica más grande del país, Los Ángeles, en la cual viven más de 4.3 millones de católicos, 74 por ciento de ellos hispanos.

En las urbes más grandes del país, incluyendo Chicago, Houston, Miami y Nueva York, más de la mitad de la población católica que reside allí es hispana. Unas 4.500 parroquias católicas de las aproximadamente 16.900 que hay en el país ofrecen servicios y acompañamiento pastoral en español.

Estos signos y realidades sirven como evidencia del movimiento tectónico a nivel cultural y eclesial que está ocurriendo en el mundo católico estadounidense. Quizás el mejor indicador de lo que el catolicismo en los Estados Unidos será en lo que resta del siglo XXI son los jóvenes. Aproximadamente el 60 por ciento de los jóvenes católicos menores de 18 años son hispanos. No hay que adivinar qué rostro tendrán el liderazgo y las comunidades católicas estadounidenses en los años venideros.

La historia de las comunidades católicas

El hablar de un movimiento tectónico exige también hablar de geografía. La gran mayoría de inmigrantes católicos que llegaron desde Europa en los siglos XIX y comienzos del siglo XX se radicaron en el noreste y el medio oeste del país. Allí establecieron una red masiva de parroquias, colegios, universidades y centros de servicios sociales que hicieron de los católicos uno de los grupos más influyentes en el contexto estadounidense.

Desde el año 2015, gracias a la presencia hispana que fluye sin parar desde América Latina y el Caribe, la mayoría de católicos estadounidenses ahora viven en el Sur y el Oeste del país. Allí se forja el presente y el futuro del catolicismo estadounidense. Uno de los grandes desafíos es la falta de estructuras básicas que apoyen el crecimiento de la población católica hispana, especialmente parroquias y colegios católicos. Sin embargo, es un catolicismo más ágil, menos estructurado y más diverso.

Procesion Tennessee
Procesión de comunidad hispana en Cookeville, Tennessee.

Parte de mi trabajo investigador como teólogo es estudiar la evolución estructural, cultural y teológica de esta nueva manera de ser católicos en un país de profundas raíces anglosajonas y protestantes. Ser parte de la experiencia católica estadounidense en el siglo XXI es participar del nacimiento de una comunidad que se ha ido gestando por siglos. Y como todo nacimiento, el surgir de esta comunidad no viene sin sus debidos dolores.

A mí me gusta cocinar. Me gusta experimentar con ingredientes y sazones. Me gusta cambiar las recetas de vez en cuando. También me gusta comer en restaurantes y a veces suelo pedir el mismo plato en distintos lugares para poder apreciar las distintas maneras como es preparado. No me deja de llamar la atención que aunque los ingredientes sean prácticamente los mismos, los sabores son distintos dependiendo de quién los cocine y cómo lo haga. Por supuesto, la calidad de los ingredientes y las sazones también afecta el sabor.

Pues bien, somos testigos hoy en día de una serie de cambios demográficos, socioculturales y eclesiales profundos que hacen del catolicismo estadounidense una experiencia con un sabor particular. Es un catolicismo estadounidense con sabor hispano del que hay mucho qué decir y del cual seguramente escucharemos bastante en este siglo.

El autorHosffman Ospino

Vocaciones

Fran Delgado: «La vocación es como levantar el capó de un coche»

Francisco Delgado es un joven jesuita que cursa el primer año de Filosofía. Una vocación millenial al que, como cualquier joven con estas inquietudes, no le fue fácil dar el paso de decir que sí a la llamada de Dios. 

Maria José Atienza·9 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Fundada por San Ignacio de Loyola en 1540, la Compañía de Jesús, los jesuitas, es una de las familias religiosas más conocidas y extendidas en todo el mundo.

En estos más de cinco siglos de historia, de entre sus miembros han salido grandes santos: San Pedro Canisio, San Estanislao Kostka, san Luis Gonzaga o, más recientemente, San Alberto Hurtado o San José María Rubio.

Una larga historia de santidad que es espejo en el que mirarse para las nuevas generaciones de jesuitas. Uno de ellos es Francisco Delgado,  Fran, que relata para Omnes en su número impreso de este mes, el descubrimiento de su vocación y los inicios en la Compañía, dentro de la que ya ha realizado sus primeros votos.

«Voy a ser jesuita»

Aunque había ido a un colegio de la Compañía, Fran no tuvo contacto cercano con ningún jesuita hasta la Universidad. Su descubrimiento del carisma de la Compañía fue paulatino y su entrada en ella, supuso una sorpresa para todos: “Yo participaba activamente en iniciativas de Iglesia y tenía mi grupo de fe, pero la vida religiosa y en la Compañía de Jesús parecían piezas disonantes”, explica.

No se callaron lo que pensaban, y se lo agradezco.

Cuando comunicó su decisión a padres y amigos “Nadie lo entendía muy bien. Supongo que lo desconocido siempre asusta. A mí el primero. Y no se callaron lo que pensaban… Y lo agradezco. Más tarde, en una visita al noviciado, mis padres se pusieron serios y me dijeron que me apoyarían tanto si decidía ir hacia adelante como si me plantaba y seguía otro camino. Creo que eso marcó un punto de inflexión con ellos, del que estoy profundamente agradecido”, relata, “en cuanto a los amigos, me sorprendió mucho la reacción de varios de ellos no cristianos. Sin compartir la opción y siendo muy críticos con la Iglesia, extrañamente veían algo de bueno en mi decisión y me animaron”.

Las dudas no son absurdas

Un joven prometedor, con un futuro por delante, que lo deja todo… ¿lo deja todo? A ojos del mundo, incluso de muchos católicos, sí. Y las dudas que le planteaban, como Francisco señala, tenían sentido. Para algunas de ellas “tenía clara la respuesta porque ya me había enfrentado yo mismo a esa duda, otras veces callaba sin respuesta y otras me ponía de los nervios porque me tocaban la fibra sensible”.  

Las preguntas apuntaban a partes profundas del corazón y para mí es un regalo haber podido llevarlas a la oración.

En contra de lo que pueda parecer, “las dudas de los cercanos me ayudaron mucho. La mayoría no eran absurdas: ¿tanto tiempo en contacto con la Compañía y nunca te había llamado la atención?,¿no será demasiado exigente para ti?, ¿no estarás huyendo de algo?, ¿no puedes vivir la misma vocación desde una familia?, ¿es que no te basta con lo que tienes?”.

Esas cuestiones le llevaron a la oración y al discernimiento: “Eran preguntas que apuntaban a partes profundas del corazón y para mí es un regalo haber podido reposaras, llevarlas a la oración, compartirlas con otros, hablarlas con acompañantes, haber ido respondiendo con honestidad qué parte podían tener de verdad, qué engaños escondían, qué caminos de madurez abrían… y haber ido descubriendo esta llamada más profunda que todas ellas”.

La formación: conocer «el sitio de cada pieza»

Actualmente, Francisco se encuentra en Roma junto a otros 20 compañeros de Europa Meridional estudiando los primeros dos años de Filosofía, tras dos años de noviciado.

Para este joven, la vocación es como “levantar el capó del coche. Estos primeros años tienen mucho que ver con abrir el motor y ver cómo funciona la máquina por dentro: por dónde llega la fuerza motriz, por qué está ahí cada pieza, cómo encaja todo, qué entorpece, qué puede hacer que todo fluya mejor… el ojo está puesto fuera, en la carretera, pero toca primero abrirse dentro.»

Su descubrimiento no se hace en solitario, sino dentro de un carisma y con la ayuda que quienes ya conocen el camino: «Lo mejor es descubrirse rodeado de gente que lleva media vida viendo motores y que está deseando ayudar, aunque sea sólo un poco, a ponerlos a punto para rodar”. Una metáfora que, apunta, “puede entender un ateo; sólo que, para mí, es inevitable reconocer a Dios como fuerza motriz y como meta”.

San Ignacio de Loyola

Junto a sus hermanos en la Compañía de Jesús, Francisco hace vida el carisma jesuita inspirado a San Ignacio de Loyola, teniendo presente la figura de su fundador y tantos otros que le han precedido en este camino de santidad.

«Es una gran ayuda poder ver cómo se enfrentaba Ignacio de Loyola a las cosas y cómo le iba conduciendo Dios».

Apunta que “la figura de Ignacio de entrada no me atraía mucho. Me ha ido despertando interés y admiración al ir conociendo poco a poco su historia desde dentro y al irme sumergiendo en los Ejercicios Espirituales».

Y concluye:«Es una gran ayuda poder ver cómo se enfrentaba él a todo eso y cómo le iba conduciendo Dios. En el fondo son cosas bien parecidas a las que vivimos también nosotros hoy en el día a día”.

Mundo

El viaje del Papa a Irak ya tiene programa oficial

Ya se ha hecho público el programa del viaje apostólico que el Santo Padre realizará del 5 al 8 de marzo en Irak, con visitas en Nayaf, Ur, Erbil, Mosul y Qaraqosh. Francisco pronunciará cuatro discursos, dos homilías y una oración de sufragio por las víctimas de la guerra.

David Fernández Alonso·8 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

El viaje del Papa a Irak es una manifestación de, como ha afirmado esta misma mañana en la audiencia con el Cuerpo Diplomático, “un aspecto importante de la solicitud del Sucesor de Pedro por el Pueblo de Dios extendido por todo el mundo», así como «una oportunidad favorable para profundizar, en un espíritu de intercambio y diálogo, la relación entre las diferentes religiones».

La visita del Papa al país incluirá encuentros con las autoridades políticas y la sociedad civil, así como con obispos, sacerdotes, religiosos y seminaristas. El sábado 6 tendrá lugar un encuentro interrelegioso en la Llanura de Ur, y concluirá el día con la celebración eucarística en la catedral caldea San José de Bagdad.

El domingo 7 de marzo el Pontífice tiene varias citas. El Papa viajará al Kurdistán iraquí y a las Llanuras de Nínive. Visitará Erbil y Mosul, ciudad desde hace años en manos del autodenominado Estado Islámico, donde habrá una oración de sufragio por las víctimas de la guerra en Hosh al-Bieaa, la plaza de la iglesia.

Esa misma mañana visitará Qaraqosh, en las Llanuras de Nínive, a pocos kilómetros de Mosul, ocupada por el Estado Islámico hasta 2016. Francisco visitará la iglesia de la «Inmaculada Concepción» para visitar a la comunidad de Qaraqosh, a la que dirigirá un discurso, y después rezará la oración mariana del Ángelus.

Por la tarde, el Papa se trasladará de nuevo a Erbil para celebrar la Santa Misa que presidirá en el Estadio «Franso Hariri». Al término de la celebración, Francisco regresará a Bagdad, desde donde partirá hacia Roma el lunes por la mañana al término de la ceremonia de despedida.

Programa oficial

Viernes, 5 de marzo de 2021

ROMA – BAGDAD

Mañana

Salida en avión desde el aeropuerto internacional de Roma/Fiumicino con destino a Bagdad

Tarde

Llegada al aeropuerto internacional de Bagdad

Recibimiento oficial en el aeropuerto internacional de Bagdad

Encuentro con el primer ministro en la sala VIP del aeropuerto internacional de Bagdad

Ceremonia oficial de bienvenida en el Palacio Presidencial de Bagdad

Visita de cortesía al presidente de la República en el estudio privado del Palacio Presidencial en Bagdad

Encuentro con las autoridades, la sociedad civil y el cuerpo diplomático en el salón del Palacio Presidencial de Bagdad

Discurso del Santo Padre

Encuentro con los obispos, sacerdotes, religiosos, seminaristas y catequistas  en la catedral siro-católica de «Nuestra Señora de la Salvación» en Bagdad.

Discurso del Santo Padre

Sábado, 6 de marzo de 2021

BAGDAD – NAJAF – UR – BAGDAD

Mañana

Salida en avión hacia Nayaf

Llegada al aeropuerto de Nayaf

Visita de cortesía al gran Ayatolá Sayyid Ali Al-Husaymi Al-Sistani en Nayaf

Salida en avión hacia Nassiriya

Llegada al aeropuerto de Nassiriya

Encuentro interreligioso en la Llanura de Ur

Discurso del Santo Padre

Salida en avión hacia Bagdad

Llegada al aeropuerto internacional de Bagdad

Tarde

Santa Misa en la catedral caldea de «San José» de Bagdad

Homilía del Santo Padre

Domingo, 7 de marzo de 2021

BAGDAD – ERBIL – MOSUL – QARAQOSH – ERBIL – BAGDAD

Mañana

Salida en avión hacia Erbil

Llegada al aeropuerto de Erbil

Bienvenida de las autoridades religiosas y civiles de la región autónoma de Kurdistán iraquí en el Salón Vip Presidencial del Aeropuerto de Erbil

Salida en helicóptero hacia Mosul

Llegada al campo de aterrizaje de Mosul

Oración de sufragio por las víctimas de la guerra en Hosh al-Bieaa (Plaza de la Iglesia) en Mosul

Oración del Santo Padre

Salida en helicóptero hacia Qaraqosh

Llegada al campo de aterrizaje de Qaraqosh

Visita a la comunidad de Qaraqosh en la Iglesia de la «Inmaculada Concepción» de Qaraqosh

Discurso del Santo Padre/ Ángelus

Traslado a Erbil

Tarde

Santa Misa en el Estadio «Franso Hariri» de Erbil

Homilía del Santo Padre

Salida en avión hacia Bagdad

Llegada al aeropuerto internacional de Bagdad

Lunes, 8 de marzo de 2021

BAGDAD – ROMA

Mañana

Ceremonia de despedida en el aeropuerto internacional de Bagdad

Salida en avión hacia Roma

Llegada al aeropuerto internacional de Roma/Ciampino

El lema de la visita

«Todos somos hermanos» es el lema de la visita del Papa Francisco a Irak, cuyo logotipo muestra al Papa con gesto de saludar al país, representado en el mapa y por sus símbolos, la palmera y los ríos Tigris y Éufrates. El logotipo también muestra una paloma blanca con una rama de olivo en el pico, símbolo de la paz, que ondea en las banderas de la Santa Sede y la República de Irak. Sobre la imagen figura el lema de la visita en árabe, kurdo y caldeo.

España

Libertad religiosa y pandemia: ¿Qué puede hacer el Estado y qué no?

¿Puede un Estado limitar el aforo de los templos o prohibir la celebración de una Misa? Estas y otras preguntas son respondidas por el catedrático de Derecho del Estado y habitual colaborador de Omnes, Rafael Palomino. 

Maria José Atienza·8 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Vaticano

El Papa a los diplomáticos: «La educación es el antídoto de la cultura individualista»

El Santo Padre Francisco ha recibido en audiencia a los Miembros del Cuerpo Diplomático acreditados ante la Santa Sede para la presentación y los saludos con ocasión del nuevo año.

David Fernández Alonso·8 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 5 minutos

La audiencia ha comenzado con las palabras introductorias del Decano del Cuerpo Diplomático, el Excmo. Sr. Georgios F. Poulides, Embajador de Chipre ante la Santa Sede, que destacó la presencia del Papa durante esta época de dificultades marcada por la emergencia sanitaria. «A pesar de las dificultades, su acción, Santidad, ha continuado sin cesar, llevando a los que están necesitados y angustiados, el consuelo y el aliento de su palabra también a través del uso inteligente de los medios de comunicación. A pesar de las limitaciones impuestas por la pandemia, a través de los medios de comunicación y otros, su guía espiritual nunca ha fallado. Hemos sentido su presencia muy cerca y su oración por la humanidad que sufre«.

Tras las palabras del Excmo. Sr. Georgios F. Poulides, el Santo Padre ha pronunciado su discurso, agradeciendo en primer lugar, los amables saludos del Decano del Cuerpo Diplomático.

Un signo de cercanía

Francisco ha hecho referencia a la situación exigida por la emergencia, que ha obligado a mantener una distancia física, pero no espiritual, entre los miembros del Cuerpo Diplomático con el Santo Padre. «Nos encontramos esta mañana en el marco más espacioso del Aula de las Bendiciones, para respetar la exigencia de un mayor distanciamiento personal, al que nos obliga la pandemia. Sin embargo, la distancia sólo es física. Nuestro encuentro simboliza, más bien, todo lo contrario. Es un signo de cercanía, de esa proximidad y mutuo apoyo a los que la familia de naciones debe aspirar. En este tiempo de pandemia, este deber es aún más apremiante porque está claro para todos que el virus no conoce barreras ni puede ser fácilmente aislado. Derrotarlo es, por lo tanto, una responsabilidad que nos involucra a cada uno de nosotros personalmente, como también a nuestros países«.

El diálogo interreligioso

El Papa les ha agradecido el compromiso por mantener y estrechar las relaciones entre sus países y la Santa Sede. Ha expresado sus deseos de retomar los encuentros presenciales y viajes apostólicos que son «de hecho, un aspecto importante de la solicitud del Sucesor de Pedro por el Pueblo de Dios extendido por todo el mundo, así como del diálogo de la Santa Sede con los Estados. Además, suelen ser una oportunidad favorable para profundizar, en un espíritu de intercambio y diálogo, la relación entre las diferentes religiones. En nuestra época, el diálogo interreligioso es un componente importante en el encuentro entre pueblos y culturas. Cuando se entiende no como una renuncia a la propia identidad, sino como una oportunidad para un mayor conocimiento y enriquecimiento mutuo, este constituye una buena ocasión para los líderes religiosos y para los fieles de las diversas confesiones, y puede apoyar los esfuerzos de los líderes políticos en su responsabilidad de construir el bien común«.

La introducción de su discurso ha concluido con una llamada a afianzar los acuerdos internacionales, «que permiten profundizar los lazos de confianza mutua y posibilitan a la Iglesia cooperar más eficazmente al bienestar espiritual y social de sus países«.

El derecho al cuidado

Tras esta introducción, el Papa ha querido tratar algunos temas de particular relevancia para las relaciones diplomáticas. En primer lugar, ha subrayado de nuevo las características que ha generado en la sociedad esta pandemia global. «La pandemia nos recuerda también el derecho al cuidado, que es prerrogativa de todo ser humano«.

Acceso equitativo a las vacunas

«Desde esta perspectiva, renuevo mi llamado para que se le ofrezca a cada persona humana el cuidado y la asistencia que necesita. Para ello, es esencial que todos los que tienen responsabilidades políticas y de gobierno se esfuercen para favorecer, antes que nada, el acceso universal a la atención sanitaria básica, fomentando asimismo la creación de centros de salud locales e instalaciones de atención médica conformes a las necesidades reales de la población, así como la disponibilidad de tratamientos y medicamentos. En efecto, no puede ser la lógica del lucro la que guíe un sector tan delicado como el de la asistencia y los cuidados sanitarios«.

Y como ya ha hecho en otras ocasiones, ha reclamado el acceso equitativo a las vacunas, afirmando que «también es esencial que los importantes progresos médicos y científicos realizados a lo largo de los años, que han permitido sintetizar en un brevísimo espacio de tiempo vacunas que se perfilan eficaces contra el coronavirus, beneficien a toda la humanidad. Por consiguiente, exhorto a todos los Estados a que contribuyan activamente a las iniciativas internacionales destinadas a asegurar la distribución equitativa de las vacunas, no según criterios puramente económicos, sino teniendo en cuenta las necesidades de todos, en particular las de las poblaciones menos favorecidas«.

La economía al servicio del hombre

El Santo Padre también se ha referido a lo largo de su discurso a la crisis ambiental, económica, social y política que sufren algunos países. «La crisis actual es, por tanto, una ocasión propicia para replantear la relación entre la persona y la economía. Lo que se necesita es una especie de “nueva revolución copernicana” que ponga la economía al servicio del hombre y no al revés, «empezando a estudiar y practicar una economía diferente, la que hace vivir y no mata, que incluye y no excluye, que humaniza y no deshumaniza, que cuida la creación y no la depreda»«.

Países en dificultad

Por supuesto, también se ha acordado de hacer mención a las situaciones que viven países como Líbano, Tierra Santa, Siria o Libia. «¡Cómo quisiera que el 2021 fuera el año en que se escribiese finalmente la palabra fin al conflicto sirio, que ya hace diez años que comenzó! Para que eso suceda, se necesita un renovado interés también de parte de la Comunidad internacional para afrontar con sinceridad y valentía las causas del conflicto y buscar soluciones por medio de las cuales todos, independientemente de la pertenencia étnica y religiosa, puedan contribuir como ciudadanos al futuro del país«.

