Evangelización

Nicolas Torcheboeuf: “CatéGPT no sustituye a la Iglesia; quiere ayudarla en su misión”

Nicolas Torcheboeuf, ingeniero y católico, es el creador de CatéGTP, un chatbox que se documenta, principalmente, en el Catecismo de la Iglesia Católica, el Código de Derecho Canónico, los principales Concilios y las enseñanzas de los Papas.

Hernan Sergio Mora·10 de abril de 2024·Tiempo de lectura: 7 minutos

Foto: Nicolas Torcheboeuf, creador de CatéGTP

¿En qué encíclica se habla sobre contracepción? ¿Dónde sale la frase ‘en polvo te convertirás? ¿En qué parte del Evangelio se habla sobre los puros de corazón? Encontrar las respuestas a esas preguntas se ha vuelto más fácil, gracias a las herramientas ofrecidas por la inteligencia artificial (IA) que buscan entre los textos del Magisterio de la Iglesia, de las Sagradas Escrituras o de los doctores de la Iglesia la pregunta planteada. Este es el objetivo de CatéGPT (caté por catecismo) que tiene como base de datos los documentos oficiales presentes en la web del Vaticano.

Nicolas Torcheboeuf, ingeniero y católico es el creador de CatéGPT, este chatbot que utiliza las herramientas puestas a disposición por OpenAI, la empresa que está en el origen de ChatGPT para encontrar estas respuestas. CatéGPT es abierto y para utilizarlo no es necesario suscribirse, aunque ofrece la posibilidad de realizar pequeñas donaciones para permitir que siga creciendo.

En esta entrevista con Omnes, Torcheboeuf explica cómo se lanzó al proyecto CatéGPT y su visión sobre las posibilidades de la Inteligencia Artificial en la misión pastoral de la Iglesia y la formación de los católicos e interesados. 

¿Quién es Nicolás Torcheboeuf? ¿Cuál es su perfil profesional y religioso?

–Me presento brevemente: soy católico practicante e ingeniero. No trabajo directamente en el campo de la inteligencia artificial, pero el tema me interesa y, tras el éxito de ChatGPT, empecé a desarrollar pequeñas herramientas que utilizan esta tecnología.

¿Qué llevo a desarrollar CatéGPT?

–Hubo dos motivaciones principales que me llevaron a desarrollar CatéGPT. En primer lugar, ya llevaba unos meses explorando las posibilidades que ofrecen las herramientas puestas a disposición por OpenAI, la empresa que está en el origen de ChatGPT.

Desde un punto de vista técnico, la forma más sencilla de crear un chatbot de alto rendimiento es utilizar datos que no necesiten actualizarse con regularidad, para garantizar la fiabilidad de las respuestas. Así es como se nos ocurrió la idea de desarrollar una herramienta de Inteligencia Artificial que trabajara con los textos fundamentales de la Iglesia católica: estos textos son públicos y su sustancia cambia muy poco con el tiempo. Estas dos condiciones permitían desarrollar una herramienta fiable y estable.

La segunda motivación procede de mi experiencia, como católico, de que los creyentes de hoy tienen un nivel muy bajo de cultura religiosa y de formación doctrinal. Desde hace varios años, intento ayudar a la gente a redescubrir el increíble número de documentos y textos que la Iglesia ha producido a lo largo de los siglos, y que desgraciadamente, son demasiado poco conocidos.

Estoy convencido de que nuestros contemporáneos podrían encontrar muchas aclaraciones a las preguntas que se plantean reencontrándose con la enseñanza secular de la Iglesia. Para realizar una buena labor pastoral, la Iglesia no debe descuidar la formación doctrinal pues, de lo contrario, correrá necesariamente riesgos que podrían alejarla de la coherencia de su enseñanza.

En mi opinión, la Inteligencia Artificial es una oportunidad para poner en práctica parte de esta síntesis entre el rol pastoral de la Iglesia y su misión doctrinal.

¿Cuántas personas trabajan en ello?

–Principalmente yo, durante mi tiempo libre. A veces, amigos y familiares me echan una mano en el desarrollo la herramienta.

En el futuro me gustaría ampliar CatéGPT para hacerlo más profesional e intentar integrarla más profundamente en el corazón de la misión evangelizadora de la Iglesia.

¿Qué distingue a CatéGPT de otros chatbots católicos como Catholic.chat o Magisterium AI?

–La idea detrás de CatéGPT es completamente original, en el sentido de que ninguna de estas herramientas existía cuando empecé a desarrollarla. CatéGPT comenzó a publicarse en mayo de 2023 en una versión todavía bastante sencilla, y no fue hasta julio cuando aparecieron Catholic.chat Magisterium AI.

