La Iglesia celebra el 18 de marzo al obispo san Cirilo de Jerusalén (siglo IV), doctor de la Iglesia. Sus escritos fueron mencionados en dos constituciones dogmáticas del Concilio Vaticano II (1062-1065), Lumen Gentium y Dei Verbum. Fue gran conocedor de la Sagrada Escritura. La necesidad de formarse en materia doctrinal guió su trabajo pastoral. Sucedió al obispo Máximo el año 348.
A los treinta años fue ordenado sacerdote y se dedicó a preparar a los catecúmenos para recibir el sacramento del Bautismo. En esos años, hacia el 350, comenzó sus célebres 24 catequesis, a las que se refirió Benedicto XVI en sus Audiencias generales dedicadas a los santos Padres, en concreto en la de 27 de junio de 2007.
Benedicto XVI sobre san Cirilo
“Introducidas por una ‘Procatequesis’ de acogida, las primeras dieciocho están dirigidas a los catecúmenos o ‘iluminandos ((photizomenoi)’; las pronunció en la basílica del Santo Sepulcro”. Tratan de las disposiciones previas al Bautismo, el sacramento del Bautismo, y las verdades dogmáticas contenidas en el Credo o Símbolo de la fe. “De la 6 a la 18, son una ‘catequesis continua’ en clave antiarriana”.
De las últimas cinco (19-23), llamadas ‘mistagógicas (de iniciación o introducción), las dos primeras desarrollan un comentario a los ritos del bautismo; y las tres últimas versan sobre la Confirmación, el Cuerpo y la Sangre de Cristo, y la liturgia eucarística, señaló Benedicto XVI. En el año 381 participó en el Segundo Concilio Ecuménico de Constantinopla donde firmó el Símbolo o Credo Niceno-Constantinopolitano.
Entre otros santos, la Iglesia celebra también este día a san Anselmo, obispo de Lucca; san Alejandro de Jerusalén o de Capadocia (Turquía); san Salvador de Horta; san Braulio, obispo de Zaragoza; san Eduardo II, rey de Inglaterra, o los beatos Juan Thules y Rogerio Wrenno, mártires en Lancaster bajo el reinado de Jacobo I.