Crisis de las relaciones humanas

Por último, el Papa ha hablado de una «crisis de las relaciones humanas, expresión de una crisis antropológica general«, y en este sentido ha hecho referencia a la importancia de la educación, ya que «asistimos a una suerte de “catástrofe educativa”, ante la que no podemos permanecer inertes, por el bien de las generaciones futuras y de la sociedad en su conjunto. «Hoy es necesario un nuevo periodo de compromiso educativo, que involucre a todos los componentes de la sociedad»,[13] porque la educación es «el antídoto natural de la cultura individualista, que a veces degenera en un verdadero culto al yo y en la primacía de la indiferencia. Nuestro futuro no puede ser la división, el empobrecimiento de las facultades de pensamiento e imaginación, de escucha, de diálogo y de comprensión mutua»«.

La dimensión religiosa

Además, también ha destacado que «las exigencias para contener la difusión del virus también se ramificaron sobre diversas libertades fundamentales, incluida la libertad de religión, limitando el culto y las actividades educativas y caritativas de las comunidades de fe. Sin embargo, no debemos pasar por alto que la dimensión religiosa constituye un aspecto fundamental de la personalidad humana y de la sociedad, que no puede ser cancelado; y que, aun cuando se está buscando proteger vidas humanas de la difusión del virus, la dimensión espiritual y moral de la persona no se puede considerar como secundaria respecto a la salud física.

Por otra parte, la libertad de culto no constituye un corolario de la libertad de reunión, sino que deriva esencialmente del derecho a la libertad religiosa, que es el primer y fundamental derecho humano. Por eso es necesario que sea respetada, protegida y defendida por las autoridades civiles, como la salud y la integridad física. Además, un buen cuidado del cuerpo nunca puede prescindir del cuidado del alma«.

La fraternidad, antídoto

Finalmente, el Santo Padre se ha despedido subrayando la fraternidad como medicina para esta situación, «el 2021 es un tiempo que debemos aprovechar. Y no será desaprovechado en la medida en que sepamos colaborar con generosidad y esfuerzo. En este sentido considero que la fraternidad es el verdadero remedio a la pandemia y a muchos males que nos han golpeado. Fraternidad y esperanza son como medicinas que hoy el mundo necesita, junto con las vacunas«.

Estética y caridad

Lord Avebury, exitoso banquero y científico, plasmó en The Use of Life (1895) un ideal laico de vida refinada, donde estética y caridad siguen caminos distintos. Newman, en La idea de la universidad, también describió al gentleman, pero advirtió que la educación y el buen gusto no bastan: la verdadera plenitud requiere el impulso de la caridad cristiana.

8 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Lord Avebury (John Lubock, 1834-1913) fue un exitoso banquero, escritor y científico, que acuñó «Paleolítico” y “Neolítico”, y escribió un notable libro sobre The use of Life (1895), el arte de vivir como un gentleman. Después de un capítulo sobre qué hacer en la vida, estudia el “Tacto” en el trato, el juego, la salud, la educación, las librerías, el patriotismo, la fe, la caridad, la paz y felicidad, para acabar en la religión (nacional británica). Es un ideal laico de vida humana plena, que tiene un criterio estético, con los estándares de la época, y reforzado por el impulso de la “distinción” (Bordieu): optar por un vivir superior que marca fronteras con la vulgaridad.

En la Idea de la universidad de Newman, también aparece la figura del gentleman, con educación esmerada, trato delicado, inteligencia cultivada y buen gusto en todo lo que acompaña la vida. Pero en la conferencia 7 estudia las diferencias con los ideales cristianos. La educación liberal –dice- puede ser una ayuda, pero también un obstáculo. El móvil del buen gusto es muy distinto que el impulso de la caridad.

El autorJuan Luis Lorda

Profesor Ordinario de Teología y Director del Departamento de Teología Sistemática de la Universidad de Navarra. Autor de numerosos libros de teología y vida espiritual.

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Documentos

Mensaje para la XXIX Jornada Mundial del Enfermo 2021

Uno solo es vuestro Maestro y todos vosotros sois hermanos (Mt 23,8). La relación de confianza, fundamento del cuidado del enfermo.

David Fernández Alonso·8 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 5 minutos

Queridos hermanos y hermanas: 

La celebración de la 29.a Jornada Mundial del Enfermo, que tendrá lugar el 11 de febrero de 2021, memoria de la Bienaventurada Virgen María de Lourdes, es un momento propicio para brindar una atención especial a las personas enfermas y a quienes cuidan de ellas, tanto en los lugares destinados a su asistencia como en el seno de las familias y las comunidades. Pienso, en particular, en quienes sufren en todo el mundo los efectos de la pandemia del coronavirus. A todos, especialmente a los más pobres y marginados, les expreso mi cercanía espiritual, al mismo tiempo que les aseguro la solicitud y el afecto de la Iglesia. 

1. El tema de esta Jornada se inspira en el pasaje evangélico en el que Jesús critica la hipocresía de quienes dicen, pero no hacen (cf. Mt 23,1-12). Cuando la fe se limita a ejercicios verbales estériles, sin involucrarse en la historia y las necesidades del prójimo, la coherencia entre el credo profesado y la vida real se debilita. El riesgo es grave; por este motivo, Jesús usa expresiones fuertes, para advertirnos del peligro de caer en la idolatría de nosotros mismos, y afirma: «Uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos» (v. 8).

La crítica que Jesús dirige a quienes «dicen, pero no hacen» (v. 3) es beneficiosa, siempre y para todos, porque nadie es inmune al mal de la hipocresía, un mal muy grave, cuyo efecto es impedirnos florecer como hijos del único Padre, llamados a vivir una fraternidad universal.

Ante la condición de necesidad de un hermano o una hermana, Jesús nos muestra un modelo de comportamiento totalmente opuesto a la hipocresía. Propone detenerse, escuchar, establecer una relación directa y personal con el otro, sentir empatía y conmoción por él o por ella, dejarse involucrar en su sufrimiento hasta llegar a hacerse cargo de él por medio del servicio (cf. Lc10,30-35). 

2. La experiencia de la enfermedad hace que sintamos nuestra propia vulnerabilidad y, al mismo tiempo, la necesidad innata del otro. Nuestra condición de criaturas se vuelve aún más nítida y experimentamos de modo evidente nuestra dependencia de Dios. Efectivamente, cuando estamos enfermos, la incertidumbre, el temor y a veces la consternación, se apoderan de la mente y del corazón; nos encontramos en una situación de impotencia, porque nuestra salud no depende de nuestras capacidades o de que nos “angustiemos” (cf. Mt 6,27).

La enfermedad impone una pregunta por el sentido, que en la fe se dirige a Dios; una pregunta que busca un nuevo significado y una nueva dirección para la existencia, y que a veces puede ser que no encuentre una respuesta inmediata. Nuestros mismos amigos y familiares no siempre pueden ayudarnos en esta búsqueda trabajosa.

A este respecto, la figura bíblica de Job es emblemática. Su mujer y sus amigos no son capaces de acompañarlo en su desventura, es más, lo acusan aumentando en él la soledad y el desconcierto. Job cae en un estado de abandono e incomprensión. Pero precisamente por medio de esta extrema fragilidad, rechazando toda hipocresía y eligiendo el camino de la sinceridad con Dios y con los demás, hace llegar su grito insistente a Dios, que al final responde, abriéndole un nuevo horizonte. Le confirma que su sufrimiento no es una condena o un castigo, tampoco es un estado de lejanía de Dios o un signo de su indiferencia. Así, del corazón herido y sanado de Job, brota esa conmovida declaración al Señor, que resuena con energía: «Te conocía sólo de oídas, pero ahora te han visto mis ojos» (42,5).

3. La enfermedad siempre tiene un rostro, incluso más de uno: tiene el rostro de cada enfermo y enferma, también de quienes se sienten ignorados, excluidos, víctimas de injusticias sociales que niegan sus derechos fundamentales (cf. Carta enc. Fratelli tutti, 22). La pandemia actual ha sacado a la luz numerosas insuficiencias de los sistemas sanitarios y carencias en la atención de las personas enfermas. Los ancianos, los más débiles y vulnerables no siempre tienen garantizado el acceso a los tratamientos, y no siempre es de manera equitativa.

Esto depende de las decisiones políticas, del modo de administrar los recursos y del compromiso de quienes ocupan cargos de responsabilidad. Invertir recursos en el cuidado y la atención a las personas enfermas es una prioridad vinculada a un principio: la salud es un bien común primario. Al mismo tiempo, la pandemia ha puesto también de relieve la entrega y la generosidad de agentes sanitarios, voluntarios, trabajadores y trabajadoras, sacerdotes, religiosos y religiosas que, con profesionalidad, abnegación, sentido de responsabilidad y amor al prójimo han ayudado, cuidado, consolado y servido a tantos enfermos y a sus familiares. Una multitud silenciosa de hombres y mujeres que han decidido mirar esos rostros, haciéndose cargo de las heridas de los pacientes, que sentían prójimos por el hecho de pertenecer a la misma familia humana.

La cercanía, de hecho, es un bálsamo muy valioso, que brinda apoyo y consuelo a quien sufre en la enfermedad. Como cristianos, vivimos la projimidad como expresión del amor de Jesucristo, el buen Samaritano, que con compasión se ha hecho cercano a todo ser humano, herido por el pecado. Unidos a Él por la acción del Espíritu Santo, estamos llamados a ser misericordiosos como el Padre y a amar, en particular, a los hermanos enfermos, débiles y que sufren (cf. Jn 13,34-35). Y vivimos esta cercanía, no sólo de manera personal, sino también de forma comunitaria: en efecto, el amor fraterno en Cristo genera una comunidad capaz de sanar, que no abandona a nadie, que incluye y acoge sobre todo a los más frágiles.

A este respecto, deseo recordar la importancia de la solidaridad fraterna, que se expresa de modo concreto en el servicio y que puede asumir formas muy diferentes, todas orientadas a sostener al prójimo. «Servir significa cuidar a los frágiles de nuestras familias, de nuestra sociedad, de nuestro pueblo» (Homilía en La Habana, 20 septiembre 2015). En este compromiso cada uno es capaz de «dejar de lado sus búsquedas, afanes, deseos de omnipotencia ante la mirada concreta de los más frágiles. […] El servicio siempre mira el rostro del hermano, toca su carne, siente su projimidad y hasta en algunos casos la “padece” y busca la promoción del hermano. Por eso nunca el servicio es ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a personas» (ibíd.).

4. Para que haya una buena terapia, es decisivo el aspecto relacional, mediante el que se puede adoptar un enfoque holístico hacia la persona enferma. Dar valor a este aspecto también ayuda a los médicos, los enfermeros, los profesionales y los voluntarios a hacerse cargo de aquellos que sufren para acompañarles en un camino de curación, gracias a una relación interpersonal de confianza (cf. Nueva Carta de los agentes sanitarios [2016], 4). Se trata, por lo tanto, de establecer un pacto entre los necesitados de cuidados y quienes los cuidan; un pacto basado en la confianza y el respeto mutuos, en la sinceridad, en la disponibilidad, para superar toda barrera defensiva, poner en el centro la dignidad del enfermo, tutelar la profesionalidad de los agentes sanitarios y mantener una buena relación con las familias de los pacientes.

Precisamente esta relación con la persona enferma encuentra una fuente inagotable de motivación y de fuerza en la caridad de Cristo, como demuestra el testimonio milenario de hombres y mujeres que se han santificado sirviendo a los enfermos. En efecto, del misterio de la muerte y resurrección de Cristo brota el amor que puede dar un sentido pleno tanto a la condición del paciente como a la de quien cuida de él. El Evangelio lo testimonia muchas veces, mostrando que las curaciones que hacía Jesús nunca son gestos mágicos, sino que siempre son fruto de un encuentro, de una relación interpersonal, en la que al don de Dios que ofrece Jesús le corresponde la fe de quien lo acoge, como resume la palabra que Jesús repite a menudo: “Tu fe te ha salvado”.

5. Queridos hermanos y hermanas: El mandamiento del amor, que Jesús dejó a sus discípulos, también encuentra una realización concreta en la relación con los enfermos. Una sociedad es tanto más humana cuanto más sabe cuidar a sus miembros frágiles y que más sufren, y sabe hacerlo con eficiencia animada por el amor fraterno. Caminemos hacia esta meta, procurando que nadie se quede solo, que nadie se sienta excluido ni abandonado. 

Le encomiendo a María, Madre de misericordia y Salud de los enfermos, todas las personas enfermas, los agentes sanitarios y quienes se prodigan al lado de los que sufren. Que Ella, desde la Gruta de Lourdes y desde los innumerables santuarios que se le han dedicado en todo el mundo, sostenga nuestra fe y nuestra esperanza, y nos ayude a cuidarnos unos a otros con amor fraterno. A todos y cada uno les imparto de corazón mi bendición.

Roma, San Juan de Letrán, 20 de diciembre de 2020, cuarto domingo de Adviento.

Francisco

Vaticano

«Cuidar de los enfermos no es para la Iglesia una ‘actividad opcional'»

Las palabras del Papa Francisco en el Ángelus de hoy han estado marcadas por la celebración, el próximo 11 de febrero, de la Jornada Mundial del enfermo.

Maria José Atienza·7 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

El Papa se ha referido al milagro de la curación de la suegra de Pedro, relatada en el Evangelio de hoy, destacando cómo «Jesús muestra su predilección por las personas que sufren en el cuerpo y en el espíritu: es una predilección de Jesús acercarse a las personas que sufren tanto en el cuerpo como en el espíritu. Es la predilección del Padre, que Él encarna y manifiesta con obras y palabras».

Cuidar de los enfermos de todo tipo forma parte integrante de la misión de la Iglesia, como lo era de la de Jesús.

El Santo Padre ha recogido también la participación de los discípulos de Cristo en esta tarea de sanación del cuerpo y del alma. «Sus discípulos», ha señalado, «han sido testigos oculares, han visto esto y después lo han testimoniado. Pero Jesús no les ha querido solo espectadores de su misión: les ha involucrado, les ha enviado, les ha dado también a ellos el poder de sanar a los enfermos y de expulsar a los demonios».

En esta línea, ha subrayado el Papa: «Cuidar de los enfermos de todo tipo no es para la Iglesia una “actividad opcional”, ¡no! No es algo accesorio, no. Cuidar de los enfermos de todo tipo forma parte integrante de la misión de la Iglesia, como lo era de la de Jesús. Y esta misión es llevar la ternura de Dios a la humanidad sufriente. Nos lo recordará dentro de pocos días, el 11 de febrero, la Jornada Mundial del Enfermo».

El Papa Francisco ha querido recordar que la pandemia «hace particularmente actual este mensaje, esta misión esencial de la Iglesia».  Un mensaje que se entrelaza en la propia condición humana –  altísima en la dignidad— y al mismo tiempo tan frágil. Una paradoja a la que Jesús responde con una presencia que ha de ser un ejemplo para nosotros. «Inclinarse para hacer que el otro se levante. No olvidemos que la única forma lícita de mirar a una persona de arriba hacia abajo es cuando tú tiendes la mano para ayudarla a levantarse«, ha afirmado Francisco que ha pedido a la Santísima Virgen que nos «ayude a dejarnos sanar por Jesús —siempre lo necesitamos, todos— para poder ser a nuestra vez testigos de la ternura sanadora de Dios».

La verdad nos hace raros

7 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Desde hace unos meses, pocos, se ha establecido un interesante debate sobre la presencia de los intelectuales católicos en la vida pública. Un cruce de opiniones y reflexiones, entre católicos declarados y no creyentes, que se ha revelado más que necesaria en la sociedad actual. Sugiero, a quienes aún no lo han hecho, que se asomen a este interesante diálogo que pone al descubierto bastantes de las debilidades de las que adolecemos los católicos españoles, o al menos una parte de ellos, en la actualidad. Algo que se puso de manifiesto en la mesa redondaUn debate actual: intelectuales, cristianismo y universidad”, celebrada en la Universidad de Navarra.

Es cierto que hay un cierto “silenciamiento” por parte del media establisment, o de quienes se niegan a aceptar que el hecho de profesar una fe no anula la capacidad de razonamiento, diálogo o progreso. Esto es verdad, pero no es sólo el silenciamiento impuesto el que ha llevado a esta situación. A ello se ha sumado una tendencia, maravillosamente descrita por Charles J. Chaput: “Los católicos tendemos a pensar en la Iglesia como en una parte del mobiliario cotidiano” . Un mueble más o menos bonito, casi siempre heredado, y que hay momentos en los que no sabemos “cómo encajarlo” en el resto de nuestra vida. Y no se vive por un mueble, ni se muere por él. Tampoco se profundiza, más allá de rebuscar en sus cajones por si encontramos algún objeto pintoresco.

Puede ocurrir, por tanto, que, llegado el momento, no sepamos ni por qué está ahí; no sepamos responder a quienes nos preguntan qué sentido tiene, en nuestra vida, contante y sonante, nuestra fe, ya sea como intelectuales o como vendedores de flores. Eso que se llama “dar razón de nuestra fe” sólo será posible si, por una parte, nuestra fe tiene claras sus razones y sus razonamientos y, por otra, si esta razón se hace vida, la ‘informa’: el testimonio del ejemplo.

truth

Afirma Aurelio Arteta, al que no se puede tachar de fideísta, que “la única forma de combatir una cultura de la falsedad, bajo la forma que esta adquiera, es vivir conscientemente la verdad, en lugar de limitarse a hablar de ella”. Ejemplo y palabra.

Llevamos años, decenas de años, hablando del papel de los católicos, de los laicos, en la vida pública, y, quizás, y a pesar de nuestros pesares, hemos ido dejando que trabajen otros, que “se formen los curas” o simplemente, reduciendo nuestra fe a una mezcla suave de sentimiento y buenas intenciones, a una moral que se sigue, a veces sin preguntarse por qué, o mejor aún, por quién.

Se huye de la confrontación educada por falta de argumento racional y podemos escudarnos en un catolicismo combatiente, de trinchera, en el que la persona de Cristo, esa razón poderosa que da sentido a la fe, termina reducida a una palabra – misil con el que disparamos interna y externamente.

En el fondo, tenemos cierto miedo a “perder” en la conversación, a resultar “heridos”, o quizás, a ser calificados de “raros”, cuando la historia de la verdad no es otra que la de resultar rara, o incluso algo molesta, en una sociedad, cualquiera, en la que nadar con la corriente siempre es más cómodo. Recordando a la gran Flannery O’Connor: “Sabréis la verdad, y la verdad os hará raros».

El autorMaria José Atienza

Directora de Omnes. Licenciada en Comunicación, con más de 15 años de experiencia en comunicación de la Iglesia. Ha colaborado en medios como COPE o RNE.

Vaticano

Luis Marín y Nathalie Becquart, nuevos subsecretarios del Sínodo de los obispos

La Santa Sede ha hecho público el nombramiento de este madrileño junto al de la francesa Nathalie Becquart como nuevos subsecretarios del sínodo de los obispos. El P. Luis Marín ha sido nombrado, al mismo tiempo, obispo titular de la sede de Suliana.

Maria José Atienza·6 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Luis Marín de San Martín, O.S.A., nació el 21 de agosto de 1961 en Madrid. Hizo sus primeros votos en la Orden de San Agustín el 5 de septiembre de 1982 y los votos solemnes el 1 de noviembre de 1985.

Ordenado sacerdote el 4 de junio de 1988, obtuvo el doctorado en Sagrada Teología en la Universidad Pontificia Comillas de Madrid.

Entre los cargos que ha desempeñado dentro de la orden agustina se encuentran el de formador del Seminario Mayor de Tagaste, Los Negrales, Consejero provincial y Prior del Monasterio de Santa María de La Vid.

Es Catedrático de Teología en los Centros Agustinos de Los Negrales, San Lorenzo del Escorial y Valladolid. Desde 2004 es profesor invitado en la Facultad de Teología del Norte de España de Burgos. Es Archivero General de la Orden, Asistente General de los Agustinos y Presidente del Institutum Spiritualitatis Augustinianae.

Por su parte, la hermana Nathalie Becquart, perteneciente a las Misioneras de Cristo Jesús, fue directora del Servicio Nacional para la Evangelización de los Jóvenes y las Vocaciones de la Conferencia Episcopal de Francia (de 2012 a 2018) y consultora de la Secretaría General del Sínodo de los Obispos (desde 2019).

Esta francesa se licenció en la Escuela de Altos Estudios Comerciales de París (HEC París), estudió filosofía y teología en el Centro Sèvres – Facultad de los jesuitas de París, sociología en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS) de la misma ciudad y se especializó en eclesiología con investigaciones sobre la sinodalidad en la Boston College School of Theology and Ministry (Estados Unidos de América).

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Evangelización

Líderes

Si liderazgo consiste sólo en “mandar”, entonces vamos mal. Pero liderazgo no consiste en mandar. Tiene más bien que ver con la capacidad de influir en las personas del propio entorno para que trabajen con entusiasmo.