Si tuviéramos que comparar CatéGPT con otros chatbots católicos, pienso que se acerca más a Magisterium AI, al centrarse principalmente en respuestas que incorporan la enseñanza del Magisterio de la forma más completa posible, y al hacer un esfuerzo especial por identificar las fuentes de las cuales proceden las respuestas.

Un chatbot como Catholic.chat se limita a reproducir la posición de la Iglesia en el catecismo. Por otra parte, cuando descubrí Magisterium AI me sorprendió su similitud con CatéGPT en la forma en que funciona. Creo que esto se debe a que las dos herramientas comparten la misma motivación: ayudar a las personas a redescubrir los textos fundamentales del Magisterio de la Iglesia Católica proporcionando respuestas completas e invitando al usuario a profundizar en la respuesta leyendo los propios textos gracias a una respuesta documentada.

Una de las particularidades de CatéGPT (que más tarde fue retomada por Magisterium AI) fue la introducción de dos tipos de respuesta: un modo «Enseñanza», que ofrece una respuesta muy estructurada (una respuesta extraída de las Escrituras, los Padres de la Iglesia, el Magisterio y los Papas) y un modo «Discusión», más cercano a un chatbot estándar y que permite a los usuarios profundizar debatiendo la respuesta con la inteligencia artificial.

¿Cuáles son sus principales fuentes documentales?

–Por el momento, para simplificar, la principal fuente de documentación de CatéGPT es el contenido disponible en el sitio web del Vaticano. Se trata principalmente del Catecismo de la Iglesia Católica, el Código de Derecho Canónico, los principales Concilios y las enseñanzas de los Papas. 

Para ser más eficaz, CatéGPT necesitaría integrar muchos otros textos: todos los Concilios y los textos de los Padres de la Iglesia para empezar. Pero eso requeriría mucho trabajo en la base de datos. Como estoy prácticamente solo trabajando en este proyecto, esta parte de la documentación formará parte de un futuro desarrollo.

¿Cómo se financia y mantiene un proyecto como CatéGPT?

–La particularidad de CatéGPT es que es totalmente gratuito para los usuarios. Dado que su principal objetivo es ayudar a la gente a redescubrir la enseñanza de la Iglesia lo más ampliamente posible, sería contraproducente establecer un sistema de suscripción.

Por ejemplo, si se cobrara una cuota, CatéGPT sólo atraería a las personas que ya están convencidas. Magisterium AI, por ejemplo, ha optado por poner cada vez más restricciones para incitar a los usuarios a suscribirse. No me parece una buena estrategia para llevar a cabo la misión de CatéGPT.

Aunque el sitio sea gratuito, conlleva un coste importante. Por eso hacemos un llamamiento a que la gente pueda hacer donaciones para CatéGPT. Gracias a la generosidad de los donantes, estas contribuciones permiten financiar el sitio, sin obtener beneficios. Mientras podamos mantener esta situación, creo que CatéGPT será viable y podrá continuar su desarrollo.

En su opinión, ¿cuáles son las lagunas en la formación de los católicos?

–»Mi pueblo muere por falta de conocimiento» (Oseas 4:6). La observación del profeta Oseas se observa cruelmente hoy. A este respecto, creo que el pontificado de Benedicto XVI ha sido una magnífica oportunidad para esta generación, que pudo conocerle en las Jornadas Mundiales de la Juventud de Madrid o en la explanada de Les Invalides.

En comparación con el largo pontificado de Juan Pablo II, podríamos pensar que estos 7 años han sido un periodo de transición para la Iglesia. Por el contrario, la elección del cardenal Ratzinger al trono de San Pedro fue providencial para la Iglesia.

Necesitábamos esas palabras fuertes contra la confusión y el relativismo, pronunciadas con tanta dulzura por su parte. Hoy tenemos que aprovechar esta herencia, y para eso se concibió el CatéGPT, retomando las palabras de Benedicto XVI a los jóvenes: «Pero, ¿cómo se puede amar a quien no se conoce?» (Génova, 18 de mayo de 2008).

En los últimos años se ha hecho mucho hincapié en la evangelización. Pero, ¿cómo cumplir esta misión vital para la Iglesia si los laicos no somos capaces de dar un testimonio claro de lo que creemos? Redescubramos, pues, toda la riqueza de la Iglesia que se encuentra en sus textos, en los escritos de sus santos y doctores.

Releamos las Escrituras a la luz del Magisterio. Y cuando nos hayamos reapropiado de esos textos, habremos fortalecido nuestra Fe y podremos apoyarnos en el Espíritu Santo para llevar a cabo plenamente nuestra labor de evangelización. Creo que hoy es vital no perder esta etapa de la formación, que con demasiada frecuencia se descuida.

