La Iglesia, siguiendo una antigua costumbre, prepara la fiesta de San José el 19 de marzo, y dedica al Santo Patriarca los siete domingos anteriores a esa fiesta, con la consideración de los principales gozos y dolores de la vida de San José. Este último domingo, se sugiere como devoción la meditación de ‘El Niño perdido y hallado en el templo’, reflejada en el quinto misterio gozoso del Rosario.
Carta ‘Patris corde’, del Papa Francisco
“Cuando, durante una peregrinación a Jerusalén, perdieron a Jesús, que tenía doce años, él y María lo buscaron angustiados y lo encontraron en el templo mientras discutía con los doctores de la ley (cf. Lc 2, 41-50)”.
Así sintetiza este dolor y gozo el Papa Francisco en su Carta apostólica ‘Patris corde’ (Con corazón de padre), fechada el 8 de diciembre de 2020, y hecha pública por el Santo Padre “con motivo del 150 aniversario de la declaración de San José como patrono de la Iglesia universal”.
En torno a este dolor y gozo pueden encontrarse diversos textos y meditaciones, entre los que se encuentran formulaciones como ésta: Séptimo dolor: Le estuvieron buscando entre los parientes y conocidos, y al no hallarle, volvieron a Jerusalén en su busca (Lc 2, 44-459. Séptimo gozo: Al cabo de tres días lo hallaron en el Templo, sentado en medio de los doctores, escuchándoles y haciéndoles preguntas (Lc 2,46).
Anteriores Papas
“Después de María, Madre de Dios, ningún santo ocupa tanto espacio en el Magisterio pontificio como José, su esposo”, escribe el Papa Francisco en su Carta de 2020.
“Mis predecesores han profundizado en el mensaje contenido en los pocos datos transmitidos por los Evangelios para destacar su papel central en la historia de la salvación: el beato Pío IX lo declaró ‘Patrono de la Iglesia Católica’; el venerable Pío XII lo presentó como ‘Patrono de los trabajadores’, y san Juan Pablo II como ‘Custodio del Redentor’. El pueblo lo invoca como ‘Patrono de la buena muerte’”,
Por eso, al cumplirse ciento cincuenta años de que el beato Pío IX, el 8 de diciembre de 1870, lo declarara como ‘Patrono de la Iglesia Católica’, quisiera –como dice Jesús– que “la boca hable de aquello de lo que está lleno el corazón” (cf. Mt 12,34), para compartir con ustedes algunas reflexiones personales sobre esta figura extraordinaria, tan cercana a nuestra condición humana”.
Y el Papa comienza con esta consideración central: “La grandeza de san José consiste en el hecho de que fue el esposo de María y el padre de Jesús. En cuanto tal, “entró en el servicio de toda la economía de la encarnación”, como dice san Juan Crisóstomo”.
Catequesis sobre san José
En la citada Carta apostólica, el Papa Francisco contempla a san José como un padre amado, un padre en la ternura, en la obediencia y en la acogida; un padre de valentía creativa, un trabajador, siempre en la sombra.
Ramiro Pellitero ha comentado en Omnes las enseñanzas que impartió el Papa Francisco sobre san José en sus doce catequesis. Su objetivo, según el profesor Pellitero, era presentarlo como “apoyo, consuelo y guía”, para “dejarnos iluminar por su ejemplo y su testimonio”. La catequesis del Romano Pontífice sobre san José cubrió tres grandes áreas: la figura y el papel del santo en el designio de la salvación, sus virtudes y su relación con la Iglesia.
Algunas lecturas
Con motivo del aniversario de la declaración de Pío IX de 1870, el Papa Francisco estableció un Año de san José, especialmente dedicado a él, que concluyó el 8 de diciembre de 2021, solemnidad de la Inmaculada Concepción.
La Carta ‘Patris Corde’ es pues el primer documento que puede citarse a la hora de sugerir alguna lectura sobre san José, junto a ‘Redemptoris custos’, de san Juan Pablo II. Otras son ‘La sombra del Padre’, de Jan Dobraczyński, ‘Los silencios de san José’, de Henri-Michel Gasnier, etc.
San Juan Crisóstomo
No es fácil resistirse a la tentación de mencionar a san Crisóstomo, uno de los cuatro grandes Padres de la Iglesia de Oriente, al referirse a san José.
Además de ser citado por los últimos Romanos Pontífices, incluido el Papa Francisco en ‘Patris corde’, otros autores recogen consideraciones suyas. Por ejemplo, san Josemaría, en su homilía ‘En el taller de José’, incluida en el libro ‘Es Cristo que pasa’, y también Francisco Fernández Carvajal, en sus meditaciones de ‘Hablar con Dios’.
Ésta es una de las citas del Crisóstomo más conocidas y citadas: “Al oir esto (se refiere a las palabras del Ángel, que le ordena huir de Herodes y refugiarse en Egipto), “José no se escandalizó ni dijo: eso parece un enigma. Tu mismo hacías saber no ha mucho que Él salvaría a su pueblo, y ahora no es capaz ni de salvarse a sí mismo, sino que tenemos necesidad de huir, de emprender un viaje y sufrir un largo desplazamiento: eso es contrario a tu promesa. José no discurre de este modo, porque es un varón fiel”.