Juan Luis Rascón Ors·5 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

¿Qué puedes tener en común con San Pablo, Napoleón Bonaparte y el Atlético de Madrid? Aparentemente nada; pero sí, hay una cosa: el liderazgo. Es verdad que los tres, el apóstol, el estadista y el glorioso club son grandes de la Historia, y tú a lo mejor no pasas de salir en tu álbum familiar. Pero eres un líder

A ver, la palabra liderazgo, en español, tiene mala prensa: suena a competitividad y a capitalismo; pero en realidad es un concepto bíblico. ¿Cómo definirías, si no, a Moisés, David, Daniel, Nehemías, Débora, Judas Macabeo, Pablo…y muchos otros?

En la Iglesia, el Papa, los obispos y los sacerdotes ocupan indiscutiblemente posiciones de liderazgo. Nos ha tocado. Pero… ¿somos los únicos llamados a ejercer el liderazgo? 

Si liderazgo consiste sólo en «mandar», entonces vamos mal.

Rotundamente, NO. Si liderazgo consiste sólo en “mandar”, entonces vamos mal. Pero liderazgo no consiste en mandar. Tiene más bien que ver con la capacidad de influir en las personas del propio entorno para que trabajen “con entusiasmo hacia el logro de sus metas y objetivos. También se entiende como la capacidad de delegar, tomar la iniciativa, gestionar, convocar, promover, incentivar, motivar y evaluar un proyecto, de forma eficaz y eficiente…” (ver Wikipedia, voz Liderazgo).

Capacidad de influir. Quedémonos con eso. ¿Es sólo para los clérigos? 

Hay una cosa que he aprendido y otra de la que tengo absoluta certeza. He aprendido que en la parroquia todo el mundo espera que todo lo haga yo. Todo el mundo espera que predique bien, que organice bien, que atraiga a los jóvenes, que atienda a cada uno como si no hubiese nadie más en el mundo, que esté siempre disponible, de día y de noche…, que me acuerde de encender la calefacción… y de apagarla, etc.

¿Y si los clérigos, cada vez más escasos, nos dedicamos a —¡atención!: palabreja de moda— “empoderar” a los laicos?

De lo que tengo absoluta certeza es de que yo solo no puedo hacerlo todo. Si todo depende de mí y los demás sólo son colaboradores, ¿qué pasará cuando yo no esté? Si solo yo ostento el liderazgo, ¿que pasará si me muero?

Efesios 4, 11: “Él constituyó a algunos como apóstoles, a otros profetas, a otros evangelizadores, a otros pastores y doctores, a fin de que trabajen en perfeccionar a los santos cumpliendo con su ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo”. Apóstoles, profetas… ¿Ha dicho profetas? Sí, profetas…, evangelizadores, pastores, doctores… Poco antes dice que “ha sido dada la gracia en la medida en que Cristo quiere otorgar sus dones”

¿Son estos dones exclusivos de los clérigos? ¿Puede haber entre los laicos apóstoles, profetas (sic), evangelizadores, pastores, doctores? OK: sucesores de los (12) apóstoles sólo son los obispos, pero ¿no hay más apóstoles?

¿Cómo sería una parroquia que tuviese una decena de apóstoles, tres o cuatro profetas, un par de docenas de evangelizadores, muchos pastores y unos cuantos doctores que trabajen en perfeccionar a los santos cumpliendo con su ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo? ¿Y si los clérigos, cada vez más escasos, nos dedicamos a —¡atención!: palabreja de moda— “empoderar” a los laicos?

Vaticano

Massimiliano Padula: «El periodismo tiene que reflejar la verdad»

Con ocasión del Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, Omnes ha entrevistado al sociólogo italiano y profesor de Comunicación, Massimiliano Padula, que nos da las claves señaladas por el Papa Francisco y los nuevos retos del periodismo. 

Giovanni Tridente·5 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Recientemente hemos conocido el Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, en el que el Papa Francisco ha vuelto a reclamar la necesidad de «salir de nosotros mismos» y «caminar en busca de la verdad«. Omnes ha entrevistado para la ocasión al profesor Massimiliano Padula, sociólogo y profesor de comunicación en la Universidad Pontificia Lateranense, así como presidente de la Coordinación de Asociaciones para la Comunicación vinculada a la Conferencia Episcopal Italiana.

P- Profesor, en su opinión, ¿cuál es el punto central del Mensaje del Papa Francisco preparado para la Jornada de las Comunicaciones de este año?

R- El Papa desarrolla una reflexión multifacética, integrando en un marco evangélico (el encuentro entre Jesús y los primeros discípulos que se relata en el Evangelio de Juan 1, 46), periodismo, oportunidades y escollos de la cultura digital, dimensión humana de la comunicación. Pero si tuviera que extrapolar de este caleidoscopio de propuestas un punto central, elegiría la «cultura del encuentro«. Este Mensaje tiene el mérito de aplicar una de las principales ideas del Magisterio de Francisco al mundo de la información, elaborando un renovado criterio de actualidad: aproximarse a las personas dónde están y cómo están.

El Papa hace un llamamiento a todos los hombres de buena voluntad (y no sólo a los periodistas) para que sigan comunicando la fascinación de la aventura cristiana

Massimiliano PadulaSociólogo y profesor de Comunicación

P- El Papa parece dirigirse especialmente a los periodistas, pero ¿es realmente así?

R- El periodismo, entendido en su dimensión tradicional, ya no existe. Las órdenes profesionales, los códigos deontológicos, las redacciones físicas, los roles definidos, dejan cada vez más espacio a una comunicación orientada por la lógica de la web. En cierto sentido, todos somos periodistas porque somos productores y distribuidores de noticias, porque tenemos un público que nos sigue y porque podemos elegir fácilmente diferentes códigos de transmisión (un artículo escrito, un podcast, un vídeo…).

Por estos motivos, el Papa hace un llamamiento a todos los hombres de buena voluntad (y no sólo a los periodistas) para que sigan comunicando la fascinación de la aventura cristiana también en sus acciones «periodísticas«.

P- En la era de la desintermediación, ¿sigue teniendo sentido la información en el sentido clásico?

R- La palabra «desintermediación» ha adquirido una connotación negativa en los últimos años. Esto ocurre cuando quien está en los medios de comunicación se siente parte de una élite, se propone como titular exclusivo de un servicio. Creo, en cambio, que la desintermediación no es otra cosa que una nueva forma de mediación, más libre de formalismos, de presunciones corporativistas, de clubes restringidos (el Papa habla, a este respecto, de «información pre-empaquetada, palaciega y autorreferencial«).

Esta es una de las razones de la crisis del sector periodístico, que ciertamente no tiene que quitarse el traje de «medio», sino reposicionar su trabajo en otras categorías y necesidades. Entre ellas: el análisis en profundidad, la opinión libre, la denuncia de las desigualdades y la información sobre los más marginados.

Cualquier contenido puede funcionar siempre que refleje un criterio: la verdad.

Massimiliano PadulaSociólogo y profesor de Comunicación

P- En su opinión, ¿hacia dónde debemos dirigirnos para ofrecer al público contenidos de calidad?

R- Creo que incluso antes que el contenido, es necesario y urgente interiorizar qué es lo digital. Hay que romper la visión instrumental de la web y empezar a captar los aspectos humanos, entender los tiempos, los espacios, los códigos y los lenguajes. Una vez hecho esto, cualquier contenido puede funcionar siempre que refleje un criterio: la verdad.

La red, de hecho, tiene la extraordinaria función de desvelar el mal al hacer transparente nuestra vida. Por lo tanto, la calidad comunicativa hoy en día se refiere a una comunicación revestida de verdad, justicia, belleza y respeto por la dignidad de las personas, especialmente de las más necesitadas.

Omnes, con su aterrizaje en la web y su estrategia de denominación, no hará más que volverse aún más católico.

Massimiliano PadulaSociólogo y profesor de Comunicación

P- Desde hace unas semanas, Omnes también ofrece información digital: ¿qué valor añadido puede aportar la web?

R- El valor añadido puede referirse al concepto de «glocalización«, es decir, a la multiplicación y diversificación de experiencias localizadas en territorios globales. Esto es posible gracias a las cada vez mayores y mejores oportunidades tecnológicas, pero también a la nueva perspectiva, habilidades y sensibilidad que tiene el hombre contemporáneo.

Yo, sin embargo, prefiero el adjetivo «católico» a «glocal«, no en su acepción clerical, sino entendido en su sentido original de «universal». Omnes, con su aterrizaje en la web y su estrategia de denominación, no hará más que volverse aún más católica.

Educación

El Ministerio de Educación nombra a Raquel Pérez Sanjuan miembro del Consejo Escolar del Estado

La designación de Raquel Pérez, sin duda, es una buena noticia, en primer lugar, por la normalización de una situación respecto a la presencia de la CEE en este órgano. 

Javier Segura·5 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Normalmente los profesores de Religión no estamos pendientes de los nombramientos para este tipo de cargos. Pero me ha parecido oportuno poner hoy el foco en esta noticia de actualidad, porque me parece significativa.

Raquel Pérez Sanjuán es la actual Secretaria Técnica de la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura de la Conferencia Episcopal Española. Acaba de ser nombrada por la ministra de Educación, Isabel Celaá, por un tiempo de cuatro años, miembro del Consejo Escolar del Estado, puesto que ocupan personalidades relevantes dentro del mundo de la educación.

En este caso, el nombramiento de Raquel Pérez responde al espacio que habitualmente ha venido ocupando un representante propuesto por la Conferencia Episcopal y que llevaba vacante desde que lo dejase Juan Antonio Gómez Trinidad, hombre que, por su valía, llegó a ocupar el cargo de vicepresidente del Consejo Escolar.

Normalización de la presencia de la CEE

La designación de Raquel Pérez, sin duda, es una buena noticia, en primer lugar, por la normalización de una situación respecto a la presencia de la CEE en este órgano. Y en segundo lugar es importante por el momento clave que estamos viviendo en la educación en España con la tramitación de la nueva ley de educación. En otras claves es, además, un reconocimiento a la labor de la actual secretaria técnica y al impulso que desde la CEE se ha dado a las negociaciones con el Ministerio de Educación. Recordemos la novedosa propuesta que al inicio del verano la CEE hizo al ministerio con un modelo integrador para la formación integral del alumnado, en el que se encajaba la enseñanza religiosa escolar. Por todo esto no cabe sino alegrarse.

Es una buena noticia en medio de tantas otras negativas. Porque la batalla educativa está ahora mismo agazapada y a la espera de movimientos cruciales como son la aprobación de los Reales Decretos que concreten la LOMLOE y la aplicación en las distintas Autonomías, importantísimo dadas las competencias educativas que están transferidas. En todos estos ámbitos no cabe esperar sino una dura batalla para la clase de Religión. Para muestra un botón. No hay más que ver lo que está ocurriendo en la Rioja y el menosprecio al que está sometiendo este Gobierno a los profesores de Religión.

Esperemos que el nombramiento de Raquel Pérez Sanjuán sea, por parte del Ministerio, algo más que un guiño, y que implique una posición menos beligerante y más colaborativa que la que hemos visto hasta ahora.

Mundo

Maratón de oración por el fin de la trata de personas

Desde las 10 de la mañana y hasta las 17:00 h. personas y organizaciones de todo el mundo se unirán en oración por el fin de la trata de personas. 

Maria José Atienza·5 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

La iniciativa, impulsada por Talitha Kum en colaboración con la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, Caritas Internationalis, la Unión Mundial de Organizaciones de Mujeres Católicas, el Movimiento de los Focolares y muchas otras organizaciones, tendrá lugar el 8 de febrero, memoria litúrgica de Santa Josefina Bakhita.

Desde Oceanía hasta las Américas, el próximo lunes, con motivo de la VII Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata, todo aquel que quiera podrá unirse a la maratón de oración en línea por una «Economía sin trata de personas». Será la primera vez que el acto central de esta jornada se haga de manera virtual y dará la oportunidad de reunir a todas las realidades comprometidas contra la trata de personas en el mundo.

A través de Youtube

La jornada, que podrá seguirse a través del canal de YouTube de la Jornada Mundial comenzará a las 10:00 am con la oración dirigida por el comité organizador. Desde entonces, y hasta las 17:00 h. marcando los diferentes husos horarios, habrá un momento de oración en línea «compartida» con traducciones en cinco idiomas, recorrerá las distintas zonas del planeta para centrar la atención y sensibilizar a la opinión pública sobre una de las principales causas de la trata de personas, el modelo económico dominante, cuyos límites y contradicciones se ven agravados por la pandemia de Covid-19. A las 13.40 horas, esta Jornada contará con un momento clave: el video mensaje del Papa Francisco.

Como ha destacado la religiosa Gabriella Bottani, coordinadora de Talitha Kum, “el Santo Padre pidió a la Iglesia detenerse a reflexionar sobre el modelo económico dominante y buscar caminos alternativos. El modelo económico dominante es una de las principales causas estructurales de la trata de personas en nuestro mundo globalizado. A lo largo de esta jornada, trazaremos juntos un camino de reflexión por una economía que promueva la vida y el trabajo decente para todos”.

La jornada podrá apoyarse a través de las redes sociales con el hashtag oficial #PrayAgainstTrafficking

España

Juan Antonio Cruz, nombrado observador permanente de la Santa Sede ante la OEA

El papa Francisco ha nombrado a este sacerdote almeriense de 45 años que, hasta ahora, estaba al frente de la sección española de la Secretaría de Estado del Vaticano.

Maria José Atienza·5 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La Santa Sede ha hecho público hoy el nombramiento del sacerdote español y diplomático Juan Antonio Cruz Serrano como observador permanente de la Santa Sede ante la Organización de Estados Americanos (OEA).

Hasta la fecha , Cruz Serrano estaba al frente de la sección española de la Secretaría de Estado del Vaticano. Ordenado sacerdote el 15 septiembre de 2001, este licenciado en Derecho canónico entró en el Servicio diplomático de la Santa Sede en 2004.

Entre sus destinos como diplomático de la Santa Sede ha trabajado en las representaciones pontificias de Zimbabwe, Irlanda y Chile.

Sucede en el cargo a Mons. Mark Miles, quien ha sido nombrado Nuncio Apostólico en Benin

La Organización de Estados Americanos

La OEA fue creada en 1948 con el objetivo de lograr en sus Estados Miembros, «un orden de paz y de justicia, fomentar su solidaridad, robustecer su colaboración y defender su soberanía, su integridad territorial y su independencia».

Hoy en día, la OEA reúne a los 35 Estados independientes de las Américas y constituye el principal foro gubernamental político, jurídico y social del Hemisferio. Además, ha otorgado el estatus de Observador Permanente a 69 Estados, así como a la Unión Europea.

Para lograr sus más importantes propósitos, la OEA se basa en sus principales pilares que son la democracia, los derechos humanos, la seguridad y el desarrollo.

Vocaciones

“En Indonesia somos pocos católicos, pero con fe ardiente”

El P. Kenny Ang es un joven sacerdote de 28 años de la diócesis de Surabaya (Indonesia). Nació en Yakarta, la capital indonesia, y estudia en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz gracias al CARF

Espacio patrocinado·5 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Tengo la convicción de que Dios me ha llamado a ser un sacerdote santo según el corazón de Jesucristo”, afirma. Su obispo le envió a estudiar a la Universidad de Navarra: “Llegué a Pamplona en el curso 2013-2014. Tras cinco años de formación en el Colegio Eclesiástico Internacional Bidasoa y en la Universidad de Navarra estoy convencido de que la historia de mi vocación es una historia de acción de Dios a través de muchas personas”.

Tras ordenarse sacerdote, trabajóun año en una parroquia en Surabaya. “Aunque somos minoría en mi país, los católicos tienen una fe ardiente. Había muchas familias jóvenes, era una parroquia con mucha vida”, relata, agradecido al obispo de esa diócesis, Mons. Vincentius S. Wisaksono, quien le ha acogido con un cariño paternal.

“A los católicos en Indonesia les gusta organizar actividades en las parroquias. No obstante, a muchos de ellos les falta formación doctrinal. Por esta razón, mi obispo me ha enviado este año a Roma para ampliar los estudios en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz con la especialización en Teología dogmática para contribuir a la formación de sacerdotes y fieles en la diócesis de Surabaya”, cuenta.

Para el P. Kenny, le habría sido muy difícil responder bien a la llamada de Dios sin la ayuda generosa de los benefactores de Centro Académico Romano Fundación.

Ecología integral

Por qué España tiene déficit en cuidados paliativos

Continúa al reportaje sobre los cuidados paliativos en nuestro país. Hoy abordamos la situación de esta especialidad en nuestro país y especialmente, las razones de su falta de desarrollo, que se centran en la falta de especialidad médica reglada de este campo.  

Rafael Miner·5 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Servicios de paliativos, medicamentos

Veamos ahora los desafíos que plantea el desarrollo de los cuidados paliativos en los distintos países. Miguel Sánchez Cárdenas, investigador del Grupo de Investigación Atlantes (ICS),señala a Omnes que enel contexto de las necesidades de una persona al final de la vida, se necesita: “1) una cultura en el país en la cual se considera que al final de la vida hay problemas que atender. Esto se solventa con políticas públicas, campañas de sensibilización, etc.; 2) profesionales entrenados para resolver los problemas del final de la vida. Aquí la educación es muy importante, y también los servicios dónde hacerlo; Y 3) se requieren los medicamentos esenciales para controlar los problemas que pueden surgir al final de la vida”.

Estos son los parámetros principales, y Sánchez Cárdenas los repasa en el caso español, según el Atlas de Cuidados Paliativos en Europa 2019. A su juicio, “hay dos indicadores muy importantes: cuántos servicios hay, y cuántos opioides se consumen. Para el año 2019, el Atlas encontró 260 servicios [en España] y una media de servicios de 0,6 por cien mil habitantes. La Asociación Europea de Cuidados Paliativos (EAPC), dice que este indicador debe ser de al menos 2. El 0,6 está lejano, por tanto, respecto a ese estándar de 2010 de la asociación europea. Esto sitúa a España en el tercer cuarto”.

A diferencia de la mayoría de los países europeos, España no tiene especialidad en Medicina de cuidados paliativos. Ese es tal vez el punto más crítico para desarrollar la medicina paliativa”

Miguel Sánchez Cárdenas

Sin embargo, se puede buscar una media más global. El investigador menciona que también en 2019 se publicó un estudio global que sitúa a España “muy bien. En el Atlas mundial, esta posición se denomina Integración avanzada de cuidados paliativos. Lo hace computando indicadores. No coge uno solo, sino que toma diez indicadores y los analiza, de modo que permiten definir dónde está el país. En ese proceso, se observa que España tiene un buen nivel de integración avanzada de cuidados paliativos. Es una mirada mucho más general de los países (198)”, recogida en el Mapping Levels de Glasgow citado al principio.

España está lejos de la media que ha propuesto la Asociación Europea de Cuidados Paliativos, subraya el investigador de Atlantes, pero “ya ha recorrido un camino y tiene que seguir aumentando el número de servicios. Y un indicador muy importante es el de Educación. A diferencia de la mayoría de los países europeos, España no tiene especialidad en Medicina de cuidados paliativos. Ese es tal vez el punto más crítico para desarrollar la medicina paliativa”.

El hasta ahora presidente estos años de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (Secpal), Rafael Mota, sintetizó hace año y medio “cinco medidas fundamentales para poner en marcha a la mayor brevedad posible”. Son las siguientes:

  • 1) aprobación de una ley Nacional de Cuidados Paliativos, con dotación presupuestaria.
  • 2) Reactivar la Estrategia Nacional de Cuidados Paliativos de 2007, que supuso entonces un avance significativo en la regulación y en la dotación de recursos, pero paralizada desde el año 2014.
  • 3) Reconocer a los profesionales que desarrollan su labor en Cuidados Paliativos mediante la acreditación de la especialidad o subespecialidad, y que ésta sea requisito indispensable para trabajar en recursos específicos de Cuidados Paliativos.
  • 4) Que el gobierno central inste a las CCAA a que desarrollen la categoría profesional.
  • 5) Incluir los Cuidados Paliativos como asignatura obligatoria en la Universidad

Buen consumo de opioides

El consumo de opioides o analgésicos potentes, como la morfina, por ejemplo, es otro indicador que la OMS ha reconocido en innumerables ocasiones, pero que en ocasiones es objeto de debate. Miguel Sánchez Cárdenas comenta: “En el mundo existe una alta resistencia al consumo de opiáceos, porque se considera que son potencialmente adictivos, lo cual es cierto si se usan mal. Pero si los profesionales están bien entrenados y entienden que el dolor y otros síntomas al final de la vida son fuente de sufrimiento, el consumo de estos medicamentos es un buen termómetro de cuánto los Estados se ocupan de paliar el sufrimiento de las personas y atender sus necesidades”. En su opinión, es preciso poner en la balanza el hecho de disponer de profesionales bien capacitados, pero también disponer de los medicamentos que esencialmente pueden ayudar a manejar el sufrimiento de las personas.