¿Qué influencia tendrá la IA en la formación de los católicos?

–Me gusta decir que la Inteligencia Artificial es inteligente en la medida en que no sustituye a la inteligencia humana. Es una herramienta y debe seguir siéndolo. 

Si los católicos no se molestan en abrir el Catecismo o no tienen la costumbre de sumergirse en las Sagradas Escrituras, podemos hacer todos los CatéGPT que queramos, pero la IA no tendrá ninguna influencia en la formación de los católicos.

Lo único que puede hacer la IA -y es lo que hemos intentado hacer con CatéGPT – es responder a las preguntas que los usuarios formulan de la forma más precisa y directa posible, cuidando de proporcionar todas las referencias en las que se basan las respuestas.

De este modo, los usuarios se darán cuenta de que las respuestas a sus preguntas se encuentran en gran medida en los numerosos textos de la Iglesia, y poco a poco querrán ir a consultar las fuentes que la IA les envíe.

Volviendo a Catholic.chat, creo que su diferencia fundamental con CatéGPT (o Magisterium AI) es que no se centra en estos textos del Magisterio y se contenta con dar respuesta a las preguntas. En mi opinión, una herramienta de este tipo no da en el blanco.

El objetivo de la inteligencia artificial no debe ser asumir prematuramente el trabajo intelectual de su usuario; ahí reside el peligro de la IA. Por el contrario, si explotamos toda la potencia de la IA con sus grandísimas capacidades generativas, estoy convencido de que podremos volver a poner el acento en la educación de los católicos. Pero los católicos tienen que ser conscientes de sus carencias y sentir la necesidad de educarse a sí mismos.

¿Puede la fe católica, en su expresión y difusión, sentirse amenazada por la IA? Sabemos que el papel de la familia, los catequistas y los sacerdotes es fundamental en la enseñanza de la fe católica. ¿Cuál será su papel en un futuro en el que la interacción personal disminuirá y nos interesaremos más por lo que podamos encontrar de forma independiente en Internet?

–En mi opinión, CatéGPT responde principalmente a una necesidad de formación de los católicos y en ningún caso sustituye a nadie en la Iglesia, sino que más bien quiere ayudarla en su misión.

Nunca podremos dar a una Inteligencia Artificial la sabiduría suficiente para desempeñar un papel pastoral en la Iglesia. 

Imagino que ninguna IA, por potente que sea, sería capaz de percibir, como Salomón, los sentimientos de la madre del bebé que debía detectar entre las dos mujeres que se le presentaron. 

La IA puede ser útil para reafirmar nuestra fe en un mundo cada vez más relativista y cegado por el sentimentalismo. Pero nunca será suficiente para proporcionar todas las condiciones para que florezca una verdadera vida de fe. Sólo espero que pueda contribuir a sentar unas bases sólidas sobre las que los distintos agentes de la Iglesia puedan construir.

Por otra parte, la Iglesia nunca podrá prescindir de su papel pastoral, principalmente a través de sus sacerdotes, y ninguna inteligencia artificial podrá responder a las necesidades espirituales propias de cada persona. La gracia seguirá pasando siempre a través de los signos sensibles que son los sacramentos. Las personas pueden descubrir la fe católica por sí mismas, quizá a través de CatéGPT, pero todo ello no dará fruto si esta fe no florece en su familia o en su comunidad y si no profundizan en su búsqueda de la verdad con los pastores de la Iglesia.

Tenemos que ver estas herramientas de inteligencia artificial como nuevos medios de evangelización y formación, pero debido a su naturaleza virtual, sólo pueden dar fruto si su uso va seguido de una interacción personal (empezando por la vida sacramental). Hoy en día, en mi opinión, CatéGPT forma parte del mismo movimiento que el desarrollo de la presencia de sacerdotes o religiosos en las redes sociales. Como ocurre con la IA, la aparición de influencers católicos puede ser peligrosa. Pero si están especialmente atentos y justifican su presencia en las redes sociales por una gran preocupación por la evangelización, pueden muy bien servirse de la IA como ganchos para captar a nuevas personas en busca de la verdad y hacer la transición del mundo virtual de las IA y las redes sociales al mundo concreto de la Iglesia expresada a través de sus sacerdotes y comunidades.

Si se pensara en llevar CatéGPT a un nivel superior, sería necesario entrar en contacto con estos sacerdotes influyentes y trabajar juntos para satisfacer las necesidades tanto de formación doctrinal como de acompañamiento espiritual y pastoral. Así que sí, la IA puede ser una pequeña revolución para la Iglesia, sólo contribuirá a reforzar la forma en que actualmente se expresa y difunde la fe católica.

El autorHernan Sergio Mora

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