Evangelización

San Alejandro, patriarca e impulsor de Nicea, y santa Paula Montal

La Iglesia celebra el 26 de febrero, entre otros santos, a San Alejandro, patriarca de Alejandría y promotor del concilio de Nicea, que condenó las doctrinas arrianas y formuló el credo niceno, y a la catalana santa Paula Montal, fundadora de las Hijas de María o escolapias, inspirada en la obra de san José de Calasanz.  

Francisco Otamendi·26 de febrero de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto
Santa Paula Montal, fundadora de las escolapias.

Talla de santa Paula Montal, fundadora de las Hijas de Maria religiosas escolapias, en la sede de la Casa provincial en Madrid.

La liturgia conmemora hoy a san Alejandro, patriarca de Alejandría, conocido por su celo por la fe. Según el Martirologio romano, el obispo Alejandro fue el primero en descubrir la herejía de Arrio y combatirla,  asunto que preocupó mucho a la Iglesia en los siglos III y IV. Alejandro es conocido por su doctrina apostólica y por haber ordenado a un joven diácono, san Atanasio, que más tarde sería célebre en toda la cristiandad.

San Alejandro fue uno de los impulsores del Concilio de Nicea en el 325, que con más de trescientos padres conciliares condenó el arrianismo, que mantenía que en realidad solo Dios Padre era Dios. Se le considera gran defensor de la doctrina católica, y también le celebra la iglesia ortodoxa (29 de mayo). No confundir con san Alejandro de Jerusalén, obispo y mártir, que se celebra el 18 de marzo. 

Fundadora de las escolapias

Santa Paula Montal, fundadora de las Hijas de María o escolapias, nació en Arenys de Mar (Barcelona) el  día 11 de octubre de 1799 y falleció el 26 de febrero de 1889, en el último colegio fundado por ella, en Olesa de Montserrat. 

El trabajo de las escolapias en la Iglesia y la sociedad se dirige a la educación humana y cristiana en la niñez y juventud, y a la formación integral de la mujer. Santa Paula Montal, identificada con el carisma de san José de Calasanz, quiso para el instituto la espiritualidad calasancia. En 1993, la Madre Paula fue beatificada por san Juan Pablo II, y en 2001, canonizada. Ahora están presentes en más de 20 países.

El autorFrancisco Otamendi

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