Por eso, “la propia OMS ha considerado que el indicador más relevante para valorar el desarrollo de los cuidados paliativos es cuántos medicamentos opiáceos se consumen”. Y se ha establecidocuál sería el estándar idóneo, la medida adecuada. Por ejemplo, en los países ricos la media de consumo adecuada es 103 miligramos per cápita.

Es preciso poner en la balanza el hecho de disponer de profesionales bien capacitados, pero también disponer de los medicamentos que esencialmente pueden ayudar a manejar el sufrimiento de las personas

Miguel Sánchez Cárdenas

“Hay muchos países, como Austria (524) o Alemania (403) que tienen mucho más consumo. Lo que nosotros consideraríamos un consumo adecuado es más de 103 miligramos. España lo tiene, España tiene 249 miligramos per cápita, que es un buen consumo. Hay quien se preocupa por eso y señala que un consumo elevado podría ser peligroso en términos uso de esos medicamentos para fines adictivos. Pero si se tiene una idea clara, y un personal muy bien entrenado, ese indicados es positivo, porque dice que los países tienen la estructura para atender el dolor y otros problemas del final de la vida”. El ranking elimina la metadona, que se usa para eliminar dependencias y otro tipo de problemas, y sólo recoge los medicamentos que son útiles para aliviar el dolor y otros problemas que surgen al final de la vida.

Balance final

El análisis muestra que en España los cuidados paliativos no están rematadamente mal, pero que deben mejorarse, de modo especial en el aspecto educativo y de formación. “En mi opinión, no hay que transmitir un mensaje pesimista, sino reconocer que tiene algunos aspectos ganados en el desarrollo de servicios de cuidados paliativos, el uso de medicamentos, pero sí que tiene oportunidades en el corto plazo de consolidar los programas de educación, de integrar los cuidados paliativos en otras áreas de la medicina”, añade Sánchez Cárdenas.

“Hoy, por ejemplo, muchos enfermos oncológicos, personas con cáncer, reciben cuidados paliativos, pero no está claro que personas que tengan otras enfermedades, como cardíacas, enfermedad pulmonar crónica, hepática, neurológicas, etc., reciban este tipo de cuidados”.

España tiene muchas oportunidades de mejorar. Cada vez que se avanza un poco más hacia la mejor posición, más oportunidades se abren; pero hay algunos aspectos a los que merecen prestarse atención. Siendo España un país que ha alcanzado un nivel de servicios relativamente adecuado, y con nivel de consumo de medicamentos esenciales adecuados, sorprende mucho que no tenga una especialidad” [en Medicina paliativa].

Y también “es muy llamativo que siendo España un país que tiene una atención primaria tan consolidada, los servicios de cuidados paliativos no estén integrados en la atención primaria”, concluye.

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Ecología integral

«Los cuidados paliativos deberían ser un derecho, no un privilegio»

Europa tendrá que atender en 2030 a casi 5 millones de pacientes con sufrimiento intenso y una enfermedad grave, frente a los 4,4 millones actuales, mientras el 65 % de la población no tiene acceso todavía a cuidados paliativos. España flojea en educación y formación en este tipo de cuidados, mientras, la ley de eutanasia está ya en el Senado.

Rafael Miner·5 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Las estimaciones son reales y recientes. Cada año en Europa necesitan cuidados paliativos más de cuatro millones de personas. Pero en pocos años serán casi cinco millones los pacientes que requerirán estos cuidados especializados ante un sufrimiento intenso derivado de su enfermedad, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizadas en 2020.

Un 38 por ciento tendrán enfermedades oncológicas, cáncer; un 33 por ciento, cardiovasculares; el 16 por ciento, variantes de las demencia; el 6 por ciento, crónicas; y un 7 por ciento, otras.

En una mirada también global, David Clark, de la Universidad de Glasgow, y otros profesores y médicos, estudiaron en 2019 la situación de los cuidados paliativos en 198 países. Entre sus conclusiones, señalaron que “los cuidados paliativos al más alto nivel de prestación están disponibles solo para el 14 % de la población mundial y se concentran en los países europeos”.

Facilitar el acceso a los cuidados paliativos

Los expertos añadieron su previsión de “un crecimiento mundial del 87 % en el sufrimiento grave relacionado con la salud susceptible de intervenciones de cuidados paliativos para 2060”. Sin embargo, en su opinión, a pesar de esta necesidad creciente, “los cuidados paliativos no están alcanzando los niveles requeridos por al menos la mitad de la población mundial” (Mapping Levels of Palliative Care Development in 198 Countries: The Situation in 2017, publicado en Journal of Pain and Symptom Management).

Por ejemplo, en España, de las más de 220.000 personas que fallecieron en los últimos años con necesidad de cuidados paliativos, se calcula que en torno a 80.000 lo hicieron sin acceder a ellos, según datos de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (Secpal). Además, es una prestación que va a necesitar en torno al 50 % de la población al final de su vida.

La realidad es que un mayor acceso a los cuidados paliativos podría aliviar enormemente los dolores de millones de personas. Poder contar con estos cuidados debería ser un derecho, no un privilegio de unos pocos”, señalaba un informe de la revista Nuestro Tiempo justo antes del estallido de la pandemia a comienzos del año pasado.

Hoy se reclama la eutanasia en la sociedad, incluso en la ley, por muchas cosas que tienen solución. También la medicina tiene muchas cosas que decir ante un sufrimiento que en algunos momentos puede resultar intolerable. La medicina tiene algo, y yo sé que es eficaz, porque lo he visto en acción tantísimas veces”, ha asegurado a Omnes el doctor Carlos Centeno, director de Medicina Paliativa de la Clínica Universidad de Navarra y del equipo de investigación Atlantes del Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la misma universidad, que ha participado en el informe de Glasgow, en recientes estudios para la OMS, y también para el Vaticano.

Apoyo de la Santa Sede

La preocupación de la Santa Sede en apoyo de los cuidados paliativos, es decir, una atención integral de los pacientes con un sufrimiento intenso en una enfermedad grave, de forma interdisciplinar, con el fin de mantener su bienestar y calidad de vida, es notoria. En 2019 se publicó el White Book for Global Palliative Care Advocacy, un Libro Blanco en el que expertos de todo el mundo, convocados por la Pontificia Academia de la Vida, y coordinados por Atlantes, estudiaron fórmulas para promover los cuidados paliativos.

Al final del trabajo, quedó constancia en el documento que la comunidad científica de cuidados paliativos reconoce el importante papel de las religiones en impulsar esta forma de cuidado de los enfermos, dada la capacidad de las religiones para llegar a las periferias de la humanidad, aquellos que, dentro de una comunidad, son los más necesitados”. Se citó asimismo al Papa Francisco, en su descripción de la cultura del “descarte” en la Exhortación apostólica Evangelii gaudium, n. 53, y se dejó constancia de que “los credos religiosos apoyan los principios de los cuidados paliativos para aliviar el dolor y el sufrimiento que se acercan al final natural de la vida”.

“La esperanza es que todas las religiones, de manera activa, apoyen el movimiento de los cuidados paliativos”, concluyó el documento, “ofreciendo su valioso aporte de sabiduría para lograr una cultura de acompañamiento verdaderamente inclusiva y respetuosa de la dignidad propia de todo ser humano”.

A la dignidad humana aludió hace mes y medio José María Torralba, director del Instituto Core Curriculum de la Universidad de Navarra, en una Jornada on line organizada bajo el título Ciencia y valores de los cuidados paliativos. El profesor destacó que en la actividad de cuidar a otra persona resplandece de modo particular la dignidad humana. “El problema”, añadió, “es la mentalidad utilitarista dominante, para la que cuidar es malgastar el tiempo, porque la vida se ve en clave de rendimiento y éxito. Nuestra sociedad reclama recuperar la conciencia de que somos seres débiles, necesitados de cuidado».

También se ha referido a la dignidad Tomás Chivato, decano de la Facultad de Medicina y profesor de la Universidad CEU San Pablo. “La dignidad es algo intrínseco a todo ser humano”, “es preferible hablar de vida digna y no de muerte digna”, señala. A su juicio, “si una persona se siente una carga o que es inútil puede sentir que ya su vida no tiene sentido. Por el contrario, cuando alguien se siente querido, apreciado y acompañado no se siente como alguien ‘indigno’”.

Sin dignidad humana en las fronteras

Miles de personas escapan de la guerra, de persecuciones, de catástrofes naturales. Otros, con todo derecho, buscan oportunidades para ellos y para sus familias. Sueñan con un futuro mejor.

5 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Casi a diario nos llegan noticias de hermanos inmigrantes que mueren en el intento de llegar a nuestro país, huyendo del hambre y del empobrecimiento principalmente. Todos los partidos políticos del arco parlamentario español y europeo, y muchos católicos con ellos, defienden que hay que evitar a toda costa la llegada de personas inmigrantes empobrecidas. Detrás de esa postura hay miles de vidas que se desgarran cada año en nuestras fronteras. Muchos escapan de la guerra, de persecuciones, de catástrofes naturales. Otros, con todo derecho, buscan oportunidades para ellos y para sus familias. Sueñan con un futuro mejor.

Lamentablemente, otros son “atraídos por la cultura occidental, a veces con expectativas poco realistas que los exponen a grandes desilusiones. Traficantes sin escrúpulos, a menudo vinculados a los cárteles de la droga y de las armas, explotan la situación de debilidad de los inmigrantes, que a lo largo de su viaje con demasiada frecuencia experimentan la violencia, la trata de personas, el abuso psicológico y físico, y sufrimientos indescriptibles” (exhort. ap. postsinodal Christus vivit, 92).

Queramos o no, las migraciones son un signo de los tiempos. Constituyen un elemento determinante del futuro del mundo

Jaime Gutiérrez Villanueva

Los que emigran “tienen que separarse de su propio contexto de origen y con frecuencia viven un desarraigo cultural y religioso. La fractura también concierne a las comunidades de origen, que pierden a los elementos más vigorosos y emprendedores, y a las familias, en particular cuando emigra uno de los padres o ambos, dejando a los hijos en el país de origen” (ibid., 93). El Papa Francisco, en su encíclica Fratelli tutti, reafirma, una vez más al derecho de las personas a no tener que emigrar, a tener unas condiciones de vida dignas en su propia tierra.

Francisco lamenta que “en algunos países de llegada, los fenómenos migratorios suscitan alarma y miedo, a menudo fomentados y explotados con fines políticos. Se difunde así una mentalidad xenófoba, de gente cerrada y replegada sobre sí misma” (ibid., 92). Los migrantes no son considerados suficientemente dignos para participar en la vida social como cualquier otro, y se olvida que tienen la misma dignidad intrínseca de cualquier persona. Por lo tanto, deben ser “protagonistas de su propio rescate” (Mensaje para la 106 Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2020).

Nunca se dirá que no son humanos pero, en la práctica, con las decisiones y el modo de tratarlos, se expresa que se los considera menos valiosos, menos importantes, menos humanos. Es inaceptable que los cristianos compartan esta mentalidad y estas actitudes, haciendo prevalecer a veces ciertas preferencias políticas por encima de las hondas convicciones de la propia fe: la inalienable dignidad de cada persona humana más allá de su origen, color o religión, y la ley suprema del amor fraterno (FT, 39). Todos somos responsables de todos.

Queramos o no, las migraciones son un signo de los tiempos. Constituyen un elemento determinante del futuro del mundo. Europa “inspirándose en su gran patrimonio cultural y religioso, tiene los instrumentos necesarios para defender la centralidad de la persona humana y encontrar un justo equilibrio entre el deber moral de tutelar los derechos de sus ciudadanos, por una parte, y, por otra, el de garantizar la asistencia y la acogida de los emigrantes” (FT, 40).

El autorJaime Gutiérrez Villanueva

Párroco en las parroquias de Santa María Reparadora y Santa María de los Ángeles, de Santander.

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El Papa en la Jornada de la Fraternidad Humana: «O somos hermanos, o se viene todo abajo»

Este jueves 4 de febrero, en la primera Jornada Internacional de la Fraternidad Humana, el Papa ha ahondado en el camino emprendido dos años atrás, en la reunión que mantuvo con el Gran Imán de Al- Azhar, y donde firmaron el Documento sobre la Fraternidad Humana para la Paz y la Convivencia Común.

David Fernández Alonso·4 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Papa Francisco ha celebrado la primera Jornada Internacional de la Fraternidad Humana en un Encuentro Virtual organizado por el jeque Mohammed Bin Zayed en Abu Dhabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos, con la participación del Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb, el Secretario General del Alto Comité para la Fraternidad Humana, el juez Mohamed Mahmoud Abdel Salam, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, y otras personalidades.

La fecha fue establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas y coincide con el aniversario de la reunión de Abu Dhabi, el 4 de febrero de 2019, cuando el Papa y el Gran Imán de Al- Azhar firmaron el Documento sobre la Fraternidad Humana para la Paz y la Convivencia Común.

Durante el acto, también se han presentado los ganadores del primer Premio Zayed inspirado en el Documento sobre la Fraternidad Humana.

Agradecimiento por el camino emprendido

El Santo Padre ha comenzado sus palabras mostrando su agradecimiento al Gran Imán Ahmad Al-Tayyeb, del que ha destacado su amistad y su compromiso y compañía «en el camino por la reflexión y la redacción de este documento que fue presentado hace dos años«. También ha agradecido los esfuerzos que su Alteza Sheik Mohammed bin Zayed «ha puesto para lograr seguir adelante en este camino. Creyó en el proyecto. Creyó.

Para terminar los agradecimientos, bromeó con el juez Abdel Salam, «acusándole» de “l’enfant terrible” de todo este proyecto. El juez Abdel Salam, continuó el Santo Padre, es ese «amigo, trabajador, lleno de ideas, que nos ayudó a seguir adelante. Gracias a todos por apostar por la fraternidad, porque hoy la fraternidad es la nueva frontera de la humanidad. O somos hermanos, o nos destruimos mutuamente«.

Evitar la indiferencia

El Papa Francisco ha hecho hincapié en su discurso en evitar la indiferencia para con los demás. «No nos podemos lavar las manos. Con la distancia, con la prescindencia, con el menosprecio. O somos hermanos —permítame—, o se viene todo abajo. Es la frontera. La frontera sobre la cual tenemos que construir; es el desafío de nuestro siglo, es el desafío de nuestros tiempos«.

Fraternidad quiere decir firmeza en las propias convicciones. Porque no hay verdadera fraternidad si se negocian las propias convicciones

Papa Francisco

La fraternidad, ha continuado Francisco, «quiere decir mano tendida, fraternidad quiere decir respeto. Fraternidad quiere decir escuchar con el corazón abierto. Fraternidad quiere decir firmeza en las propias convicciones. Porque no hay verdadera fraternidad si se negocian las propias convicciones«.

Hijos de un mismo Padre

En este sentido, ha querido relacionar la común fraternidad con la común filiación, ya que «somos hermanos, nacidos de un mismo Padre. Con culturas, tradiciones diferentes, pero todos hermanos. Y respetando nuestras culturas y tradiciones diferentes, nuestras ciudadanías diferentes, hay que construir esta fraternidad. No negociándola«.

Por último, Francisco ha llamado a la humanidad a entablar una época basada en la escucha. «Es el momento de la aceptación sincera. Es el momento de la certeza que un mundo sin hermanos es un mundo de enemigos». Y quiso subrayar esta idea: «No podemos decir: o hermanos o no hermanos. Digámoslo bien: o hermanos, o enemigos. Porque la prescindencia es una forma muy sutil de la enemistad«.

Felicitaciones

Para concluir, el Papa ha dirigido unas palabras de felicitación a los dos galardonados con el Premio Zayed, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres; y a la activista franco-marroquí Latifa Ibn Ziaten: «tus últimas palabras no son dichas de oídas o convencionalmente, “somos todos hermanos”. Son el convencimiento. Y un convencimiento plasmado en el dolor, en tus llagas. Vos jugaste tu vida por la sonrisa, jugaste tu vida por el no resentimiento y a través del dolor de perder un hijo —solamente una madre sabe lo que es perder un hijo— a través de ese dolor tú te animas a decir “somos todos hermanos” y a sembrar palabras de amor.«.

Continuando con el camino

Unos meses más tarde de la firma del Documento sobre la Fraternidad Humana, se creó el Alto Comité para la Fraternidad Humana para traducir las aspiraciones del Documento del 4 de febrero de 2019 en compromisos y acciones concretas.

El Alto Comité tiene previsto establecer una Casa de la Familia Abrahámica, con una sinagoga, una iglesia y una mezquita, en la isla de Saadiyat, en Abu Dabi. Ha creado un jurado independiente para recibir las candidaturas al Premio Zayed a la Fraternidad Humana, seleccionando a los ganadores cuyo trabajo haya destacado por su compromiso permanente con la fraternidad humana.

El Papa exhortó a la Santa Sede a participar en la celebración de la Jornada Internacional de la Fraternidad Humana bajo la dirección del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso.

El pasado mes de enero, el Santo Padre dio inicio a este año 2021 con un llamamiento a la fraternidad, en el vídeo con su intención de oración, a que personas de distintas religiones, culturas, tradiciones y creencias vuelvan a lo esencial: el amor al prójimo.

Cultura

«La Iglesia ha atendido a los necesitados en todas las pandemias»

La historia, pasada y presente, de la Iglesia ante la enfermedad y la pandemia centra la XIV Edición de las Jornadas de la Historia de la Iglesia en Andalucía organizadas por la Cátedra Beato Marcelo Spínola de la Facultad de Teología San Isidoro de Sevilla.

Maria José Atienza·4 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

La atención a fieles, enfermos y pobres en tiempos de pandemias y pestes no es ninguna novedad en la historia de la Iglesia Católica. Esta experiencia, ha marcado el desarrollo de congregaciones, asociaciones o hermandades, destinadas a la atención de los afectados en todos los siglos.

Iglesia y epidemias en Andalucía. Hospitalidad y devociones’, es el título de estas «Jornadas de la Historia de la Iglesia en Andalucía» que, como describe el director de la Cátedra, Manuel Martín Riego:«quisimos dedicar a este tema en cuanto empezó su preparación porque la Iglesia ha sido la única institución que, a lo largo de la historia, en esas situaciones, ha mantenido su atención a los pobres y enfermos. También en nuestra época reciente, especialmente en zonas de África y Asia».

Ponencias

Para ello, contarán con tres ponentes, que intervendrán los días 8, 9 y 10 de febrero, a partir de las siete de la tarde, y que abordarán el tema desde diferentes ángulos y experiencias.

La primera sesión correrá a cargo de Francisco Benavides, director del Archivo-Museo San Juan de Dios Casa de los Pisa, de Granada, quien dedicará su intervención a ‘La Orden de San Juan de Dios entre epidemias y pandemias: 500 años de servicio socio-sanitario a la población más vulnerable’.

El día siguiente, es el turno de Antonio Claret García, profesor titular de la Universidad de Huelva, cuya ponencia se centra en «‘Las prácticas sanitarias en tiempos de epidemia en la Sevilla del siglo XVII según los enfermeros Obregones’. Los conocidos como enfermeros obregones eran los religiosos de la Congregación de los Enfermeros Pobres, fundados por Bernardino de Obregón y cuya labor de enfermería fue pionera en su tiempo y sentó las bases de la labor sanitaria actual.

Por último será la religiosa Magdalena Herrera, Hija de la Caridad, quien expondrá la ‘Presencia de las Hijas de la Caridad en Andalucía: Caridad, misión y servicio’, una ponencia centrada especialmente en la capital andaluza donde las hijas de la Caridad se han encargado, a lo largo de su historia, de la atención de la Casa Cuna o el antiguo hospital de las Cinco Llagas de Nuestro Redentor, también conocido como hospital de la Sangre.

La Cátedra Beato Marcelo Spínola

La Cátedra Beato Marcelo Spínola nació en 2007 coincidiendo con el primer centenario del fallecimiento del Obispo de los Pobres. Actualmente se encuentra integrada en la Facultad de Teología San Isidoro de Sevilla. Esta cátedra, impulsada por las Esclavas del Divino Corazón, tiene como objetivo la profundización en la historia de la Iglesia en Andalucía. En las 14 ediciones que han desarrollado se han abordado temas como la caridad, los archivos, la formación sacerdotal o la Iglesia y la educación.

