El P. Marwan Dadas tiene una historia muy particular y rica que, en cierto modo, refleja la compleja realidad de Tierra Santa. De padre ortodoxo y madre católica de rito latino, fue bautizado en la iglesia greco-católica melquita. Más tarde, fue educado en una escuela anglicana. Sin embargo, acabó ordenándose sacerdote franciscano.
«De joven conocí a unos amigos que formaban parte de la Juventud Franciscana de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Me uní a ellos porque me gustaba cómo se reunían estos jóvenes, para rezar meditando la palabra de Dios. Poco a poco fui conociendo más a los frailes franciscanos y empecé a sentir el llamado de Dios a formar parte de esta fraternidad franciscana.
Al final de mi último año de bachillerato ya había decidido entrar en el convento para hacer una prueba de vida franciscana con los frailes de la Custodia de Tierra Santa, pero mis padres se opusieron de una manera muy fuerte. Sin embargo, después de tanta insistencia por mi parte, tuvieron que aceptar y me permitieron ingresar en el convento», declara.
Después de servir como párroco en dos basílicas muy importantes y queridas por todos los cristianos del mundo, la Basílica de la Anunciación en Nazaret y la de la Natividad en Belén, empezó a interesarse por la comunicación, ya que cree que es importante, especialmente en una realidad como la de Tierra Santa, no solamente a nivel de difusión de la fe, sino también para dar una correcta información sobre la realidad y los acontecimientos de esa región tan afligida. Por esta razón se encuentra en Roma, para estudiar la licenciatura en Comunicación Institucional en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz gracias a una beca de la Fundación CARF.
«En estos momentos me estoy formando con vistas a regresar y trabajar en el Christian Media Center de Jerusalén, donde podré evangelizar a través de los medios de comunicación de mi país. Me gustaría transmitir la voz de los cristianos de Tierra Santa a nivel nacional e internacional, porque nuestra voz deja claro que somos las piedras vivas de la Tierra de Jesús y nuestra vida es una misión, una vocación para perseverar en la fe. Representar la verdadera identidad de los cristianos de Tierra Santa es un deber, y si realmente quiero hacerlo, tengo que saber cómo hacerlo, por eso elegí estudiar Comunicación Social e Institucional en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz de Roma».
Explica la situación de los cristianos en Tierra Santa: «Los cristianos de Tierra Santa somos de muchas iglesias diferentes. Ciertamente está la Iglesia Católica, pero también está la Iglesia Anglicana, la Protestante así como las Iglesias Ortodoxas».
Sin embargo, apunta «los cristianos vivimos juntos con gran armonía de fe, debido a que creemos en el mismo Dios y salvador Jesucristo. Nuestra necesidad absoluta es afirmar nuestra existencia y presencia, como un cuerpo unido, porque somos menos del 2% de la población de Tierra Santa (solamente el Estado de Israel tiene casi 9 millones y medio de habitantes), así que somos realmente una minoría. Es normal, pues, que exista esta necesidad de autoafirmación, y de decir que estamos realmente presentes; de hecho, estamos presentes desde el punto de vista científico y educativo, estamos presentes desde el punto de vista administrativo en el mundo del trabajo y de la empresa y también, estamos presentes desde el punto de vista de la fe. Los cristianos en Tierra Santa somos minoría en número, pero no en calidad”.