“Vamos a la JMJ de Lisboa porque convoca Pedro, el sucesor de Pedro. Y cuando convoca Pedro, todos queremos ir a esa reunión de los jóvenes católicos de todo el mundo. Lo que hacemos es, sobre todo, acoger la invitación del Papa de reunirnos para celebrar la alegría de que seguimos a Jesús, la alegría de la fe”, afirma Amorós.
Este joven sacerdote, oriundo de Madrid, desarrolla su labor pastoral en Uruguay. Desde allí, cruzando el charco, se reunirán con otros cientos de miles de jóvenes “para revitalizar y renovar nuestra fe, nuestra vida cristiana». Añade además que «es una gran ocasión para ponernos a disposición de Dios y junto con todos los jóvenes del mundo, ver lo grande, lo hermosa, lo universal que es la Iglesia católica, y que eso nos ayude también a dar un impulso a la vida cristiana, y a llenarnos de ese entusiasmo, de esa ‘parresía’, como dice el Papa Francisco, al anunciar el Evangelio”.
Lisboa es la cuarta Jornada Mundial de la Juventud a la que acudirá Ignacio Amorós, quien ya estuvo en el año 2000 con san Juan Pablo II, en Tor Vergata, “que fue impresionante. Tenía 14 años, y fue la primera de todas; luego fui a la JMJ de Colonia en 2005 con Benedicto XVI; a la de Madrid, en 2011, soy de Madrid además; y ésta es la cuarta JMJ, con muchas ganas y mucha ilusión, como siempre hemos ido”.
“Voy a la JMJ porque Dios siempre nos da sorpresas, y tiene algo que regalarnos en cada JMJ, a todos los jóvenes y a cada joven en particular, y por eso quiero ir a esta JMJ, para dejarme sorprender por Dios”, añade.
En cuanto a la preparación, el sacerdote revela que han tenido “un recorrido en la diócesis, con distintos encuentros y retiros, generalmente en fi n de semana, y hemos seguido las catequesis que ha propuesto el Papa Francisco y la organización de la JMJ.
Ante la pregunta de qué esperan la Iglesia y el Papa, Ignacio Amorós lo tiene claro: “Que los jóvenes se encuentren con Jesucristo. Eso ante todo. Además, creo que el Papa quiere que los jóvenes hagamos lío”. Añade además que «lo ha dicho constantemente, en primer lugar en la JMJ de Río de Janeiro. ‘Hagan lío’. Y con esa energía que tienen los jóvenes, poder comunicar el Evangelio. Aquí en la diócesis hemos tenido varias misiones, por lugares complicados, difíciles, y la energía, la alegría, el entusiasmo de los jóvenes, es contagioso.