Las conferencias, que tendrán lugar en la Facultad de Teología con arreglo a todas las cautelas higiénicas y de seguridad establecidas para este tiempo de pandemia, están abiertas a todo el mundo a través del canal en youtube de la Facultad.

España

España se prepara para el Día del Seminario 2021

A pesar de la pandemia, la Iglesia española no cambiará, este año 2021, la fecha de celebración del Día del Seminario, como si ocurrió el año pasado, a trasladarse este día al 8 de diciembre con motivo del Estado de Alarma, vigente en esos momentos en la nación española.

Maria José Atienza·4 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

San José toma el protagonismo de esta jornada que este año aumenta, si cabe su acento josefino, al celebrarse dentro del Año dedicado a San José por el Papa Francisco. En este sentido, desde la Subcomisión de Seminarios de la CEE se pone el acento en que la jornada recuerda que «los sacerdotes son enviados a cuidar la vida de cada persona, con el corazón de un padre, sabiendo además, que, cada uno de ellos es su hermano».

«Padre y hermano, como San José», es el lema de este año que, evidentemente, está marcado en sus acciones por la pandemia de Covid19 y que hace referencia a que «el sacerdote cuida a Jesús en cada hombre, en cada hermano. Por ello está llamado a hacerse «un prójimo de los otros»». En la Reflexión teológico – pastoral publicada para esta jornada, se destaca que «el seminario es un lugar y un tiempo privilegiado, para que cada seminarista descubra cómo Dios lo hace crecer a través de la Iglesia y de su mano providente».

TribunaJuan José Larrañeta

Jornada Mundial de las Misiones. La siembra entre lágrimas

Celebramos el 18 de octubre el día del DOMUND. Un canto misionero en esta celebración, para remover este mundo misionero, que es fascinante. Sirvan estos recuerdos de los años pasados en la Misión (36 años) de las selvas amazónicas del Perú para remover los sentimientos de las personas que aman las misiones.

4 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

En mis años misioneros en el Perú, la siembra estuvo siempre rodeada de lágrimas. ¡Cómo lo sabe el campesino que abre, con sudor, los surcos en la tierra y coloca la simiente con cuidado para defenderla de los vientos adversos! No fue fácil el anuncio del evangelio de Cristo -nunca ha sido fácil el trabajo en la misión-, porque debía abarcar ¡tantos aspectos!: salud, educación, catequesis, atención a los niños, cuidado esmerado de la mujer marginada, protección a los enfermos, defensa de unas tierras, de unas comunidades, de unas personas que parecían haber perdido el derecho a la dignidad humana que todos tenemos… 

En el fondo de nuestros corazones, reconozco nuestra y nuestras limitaciones. Hubiéramos podido hacer más, mitigar el hambre, la enfermedad, la muerte de aquellos que se acercaban, que vivían al lado de nosotros, que sufrían en las noches calladas de sus vidas un dolor que apenas pudimos descubrir. 

El 27 de diciembre de 1978 inauguramos y bendijimos el nuevo cementerio “San Martín de Porres” en Puerto Maldonado. El panteón viejo había quedado pequeño. Justo un año después, sentí la curiosidad de visitar el cementerio. Tengo grabada en mi mente la imagen de un verdadero bosque de cruces. Quedé abrumado al contar las cruces blancas cuyas tumbas guardaban delicadamente los restos de los niños: 376 cruces blancas; ¡en sólo un año, y en una población pequeña! Contabilicé también las cruces negras, de adultos: eran 92. Esa desmesurada desigualdad me llegó al alma. Hoy, al recorrer mis años por el territorio del Vicariato que el Señor me encomendó, siento una especie de remordimiento. Tal vez si hubiéramos puesto más empeño, si hubiéramos sido mejores sacerdotes, si hubiera calado con mayor intensidad, en nuestros sentimientos personales y comunitarios, la vida de aquellos preciosos niños, ellos no hubieran muerto y seguirían alegrando nuestras vidas.

Reconozco que pudimos hacer más en los amplios campos que la vida pastoral nos brindaba. Debimos, con frecuencia, haber hablado más y callado menos, sobre todo ante los problemas angustiosos de nuestros pobladores. El aroma de la flor del naranjo, que cada año invadía nuestras vidas en la selva, se diluía raudo, con el viento; las palabras, no. Perdimos ocasiones hermosas: en los aspectos diarios de la vida de los fieles, de los religiosos, de los laicos. Eran sus vidas, nuestras vidas, las vidas de nuestros pueblos. Hoy, ante Dios, creo que, quizás, si hubieran tenido un buen pastor, los logros habrían sido más satisfactorios. A veces pienso que hemos estado a punto de morir de sed cuando habíamos llegado ya a la fuente de agua cristalina. 

Los que sembraban entre lágrimas… Jesús de Nazaret había anunciado a sus discípulos la tristeza que les esperaba con su pasión y muerte. Una vez iniciado el cataclismo de la pasión, ellos se lamentaban porque veían cómo prendían a Cristo, cómo lo vejaban, lo llevaban a un juicio inicuo, lo condenaban y lo crucificaban. Ellos observaron cómo, para rematar la enorme injusticia, uno de los soldados introducía la lanza en su costado buscando el debilitado corazón de Jesús. Hubo, aquel viernes, muchas lágrimas ocultas y silenciosas de los que contemplaban el final del Maestro, Señor de la Vida. No se merecía haber terminado de esa forma. La siembra seguía su curso: “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto” (Jn 12, 24). Y el Maestro fue delante, y su cuerpo enterrado, para resucitar con fuerza inusitada ante la mirada atónita de sus discípulos. Y aquellos hombres, fueron unos colosos de la siembra entre lágrimas.

El campo misionero está rodeado de una cerca ingente de espinas. Es difícil trasladarse por esos caminos sinuosos; es difícil la vida en la tierra misionera. A todos los misioneros y misioneras nos ha tocado trabajar, penar, sufrir. Lo hacíamos con entusiasmo porque creímos que un día cambiaría la suerte de nuestros hermanos marginados. En esta vida no hay éxito sin trabajo duro, no hay avances sin esfuerzo sacrificado. Y nosotros elegimos una ruta difícil, caminando por senderos increíbles, esforzándonos en buscar recursos, poniendo como garantía nuestra propia salud, trabajando con sentido de honradez misionera, mirando con fe el hontanar que un día podríamos encontrar para aplacar la sed de vida que estaba en posesión de los débiles. Nuestras vidas fueron campos extensos donde debíamos sembrar entre lágrimas. Y fuimos sembrando esperanzas, eternidad, ilusión por la cosecha, cantos de fiesta, alegría anticipada. Sembramos soñando con la cosecha, muchas veces, con lágrimas en los ojos y en el corazón, porque para poder cantar con gozo verdadero es necesario llorar. Pero sentíamos pasión. Cuando comenzaba a llover en nuestra selva, todo se llenaba del verde olor de los retoños. Llegaba la marea de nubes, se echaban sobre el manto verde y transformaba los colores en mensajeros de paz y sosiego. De ello fuimos muchas veces testigos. Por todo lo que sufrimos y vivimos, doy gracias a Dios.

El autorJuan José Larrañeta

Obispo Emérito de Puerto Maldonado (Perú)

Actualidad

Encuentros para músicos y artistas católicos, y festivales de música católica

“Los sacerdotes atendían a su ministerio, mientras los levitas glorificaban a Yahveh con los instrumentos que el rey David fabricó para acompañar los cánticos de Yahveh” (2 Cr 7, 6). ¿Dónde aprendió David a componer los cánticos de Yahveh? ¿Cuál fue su escuela de formación? ¿Dónde aprenden los músicos católicos españoles?

El Amado produce amor·4 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 5 minutos

En esta nueva entrega, buceamos por las diferentes propuestas, muy escasas, que en España vienen desarrollándose desde hace algunas décadas.

Encuentros de Artistas Cristianos

Una de las más veteranas es la propuesta de los Encuentros de Artistas Cristianos, también llamados EAC’s. Se realizan tres al año. Dos de ellos suelen ser en Madrid: uno en otoño, otro en invierno, y el último fuera de la capital, en pequeños pueblos de Burgos o Castellón. 

En estos encuentros, abiertos a toda expresión que tenga que ver con la Fe y el Arte, se comparte desde el tema que el mismo grupo ha elegido en el encuentro anterior, tras elaborar un listado de inquietudes o temáticas que están en el aire y que se quisiera abordar. Algunas de las personas del grupo (siempre rotativo) preparan el tema para los demás no sólo de modo teórico, sino con actividades experienciales.

Organización

Se comparte la Fe y la obra que deriva de esa vivencia cristiana: melodías, elementos plásticos, cuentos, escultura, etc… Cada encuentro está tejido de un enfoque diverso, amplio, inclusivo, donde convergen la Palabra, creación, preguntas, oración, respuestas, vivencias, y tantas otras veces, silencio, ante la magnitud del misterio que empuja al artista católico a la creación de la obra: una canción, un dibujo, un poema, un gesto, el movimiento en los dedos, las palabras de una historia, un cuento, una ilustración que vuela junto a un acorde que irriga a ese personaje y lo trae recién nacido a la vida.

Estos encuentros tienen más de 20 años de existencia y en función de las personas que han ido llegando han ido desarrollándose, creciendo, cediendo a otros tiempos, reflexionando sus orígenes, sus respuestas, su camino y sus preguntas. Temáticas tan sugerentes como: De-Crecer; El Dolor: ese incómodo compañero de camino; Dios y el tiempo; Arte-sano de la Paz; Portadores de sueños; Arte y Oración… son algunos de los títulos de los más de 60 Encuentros que se han desarrollado, donde siguen latiendo las preguntas fundamentales: “¿De qué fuentes bebe tu arte? ¿Es tu arte el favor de Dios, un balance de la consciencia, una crítica social, la planificación de un mundo nuevo…? ¿Por qué y para qué construimos formas y melodías, jugamos con palabras y colores, y expresamos experiencias? 

Propuestas

Algunas propuestas fueron: “El proyecto era MIRAR ARTE (experiencia del espectador, una experiencia contemplativa, una experiencia de la divinidad), CREAR ARTE (el proceso creativo me acerca a Dios y a los otros) y MOSTRAR ARTE (nuestra producción artística como medio de acercar a otros a Dios). En imagen, la purificación de María. No podían ofrecer un cordero, que habría costado seis días de trabajo. Entregaron dos palomas, porque eran pobres. Como una vidriera de catedral, el arte de tabla nos acerca a Dios.”

Para jóvenes

En otro plano, desde hace seis años el Departamento de juventud de la Conferencia Episcopal Española intenta ofrecer un espacio de encuentro entre los músicos católicos de España para asesorar y acompañar espiritual y musicalmente a los artistas, sobre todo a los más jóvenes. Los primeros encuentros estuvieron dedicados a marcar la hoja de ruta para un artista/núsico católico, abordando temas como promoción de giras, management, con la intervención del director de la SGAE, del director comercial de alguna distribuidora, de ponentes para la organización legal, fiscal y económica de los artistas.

Algún productor de música se dejó ver en estos primeros encuentros, y por supuesto un creativo como Siro López con muchísima experiencia en el campo del arte y la Fe desde su mirada más plástica. No podía faltar el testimonio de personas comprometidas como Chito, de Brotes de Olivo. En un II Encuentro comienzan a darse pasos, afortunadamente, para un gran número de participantes.

En su III Edición la tónica es similar. Con la IV Edición saltan los primeros Premios Spera, así como ponencias sobre la promoción y distribución digital, talleres sobre técnica vocal y anatomía aplicada al canto, y testimonios como el de Migueli o Fermín Negre, de Ixcis, que ya os mencionamos en la entrega anterior. 

Cerramos este espacio de formación para músicos católicos en España con una última edición online, la de este pasado junio de 2020, donde Martín Valverde y el director de TRECE TV nos comunicaban la verdad. Todos ellos han tenido una noche de oración o de un “¡ahora te toca a ti!”. Todos ellos encuentros dirigido especialmente a los más jóvenes donde se busca dialogar con ellos y su Fe a través de la música.

Espacio de formación en festivales de música católica en España

Casi paralelamente, ha surgido el Festival Laudato Si en Adra (Almería), donde se ha retomado un formato de multifestival, que tuvo su auge hace más de 30 años en toda España. Muchos recordaréis el multifestival David, donde se alzaban varios pilares fundamentales de la formación de un músico católico o artista, y de la vida de todo cristiano: la fe, la formación espiritual y musical, la experiencia de Dios y la vida comunitaria, grupos de oración, parroquias, llamadas personales, vida religiosa, testimonios, talleres, recursos y materiales para la educación religiosa, la tienda del encuentro, y como no, la gran vigilia del sábado noche, los conciertos de grande y pequeño formato, y la Eucaristía del Domingo, con la que se cerraba. El Festival Laudato Si llegó a ser el festival más importante en España, y tuvo transcendencia a nivel internacional.

Volviendo a Adra: en estos últimos años se ha visto inundada por el Espíritu de Dios, abriendo corazones que empatizaran con esta idea de llevar a otros el mensaje del evangelio a través de la música. Como dice su web: “Movidos por el deseo de compartir la fe a través de la música, iniciamos este proyecto con una noche de conciertos, donde artistas católicos expresen su experiencia de Dios a todos los asistentes. La aceptación y acogida de esta forma de evangelizar nos llevó a soñar. ¿Porqué no un fin de semana completo de música, formación y convivencia para músicos, abierto a todo el que quiera venir? Y la respuesta fue: Laudato Si”. Poco a poco ha ido creciendo y adoptando un formato que recuerda al David, pero en un formato más pequeñito, con conciertos, vigilia, talleres, charlas, ponencias, etc…

Este año 2020, dada la situación sanitaria, algunos de estos vergeles de formación para músicos y artistas cristianos católicos han sido realizados online, o sencillamente no se han celebrado.

Y llegamos al final de este recorrido recordando nuestro principio, ¿Dónde aprendió David a componer los cánticos de Yahveh? ¿Cuál fue su escuela de formación? ¿Dónde aprenden nuestros artistas católicos? ¿dónde aprenden los músicos católicos españoles adoración y alabanza, composición y fabricación de instrumentos para acompañar los cánticos de Dios? ¿Será en la SGAE? ¿O tal vez en la Asociación de Intérpretes y Ejecutantes (AIE)? ¿Será con la promoción de giras y management? ¿O escuchando el testimonio de vida de cristianos comprometidos con Dios, la Fe, la Palabra y su Arte? 

De pie o arrodillado, la soledad del pastor está llena de humildad, trabajo, comunión con la naturaleza, inclinación ante el Creador, oración, desierto, escucha, amplitud, sencillez, fe, paciencia y fortaleza. Sólo Dios es el Todo y lo puede Todo. Sólo Él. Como cantaba San Francisco de Asís: “Altísimo, omnipotente, buen Señor, tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición” (Cántico de las criaturas).

Tú eres Señor, el único dador y creador de la verdadera melodía, de la obra. Todo esto es lo que preparó al “David pastor” que cuidaba el rebaño y fue escogido y ungido por Dios para un día ser el “David Rey” que ocupó el trono de Israel.

El autorEl Amado produce amor

Evangelización

Diego Zalbidea: «Espero una nueva primavera en la Iglesia»

Entrevistamos a Diego Zalbidea, sacerdote y profesor de Derecho Patrimonial Canónico en la Universidad de Navarra. Diego nos introduce a una serie de artículos y entrevistas con expertos sobre asuntos económicos, que saldrán publicadas en Omnes con el título Sostenibilidad 5G.

David Fernández Alonso·4 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Diego Zalbidea, además de sacerdote y profesor de Derecho Patrimonial Canónico en la Universidad de Navarra, es escritor de numerosas publicaciones sobre asuntos económicos de la Iglesia, patrimonio eclesiástico, sustentación del clero y organización económica.

La importancia de una especial atención a los asuntos económicos, tanto en el ámbito de la empresa como en el ámbito eclesial, exigen en la época actual seguir puliendo los mecanismos de control y gestión de instituciones eclesiásticas. Diego participó, junto al experto en compliance de KPMG Alain Casanovas, en el Foro Palabra celebrado el pasado junio, donde fue objeto de análisis la implantación de programas de cumplimiento normativo (compliance) en entidades eclesiásticas.

En esta entrevista, el profesor Zalbidea nos introduce la serie de artículos y entrevistas con expertos sobre asuntos económicos, que saldrán publicadas en Omnes y que se podrá seguir bajo el nombre de Sostenibilidad 5G, título escogido por el autor, y por el que le hemos preguntado.

«Me encanta la corresponsabilidad, aunque el término no me convence del todo. Admiro a los ecónomos de las diócesis españolas que hacen tanto con tan poco. He aprendido un montón en Estados Unidos de laicos que viven la Iglesia como su casa».

P- ¿Qué no le gusta del término corresponsabilidad? 

R- La responsabilidad. Esta forma de comprender la participación de todos los fieles en la misión de la Iglesia pone el foco en lo que hacemos cada uno. 

P- ¿Y cuál es el problema de que todos asuman su parte en esa misión? 

R-Ninguno, lo que pasa es que estoy convencido de que el foco hay que ponerlo en lo que recibimos: de Dios, de los demás, de la Iglesia, de la sociedad. 

P- ¿Y dónde queda entonces la madurez de la vocación del cristiano? 

R- En ser agradecido. El que aprende a recibir y se deja “regalar”, luego es capaz de derramar alegría, ilusión y entrega allá por donde va. 

P- ¿No es un poco teórico todo esto? 

R- Un poco no, totalmente en mi caso. Para eso soy profesor de universidad. La tarima lo aguanta todo. Mi misión es vender humo. Por eso voy a preguntar a los expertos cómo lo hacen. Está demostrado que produce frutos, y frutos duraderos. 

La corresponsabilidad está más pensada para implicar el tiempo y el talento de los fieles.

Diego ZalbideaSacerdote y profesor de Derecho Patrimonial Canónico

P- ¿Mucho dinero? 

R- Eso es lo de menos. La corresponsabilidad está más pensada para implicar el tiempo y el talento de los fieles. El dinero solo viene cuando se agotan esos dos recursos fundamentales. 

P- Pero las parroquias necesitan ahora urgentemente el dinero, ¿no? 

R- Por supuesto, y los fieles son conscientes y se están viendo actos de verdadera generosidad en situaciones muy difíciles. Hay mucho santo de la puerta de al lado. 

P- ¿Qué es Sostenibilidad 5G? 

R-Una ventana para que expertos nos hablen de lo que se puede hacer en estos momentos para ayudar a los fieles a ser agradecidos, creativos y felices. 

P- ¿Por qué 5G?

R-  Lo que impresiona de esta nueva tecnología es la reducción del tiempo de latencia. Los datos van y vienen muy rápido y en gran cantidad. Me gustaría que los dones de Dios a su Iglesia fluyan sin obstáculos.

P- ¿Qué va a pasar? 

R- Lo de siempre, los generosos serán más generosos y los egoístas se hundirán más y más en su desgracia. Nuestra misión es hacer ver a todos la gratuidad de la salvación. 

Abandonaremos las quejas, nos haremos agradecidos porque Dios es el de siempre y seremos creativos como lo han sido los cristianos en todo tiempo y lugar.

Diego ZalbideaSacerdote y profesor de Derecho Patrimonial Canónico

P- ¿Espera algo de este tiempo? 

R- Sí, una nueva primavera en la Iglesia. Abandonaremos las quejas, nos haremos agradecidos porque Dios es el de siempre y seremos creativos como lo han sido los cristianos en todo tiempo y lugar. 

P- ¿No tiene miedo? 

R- Sí, de perderme algún don que me esté ofreciendo Dios y de no ser agradecido.

P- ¿Un libro? 

R- De la queja al agradecimiento: espiritualidad en tiempos difíciles, de Don Francisco Cerro. 

P- ¿Una canción? 

R- Si può dare di più. Ganó San Remo en 1987.  

P- ¿Una web? 

R- www.portantos.es

P- ¿Un sueño? 

R- Poder ayudar un poquito a los que están en primera línea de batalla para repartir los dones que Dios nos tiene preparados.

P- ¿Una frase? 

R- Una del profeta Malaquías (3,10): Ponedme así a prueba, dice el Señor del universo, y veréis cómo abro las compuertas del cielo y derramo bendición sin medida.

España

«La visión cristiana integra las realidades que las ideologías han separado”

Miguel Brugarolas, sacerdote y teólogo, el filósofo Juan Arana y el escritor Juan Manuel de Prada fueron los ponentes de la Mesa redonda "Un debate actual: intelectuales, cristianismo y universidad", moderada por José María Torralba, realizada en la Universidad de Navarra.

