Los autores de ‘Matrimonio para inconformistas’ dicen bien claro que “renuncias las habrá, como en cualquier relación humana, pero el matrimonio es para disfrutar”. Aunque tampoco se debe presentar un matrimonio irrealmente ‘feliz’, en el que no se mencionan los desafíos.
Ellos repiten a conciencia una palabra, “amantes”. Les encanta el vocablo “amantes”, porque “es lo que somos los cónyuges: expertos en amar y en dejarnos amar”, afirman.
Un flash sobre los autores de este libro, editado por Rialp, Trini Puente ha dirigido centros educativos durante 20 años, y es directora del gabinete 2rd. Y su marido, Alberto Baselga, es máster en Promoción y Salud Sexual por la Uned. Ambos son máster en Matrimonio y Familia por la Universidad de Navarra y profesores en la UIC de Barcelona. Antonio Tormo, director y guionista de más de 50 documentales, acaba de fallecer.
Ni en el libro ni la entrevista eluden tema alguno, por ejemplo, la sexualidad, “nuclear en el matrimonio”, o la necesidad de ”recuperar la ternura y las miradas de amor”. Para ampliar, éstas son sus cuentas en Instagram, @lonuestro.info, y en Facebook, lonuestro.info.
Vamos con la conversación.
Su libro está escrito a seis manos. Hablen un poco del tercer coautor, Antonio Tormo, un hombre de cine.
–Antonio ha sido un gran amigo, maestro y confidente, y acaba de fallecer. Nos conocimos hace muchos años, pero nunca imaginamos que llegaríamos a escribir un libro juntos. Cuando comenzamos a trabajar en el libro, su salud ya había comenzado a deteriorarse.
Nos sentimos privilegiados de haber compartido tantas reuniones, charlando sobre el libro, sobre el bien que queríamos hacer y cómo hacerlo llegar. En su optimismo inquebrantable, solía decir: “Que sea un libro atemporal. Que, dentro de años, si alguien lo lee, nada le suene antiguo”.
Era un hombre de gran fe, y ahora esa fe ha sido confirmada. Tenía un profundo amor a Dios y a la Virgen. Era una persona sin prejuicios, que deseaba ayudar a todos, sin importar si compartían o no sus ideas. Damos gracias a Dios por haberlo encontrado en nuestro camino y por habernos aceptado como sus aprendices.
También agradecemos a los profesores Jaime Nubiola, Lucas Buch y José Brage que nos ayudaron haciendo recomendaciones y aclaraciones. Y por supuesto a todos los amigos que leyeron el manuscrito y dieron su opinión.
El matrimonio es para disfrutarlo, reiteran ustedes. El deseo de amar y ser amados, y de por vida. Y, sin embargo, la perspectiva social es bastante negativa muchas veces.
– Siempre decimos que el matrimonio es para disfrutar, no para amargarse la vida. Renuncias las habrá, como en cualquier relación humana, pero exagerar ese aspecto es un error. Tampoco se debe presentar un matrimonio irrealmente ‘feliz’, en el que no se mencionan los desafíos, o si se presentan, se ofrecen soluciones que no son útiles por su simplicidad, pero que las personas inexpertas toman como ciertas.
Esto es peligroso porque se crean expectativas que no son reales. Se entusiasma a los jóvenes sin verificar si tienen la formación y las cualidades necesarias para vivir el matrimonio en plenitud. No se trata de motivarlos, sino de formarlos en la verdad. Y la verdad es lo suficientemente atractiva, para quienes tienen esa vocación, como para entusiasmarlos.
Hay una palabra que repiten mucho, y parece que a conciencia. Amantes. Las historias de amor.
– Nos encanta la palabra “amantes”, porque es lo que somos los cónyuges: expertos en amar y en dejarnos amar. Es una palabra que debemos recuperar para definir a esos matrimonios que luchan cada día por aumentar su amor.
Saber ser feliz es clave en la vida y, por supuesto, en el matrimonio. En el libro incluimos ejemplos de la vida real de personas que han sabido o no han sabido ser felices. Primero hay que desear la felicidad y luego poner los medios para alcanzarla. Este es un tema importante que desarrollamos en profundidad.
Cómo vivir un buen sexo en el matrimonio, titulan un apartado. Se lo preguntamos a ustedes.
– Este libro está pensado tanto para creyentes como para no creyentes. A veces, en nuestro Instagram, nos preguntan: “Como católicos, ¿qué debemos hacer en la sexualidad?”. Lo que muchos no saben es que Dios ha puesto la sexualidad en el ser humano y nos ha dado las instrucciones mediante la revelación. Sabemos lo que nos hace felices y lo que no. Lo que los católicos debemos hacer es dar a conocer este mensaje sin poner a Dios como excusa, usando la inteligencia que Él nos ha dado. Ya que ese mensaje es para toda la humanidad, no solo para los católicos ¿No es así?
