El noviazgo es un primer compromiso –fino y leal–; un período de discernimiento en el que los novios están llamados a alcanzar un conocimiento mutuo para elegir bien, para acertar en el amor. Para aquellos que han sido llamados al matrimonio, la felicidad depende, en gran medida, de la elección de la persona con la que se va a compartir el resto de la vida. Por esta razón, el tiempo de conocimiento mutuo en el noviazgo es importante, pues nadie ama lo que no conoce.
Este conocimiento, progresivo y profundo, ayudará a comprender el carácter, las virtudes y los defectos de la otra persona; también sus gustos, intereses y aspiraciones. Estos elementos conforman a la persona, y ayudarán a discernir en vistas al posible futuro matrimonio. Por eso es importante comunicar lo más íntimo del corazón y aquellos secretos que pueden influir en la vida de los dos. El noviazgo, lejos de todo individualismo, se trata de una relación de dos personas que se aman –se sienten amados– y desean lo mejor para el otro.
Para conocerse es fundamental la transparencia y la virtud de la veracidad. La verdad o veracidad es la virtud que consiste en mostrarse veraz en los propios actos y en decir verdad en sus palabras, evitando la duplicidad, la simulación y la hipocresía (Catecismo de la Iglesia Católica n. 2468). La transparencia y la veracidad son importantes pues en ocasiones el afecto puede dificultar ver los defectos de a quien uno ama. En este sentido, si se desea construir un noviazgo santo –que conduzca a un matrimonio santo– hay que construirlo sobre bases sólidas, en la verdad. Es lo que nos dice Jesús en aquella parábola: Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca (Mt 7, 25). Construir sobre roca, en la verdad, es un cimiento para establecer relaciones sólidas y duraderas.
¿Qué se debe tener en cuenta para conocer mejor al otro?
Estos son algunos consejos para llegar a ese conocimiento progresivo y profundo:
– Conoce a sus amigos, ya que en general la amistad es entre iguales, o entre personas muy parecidas. También será significativo si tiene pocos amigos o no los tiene.
– En la mayoría de los casos las personas son el reflejo de sus padres y de su ambiente. Por eso es conveniente que los novios conozcan a la familia de ambos; puede ayudar preguntar a tus seres queridos cómo ven a esa persona.
– A medida que el noviazgo se vaya consolidando y en vistas a un posible futuro matrimonio, hay ciertos temas fundamentales que es necesario conversarlos para llegar a conocer al otro en su integridad como persona. Por ejemplo:
- Temas de personalidad. Cómo se aceptarán y ayudarán teniendo en cuenta los distintos temperamentos, el carácter y los defectos; si estarán dispuestos a luchar por corregirse en lo que haga falta para el bien de los dos. Puedes preguntarte: ¿me escucha?, ¿es una persona empática?, ¿me ayuda a sacar lo mejor de mi persona?, ¿soy capaz de tomar decisiones importantes con ella/el sin enfados?
- Tema profesional. Cómo respetarán el trabajo del otro, su desarrollo y crecimiento profesional. Cuál es su prioridad al formar una familia respecto al trabajo, al dinero o al éxito profesional. Cómo se gestionará la economía familiar.
- Asuntos sobre sexualidad, matrimonio y familia. Cómo vivirán la virtud de la santa pureza en el noviazgo; conversar sobre el número de hijos, qué tipo de educación querrían; qué pasaría si no pueden tener hijos o si alguno de ellos nace con alguna enfermedad. Teniendo en cuenta las familias de cada uno, cómo se les respetará, aceptará y querrá. Cómo se organizarán con las tareas domésticas.
- Temas de amistades, descanso y aficiones. Cómo integrarán al noviazgo sus amigos y amigas. Cómo continuará cada uno con sus aficiones y deportes.
- Planteamientos de tipo religiosos y espirituales. Si cree en Dios; si cree en la Iglesia Católica; si le parece importante la práctica de los sacramentos y la oración; qué piensa sobre el acompañamiento espiritual y el respeto al tiempo y espacio para la formación personal.
Al reflexionar sobre estos asuntos seguro advertirás que conocer a una persona requiere tiempo y no es algo inmediato. Es importante tener en consideración que, en general, los matrimonios que surgen de noviazgos muy cortos suelen ser conflictivos. Por ello, vale la pena dedicar tiempo de calidad y conocerse bien, pues los noviazgos sólidos terminan en matrimonios sólidos.
Bachiller en Teología por la Universidad de Navarra. Licenciado en Teología Espiritual por la Universidad de la Santa Cruz, Roma.