Aproximadamente la mitad de los enfermos con una enfermedad grave acompañada de sufrimiento intenso no reciben un tratamiento especializado de cuidados paliativos en España. Algunos estudios elevan esta cifra a seis de cada diez, es decir, el 60 por ciento.
A nivel mundial, la cifra se dispara, teniendo en cuenta, por ejemplo, una menor implantación de servicios que prestan este tipo de cuidados, y el menor e incluso escaso consumo de opioides en algunas zonas del planeta.
Algunos economistas y gestores sanitarios, junto a profesionales de la salud, llevan tiempo estudiando las reticencias que se observan en algunos países y ambientes para implantar servicios de cuidados paliativos. Una de ellas, y no es la menor, son sus posibles costes.
La idea de que los paliativos son más caros ha sido motivo de revisión a nivel global
Miguel Sánchez Cárdenas– Investigador del programa Atlantes
La preocupación es la siguiente. Pongámonos en el papel de un planificador en salud, al que le dicen que aparte de dar atención al paciente, por ejemplo por el equipo de cardiólogos, hay que llamar a otro equipo para que se ocupe del paciente. A priori suena que van a aumentar los costes. “Si tengo que llamar a un equipo adicional al que trata la enfermedad, eso suena caro”- explica Miguel Sánchez Cárdenas, investigador del programa Atlantes, del Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra – “Pero este modo de argumentar ha sido motivo de revisión a nivel global”.
Informe de Jama Internal Medicine
Uno de los informes más analizados es el publicado por Jama Internal Medicine, revista editada por la Asociación Médica Americana en 2018. Fue realizado por Mount Sinai Health System y Trinity College de Dublín (Irlanda), y reunió datos de seis estudios anteriores en los que participaron más de 130.000 adultos ingresados en hospitales de Estados Unidos entre 2001 y 2015. De estos pacientes, el 3,6 por ciento recibió una consulta de cuidados paliativos además de su otra atención hospitalaria.
Según el informe, los hospitales ahorraron un promedio de 3.237 dólares por paciente (casi 2.700 euros al cambio actual), durante el transcurso de una estancia en el hospital, cuando se agregaron cuidados paliativos a su atención de rutina en comparación con aquellos que no recibieron cuidados paliativos. El cuidado paliativo se asoció con un ahorro de costes, por estancia en el hospital, de 4.251 dólares (3.542 euros) por paciente con cáncer y 2.105 dólares (1.754 euros) para aquellos con diagnósticos distintos de cáncer. Los ahorros fueron mayores para los pacientes con mayor número de enfermedades.
Los hospitales ahorraron un promedio de 3.237 dólares por paciente que recibió cuidados paliativos
Las causas del ahorro fueron sintetizadas por el autor del análisis, John Commins, bajo el título El cuidado paliativo ahorra dinero a su hospital. Los programas de cuidados paliativos que tratan mejor el dolor y mejoran la coordinación de la atención dan como resultado estancias hospitalarias más cortas y costes más bajos, particularmente para los pacientes más enfermos, según el informe, cuyo autor principal fue Peter May, investigador en economía de la salud del Centro de Política y Gestión de la Salud del Trinity College de Dublín.
Centros hospitalarios catalanes, también
Consultado Sánchez Cárdenas por los trabajos del Dr. Gómez Batiste, quien mantuvo hace más de una década que la atención paliativa especializada consigue ahorrar al sistema el 60 por ciento del gasto que generaría un paciente terminal sin estos cuidados, ha señalado que el factor tiempo es importante para los cálculos del ahorro.
“Gómez Batiste encontró que hay una disminución en los costes por paciente tratado con cuidados paliativos de una media de 3.000 euros, pero otros estudios han realizado otras estimaciones”, señala el investigador de Atlantes. “También depende de cuándo acude el paciente al programa de cuidados paliativos: si es un momento temprano, o más avanzado de la enfermedad. Lo que está claro es que cuánto más temprano llegue, más ahorro hay para el sistema. Esencialmente, porque evita tratamientos que son innecesarios al final de la vida, y que en vez de lograr curar o paliar un síntoma, lo que hacen es aumentar el sufrimiento a las personas”.
Cuánto más temprano comiencen los cuidados paliativos para el paciente más ahorro hay para el sistema.
El estudio del Dr. Xavier Gómez Batiste reveló que sólo en Cataluña, los cuidados paliativos suponían en 2006 un ahorro de 33,5 millones de euros cada año, cantidad superior al coste total del gasto de estructura de todos los cuidados paliativos de la comunidad autónoma, informó ABC. A su juicio, la conclusión se puede extrapolar a todo el país. La razón de sus conclusiones se debe a que “la atención paliativa hospitalaria o domiciliaria bien planificada y bien hecha previene muchos problemas y evita que los pacientes recurran a las urgencias o terminen ingresados en las unidades de agudos, porque es la manera más fácil o la única que tienen a mano cuando necesitan atención médica”.
Sánchez Cárdenas considera que “hay que fijarse también en que los estudios que evalúan el coste de la atención paliativa coinciden en señalar que cuanto más temprano se llegue a cuidados paliativos, más éxito habrá en cuando a la eficacia de los tratamientos. Es decir, se logra ponderar los tratamientos que son buenos para los pacientes, pero también aquellos que generarán una adicción en el tratamiento, que no mejoran la calidad de vida del paciente y sí empeora el coste para el sistema”.
Por otra parte, directivos del sector de la salud, como Zacarías Rodriguez, de New Health Foundation, han asegurado que “invertir en cuidados paliativos es ahorrar al sistema, haciéndolo más sostenible y mejorando la calidad de vida de las personas”. En esta línea, la citada fundación defiende que con la implantación de métodos de gestión adecuados, “los cuidados paliativos ahorrarían al sistema sanitario entre un 20 y un 35 por ciento los gastos, mejorando la calidad de vida de los pacientes y aumentando la satisfacción de los pacientes, familiares y cuidadores hasta un 97 por ciento”.