Vocaciones

Qué dicen los obispos sobre la vocación de los jóvenes

La Conferencia Episcopal Española ha convocado un gran congreso sobre vocaciones en febrero de 2025 en Madrid.

Javier García Herrería·20 de enero de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos
Discernimiento

La Conferencia Episcopal Española ha convocado un gran congreso sobre vocaciones en febrero de 2025. Se trata de un evento ambicioso, para el que han reservado el Madrid Arena, uno de los espacios más emblemáticos de la capital. La propuesta de los obispos españoles tiene como lema “Del pienso, luego existo al soy llamado, por eso vivo”, es decir, que parte del racionalismo cartesiano que nos ha llevado hasta el individualismo en el que nos movemos, para invitar a una reflexión abierta a la salvación cristiana basada en el amor de Dios por cada uno de nosotros. 

Este congreso sigue la estela del Sínodo de los Obispos que tuvo lugar en Roma en 2018 y que versó sobre “los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”. Aunque es cierto que el número de vocaciones al sacerdocio y la vida religiosa se va reduciendo poco a poco, también lo es que en algunos contextos surgen numerosas vocaciones y se ven comunidades cristianas vivas. 

La salud con la que cuentan las Jornadas Mundiales de la Juventud podrían ser un ejemplo, pero también hay muchos otros, como la iniciativa FOCUS en Estados Unidos o el incremento de vocaciones en muchas instituciones fieles al Magisterio.

La propuesta de los obispos españoles contiene ideas habituales en muchos documentos de la Iglesia posteriores al Concilio Vaticano II, por ejemplo, la llamada universal a la santidad o que toda labor pastoral debe hacerse en clave de pastoral vocacional, pues no es un sector separado e independiente. Ahora bien, algunos mensajes que los obispos proclaman en las páginas 30-35 del documento programático del congreso que puede verse en internet (www.paraquiensoy.com), en gran medida chocan contra la mentalidad contemporánea.

Propuestas contraculturales

-La infancia, adolescencia y juventud, tiempos de crecimiento, iniciación y búsqueda, son momentos privilegiados de la vida para descubrir el plan que Dios ha trazado para cada uno de nosotros.

-Crear un contexto fuerte de cultura vocacional, que facilite la generosidad con Dios. La cultura vocacional hace que se perciba como un deber lo que se ha descubierto como don.

-El ambiente cultural declara casi imposibles las decisiones que se toman para toda la vida. Sin embargo, la propuesta cristiana sostiene que es posible entender la libertad sin separarla del compromiso firme.

-Huída del individualismo. Entender la vida como un don recibido que se realiza plenamente al darse a los demás. La vocación implica poner nuestras capacidades al servicio de los demás. 

-El cuerpo sexuado es signo de la “vocación evidente”, ser varón o mujer. Hemos sido creados para amar y generar vida.

Los jóvenes deben saber

-Que no se pueden tener todas las certezas, sino que hay que aprender a fiarse y sustituir el cálculo a la hora de decidir por una respuesta confiada a Dios. 

-La vocación – tal como aparece en la Escritura – es un “largo viaje” que supone tiempo para descubrirse a sí mismo e interpretar la llamada de Dios. 

-La vocación no es ni un “guión ya escrito” para recitar simplemente, ni tampoco una “improvisación teatral sin esquema”, sino una oferta de gracia que reclama la interpretación libre y creativa del hombre. 

-La pregunta central del discernimiento no es sólo “quién soy yo” sino “para quién soy yo”, para qué y para quién nos ha creado el Señor, que es ante todo un Amigo que nos exige porque nos ama. 

-El discernimiento es así un “camino de libertad”, no un crearse de nuevo sino sacar lo mejor de sí mismo y hacer florecer el propio ser, para la gloria de Dios y para el bien de los demás. 

Sobre el acompañamiento espiritual

-La tarea más urgente del acompañante es la de poner a la persona en condiciones de tomar una decisión. 

-El acompañante ha de ayudar al joven para que sea él mismo quien haga un discernimiento de la propia vocación, para que reconozca e interprete el paso de Dios por su vida y decida en libertad.

-Este acompañamiento vocacional implica que los directores espirituales se sacrifiquen para dedicar tiempo a los demás. 

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