Maria José Atienza·4 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

Este encuentro, seguido también de manera virtual y especialmente dirigido a los docentes universitarios, volvió a poner de manifiesto la importancia nuclear de formar intelectuales con mentalidad cristiana, esto es, superar la dualidad entre una fe que se profesa y el ejercicio propio de la vida social e intelectual.

Esta mesa redonda viene precedida de un intenso y rico debate que, desde el pasado noviembre, tienen, a través de diversos medios digitales, intelectuales, periodistas y académicos acerca de la presencia de una llamada «intelectualidad católica» en el espacio de debate general.

Un debate que apela, especialmente, al papel de las universidades, más aún, universidades de inspiración cristiana, en esta formación de católicos “con cabeza y pensamiento realmente católico” y que también ha sido tratada, hace pocos días, en una mesa redonda en la Universidad Francisco de Vitoria.

El peligro de la ideologización de la fe

Desde una perspectiva teológica, Miguel Brugarolas, señaló que “hay que tener en cuenta que Dios ha dotado a toda la actividad humana de un valor divino, pero no basta la actividad humana para llegar al conocimiento de la divinidad, hace falta Cristo”, por lo que, abordar cualquier materia como católico, necesita de una fe encarnada en la propia vida y por tanto, en la propia razón.

Asimismo, Brugarolas destacó que, por esta misma lógica de la encarnación de Dios, “el modo como el cristiano se relación con el mundo es profundamente teologal, vive la relación con Dios desde su humanidad, y por ello, su actividad es cristiana aunque no lo haga desde una oficialidad católica”.

Todos los participantes coincidieron en el peligro que supone la «ideologización de la fe»: “este sociedad postmoderna reduce las cosas más grandes a banalidades, para luego poder apartarlas, como ocurre con la fe reducida a una simple ideología”, declaró el propio Brugarolas.

Por su parte, el filósofo Juan Arana puso el acento en que, al no cultivar la fe y, sobre todo, la maduración y formación cristiana e intelectual: “puede ser que lo que realmente esté en situación precaria sea nuestra identidad cristiana y no estemos a la altura de lo que esta sociedad nos está pidiendo”. Y quiso subrayar también que «la intelectualidad y el catolicismo tienen en común la universalidad como algo propio«.

«Hemos caído en un dualismo empobrecedor»

Juan Manuel de Prada, por su parte, se refirió a algunos de los problemas clave de esta “desaparición” de la intelectualidad católica; por una parte, señaló que “cuando a alguien lo presentan como intelectual católico, esa ‘etiqueta’ es casi un señalamiento, que crea un prejuicio previo de que  todo lo que esa personas afirme o defienda está ‘subyugado’ a su ser católico como si la fe no perteneciera al ámbito de lo racional”.

Otro de los escollos, puntualizó el escritor, es un problema presente en el día a día de muchos católicos: “hemos caído en el dualismo, separando la fe de las razones naturales y hemos introducido el conflicto ideológico en nuestra actividad, y, lo que es más grave, en nuestra vida cristiana”.

“Nuestro reto”, ha continuado de Prada, “es romper este dualismo empobrecedor y asfixiante y recuperar el pensamiento católico como inspirador de las realidades naturales, capaz de ofrecer una lectura novedosa de estas realidades que es necesaria”. Para De Prada, “se trata de proponer una visión del mundo que integra esas realidades que las ideologías se han apropiado separadamente”.

La clave está en que los cristianos tengan cabeza cristiana y, para ello, ante las dudas planteadas, los ponentes han coincidido en la necesidad de desprenderse de esa ideologización de la fe. Una postura que evita el diálogo: “cuanto más católicos seamos menos ideológicos seremos”, ha llegado a decir Juan Manuel de Prada, puesto que, en palabras de Brugarolas: “la ideología es la razón orientada al poder y no a la verdad”.

Por otra parte, se puso de manifiesto la necesidad de generar una verdadera cultura católica que no termine en un gueto de comodidad, “evitar situaciones como que los escritores católicos escriban sólo para los católicos” y proponer la visión cristiana como una luz sobre toda la educación, por ejemplo en el caso de la Universidad, no sólo como una asignatura concreta:sino que el pensamiento cristiano ilumine todos los ámbitos de desarrollo personal del ser humano.

Enseñanzas del Papa

Confianza, cultura del cuidado y ministerios eclesiales

Arrancando de la intervención del Santo Padre ante la Curia Romana con motivo de la Navidad, el autor se detiene en otros dos momentos significativos del último mes: el Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz y la apertura de los ministerios laicales a las mujeres.

Ramiro Pellitero·3 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 5 minutos

Todavía situado a finales de diciembre, el saludo del Papa a la Curia romana, con motivo de las fiestas navideñas, siempre se considera como una orientación para el año siguiente. El mensaje para la Jornada mundial de la paz, el 1 de enero, abordó el tema de la cultura del cuidado. Ya avanzado el mes, el Papa publicó el motu proprio Spiritus Domini, que establece el acceso de mujeres a los ministerios de lectorado y acolitado.

Un protocolo de confianza para afrontar la crisis

En su discurso a la Curia romana (21-XII-2020) con motivo de la navidad, Francisco ha señalado que la pandemia, con toda su dramaticidad, es también una oportunidad para la conversión. Conversión particularmente a la fraternidad (cfr. enc. Fratelli tutti).

En un segundo paso, afronta Francisco el significado de la crisis: “criba que limpia el grano de trigo después de la cosecha”. Crisis, en último término crisis de fe o de confianza, las pasaron los personajes importantes de la historia de la salvación. Sobre todo, el Hijo de Dios, Jesús mismo, quiso ser grano de trigo que muere para dar fruto (cfr. Jn 12, 24). Y luego, los santos con su confianza en Dios y su testimonio. Así también sugiere Francisco, “cada uno de nosotros podría encontrar su lugar”

¿Qué hacer durante esta crisis? Y propone el siguiente protocolo: aceptarla como un tiempo de gracia (que se nos da para descubrir la voluntad de Dios para cada uno de nosotros y para toda la Iglesia); rezar más, todo lo que podamos; al mismo tiempo, hacer lo que podamos con la confianza puesta en Dios (porque la esperanza cristiana es una esperanza activa), sirviendo a los demás con paz y serenidad. Una crisis no superada se queda en conflicto, que resta energías y predispone al mal. Y el primer mal al que lleva el conflicto es la murmuración que encierra en un mismo sin resolver nada.

Por último, y a propósito del servicio, señala que el nuestro debe dirigirse especialmente a los pobres y necesitados, a los que también hemos de anunciar la Buena Nueva (cfr. Mt 11, 5). 

Confianza en Dios, humildad y valentía para afrontar la crisis. Discernimiento y oración, trabajo y servicio para salir mejores de ella. Una buena hoja de ruta para gestionar las crisis en los comienzos del nuevo año. 

La navegación “cuidadosa” hacia la paz

El mensaje del Papa Francisco para 54 Jornada Mundial de la Paz (1-I-2021), La cultura del cuidado como camino de la paz, conecta con el inicio del ministerio petrino (19-I-2013), en relación con la tarea de custodiar y servir, vista en san José. En el número anterior de la revista nos hemos referido a la carta Patris corde (8-XII-2020) sobre san José. 

La imagen escogida por el Papa es la navegación hacia la paz, en esta barca de la fraternidad, sobre el camino de la justicia. Además del contexto del Covid, señala algunos obstáculos y sobre todo los caminos: cuidar la creación y la fraternidad, para erradicar la cultura de la indiferencia, del rechazo y de la confrontación, que suele prevalecer hoy en día. 

En segundo lugar, señala el Papa la necesidad de discernir con fundamento en este tema. Los fundamentos y criterios para el discernimiento los podemos encontrar en la revelación, en los signos de los tiempos, en las ciencias humanas y siempre en la situación actual. Los que se presentan aquí son de dos tipos. Unos se refieren a la historia de la salvación a partir de la creación (Dios mismo enseña el significado de cuidar a las personas y al mundo; lo enseñan los profetas, y sobre todo Jesús, con su vida y predicación; lo viven sus discípulos y lo transmite la Iglesia con su tradición y praxis); otros se refieren a la doctrina social de la Iglesia y sus principios fundamentales (la dignidad humana, el bien común, la solidaridad y la protección de la creación, como se enseña en la encíclica Laudato si’). 

Finalmente, y ya dentro de las propuestas, Francisco señala la importancia de establecer procesos educativos que promuevan el cuidado de la paz con la “brújula” de esos criterios. Cabe señalar que, de acuerdo con Evangelii gaudium, Fratelli tutti y Laudato si’, y en el contexto actual que incluye la pandemia, esos procesos educativos implican: una antropología, una ética (volvemos a los principios sociales), apertura a los demás, discernimiento y diálogo en busca de la “verdad vivida”. 

Esto habrá que traducirlo en proyectos concretos a nivel universal y local: en la familia, la parroquia y la escuela, en la universidad, en relación con las religiones y en colaboración con otros educadores (pacto educativo). Unos proyectos que sepan poner de relieve los valores (contenidos valiosos) y los caminos de la realidad humana y de la creación. 

Los “ministerios laicales”, abiertos a mujeres

Con el motu proprio Spiritus Domini (10-I-2012), los denominados “ministerios laicales” dejan de estar reservados a varones. En 1972 san Pablo VI estableció estos ministerios (m. p. Ministeria quaedam) para acceder al sacramento del Orden, aunque también se podrían conferir a varones considerados idóneos. El desarrollo doctrinal en los últimos años ha llevado al reconocimiento de que la base para estos ministerios instituidos está en el bautismo y el sacerdocio real que con él se recibe (juntamente con el refuerzo de la confirmación). En consecuencia, el Papa ha cambiado la redacción del canon 230, &1 para suprimir la reserva del acceso a estos ministerios solo para los varones, y dejarlo definitivamente abierto también para las mujeres que se consideren idóneas para esos ministerios. 

El mismo día, en carta dirigida al cardenal Ladaria, prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe, se recuerda la distinción entre los denominados “ministerios instituidos” (o “laicales”) y los “ministerios ordenados”, en relación respectiva con el sacerdocio común de los bautizados y con el sacerdocio ministerial.

Es interesante que esta carta señale: “El compromiso de los fieles laicos, que ‘son simplemente la inmensa mayoría del Pueblo de Dios’ (Francisco, Evangelii gaudium, 102), ciertamente no puede ni debe agotarse en el ejercicio de los ministerios no ordenados”. Al mismo tiempo, sostiene que la institución de estos ministerios puede contribuir a realzar el compromiso cristiano en relación con la catequesis y con la celebración de la fe, para “hacer de Cristo el corazón del mundo”, como pide la misión de la Iglesia, sin encerrarse en las lógicas estériles de los “espacios de poder”.  

Las reacciones a que ha dado lugar esta decisión no han sido siempre adecuadas, como quizá era previsible. Particularmente, por parte de quienes la consideran como un paso en la dirección que desearían: el acceso de las mujeres a la ordenación sacerdotal. 

Esto lo desmiente explícitamente la carta del Papa al cardenal Ladaria recordando la imposibilidad de que las mujeres sean ordenadas como presbíteros (cfr. Juan Pablo II, Carta Ordinatio sacerdotalis, de 1994).

Cabría añadir, en la línea de la carta, que siendo esos u otros ministerios necesarios en muchos lugares (como en los ámbitos de las misiones o en las Iglesias jóvenes), no cambian la condición eclesial de quienes los ejercen: siguen siendo fieles laicos o miembros de la vida religiosa. Por tanto, no deben considerarse como meta o plenitud de la vocación laical, que se sitúa en relación con la santificación de las realidades temporales de la vida ordinaria. 

En ese sentido, podría haberse aprovechado para cambiar la denominación de “ministerios laicales” (que ya había quedado antigua, puesto que podían ser conferidos a religiosos, ahora también de modo estable a religiosas) por la de “ministerios eclesiales” u otra equivalente, en la línea que la misma carta sugiere al citar el sínodo de Amazonia, cuando propone abrir “nuevos caminos para la ministerialidad eclesial”.

Vaticano

Audiencia del Papa: «La Misa no se escucha sin más; se celebra y se vive»

Francisco ha tenido la audiencia general del miércoles 3 de febrero desde la Biblioteca del Palacio Apostólico, en la cual ha reflexionado sobre la relación entre la oración y la liturgia. 

David Fernández Alonso·3 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

En el primer miércoles de febrero, el Santo Padre Francisco ha tenido la audiencia general desde la Biblioteca del Palacio Apostólico, como ya es habitual por motivo de la emergencia sanitaria.

La catequesis ha tenido lugar tras la lectura de la Carta a los Hebreos en distintos idiomas, que ha servido de inspiración para la predicación del Papa. Este texto habla de los elegidos, de aquellos que se han acercado a la asamblea celestial, a una multitud de ángeles, a una asamblea de los primogénitos cuyo nombre está escrito en el Cielo.

La lectura en árabe ha llamado particularmente la atención, teniendo en el horizonte cercano el viaje apostólico que realizará el Papa a Irak a principios de marzo.

Francisco ha continuado con la catequesis sobre la oración. En la audiencia general de hoy ha reflexionado sobre la relación entre la oración y la liturgia. Ha comenzado recordando la tradicional oración intimista que se había consolidado en algunas épocas de la historia de la Iglesia. Una religiosidad que no reconocía a la liturgia su dimensión e importancia espiritual. Esto llevó a que muchos fieles, participando incluso de la Misa dominical, le hayan restado importancia, y hayan buscado alimento para su fe y su vida espiritual en fuentes devocionales y no en la liturgia.

La Santa Misa no puede ser solamente «escuchada», como si fuéramos meros espectadores de algo que ocurre sin involucrarnos. La Misa es celebrada, y no solo por el sacerdote que la preside, sino por todos los cristianos que la viven. 

Las raíces de la espiritualidad cristiana

Sin embargo, en los últimos decenios, la Constitución sobre la Liturgia del Vaticano II ha subrayado la importancia en la vida de los cristianos de la divina liturgia, pues en ella se encuentra esa mediación objetiva solicitada por el hecho de que Jesucristo no es una idea o un sentimiento, sino una Persona viviente, y su Misterio, un evento histórico.

«La oración de los cristianos pasa a través de mediaciones concretas: la Sagrada Escritura, los Sacramentos, los ritos litúrgicos, la comunidad. En la vida cristiana no se prescinde de la esfera corpórea y material, porque en Jesucristo esta se ha convertido en camino de salvación. Podríamos decir que incluso sí, ahora tenemos que rezar con el cuerpo. El cuerpo entra en la oración».

Un cristianismo sin liturgia es un cristianismo sin Cristo

La liturgia, ha explicado el Papa, “no es solo oración espontánea, sino acción de la Iglesia y encuentro con Cristo mismo”, y, por lo tanto, “no existe espiritualidad cristiana que no tenga como fuente la celebración de los divinos misterios”.

«La liturgia es evento, es acontecimiento, es presencia, es encuentro. Es un encuentro con Cristo. Cristo se hace presente en el Espíritu Santo a través de los signos sacramentales: de aquí deriva para nosotros los cristianos la necesidad de participar en los divinos misterios. Un cristianismo sin liturgia me atrevería a decir que quizás es un cristianismo sin Cristo».

Incluso en el rito más despojado, – ha afirmado el Santo Padre- como el que algunos cristianos han celebrado y celebran en lugares de prisión, o en el escondite de una casa durante tiempos de persecución, Cristo se hace presente y se entrega a sus fieles.

El fervor es clave para la celebración de la liturgia

La liturgia, además, pide ser celebrada “con fervor”, para “que la gracia derramada en el rito no se disperse, sino que alcance la vivencia de cada uno”.

Cada vez que celebramos un Bautismo, o consagramos el pan y el vino en la Eucaristía, o ungimos con óleo santo el cuerpo de un enfermo, ¡Cristo está aquí! Es Él quien hace, es Él quien está presente. Está presente como cuando sanaba los miembros débiles de un enfermo, o entregaba en la Última Cena su testamento para la salvación del mundo.

La Misa se celebra y se vive

Así, la Misa no puede ser solo “escuchada”: “voy a escuchar Misa”, no es una expresión “correcta”, dijo Francisco, porque la Misa “es siempre celebrada”:

«La misa no se puede escuchar sin más, como si nosotros fuéramos solo espectadores de algo que se desliza sin involucrarnos. La Misa siempre es celebrada, y no solo por el sacerdote que la preside, sino por todos los cristianos que la viven. ¡El centro es Cristo! Todos nosotros, en la diversidad de los dones y de los ministerios, todos nos unimos a su acción, porque es Él, Cristo, el Protagonista de la liturgia».

En la liturgia rezamos con Cristo

Francisco ha hecho referencia a que cuando los primeros cristianos empezaron a vivir su culto, lo hicieron «actualizando los gestos y las palabras de Jesús«, con la luz y la fuerza del Espíritu Santo, para que su vida, alcanzada por esa gracia, se convirtiera en sacrificio espiritual ofrecido a Dios. Un enfoque que fue una “revolución”, pues la vida está llamada a convertirse en culto a Dios. Algo que, sin embargo, “no puede suceder sin la oración, especialmente, la oración litúrgica”.

Que este pensamiento nos ayude a todos cuando vamos a misa el domingo: voy a rezar en comunidad, voy a rezar con Cristo que está presente. Cuando vamos a la celebración de un bautismo, por ejemplo, está Cristo allí, presente, que bautiza. «Pero, padre, esto es una idea, una forma de decir…»: no, no es una forma de decir. Cristo está presente y en la liturgia rezas con Cristo a tu lado.

Reverendo SOS

La negación personal que desarrolla la autenticidad

¿Es compatible negarse a uno mismo, como pide el evangelio, y desarrollar una personalidad sana? Precisamente la entrega a Dios puede contribuir al crecimiento de una personalidad más auténtica.

Carlos Chiclana·3 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

¿Es compatible negarse a uno mismo, como pide el evangelio, y desarrollar una personalidad sana? Si Dios es la verdad, la negación de uno mismo y seguirle debería potenciar la estima personal, un mejor autoconcepto, el florecimiento de la identidad propia y la auténtica personalidad.

Sin embargo a veces no es así y encontramos personas que, con la premisa de negarse para seguir a Cristo, han terminado anuladas, sometidas, sin vida, sin proyecto propio o acomplejadas. ¿Será que Dios les ha engañado?

Negación personal sana

Imagínate tomando un café con varias santas Teresas: de Calcuta, Jornet e Ibars, Benedicta de la Cruz, de Jesús, de Lisieux. Las observas, escuchas sus historias, te dejas llevar por sus modos de hablar, decir y ser. Sonríen mientras te cuentan tu vida.

Aprecias que todas se han negado a sí mismas, percibes que cada personalidad es muy distinta y que, precisamente gracias a la negación de sí mismas, han potenciado el desarrollo de su auténtico ser, han esculpido su carácter y, lejos de uniformizarse, se han hecho más diversas.

El consejo de los santos

San Gregorio Magno tiene una respuesta para esto que se integra muy bien con una psicología sana: “No bastaría vivir desprendidos de las cosas, si no renunciáramos además a nosotros mismos. Pero… ¿a dónde iremos fuera de nosotros? ¿Quién es el que renuncia, si a sí mismo se deja? Sabed, que una es la situación nuestra en cuanto caídos por el pecado; y otra, en cuanto formados por Dios. De una forma hemos sido creados, y en otra distinta nos encontramos a causa de nosotros mismos. Renunciémonos, en lo que nos hemos convertido pecando, y mantengámonos como hemos sido constituidos por la gracia. Así, el que ha sido soberbio, si, convertido a Cristo, se hace humilde, ya ha renunciado a sí mismo; si un lujurioso cambia a una vida continente, también se ha renunciado en lo que antes era; si un avariento deja de codiciar y, en lugar de apoderarse de lo ajeno, comienza a ser generoso con lo propio, ciertamente se ha negado a sí mismo”.

En la música

Parece que, lejos de huir de uno mismo, lo interesante es conectar y buscarse en cuanto formado por Dios mientras bailamos la canción Gloria bendita de Mario Díaz: “Una vez quise ser alguien / y acabé siendo yo mismo / intenté volar tan alto / que cobró todo sentido”. Hay una pregunta que hago en ocasiones a quienes se encuentran entrampados en la entrega a los demás de forma desordenada, o se dedican a resolver los problemas de otros sin atender a los propios.

