Ecología integral

Tajante condena de la eutanasia por los obispos de Canadá

Los obispos canadienses han condenado de forma contundente la eutanasia y el suicidio asistido, al rechazar la reciente ampliación de la ley existente hasta ahora en el país. Se trata de “un asesinato deliberado de la vida humana”, afirman.

Rafael Miner·14 de abril de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos
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“Nuestra posición sigue siendo inequívoca: la eutanasia y el suicidio asistido constituyen el asesinato deliberado de la vida humana en violación de los mandamientos de Dios; erosionan la dignidad compartida al impedir la consideración, la aceptación y el acompañamiento de quienes sufren y mueren. Además, socavan el deber fundamental que tenemos de cuidar a los miembros más débiles y vulnerables de la sociedad”.

La Conferencia Episcopal Canadiense (CCCB) ha rechazado de este modo la reciente aprobación del proyecto de ley de nominado C-7, conocido como “Asistencia médica para morir” (MAiD), que amplía la posibilidad de recibir asistencia médica para poner fin a la vida, antes reservada sólo a quienes tuvieran “una razonable previsión de muerte natural”.

De hecho, la nueva legislación incluye asimismo a personas que pueden no estar en riesgo de muerte inminente, pero que han alcanzado un estado de “sufrimiento físico o psicológico intolerable, debido a una enfermedad o discapacidad incurable”. La nota está fechada el 8 de abril y ha sido firmada por monseñor Richard Gagnon, arzobispo de Winnipeg y presidente de la conferencia de obispos de Canadá, en nombre de los miembros de la Comisión Permanente, que representan a todos los obispos de la nación  (https://www.cccb.ca/).

Presiones a personas discapacitadas

El texto añade que “la vida humana debe ser protegida desde la concepción hasta la muerte natural, en todas las etapas y bajo todas las condiciones”. Las posibles presiones que se colocarán a personas con enfermedades mentales o discapacidades resultantes de los cambios legislativos son demasiado reales, peligrosas y potencialmente destructivas”.

Canadá es unos de los escasos países del mundo que ha legalizado la eutanasia, junto a los Países Bajos, Colombia y ahora España, como ha informado omnesmag.com. La carta del arzobispo Gagnon recuerda que “del mismo modo que sucedió ante la legislación de 2016 que despenalizó estas prácticas en todo Canadá, los obispos católicos de Canadá se han opuesto sistemáticamente a tal ley, y más recientemente a su expansión a través del proyecto de ley C-7”.

La Jerarquía católica muestra su apoyo y agradecimiento a todos los trabajadores sanitarios y voluntarios “compasivos”, para que “continúen defendiendo la vida, resistiendo a la eutanasia y al suicidio asistido, promoviendo la atención a los familiares, amigos y seres queridos en su sufrimiento, o asistiendo a los enfermos y moribundos”.

El presidente de los obispos canadienses afirma también que “nuestra promoción debe continuar para un acceso rápido a la atención de salud mental, el apoyo social a las personas con este tipo de enfermedades y a los programas de prevención del suicidio. Debe incluir la gestión y el apoyo a las personas con enfermedades crónicas y / o degenerativas y a las personas que viven aisladas en nuestras instalaciones de cuidados de larga duración”.

50 líderes religiosos en contra

A finales del año pasado, más de 50 líderes de las confesiones religiosas en Canadá se manifestaron contra este proyecto. “Nos sentimos obligados a expresar nuestra gran preocupación y oposición al proyecto de ley C-7 que, entre otras cosas, amplía el acceso a la eutanasia y al suicidio asistido a los que no se están muriendo”, declararon en una carta los representantes de las tradiciones religiosas, que pidieron que la vida “se defienda a toda costa”, informó Vatican News.

“Nos sentimos obligados a expresar nuestra gran preocupación y oposición al proyecto de ley C-7 que, entre otras cosas, amplía el acceso a la eutanasia y al suicidio asistido a los que no se están muriendo»”, escribieron. “Nuestra reflexión colectiva se centra en el hecho de que hemos llegado tan lejos como sociedad, pero al mismo tiempo hemos retrocedido tan seriamente en la forma en que tratamos a los débiles, los enfermos y los marginados”.

Por otra parte, afirmaron el valor de la dignidad de la persona humana y la necesidad de los cuidados paliativos. “Estamos convencidos de que un sistema robusto de cuidados paliativos a disposición de todos los canadienses es una respuesta mucho más eficaz al sufrimiento y a la protección de la dignidad sagrada de la persona humana; los cuidados paliativos abordan el dolor en un entorno cariñoso y afectuoso, en el que las personas hacen todo lo posible por ofrecer comodidad y confort”.

La carta fue firmada y promovida por la CCCB, el rabino Reuven P. Bulka, el Consejo Canadiense de Imanes, la Comunidad Evangélica del Canadá y la Ahmadiyya Musulmana Jama’at Canada.

Mons. Paglia: “ser humanos”

El arzobispo Vincenzo Paglia, presidente de la Academia Pontificia para la Vida, al comentar la aprobación de la ley de eutanasia en España, afirmó: “Debemos responder a la difusión de una verdadera cultura de la eutanasia, en Europa y en el mundo, con un enfoque cultural diferente”.

“El sufrimiento y la desesperación de los enfermos”, añadió, “no deben ser ignorados. Pero la solución no es anticipar el final de la vida. La solución es ocuparse del sufrimiento físico y psíquico. La Academia Pontificia para la Vida apoya la necesidad de difundir los cuidados paliativos, que no son la antesala de la eutanasia, sino una verdadera cultura paliativa de atención a toda la persona, con un enfoque holístico”, señaló la agencia oficial vaticana.

“Cuando ya no podemos sanar, siempre podemos cuidar a las personas. No debemos anticipar el trabajo sucio de la muerte con la eutanasia. Debemos ser humanos, estar al lado de los que sufren, no dejarlos en manos de una deshumanización de la medicina o en manos de la industria de la eutanasia”, concluyó Monseñor Paglia.

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