Evangelización

Susan Longhurst: «En Sycamore queremos empoderar a los laicos»

Como explica en esta entrevista Susan Longhurst, miembro del equipo de la plataforma, Sycamore "es una herramienta que permite a la gente hablar sobre la fe, en el contexto de su propia vida, alcanzar a una comunidad amplia sin asumir el entorno religioso de los participantes".

Paloma López Campos·14 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 6 minutos
Sycamore

El equipo de Sycamore. De izquierda a derecha, Stephen Wang, Susan Longhurst y Rose Lanigan.

Susan Longhurst se unió al equipo de Sycamore hace dos años como manager en del departamento de desarrollo de misiones. Anteriormente, trabajó como coordinadora de juventud para un decanato y una diócesis en Reino Unido, y usaba Sycamore con los jóvenes y sus padres. Allí se dio cuenta de que Sycamore “funcionaba muy bien. Unía a los jóvenes, ayudaba a que se abrieran, la conversación era buena”. Por eso, cuando salió el anuncio del puesto de trabajo decidió probar.

Su trabajo consiste en “trabajar con los equipos, nacional e internacionalmente, para correr la voz”. En esta entrevista con Omnes habla sobre Sycamore, sus orígenes, el objetivo del proyecto y la gran herramienta que puede ser para todos los laicos.

¿Cómo nació Sycamore? ¿Cuál es la misión de este proyecto?

– El proyecto lo empezó el sacerdote Stephen Wang en 2010, cuando era capellán en la Newman House, con estudiantes de la universidad de Londres. Se reunió con varios de estos jóvenes, quienes pensaban que hacía falta una herramienta para la evangelización que ayudara a acercar el cristianismo a personas con poca o ninguna experiencia en la fe. En realidad, todo era por la idea del alcance, pero también porque saben que hablar hoy de la fe puede ser difícil.

Stephen Wang y los estudiantes trabajaron para producir unos vídeos online que se viralizaron rápidamente. La organización benéfica de Sycamore se fundó entonces y los administradores decidieron trabajar con Wang para rehacer los vídeos pero con mejor producción. Las películas se regrabaron y reinventaron, y se puso el eslogan “¿En qué crees?”.

Básicamente, así es como nació Sycamore. Es una herramienta que permite a la gente hablar sobre la fe, en el contexto de su propia vida, alcanzar a una comunidad amplia sin asumir el entorno religioso de los participantes.

Parece que la religión y la fe es algo que debemos mantener en privado, ¿cuál es entonces la importancia de herramientas como Sycamore?

– Por todo lo que hemos pasado como sociedad y por los cambios vividos, hablar de la fe puede ser complicado. Sin embargo, es muy importante. Plataformas como Sycamore son buenas porque ayudan a la gente a acercarse al centro y corazón de la cristiandad de un modo nuevo e innovador.

Sycamore, por ejemplo, es una herramienta que puede usarse tanto en línea como en persona. La esencia del proyecto es la de unir a las personas para que puedan conversar. Stephen Wang y los administradores querían hacer el contenido accesible para todos, por lo que el acceso online es muy importante.

Las plataformas como Sycamore se basan en contenidos de gran calidad que acercan el catolicismo a las personas de manera agradable.

Sycamore es una plataforma muy abierta en su planteamiento, ¿puede una persona que no sea cristiana participar en un grupo?

– Algo que Sycamore hace muy bien es que trae a colación preguntas profundas que algunas veces nos planteamos y otras veces no, porque la vida tiene un ritmo frenético.

Stephen Wang dice que, al empezar Sycamore, le animaba mucho ver a los estudiantes traer a sus amigos, de entornos muy distintos, que querían explorar la fe.

Por ello, Sycamore brinda la oportunidad de reunir a personas a través de preguntas bien hechas que permiten a la gente profundizar en sus propias experiencias vitales y el papel de Dios en sus vidas.

Sycamore está ahí para el diálogo. Todas las personas, de todas las confesiones y de ninguna, están invitadas y son bienvenidas. Con todo, hay que hacer énfasis en que Sycamore es esencialmente una herramienta de evangelización católica.

Me gustaría mencionar el símbolo del sicomoro, porque es una buena alegoría de nuestra misión. Hay que remontarse al pasaje de Zaqueo. Cuando Jesús va a Jericó y Zaqueo no le puede ver, se llena de curiosidad y por eso sube al sicómoro para conseguir ver mejor. Mientras está en el árbol, Jesús se fija en él y le pide que baje, así comienzan a hablar y a conocerse. Ese es el precioso símbolo que Sycamore lleva en su esencia, es un recurso para que la gente se acerque a Jesús.

Mencionas mucho a los grupos y a las comunidades. ¿Cuál es la importancia de la comunidad en nuestras vidas como católicos?