Te argumentan que eso es la voluntad de Dios para ellos y que hacerlo así les enriquece, pero la realidad es que están sentados en la consulta pidiendo ayuda, porque sus niveles de energía están muy bajos y la brújula de su vida no señala el norte. Les pregunto: ¿quién es la persona que Dios te ha encomendado que cuides con mayor dedicación y calidad? Piénsalo tú ahora. 

Cuidado personal

En una ocasión, una mujer casada y con varios hijos escuchó la pregunta, me miró desafiante con una media sonrisa y comentó: “Sé que tengo que decir que soy yo, pero no va a conseguirlo. Pensé primero en mi marido, pero me dije: no, mi marido no es; luego pensé en mis hijos, pero como había dicho sólo una persona, no podía elegir a ninguno. Así concluí que tenía que ser yo, pero fue por exclusión”.

La búsqueda de lo bueno para uno mismo con el cuidado personal, poner límites a las peticiones de los demás, decir no, pedir ayuda, dejarse ayudar y servir, tener deseos y sueños, o potenciar los propios gustos y aficiones, es lo más propio de un cristiano que se ha negado a sí mismo en lo que le aleja de Dios y sigue a un Cristo que tiene cara de resucitado.

Para darse es necesario poseerse, para salir de uno mismo, necesitas estar dentro. Esa persona pondrá equilibrio entre darse y cuidarse, entre amar y dejarse amar, y no dejará de buscar aquello que hace que esa persona, que Dios le ha encomendado, alcance su mejor versión.

Santo Tomás de Aquino lo explica en De Malo: “Como en el amor a Dios el mismo Dios es el último fin al que se ordenan todas las cosas que se aman rectamente, así en el amor de la propia excelencia se encuentra otro último fin al que se ordenan también todas las cosas; pues el que busca abundar en las riquezas, en ciencia, o en honores, o cualesquiera otros bienes, por todo ello busca su propia excelencia”

La negación de un mismo integra la búsqueda de la excelencia personal con el rechazo a lo que te aparta de esa excelencia, pensar en uno mismo y en los demás, cuidar y dejarse cuidar, amar y dejarse amar, en reciprocidad: amar al prójimo como a uno mismo.

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Vocaciones

Adoratrices: «Vivir cercana al dolor es posible desde la Eucaristía y la oración»

En medio del dolor y la injusticia que genera la trata de personas, especialmente de mujeres víctimas de prostitución aparece, como un rayo de esperanza,  el trabajo y la labor de las Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad, las Adoratrices.

Maria José Atienza·3 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Proyectos como Amaranta, Fuente de Vida, Esperanza, Onna o Sicar son algunos de los caminos que estas consagradas han abierto en defensa de la liberación, integración personal, promoción y reinserción social de la mujer explotada por la prostitución o víctima de diversas formas de esclavitud.

proyecto esperanza

Ana, adoratriz, es una de las voces de la Vida Consagrada que forma parte del reportaje incluido en el número impreso de este mes. Al preguntarle sobre su carisma de Adoratriz, señala que “vivir la adoración desde y para la liberación, y la liberación desde el encuentro, en oración y adoración, con Jesús en la Eucaristía y encarnado en cada una de las mujeres, de las hermanas, en cada persona del equipo de profesionales y del voluntariado. Para mí, vivir el Carisma Adoratriz es concelebrar la vida con Jesús, y a la vez con las personas más próximas, sobre todo con las mujeres. Es vivir mi itinerario con a Jesús de forma consciente.  Recuerdo ahora esta frase de María Micaela: “¿Sabéis lo que quiere decir Adoratrices y Esclavas? Adoratriz significa adorar a Jesús sacramentado, no sólo al pie del Sagrario, si no todos los momentos de la vida, y para esto llevamos la custodia pendiente del pecho, recomendándonos a cada instante que debemos adorarlo…Esclavas: ¿Qué es una esclava? Estar siempre con su Señor…; y así nos entregamos en cuerpo y alma a servir, … y amar a Jesús Sacramentado. (PIV f. 1168)”

La oración ante la miseria humana

La Adoratrices tocan, diariamente, las consecuencias de las llagas sociales de la prostitución y la trata. Su oración se desenvuelve ante esta realidad, ¿Cómo es la oración de quien toca tanto dolor e injusticia?  Ana responde: «Ora con confianza, en pobreza, dejando en el corazón del Dios Bueno a las personas que llevamos en nuestro corazón con todas sus heridas, preocupaciones y también con todas sus fortalezas, con todos sus sueños, sus ganas de superación. Ora en comunión con tanta gente que ora».

Su trato con las mujeres es parte de su materia de oración: «Estoy convencida que el secreto de poder vivir cercana al dolor que produce la violencia en las mujeres supervivientes de la trata, y sobre todo la posibilidad de acompañar procesos de liberación es hacerlo desde la esencia del carisma en la vivencia de la Eucaristía y desde los momentos de oración y adoración. Adentrarme en el Misterio, identificarme con Jesús, revivir sus sentimientos de alabanza y acción de gracias, de encuentro, de cercanía, de respeto y cariño, sentirme vulnerable, con necesidad de ayuda, acoger el cariño de las mujeres y juntas hacer nuestros procesos de liberación».

Hacer una oración encarnada, desde las preocupaciones y ocupaciones, personal y comunitariamente, orar con las mujeres, a su manera, desde sus parámetros, entender su religiosidad, sus cantos, danzas, sus imágenes de Dios … acoger en Dios sus miedos y, sobre todo, su confianza en Él. Las mujeres son mis maestras en muchas cosas, también en la oración. Tantas experiencias que contar. Ellas van marcando mi camino de fidelidad y felicidad. Le doy gracias a Jesús por haberme escogido y compartir con ellas mi Vida y su Vida».

El futuro esperanzado

Ana ve el futuro de la vida consagrada y del carisma adoratriz con esperanza: “tenemos mucho que aportar en la iglesia y en la sociedad. Tenemos que seguir abriéndonos más y sin miedo a la misión compartida. Entrar en un dialogo abierto y participativo en el interno de la Congregación y en el trabajo eclesial, inter eclesial, inter congregacional. Compartir desde la esencia de nuestra identidad.

Nos irá bien si somos cada vez más creíbles, más espirituales, más proféticas, más abiertas, más flexibles, si somos sacramento de la Presencia, del encuentro. Seguir profundizando en nuestra forma de liderar para que sea carismático. Tenemos que seguir creando comunidades interculturales, inter generacionales, inter eclesiales… El futuro, aunque siempre es incierto, es una oportunidad de renovación, de nuevas miradas, de replanteamientos. El futuro es el gran reto siempre y cuando vivamos el presente como regalo”.

Las Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad

Las Adoratrices han celebrado hace poco, su VIII Conferencia General, y preparan para marzo el Capítulo Provincial “Juntas en Camino”. Estos encuentros quieren poner las bases del futuro de su labor eclesial y social alrededor de tres ejes:

  • Liderazgo: «Con un estilo capaz de animar la vida y la Misión. Implica: cambio de estructuras: mentales y físicas, cercanía, cuidado de las personas, escucha y acompañamiento»
  • Misión Adoratriz y Acción Apostólica: «Desde nuestra realidad concreta y con mirada amplia de cuerpo congregacional, responder a los desafíos que hoy presenta la realidad de la mujer, ante las situaciones de vulnerabilidad en que se encuentra»
  • Laicado y Misión Compartida: «Potenciar la implicación de hermanas y personas laicas en la acción apostólica. Vivir la Misión Compartida como desafío y esperanza para la Congregación».

Actualmente, la congregación de las Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad, fundadas por  Santa Mª Micaela Desmaisières y López de Dicastillo, está conformada por cuatro provincias y una delegación del Gobierno General:

  • Provincia de Europa/África, integrada por España, Italia, Portugal, Londres, Marruecos, Cabo Verde y Togo.  
  • La Provincia de América, integrada por Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Brasil, Perú, cuba, Haití y Venezuela.  
  • En India las Provincias de Kolkata que integra Nepal y Mumbai a Filipinas
  • Delegación de Japón que está presente en Vietnam y Camboya.
Fotos: Proyecto Esperanza – www.proyectoesperanza.org
Vaticano

Los santos Marta, María y Lázaro figurarán en el Calendario Romano General

El Papa Francisco ha establecido que la memoria de los santos Marta, María y Lázaro se inscriba en el Calendario Romano General

David Fernández Alonso·2 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos

Además de los hermanos de Betania, el Papa Francisco también ha establecido, mediante la publicación del decreto correspondiente de la Congregación para el Culto Divino, la memoria facultativa de los tres Doctores de la Iglesia: san Juan de Ávila, San Gregorio de Narek y Santa Hildegarda de Bingen se celebre el 10 de mayo, el 27 de febrero y el 17 de septiembre respectivamente.

29 de julio: fiesta de Marta, María y Lázaro

El pasado 26 de enero, el Cardenal Robert Sarah y el Arzobispo Arthur Roche, Prefecto y Secretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, han firmado un Decreto de variación en el Calendario General Romano referente a la celebración del 29 de julio. A partir de este año se llamará de los Santos Marta, María y Lázaro.

En el Decreto firmado por el Cardenal Robert Sarah y el Arzobispo Arthur Roche, respectivamente Prefecto y Secretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos se recuerda que “en la casa de Betania, el Señor Jesús experimentó el espíritu familiar y la amistad de Marta, María y Lázaro, y por eso el Evangelio de Juan afirma que los amaba”. Y se añade:

“Marta le ofreció generosamente hospitalidad, María escuchó atentamente sus palabras y Lázaro salió rápidamente del sepulcro por mandato de Aquél que ha humillado a la muerte”

Inscripción de Marta

También se destaca que “la tradicional incertidumbre de la Iglesia latina sobre la identidad de María – la Magdalena, a la que se le apareció Cristo tras su resurrección, la hermana de Marta, la pecadora a la que el Señor perdonó sus pecados – que motivó la inscripción únicamente de Marta el 29 de julio en el Calendario Romano, se ha resuelto en estudios y tiempos recientes, como testimonia el actual Martirologio Romano, que también conmemora a María y Lázaro en ese mismo día”.

Ya se celebra en algunos calendarios

Asimismo, se explica que “en algunos Calendarios particulares los tres hermanos se celebran juntos en ese día. Por ello, considerando el importante testimonio evangélico que dieron al hospedar al Señor Jesús en su casa, al escucharlo atentamente, al creer que él es la resurrección y la vida”:

“El Sumo Pontífice Francisco, acogiendo la propuesta de este Dicasterio, ha dispuesto que el 29 de julio se inscriba en el Calendario Romano General la memoria de los santos Marta, María y Lázaro”

Por tanto, la memoria de Marta, María y Lázaro deberá aparecer con esta denominación en todos los Calendarios y Libros litúrgicos para la celebración de la Misa y la Liturgia de las Horas; las variaciones y añadidos que han de ser adoptados en los textos litúrgicos, adjuntos al presente decreto, deben ser traducidos y aprobados. Tras la confirmación de este Dicasterio, serán publicados por las Conferencias Episcopales.

Los tres doctores: san Juan de Ávila, san Gregorio de Narek y santa Hildegarda de Bingen

De esta manera, «estas nuevas memorias deben ser inscritas en todos los Calendarios y Libros Litúrgicos para la celebración de la Misa y la Liturgia de las Horas» y «los textos litúrgicos que se adopten, adjuntos al presente decreto, deben ser traducidos, aprobados y, tras la confirmación de este Dicasterio, publicados por las Conferencias Episcopales«.

En este sentido, el texto afirma:

«La santidad se combina con el conocimiento, que es experiencia, del misterio de Jesucristo, indisolublemente unido al misterio de la Iglesia. Este vínculo entre la santidad y la comprensión de las cosas divinas y al mismo tiempo humanas, resplandece de manera muy especial en aquellos que han sido adornados con el título de Doctor de la Iglesia, reza el decreto que lleva la fecha del 25 de enero de 2021, fiesta de la Conversión del Apóstol San Pablo«.

El decreto también explica el significado de este título para la Iglesia universal: «La sabiduría que caracteriza a estos hombres y mujeres no es sólo suya, ya que al convertirse en discípulos de la Sabiduría divina se han convertido a su vez en maestros de sabiduría para toda la comunidad eclesial. Desde este punto de vista, los santos «doctores» aparecen en el Calendario Romano General«.

El monje de Andzevatsik

El monje Gregorio de Narek, probablemente vivió alrededor del año 950 en Andzevatsik, Armenia, actualmente territorio turco. 

Fue un excelente teólogo, poeta y escritor religioso, y entre sus obras figuran un comentario al Cantar de los Cantares, numerosos panegíricos y una colección de 95 oraciones en forma poética llamada «Narek», por el nombre del monasterio donde pasó toda su vida. 

En su teología se encuentran elementos importantes de la mariología, como la prefiguración del dogma de la Inmaculada Concepción, proclamado más de ochocientos años después. En 2015 el Papa Francisco lo declaró «Doctor de la Iglesia Universal» con la Carta Apostólica «quibus sanctus Gregorius Narecensis Doctor Ecclesiae universalis renuntiatur».

San Juan de Ávila, modelo para los sacerdotes

Juan de Ávila vivió en España en el siglo XVI en una familia acomodada de origen judío. Se hizo sacerdote y, movido por un ardiente espíritu misionero, quiso ir a las Indias pero el arzobispo de Sevilla lo retuvo en su tierra para que predicara en Andalucía.

Allí trabajó durante nueve años, convirtiendo a personas de todas las edades y clases sociales y llevándolas a un progreso en su camino de fe.

Vivió en la pobreza y la oración, continuando sus estudios de teología y predicación. Sentó las bases de lo que sería su espiritualidad, que tomó a María como modelo y madre. Pidió celo apostólico y misionero, empezando por la contemplación y un mayor compromiso con la llamada universal a la santidad

Acusado inmisericordemente de herejía por la Inquisición, posteriormente fue absuelto de las injustas acusaciones. Fue consejero y amigo de grandes santos y uno de los maestros espirituales más prestigiosos y consultados de su tiempo. Entre ellos, San Ignacio de Loyola, Santa Teresa de Ávila y San Juan de Dios.  Canonizado en 1970 por San Pablo VI, Benedicto XVI lo proclamó «Doctor de la Iglesia» el 7 de octubre de 2012.

Santa Hildegarda de Bingen

Mujer dotada de una inteligencia extraordinaria, genio polifacético y ecléctico, Santa Hildegarda de Bingen fue monja y abadesa benedictina, escritora, mística, filósofa y teóloga, compositora de música, experta en ciencias naturales y medicina, consejera de príncipes, papas y emperadores. 

Nació en Bermesheim, Alemania, en 1098, siendo la última de diez hijos. «La que es audaz en la batalla» significa su nombre de pila. A pesar de su delicada salud, llegó a los 81 años afrontando una vida llena de trabajo. Sus visiones, transcritas en notas y posteriormente en libros orgánicos, la hicieron famosa. En la montaña de San Ruperto, cerca de Bingen, a orillas del Rin, Hildegarda fundó el primer monasterio. En 1165, el segundo, en la orilla opuesta del río.  En 2012 fue declarada Doctora de la Iglesia por Benedicto XVI.

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Cultura

Hildegarda de Bingen: La desconocida doctora de la Iglesia

La inscripción de Hildegarda de Bingen en el Calendario Romano General vuelve a traer al primer plano la vida y obra de esta santa medieval que abogaba por una renovación de la comunidad eclesial a través de un sincero espíritu de penitencia 

Maria José Atienza·2 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos

El Santo Padre ha decretado, esta mañana, inscribir en el Calendario Romano General con el grado de memoria ad libitum a Santa Hildegarda de Bingen, junto a san Gregorio de Narek y San Juan de Ávila.

¿Quién es esta santa, que Benedicto XVI elevó a doctora de la Iglesia?

Hildegarda forma parte del reducido número, cuatro, de mujeres doctoras de la Iglesia. Junto a ella, Santa Catalina de Siena, Santa Teresa de Ávila y Santa Teresita del Niño Jesús conforman la presencia femenina de entre los proclamados, hasta el momento, como doctores y doctoras de la Iglesia.

Aunque de presencia reducida, como señalaba Jaime López Peñalba en su artículo «Doctoras de la Iglesia. Las madres que Dios nos ha dado», publicado en el número impreso de nuestra revista del pasado noviembre, «La historia de la Iglesia es incomprensible sin estas figuras femeninas, las celebradas y las anónimas, que marcan y sostienen la vida de familias, comunidades, carismas y misiones».

Vida de Hildegarda de Bingen

En ese mismo número, López-Peñalba recuerda la figura de la que denomina «sibila del Rin».

Hildegarda nació en 1098 en el Palatinado alemán, la hija menor de una familia noble, y como tal fue educada entre los benedictinos de Disibodenberg. Cuando la abadesa de la comunidad femenina falleció, Hildegarda, su discípula predilecta, fue elegida para sustituirla, de manera unánime, a pesar de su juventud de 38 años, lo que demuestra sus talentos, evidentes ya para todos. Su personalidad impulsó la vida del monasterio, y sobre todo, su libertad. Por eso, en 1148 la comunidad fundó el nuevo cenobio de San Ruperto en Bingen, buscando autonomía para profundizar en la reforma promovida por Hildegarda.

La fama de nuestra monja se divulgaba por la Iglesia europea, espoleada por el apoyo decisivo de Bernardo de Claraval y del Papa reinante Eugenio III. Por carta, en entrevistas cara a cara, en viajes de predicación, su palabra llegaba a monjes, a nobles, al emperador, al Papa legítimo y a los antipapas cismáticos. En plena Baja Edad Media, esta mujer levantaba la voz pidiendo reforma, conversión y santidad a la Cristiandad… ¡y era escuchada!

Hildegarda había vivido desde niña experiencias místicas. A los 41 años, las visiones proféticas se hacen más fuertes  y las acompaña una moción para ponerlas por escrito. Hildegarda, sometiéndose al discernimiento de Bernardo y de Roma, escribe su obra principal: Scivias (Conoce los caminos), concluida una década después, en 1151. Aquí encontramos su mística personal, abundando en la simbología nupcial, como es frecuente en las espirituales femeninas, con descripciones alegóricas de sus visiones –enriquecidas con las miniaturas típicas de los scriptorium medievales– que nos recuerdan en mucho sentido a las profecías del Antiguo Testamento, y con una inteligencia carismática de la Escritura y la historia de la salvación que demuestra su altura espiritual. En 1163, publicará el Libro de los méritos de la vida, una obra de teología moral y discernimiento, centrada en el hombre como imagen de Dios, donde muestra una antropología y una psicología espiritual finísima. La última obra es el Libro de las obras divinas, de 1173, un tratado de la creación. Enferma, su mala salud de siempre comienza a deteriorarse, y fallece finalmente en 1179.

Se dice que Benedicto XVI quiso nombrarla doctora de la Iglesia para rescatar la figura espiritual de santa Hildegarda del olvido de un culto demasiado regional y del abuso que algunos movimientos pseudoreligiosos como la New Age empezaban a hacer de sus obras. Porque Hildegarda cultivó todos los saberes de la época: una Física sobre ciencias naturales, el tratado médico Causas y curas a partir de conocimientos de biología y botánica, una colección de cantos litúrgicos denominada Sinfonía armónica de los objetos celestes que hoy los musicólogos estudian con interés. En este sentido, Hildegarda encarnó perfectamente el ideal benedictino de buscar al Dios eterno que no pasa (quaerere Deum), y descubrir en el proceso al hombre y al mundo, y aprender una sabiduría católica que abrace todo, el cielo y la tierra. 

Benedicto XVI e Hildegarda de Bingen

El Papa emérito dedicó dos audiencias a la figura de Hildegarda de Bingen, el 1 y el 8 de septiembre de 2010. En ellas destacó que esta santa medieval «nos habla con gran actualidad, con su valiente capacidad de discernir los signos de los tiempos, con su amor por la creación, su medicina, su poesía, su música —que hoy se reconstruye—, su amor a Cristo y a su Iglesia, que sufría también en aquel tiempo, herida también en aquel tiempo por los pecados de los sacerdotes y de los laicos, y mucho más amada como cuerpo de Cristo». 

También destacó de ella Benedicto XVI que, Hildegarda, con sus escritos sobre sus visiones, es un ejemplo de cómo «la teología puede recibir una contribución peculiar de las mujeres, porque son capaces de hablar de Dios y de los misterios de la fe con su peculiar inteligencia y sensibilidad».

Su festividad, ahora incluida en el Calendario Romano General se celebra el 17 de septiembre.

Vaticano

Ocho años de una renuncia histórica

Se cumplen ocho años desde la que podemos considerar la gran lección de Benedicto XVI, su renuncia al solio pontificio, el 11 de febrero de 2013.