Lo primero es ver la sexualidad como algo limpio, querido por Dios. En el libro explicamos que el sexo está pensado para el matrimonio, y solo en este contexto es realmente pleno. Fuera de él, no se reciben los beneficios que Dios ha preparado y no te hace mejor persona. En el matrimonio, por el contrario, sí sucede. El buen sexo en el matrimonio te hace mejor persona. En Matrimonio para inconformistas, nos detenemos a explicarlo en detalle porque, dicho de esa manera, sorprende. Parece que el sexo es algo permitido, consentido, en el matrimonio, pero no algo santo y deseado por Dios.
Despreciar el sexo es despreciar algo fundamental en la naturaleza humana, afirman.
– Nosotros vamos un paso más allá y decimos que, en cierta medida, despreciar el sexo es hacer un feo a Dios. Como mencionamos antes, Dios ha puesto el sexo en el mundo para el matrimonio, y cuando se usa fuera de él, se desvirtúa. Debemos recuperar esa mirada limpia hacia lo que es un regalo divino, un medio para dar gloria a Dios dentro del matrimonio.
Unas relaciones sexuales satisfactorias, en la que disfrutan los dos, fortalecen el matrimonio. Ayudan a perdonar más fácilmente, aumentan la complicidad, y facilitan la educación de los hijos, ya que la pareja comprende mejor el punto de vista del otro. Disfrutar del sexo en el matrimonio no es algo menor; quienes lo experimentamos sabemos que refuerza la comprensión y el cariño mutuos.
¿Y al cumplir años? La sexualidad del varón y la de la mujer son diferentes.
– En efecto, la sexualidad del hombre y la mujer son muy diferentes, y en el libro abordamos este tema a fondo, explicándolo desde un punto de vista científico. Hacemos un análisis del cerebro masculino y femenino, explorando dónde reside el deseo sexual y qué diferencias existen entre ambos. También analizamos cómo las preocupaciones cotidianas afectan al deseo. No es solo una cuestión de educación; hay una base biológica importante.
Con los años, estas diferencias se acentúan, por lo que es fundamental conocerse bien y hablar abiertamente sobre lo que le gusta a cada uno. Un buen consejo para los matrimonios es programar los encuentros íntimos. Esto no quita espontaneidad, sino que permite preparar el terreno y desconectar el cerebro para disfrutar del momento.
Cuanto más hablemos de sexo en el matrimonio, más fácil será explicárselo a nuestros hijos. También tratamos en el libro cómo abordar el tema de la sexualidad con los hijos.
El sexo oral, los denominados juguetes sexuales, el sexo anal. En el libro hablan de ello sin tapujos. Alguna práctica se vende como si fuera disneylandia.
– Muchos jóvenes creen que ciertas prácticas están prohibidas para ellos por ser católicos, como el sexo anal. En este libro, abordamos este tema sin rodeos, explicando en qué consiste esta práctica, para que cada persona pueda reflexionar si es algo bueno en sí mismo o un mal uso de su sexualidad.
Aunque en la pornografía, tanto visual como escrita, se presenta como algo apetecible y natural, nuestra visión es bastante diferente. Aquí explicamos los preparativos, riesgos y consecuencias que muchas personas desconocen.
Sabemos que este capítulo puede resultar sorprendente, pero creemos que es necesario hablar con honestidad. Es importante que cualquier persona entienda claramente en qué consiste una relación anal, y que nuestros jóvenes tengan acceso a la información adecuada para decidir por sí mismos si esta práctica mejora o no su sexualidad.
Los hijos. Las tasas de natalidad son muy bajas en el mundo occidental, con alguna excepción. Se sufre con este tema. Alguna consideración sobre los métodos naturales.
– Fue otro tema que nos llevó muchas horas hablarlo y meditarlo. No se puede banalizar. Los métodos anticonceptivos han calado en la sociedad y entre los católicos. Tener una familia numerosa se ve como una irresponsabilidad o algo complicado de aconsejar.
Los métodos naturales se pensaron como una forma de conocer los ritmos de la fertilidad de la mujer y que se conociera mejor su sexualidad no para competir en eficacia con la píldora, el condón, DIU, etc.