– A pesar de que lo que vemos hoy es que la gente tiende a la privacidad en lo que se refiere a la fe, la realidad es que cuando estamos en contacto con otros la fe se aviva. Todos hemos nacido para compartir nuestras experiencias y aprender los unos de los otros. Por ello, la comunidad está en el corazón de Sycamore y se presenta a muchos niveles.

La comunidad, en los términos de lo que nos gustaría ver y esperamos que se esté haciendo, es la reunión en persona de la gente.

La comunidad está en la esencia de lo que Sycamore es y hace. También pienso que, al entrar en relación con Cristo estamos invitados a participar en su Iglesia, y como Iglesia somos comunidad. Hacia eso es lo que creo que Sycamore quiere que tiendan los grupos, unir a la comunidad, traer a todo el mundo, con un espíritu radical de acogida.

Estoy orgullosa y agradecida de poder decir que nuestra comunidad internacional también está creciendo. Creo que hemos alcanzado ya las 13 traducciones de Sycamore.

En Sycamore nos gusta tener a la comunidad cerca. Animamos a los líderes y participantes a que compartan su progreso y actividad con nosotros. Esa es una de las alegrías de trabajar aquí.

Algunas veces pensamos que la formación es solo para sacerdotes o consagrados, sin embargo, da la sensación de que Sycamore se centra mucho en los laicos. ¿Por qué?

– Queremos que, a través de los recursos que hemos diseñado para que sean accesibles para cualquiera, la gente se anime al ver los vídeos a compartirlos con otros. Facilitamos todas las herramientas y la información adicional que cualquiera necesitaría para iniciar un grupo.

Por ejemplo, hemos creado varios itinerarios, tenemos más de 30, entre los que se puede elegir. Cuando alguien ha visto uno de los itinerarios y quiere intentar compartirlo con su grupo, tratamos de ofrecer todas las herramientas posibles para hacerlo. Cada uno de los vídeos tiene una guía de sesión con preguntas, textos clave usados, secciones del Catecismo y otros muchos materiales complementarios. De este modo, la gente no tiene que hacer un trabajo adicional, solo usar los recursos.

Creo que por eso vemos personas, líderes de todo tipo, usando Sycamore. Pero también porque queremos empoderar a los laicos. Queremos que todo el mundo se sienta empoderado compartiendo su fe. Por eso estamos comprometidos a ser inclusivos con cualquier persona que quiera formar parte de Sycamore.

Yo diría que mi rol es apoyar a la gente en su camino. Trabajo con muchos grupos en los que participan religiosos, miembros del clero, capellanes… Podría seguir. Simplemente para asegurarme de que tienen todo lo que necesitan para su grupo Sycamore.

Cuando tenemos conocimiento de un grupo, tenemos muchas ganas de asegurarnos de que, una vez han celebrado su primera sesión, se sienten con confianza para celebrar la siguiente. Por eso creo que es muy importante, y en Sycamore nos aseguramos de ello, que la gente se sienta empoderada, que los laicos se empoderen.

Si un grupo comienza a usar Sycamore, ¿por dónde tienen que empezar?

– Lo primero que tienen que hacer es familiarizarse con los vídeos, ver un par de ellos y conocer su estructura. Una vez el líder haga eso, lo próximo es mirar los múltiples itinerarios que tenemos. Puede ser que alguien quiera organizar una sesión sobre la Cuaresma, por ejemplo, o sobre la oración.

Una vez elegido el itinerario, solo hay que comprobar que es el adecuado para la sesión. Hay que descargar la guía, reunir al equipo (que no hace falta que sea muy grande) y rezar por el éxito del grupo Sycamore, porque todo está enraizado en la oración.

Tenemos muchas herramientas para planificar en la web, guiamos a la gente por todos los elementos de los que disponemos para organizar su sesión.

Esperamos que la gente se sienta apoyada, una vez han reunido a su equipo y rezado. Y animamos a que, sencillamente, le den una oportunidad. También tenemos en la web un montón de recursos gratuitos para promocionar las sesiones.

Por último, si alguien no está seguro de la aplicación que usar en las reuniones, o simplemente necesitan hablar con alguien que les ayude, siempre me pueden contactar a mí o a alguien del equipo, y les ayudaremos.

Esperamos que el camino esté claro, pero es importante sentirse ayudado, por eso tener un equipo cerca es bueno.

¿Qué esperas de Sycamore en el futuro?

–  Espero de Sycamore que la comunidad se extienda mucho más, todo lo que sea posible. Que la gente se sienta con confianza, una vez hayan visto Sycamore, para empezar un grupo. Se trata de compartir nuestra fe con confianza. Queremos acercar a las personas a Cristo y que entren en una relación personal con Él, ese es nuestro sueño.

Y como obra benéfica, nos gustaría ver nuestros recursos crecer. Ya estamos trabajando en herramientas de “entrenamiento”, para equipar a los líderes y que se sientan con confianza. Y supongo que, con el tiempo, esperamos que haya más películas.

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