El 1 de septiembre comienza el «Tiempo de la Creación«, un periodo destinado a reflexionar sobre el cuidado a todo aquello que Dios ha creado y que este año contará con el lema «Que la justicia y la paz fluyan», inspirado en Amós 5, 24. El «Tiempo de la Creación» concluye el 4 de octubre, día de san Francisco de Asís. En su mensaje para esta jornada, el Papa comentó que “Dios quiere que reine la justicia, que es esencial para nuestra vida de hijos a imagen de Dios, como el agua lo es para nuestra supervivencia física.
Esta justicia debe surgir allí donde sea necesaria, no esconderse demasiado en lo profundo o desaparecer como el agua que se evapora, antes de podernos sostener. Dios quiere que cada uno busque ser justo en cada situación; se esfuerce siempre en vivir según sus leyes y, por tanto, en hacer posible que la vida florezca en plenitud. Cuando buscamos ante todo el reino de Dios (cfr. Mt 6,33), manteniendo una justa relación con Dios, la humanidad y la naturaleza, entonces la justicia y la paz pueden fluir, como una corriente inagotable de agua pura, nutriendo a la humanidad y a todas las criaturas”.
El Pontífice instó a renovar “nuestra relación con la creación”, “de modo que no la consideremos ya como un objeto del que aprovecharnos, sino, por el contrario, la custodiemos como un don sagrado del Creador”.
Como conmemoración de esta jornada, vamos a hacer un repaso por algunos monasterios que, desde hace siglos, vienen respetando este cuidado y respeto a la Creación.
Monasterio de Poblet, España
El monasterio de Poblet fue fundado a mediados del siglo XII. Aunque quedó abandonado en el siglo XIX por la desamortización, actualmente vuelve a estar activo. Su prior, Lluc Torcal, inició hace unos años una serie de reformas para integrar nuevas tecnologías sostenibles en el monasterio. Así, se implantó un sistema de placas solares, un sistema geotérmico para la calefacción (ha sido uno de los primeros lugares de España donde se ha implantado la geotermia), y duchas ionizadas que producen el “efecto cascada”: limpian sin necesidad de jabón.
Por supuesto, el cultivo del huerto también se lleva a cabo sin pesticidas ni abonos químicos, y aplicando la rotación de cultivos para no empobrecer el suelo. También emplean productos ecológicos de limpieza y apuestan por la “economía azul”: lo que se desecha, se vuelve a usar.
Abadía de Fulda, Alemania
La abadía de Fulda se encuentra ubicada en el estado federal de Hesse, situado en el centro-oeste de Alemania.
Se trata de un monasterio benedictino fundado en el año 744 por san Esturmio, discípulo de san Bonifacio. Fue un importantísimo centro religioso y cultural durante la Edad Media, y punto clave de evangelización para el pueblo germano.
Su método centenario para cultivar sin usar productos químicos y trabajando solo con métodos naturales está recogido en el libro “El huerto ecológico del convento”, de la editorial Susaeta.
Abadía de Boulaur, Francia
Esta abadía cisterciense, que se encuentra cerca de Toulouse, también ha apostado por un modelo sostenible. En este caso, la Abadía de Boulaur ha puesto en marcha el proyecto Grange 21, que busca implantar los métodos de la permacultura en el monasterio. Este sistema imita los ecosistemas naturales para que las zonas de cultivo se sostengan a sí mismas sin necesidad de productos químicos.
Las monjas de la abadía consiguieron sacar adelante el proyecto a través de Credofunding, una plataforma de financiación cristiana de Francia.
Su proyecto no se centra solo en el cultivo de la tierra, sino también en el aprovechamiento sostenible de los recursos de los animales de su granja (vacas, terneros, cerdos…).
Monasterio de Solan, Francia
La Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación es ecuménica, ya que se celebra junto con los cristianos ortodoxos. El monasterio ortodoxo de Solan, situado en Francia, en la región de Gard, es otro ejemplo de cultivo ecológico.
Las monjas de este convento también implantaron un método sostenible de trabajar la tierra en un terreno que adquirieron en 1991. «Nos apoyamos en la convicción de que el hombre no ha sido puesto por Dios en el mundo para dominarlo, en busca de un beneficio ilimitado, sino que su función es ser como el director de coro de una creación hecha para cantar la gloria de su Creador», indican en su página web. Para este proyecto, contaron con el asesoramiento de Pierre Rabhi, uno de los impulsores del agroecologismo, y con la ayuda de la Association des Amis de Solan.
Otros monasterios
También el Monasterio de San Juan de los Reyes, situado en Toledo (España), que fue fundado en 1476 por los Reyes Católicos, ha llevado a cabo en julio de 2023 una renovación del sistema de iluminación de su claustro para reducir el gasto energético y la emisión de CO2 a la atmósfera.
Por otra parte, el monasterio de clarisas de Lecce, ubicado en el sureste de Italia, emplea energía fotovoltaica, leña y carece de instalación de gas.
Además, el convento dominico de Ávila, España, alberga la “huerta ecológica ‘Santo Domingo de Guzmán’”, un proyecto de Cáritas en el que los participantes aprenden a cultivar de manera sostenible y sin productos químicos.
Vuelta a los orígenes
Los monasterios habían trabajado así la tierra durante siglos, pero, en algunos casos, la industrialización llevó a un cambio de modelo y al empleo de productos tóxicos.
Sin embargo, en los últimos años hay una tendencia general a regresar al modelo tradicional que se empleaba en los monasterios, incorporando además nuevas tecnologías sostenibles.