El uso de los métodos naturales es algo muy íntimo en la pareja y de conciencia. El número de hijos es algo que atañe a la conciencia de los cónyuges. De ahí la importancia de formar bien su conciencia. Banalizarlo por un extremo o por el otro es simplificar mucho un asunto que debe resolver el matrimonio. En el libro lo intentamos tratar con objetividad.
Hablan en su libro de fases del amor en el matrimonio, infancia, adolescencia, madurez. ¿Pueden explicarlo un momento?
– El matrimonio, la vida matrimonial, no es algo estático e inmutable; es como las personas, que pasan por una infancia, adolescencia y madurez. La infancia representa los primeros tiempos, en los que todo es fácil y estamos dispuestos a todo. Luego llegan la hipoteca, los hijos, la convivencia diaria, el trabajo, las familias políticas, etc., factores que nos hacen entrar en una etapa complicada. Es lo que llamamos la adolescencia del amor. Según los casos, esta etapa será más o menos complicada.
Sin pasar por esta etapa, nunca se alcanzará el amor maduro o verdadero. Hay que intentar atravesar esta fase de la mejor manera posible y madurar nuestro amor cuanto antes. Como en la adolescencia biológica, habrá personas —en este caso, matrimonios— que se quedarán en la adolescencia toda la vida, sin llegar al amor verdadero. Por el contrario, otros superarán esta etapa pronto y llegarán a disfrutar de su matrimonio rápidamente.
Una buena formación y un buen acompañamiento harán que muchos matrimonios sean felices y den ejemplo a sus hijos y a la sociedad.
Las rupturas matrimoniales son frecuentes, a pesar de que los novios, cuando se casaron, sólo tenían ojos para su esposa o esposo. ¿Cómo se guarda el corazón? Hablan de infidelidades…
– El matrimonio es la relación de pareja más complicada, pero es la única que te lleva al amor verdadero. Que sea algo natural no significa que sea fácil. Jesús reprocha a los fariseos haber adaptado el matrimonio a sus necesidades. ¿No habremos hecho lo mismo nosotros?
Para que todo el mundo encaje, ¿no habremos rebajado las exigencias, permitiendo que los matrimonios se conformen con una vida matrimonial plana y sin profundidad? Nosotros hablamos del matrimonio originario, aquel que está en la entraña del ser humano y que lo lleva a dar gloria a Dios.
Los novios, una vez casados, deben cuidar ese amor y ser acompañados por matrimonios que disfrutan de su relación o por personas capacitadas con los conocimientos necesarios para ayudarles. Es necesario hacer una verdadera transformación en la preparación matrimonial.
En cuanto a las infidelidades, parece que solo se habla de la infidelidad sexual. En el libro, mencionamos algunas más, como la infidelidad del corazón. Ésta consiste en cerrarse al otro, no aceptando nada de lo que nos ofrece. En algunos casos, se finge un ‘matrimonio feliz’, pero en el fondo del corazón estamos cerrados al amor. Existen muchas casuísticas que describimos en el libro, y abordamos también más infidelidades que complican el camino hacia el amor verdadero.
La penúltima. ¿Cómo ‘se recupera’ a la mujer, o al marido, en el matrimonio? Quizá lo hemos experimentado. ¿Cuál es su receta?
– No existe una fórmula mágica, pero lo que sí es esencial es la buena disposición de ambas partes para sanar y fortalecer la relación. Se trata de recordar el amor que una vez los unió y que, con el tiempo, ha podido quedar descuidado.
En nuestro libro, ofrecemos algunos consejos prácticos, como aprender a expresar las necesidades de cada uno. A menudo, los matrimonios que tienen dificultades no se debe únicamente al egoísmo, sino a la falta de comunicación o a seguir consejos poco acertados.
Es importante que ambas partes comprendan los errores que puedan haber cometido y, con apoyo mutuo, trabajen para solucionarlos. La buena noticia es que la mayoría de los problemas tienen solución, siempre que exista el compromiso y el deseo sincero de recuperar el amor.
Y la última. Conmueve verles a ustedes hablar de ternura, de la mirada… El mundo es duro, a veces implacable. Los matrimonios felices mejoran la sociedad, concluyen.
– Nuestro objetivo con este libro es hacer matrimonios felices y por lo tanto estables. ¿De qué nos sirven matrimonios estables si no son felices? Los hogares luminosos y alegres empiezan por matrimonios felices. Mantenerse es relativamente fácil. Luchar por la felicidad es lo que da la diferencia. Hay que recuperar la ternura y las miradas de amor. En nuestro libro intentamos explicar cómo.
La ternura y las miradas no es sensiblería, es el alimento para el amor. La verdadera transformación de nuestra sociedad la harán los matrimonios felices.