El logo del Jubileo 2025 representa que somos peregrinos, caminamos hacia la patria celestial y, como en toda peregrinación, nos ayudamos mutuamente a superar las dificultades, pero quien más nos ayuda y nos precede es Jesús que, en la Cruz, nos dio su vida y nos la sigue entregando en la Eucaristía, por eso la Cruz se inclina hacia los cuatro peregrinos que representan a la humanidad que proviene de los cuatro puntos cardinales. Los peregrinos se abrazan, indicando la solidaridad y la fraternidad que los une, con el primero de la fila que está aferrado a la Cruz de Cristo, signo de fe, amor y esperanza.
Somos peregrinos de la esperanza, mientras nos preparamos para celebrar los 2025 años del nacimiento de Cristo, 2025 años de gracia, misericordia, misión y santidad. Sólo Él es santo, pero unidos a Él y entre nosotros esperamos crecer cada día en santidad, a pesar de las olas que nos acechan, porque en la peregrinación de la vida estamos llamados a afrontar dificultades y a veces tempestades, pero unidos a Cristo no naufragaremos, como muestra el ancla de la salvación, que resiste al oleaje.
El creador del logo, Giacomo Trevisani, dijo que había «imaginado a personas de todos los ‘colores’, nacionalidades y culturas, saliendo de los cuatro puntos cardinales y avanzando en ruta hacia el futuro, como las velas de una gran nave común, desplegadas por el viento de la Esperanza que es la Cruz de Cristo y Cristo mismo». Los colores también tienen un significado, como explicó: «El rojo es el amor, la acción y el compartir; el amarillo/naranja es el color del calor humano; el verde evoca la paz y el equilibrio; el azul recuerda la seguridad y la protección. El negro/gris de la Cruz/Ancla, por su parte, representa la autoridad y el aspecto interior».
La representación del logo se completa con el lema del Año Santo 2025, «Peregrinos de la esperanza», en el color verde que recuerda la primavera y, por tanto, la esperanza en la vida nueva que Jesús sigue ofreciéndonos.