David Fernández Alonso·2 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

El 11 de febrero de 2013, el Papa Benedicto XVI anunciaba ante los cardenales, para gran sorpresa de todos, que ya no tenía las suficientes «fuerzas» para continuar ejerciendo el ministerio petrino, y que por tanto, renunciaba a seguir al frente de «la barca de Pedro».

«Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino». Fue con estas palabras con las que sorprendió al mundo, con las que se apartaba dando una gran lección de humildad.

Un vigor que había disminuido

Benedicto explicó que él era «muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando».

Pero, explicó que «sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado».

Renuncia al ministerio petrino

Y así, transmitió su decisión de anunciar «con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice».

Os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos

Benedicto XVIDeclaración de renuncia, 11 de febrero de 2013

Además de esta decisión, de la que podemos aprender todos, también nos ha dejado otras grandes lecciones a lo largo de sus casi ocho años de pontificado.

Un legado teológico

Por un lado, su obra teológica. En concreto, su obra maestra «Jesús de Nazaret», donde muestra que el Jesús que aparece en los Evangelios es el mismo que existió. Se trata de tres volúmenes, en los cuales comenta la vida de Cristo. De hecho, lo escribió durante sus pocos tiempos libres.

Benedicto XVI es un gran teólogo. Con motivo de esta inquietud que tenía, organizó un sí­nodo para que los católicos apreciaran mejor la Biblia; donde explicó que el Concilio Vaticano II no puede leerse en clave de ruptura con el pasado sino como continuidad; y enseñó a apreciar el significado litúrgico de las ceremonias.

Sus discursos en Europa

Sus tres grandes discursos polí­ticos sobre la contribución de la religión al debate público, son otro aspecto de su legado. En particular, son los discursos que pronunció en la Academia Francesa (College des Bernardins), en el Parlamento Inglés (Westminster Hall) y en el Parlamento Alemán (Bundestag).

Es evidente que en las cuestiones fundamentales del Derecho, en las cuales está en juego la dignidad del hombre y de la humanidad, el principio de la mayorí­a no basta

Benedicto XVIDiscurso en el Parlamento Alemán

El diálogo de Benedicto XVI

Por último, Benedicto demostró una especial disposición al diálogo. El ahora Papa emérito tendió una mano a la Fraternidad de San Pío X, el grupo tradicionalista fundado por Marcel Lefebvre.

Por otro lado, también impulsó las relaciones de la Iglesia católica con la comunidad judí­a, viajando a Tierra Santa y manteniendo encuentros con organizaciones rabí­nicas. Tras la crisis de Ratisbona, multiplicó sus gestos para rechazar la idea de un conflicto de civilizaciones entre cristianos y musulmanes.

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Libros

El próximo Papa

Rubén Pereda te recomienda la lectura de El próximo papa, de George Weigel.

Omnes·2 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

El último libro de George Weigel, autor perfectamente conocido por su biografía de San Juan Pablo II, recoge su reflexión acerca de las tareas que esperan a la Iglesia en el futuro inmediato, presentándolas como una serie de retos que tendrá que enfrentar quien sea elegido Papa después del actual.

Libro

Título: El próximo Papa
Autor: George Weigel
Editorial: Homo Legens
Páginas: 200

El punto de partida de esta reflexión es el momento de transición que, según el autor, la Iglesia Católica está atravesando.

La gravedad de este momento se pone de relieve al equipararlo, como hace en la introducción, a las transiciones que supusieron, sucesivamente, la ruptura con el judaísmo rabínico, la aparición de la patrística, la constitución del cristianismo medieval y, por último, el catolicismo de la Contrarreforma. En este momento estaríamos en lo que llama el paso “desde el catolicismo de la Contrarreforma a la Iglesia de la Nueva Evangelización”. 

Por otro lado, el autor tiene presente una cuestión meramente cronológica: la transición que experimenta la Iglesia tiene como punto fundamental el Concilio Vaticano II, en el que tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI tomaron parte activa; el Papa Francisco, por su parte, se preparaba para la ordenación sacerdotal en el noviciado jesuita.

Sin embargo, quien sea elegido Papa en el próximo cónclave, con toda seguridad, habrá vivido el Concilio en su adolescencia: ahora mismo, el más anciano de los electores tendría entonces veinticinco años. Esto implica que no habrá vivido con la misma intensidad que sus predecesores los debates postconciliares.

Al mismo tiempo, el próximo Papa tendrá que continuar con la tarea de poner por obra el resultado de las sesiones conciliares e ir dando forma a lo que Weigel llama “la Iglesia de la Nueva Evangelización”.

Lógicamente, es imposible saber cuál será el resultado de este paso, de la misma manera que es imposible saber cuáles serán los retos concretos que tenga que enfrentar la Iglesia en el futuro. No obstante, Weigel ofrece algunas indicaciones sobre las cuestiones más relevantes, y -dadas su trayectoria y experiencia, combinadas con una visión anclada en la fe- es una voz que merece ser escuchada.

La tarea del próximo Papa está centrada en Cristo y el Evangelio, y por ese camino ha de llevar a la Iglesia.

Rubén Pereda

Los temas que trata son muy variados: comenzando por el más evidente -la nueva evangelización-, Weigel analiza qué significará ser Papa en los próximos decenios, descendiendo a cómo tiene que ser su relación con obispos, sacerdotes y laicos, o la reforma del Vaticano. Subraya la importancia de una Iglesia en la que la claridad doctrinal conviva con la misericordia, en la que el diálogo con las demás religiones se apoye en la búsqueda de la verdad, y cuya relación con los problemas sociales esté basada en el conocimiento y la autoridad moral.

La conclusión del ensayo resume perfectamente el punto clave: la tarea del próximo Papa está centrada en Cristo y el Evangelio, y por ese mismo camino ha de llevar a la Iglesia.

Los nuevos pobres

La pandemia global provocada por el coronavirus ha traído consigo un cambio de paradigma, por el cual se descubren los nuevos pobres: el familiar o vecino de al lado que ha perdido su empleo, ha pasado la enfermedad y tiene dificultades para llevar un plato de comida a su casa.  

1 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Se les llama los «nuevos pobres» por la crisis del Covid. Pero, ¿por qué nuevos? ¿Qué hay de nuevo en ellos? 

De hecho, los pobres son antiguos, tan antiguos como de vida tiene el mundo, siempre han estado ahí. Estaban en los lugares más remotos del mundo. Se les enviaba ayuda en caso de inundaciones, catástrofes y guerras. Nos movilizamos con donaciones de ímpetu en vista de ciertas emergencias.

Entonces empezaron a moverse en un número sin precedentes, a emigrar desde aquellos rincones del planeta para aparecer en los cruces de nuestras carreteras, a invadir las noticias, presentados por algunos medios como peligrosos «invasores» que amenazaban nuestro bienestar. Y mientras los países ricos se disputaban cómo resolver la recepción o el rechazo de estos flujos incontrolables, llegó la pandemia que ha cambiado todos los paradigmas.

Uno de ellos es que los pobres se han convertido en «nuevos», es decir, han tomado rasgos que nos son familiares, incluso pueden ser nuestros vecinos que, habiendo perdido sus empleos (¿precarios? ¿inestables? ¿ya frágiles?), se encuentran en dificultades para garantizar incluso un plato de comida en casa para sus hijos.

Estos nuevos pobres hacen cola a las puertas de los centros de ayuda para recibir una bolsa de comida, o se inscriben en las listas de los municipios y parroquias para recibir un paquete de alimentos en su casa. 

Sería interesante que todas las personas tuvieran al menos una vez la experiencia de llevar un paquete de alimentos a un «pobre». En el sentido corporal real. La secuencia es la siguiente: recoger la caja cargada y precintada del suelo, sentir su peso en los brazos, cargarla en el coche, tocar el timbre de los «pobres», ver la cara de la persona que abre, saludar, acercarse a la primera mesa disponible y soltar el paquete. No se sabe quién está más avergonzado o tímido o incómodo, si el que entrega o el que recibe. Puede que sólo sea un intercambio de bromas, pero aún así, es una reunión. Y no puede evitar abrirse paso.

Se repite que la pandemia exige un cambio de paradigma. Las ONG que trabajaron durante décadas en esos países trabajan ahora en regiones europeas que se encuentran entre las más ricas, con proyectos idénticos a los que se llevan a cabo en Burundi o en el Congo: siguen los mismos procedimientos, ayudan a los beneficiarios con las mismas necesidades: comer, estar acompañados desde el punto de vista psicológico y social, ser tratados, encontrar un empleo. Si diéramos un paso más en la toma de conciencia de esta nueva cercanía dentro de una nueva forma de globalización, ya estaríamos en el inicio de una mañana de abril. Una nueva era.

El autorMaria Laura Conte

Licenciada en Letras Clásicas y doctora en Sociología de la Comunicación. Directora de Comunicación de la Fundación AVSI, con sede en Milán, dedicada a la cooperación al desarrollo y la ayuda humanitaria en todo el mundo. Ha recibido varios premios por su actividad periodística.

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Enseñanzas del Papa

Fraternidad, Palabra de Dios y Educación

Las enseñanzas del Papa en el último mes han girado principalmente en torno a tres ejes: la fraternidad, por la reciente encíclica firmada en Asís; la Sagrada Escritura, a la que ha dedicado una notable Carta apostólica; y la educación, por sus intervenciones para impulsar un pacto educativo global.

Ramiro Pellitero·1 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 5 minutos

El 3 de octubre Francisco firmó en Asís su tercera encíclica, Fratelli tutti, sobre la fraternidad y la amistad social. Pocos días antes, el 30 de septiembre, había publicado la carta apostólica Scripturae Sacrae affectus, en el 16º centenario de la muerte de san Jerónimo. Y el 15 de octubre, desde el Aula Magna de la Universidad Lateranense, el Papa emitió un videomensaje con ocasión del encuentro promovido y organizado por la Congregación para la educación católica Global compact on education. Together we look beyond

Fratelli tutti

En esta encíclica social, Fratelli tutti, y siguiendo el método del discernimiento pastoral, Francisco ofrece claves, criterios y orientaciones para soñar juntos y construir juntos una nueva humanidad, “como caminantes de la misma carne humana, como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos, cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada uno con su propia voz, todos hermanos” (n. 8). Bajo la inspiración principal de san Francisco de Asís, y en una perspectiva a la vez ética y teológico-pastoral, el Papa tiene en cuenta el contexto de la pandemia de Covid-19 y de lo que ha puesto de relieve: “Una fragmentación que volvía más difícil resolver los problemas que nos afectan a todos” (n. 7). 

No se trata simplemente de una aséptica descripción de la realidad, sino que la mirada propia de los discípulos de Cristo (cfr. Gaudium et spes, 1), que desea “buscar una luz en medio de lo que estamos viviendo”. Una búsqueda abierta al diálogo y con el fin de “plantear unas líneas de acción” (n. 56). 

El trasfondo de la fe ilumina el cuadro con la referencia y la oración a Dios creador y padre común. “Los creyentes pensamos que, sin una apertura al Padre de todos, no habrá razones sólidas y estables para la llamada a la fraternidad. Estamos convencidos de que sólo con esta conciencia de hijos que no son huérfanos podemos vivir en paz entre nosotros (n. 260). Y aduce el motivo, que señalaba Benedicto XVI, de que “la razón, por sí sola, es capaz de aceptar la igualdad entre los hombres y de establecer una convivencia cívica entre ellos, pero no consigue fundar la hermandad” (encíclica Caritas in veritate, 19).

Esa apertura al Padre común queda reforzada plenamente por la fe cristiana en la filiación divina, que los bautizados proclamamos como horizonte concreto y operativo para avanzar en la solidaridad humana. La fe cristiana se presenta aquí comocapaz de generar las fuerzas espirituales que hagan realidadlo que podría parecer solo una utopía: la fraternidad en todos los órdenes de la realidad, siguiendo el modelo del buen samaritano que Jesús presenta.

Como una de las claves para la lectura del documento, puede considerarse el binomio que aparece en el subtítulo del documento: fraternidad (y no una solidaridad basada únicamente en los nobles vínculos humanos de amistad, sino también en una dimensión trascendente, que garantiza la dignidad humana común, como valor absoluto y previo a las decisiones y acciones); y a la vez, amistad social (que ha de abrirse y extenderse universalmente a todos, precisamente como manifestación y camino de fraternidad). 

Desde esa dinámica conexión entre fraternidad universal y amistad social, surgen propuestas para afrontar las cuestiones que nos afectan. No podemos abandonarlas al mero interés particular o a la tentación de la desidia de quien tiene sus necesidades suficientemente resueltas. Se podrán y deberán discutir las prioridades y los medios. Pero no se pueden desatender ni ocultar los problemas, ni cambiar los fines que corresponden tanto a la sociedad en su conjunto como a las personas singulares: el desarrollo integral, el bien común, el verdadero progreso humano. 

Para una presentación más detenida de la encíclica, ver Fratelli-tutti: amistad-y-fraternidad-diálogo-y-encuentro.

El amor a la Sagrada Escritura

“Una estima por la Sagrada Escritura, un amor vivo y suave por la Palabra de Dios escrita”, es la herencia de san Jerónimo, afirma el Papa en la carta apostólica Scripturae Sacrae affectus (30-IX-2020). 

En Belén, donde san Jerónimo se trasladó cuando tenía 41 años, pasó una gran parte de su vida, dedicado, entre otros estudios, a traducir el Antiguo Testamento al latín desde el texto hebreo original (lo que se conoce como la edición Vulgata, porque llegó a ser patrimonio común incluso del pueblo cristiano). 

En contraste con ciertos tonos fuertes que se encuentran en algunas de sus obras, movidas por el amor a la verdad y su ardiente defensa de Cristo, este santo subrayaba en las Escrituras, en palabras de Francisco, “el carácter humilde con el que Dios se reveló, expresándose en la naturaleza áspera y casi primitiva de la lengua hebrea”. Mostró la importancia del Antiguo Testamento, pues “sólo a la luz de las ‘figuras’ veterotestamentarias es posible comprender plenamente el significado del acontecimiento de Cristo, cumplido en su muerte y resurrección”

San Jerónimo es buen maestro y guía para el estudio de las Sagradas Escrituras, cuya riqueza, observa el Papa, “es desafortunadamente ignorada o minimizada por muchos, porque no se les han proporcionado las bases esenciales del conocimiento”. Por eso Francisco desea que se promueva la formación bíblica de todos los cristianos, de modo que cada uno puedan extraer de ella muchos frutos de sabiduría, esperanza y vida. 

Así exhortaba Jerónimo a sus contemporáneos: “Lee muy a menudo las Divinas Escrituras, o mejor, nunca el texto sagrado se te caiga de las manos” (Ep 60, 10).

Por un pacto educativo global 

Al abordar la situación actual de la educación en su videomensaje del 15 de octubre, Francisco comienza también haciendo referencia a la pandemia. A las dificultades sanitarias, económicas y sociales añade las dificultades en el ámbito de la educación (se habla de una “catástrofe educativa”), a pesar de los beneficios y esfuerzos de la comunicación digital. 

Para paliar esta situación, hay que ir más a fondo y con realismo. Se requiere todo un nuevo modelo cultural y de desarrollo. “Lo que está en crisis” –reconoce el Papa– “es nuestro modo de entender la realidad y de relacionarnos”.

No podemos quedarnos de brazos cruzados sin impulsar para todos una educación capaz “de generar y mostrar nuevos horizontes, en los que la hospitalidad, la solidaridad intergeneracional y el valor de la trascendencia construyan una nueva cultura”. Pues la educación es una forma efectiva de humanizar el mundo y la historia. Y ante todo, “una cuestión de amor y responsabilidad”.

Por tanto –deduce Francisco-“la educación se propone como el antídoto natural de la cultura individualista”, sin permitir que se empobrezcan nuestras facultades de pensamiento e imaginación, de escucha, diálogo y comprensión mutua. 

Por eso se necesitaun nuevo compromiso educativo que supere injusticias, violaciones de derechos, grandes pobrezas y exclusiones humanas.Necesitamos valentía para generar procesos precisamente en la perspectiva de la fraternidad. Procesos capaces de“incidir en el corazón de una sociedad y dar nacimiento a una nueva cultura”. Y para eso, no debemos esperar que nos lo den todo hecho desde los gobiernos o las instituciones.

El Papa propone siete criterios para avanzar en este pacto educativo global: la centralidad de la persona y la responsabilidad para transmitir valores y conocimientos a niños, adolescentes y jóvenes; el fomento de la educación para las niñas y las jóvenes; situar  a la familia como primera e indispensable educadora; educar y educarnos para la acogida de los más necesitados; buscar otra forma de entender la economía y la política, el crecimiento y el progreso; poner los medios para salvaguardar y cuidar nuestra casa común. 

Para este proyecto educativo renovado, se ofrece la referencia de la doctrina social de la Iglesia, como luz e impulso de belleza y de esperanza.

Un gesto del Papa lleno de significado

El Papa Francisco quiso homenajear a todas las personas que pasan desapercibidas en estos tiempos. Son todas las personas que encuentran en San José el hombre de la presencia diaria, un intercesor en los momentos de dificultad.

1 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos

Los militares de #stradesicure que estaban de servicio en Roma el día de la Inmaculada Concepción, sufriendo el frío y la lluvia, han sido recompensados de la mejor manera que se podían imaginar. De hecho, contra toda expectativa, vieron a un hombre vestido de blanco salir de un Focus azul y llevarles galletas. Era el Papa Francisco regresando de Santa Maria Maggiore donde había estado rezando y había celebrado la Misa en forma absolutamente privada. Si no estuvieran los vídeos para documentarlo, uno no lo creería.

Lo que sucedió fue que, en contra de lo anunciado, Bergoglio decidió ir muy temprano, para evitar cualquier multitud, a la Piazza di Spagna para el tradicional homenaje a Nuestra Señora, y de allí se dirigió a Santa Maria Maggiore donde, primero rezó frente al icono de la Salus Populi Romani y luego celebró la Misa en la Capilla de la Natividad. Mientras toda la ciudad, azotada por la lluvia y el viento frío, seguía durmiendo en el calor de sus hogares, sucedió la sorprendente escena para un pequeño grupo de soldados que estaban de servicio.

Este gesto, como todos los del Papa, está lleno de significado. Ese mismo día, de hecho, el 8 de diciembre de 2020, el Obispo de Roma, con la Carta Pastoral Patris Corde, había decidido dedicar el año a San José, de cuyo humilde y oculto servicio se había acordado, y en esa misma ocasión había nombrado las fuerzas del orden. “Nuestras vidas están entretejidas y sustentadas por personas comunes -generalmente olvidadas- que no aparecen en los titulares de los periódicos y revistas o en las grandes pasarelas del último espectáculo”.

Las galletas que el Papa quiso dar a los soldados de #stradesicure, van simbólicamente a todas las personas que ejercen la paciencia todos los días e infunden esperanza, procurando no sembrar el pánico sino la responsabilidad. Son padres y madres, abuelos y abuelas, maestros; son las personas que pasan desapercibidas. Son todas las personas que encuentran en San José el hombre que nos recuerda que, para Dios, no hay gente en “segunda línea” sino sólo en “primera línea”, la línea del amor.

El autorMauro Leonardi

Sacerdote y escritor.

Educación

‘Foro de la familia’ pide escuchar a los padres para parar la LOMLOE

La campaña #EuropaEscúchanos va dirigida a los eurodiputados con el fin de que se paralice la Ley de Mejora de la LOE, que, desde su proposición ha contado con el rechazo mayoritario de la comunidad educativa concertada y privada. 

Maria José Atienza·1 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: < 1 minuto

La campaña #Europaescúchanos invita a la sociedad española a participar mediante unos correos dirigidos a los eurodiputados en los que podrán mostrar su descontento públicamente con esta Ley que limita la libertad de los padres y los derechos de los hijos.

Foro de la Familia ha sido una de las entidades que ha mostrado su rechazo a la nueva ley de educación. Según ha informado el propio Foro: » Se ha querido seguir insistiendo en el trabajo en contra de la LOMLOE que pone en riesgo la educación concertada en España y con ello más de 82.000 profesores sin contar el personal administrativo y de gestión de los centros. Evidentemente sin dejar de lado los riesgos que esta ley presenta para la libertad y los derechos humanos».

Para participar en esta campaña, el Foro ofrece, a través de esta dirección web, la posibilidad de enviar este correo a los eurodiputados en el que se incluyen adjuntos dos archivos, un Informe que desglosa todos los problemas en contra de los derechos humanos, la libertad educativa. El segundo es un STATEMENT mediante el que los eurodiputados pueden manifestar su desacuerdo con la llamada Ley Celaá.

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