La Iglesia en los Estados Unidos se ha embarcado en un proceso ambicioso de varios años, dirigido a subrayar las prioridades, necesidades y dones de los católicos hispanos. Se llama Encuentro, y pretende ser un efectivo encuentro entre las diversas comunidades hispánicas de este país, así como entre ellas sus compañeros de fe, los católicos no hispanos.
Los católicos hispanos (también llamados latinos) han sido una presencia en Norteamérica desde que los primeros misioneros llegaron a Florida y a lo que ahora son México y California. No siempre ha sido una presencia acogida calurosamente. Los católicos latinos más ancianos recuerdan aún las humillaciones que sufrieron de manos de sus correligionarios, así como de la sociedad en general.
Hoy la historia es diferente: alrededor del 40 % de los católicos de este país son hispanos, y entre los católicos de menos de 18 años llegan al 60 %. En algunas archidiócesis como Los Ángeles ese número llega al 70 %. Las diócesis ofrecen recursos bilingües, y los obispos de los Estados Unidos están abiertos a las cuestiones que afectan a esta comunidad.
No sólo para los hispanos
Dicho eso, sigue habiendo una falta persistente de conciencia entre muchos no hispanos acerca de la bendición que esta comunidad es para la vida de la Iglesia, y una falta de conciencia semejante acerca del significado del V Encuentro.
Sin embargo, cualquier discusión sobre el futuro de la Iglesia católica en los Estados Unidos es imposible sin considerar las prioridades y preocupaciones de esta enorme población católica. Es de aquí de donde la Iglesia sacará sus futuros sacerdotes y obispos, sus catequistas y parroquianos. Es aquí donde tendrá que luchar con los retos del abandono y la falta de identidad religiosa entre los jóvenes.
“V Encuentro”, como se conoce al quinto Encuentro, refleja un proceso que se originó en la Iglesia en Latinoamérica, que es familiar al Papa Francisco y donde la fórmula de “ver, juzgar, actuar” se integró en asambleas como las de Medellín y Aparecida.
Desarrollo
El proceso de preparación para el V Encuentro comenzó con reuniones en pequeños grupos y comunidades cristianos, y luego en las parroquias.
A finales del año pasado y comienzos de este año, ha habido una serie de encuentros diocesanos, donde las reflexiones y preocupaciones percibidas a nivel local fueron compartidas por los delegados.
Ahora las diócesis se están reuniendo en cada una de las 14 regiones episcopales, donde están comparando sus preocupaciones y prioridades, encontrando una base común y haciendo recomendaciones en relación con los asuntos qua habrán de tratarse en el Encuentro nacional en septiembre próximo, en Texas. El tema de la reunión nacional de Grapevine es Discípulos misioneros: Testigos del Amor de Dios.
Todavía es pronto para anticipar conclusiones, pero es claro que los católicos hispanos de los Estados Unidos están encontrando en este proceso una expresión poderosa de solidaridad. Se convertirá en un éxito aún mayor será si todos los católicos llegan a descubrir y valorar este momento de Pentecostés para su Iglesia.