Evangelización

Lourdes y sus peregrinos: Orden de Malta, provenzales y moteros

Lourdes recibe cada año miles de peregrinaciones, y algunas de ellas se caracterizan por ser realmente pintorescas. Algunas de las más significativas son las de la Orden de Malta, los provenzales, los guardias suizos o los moteros.

Xavier Michaux·11 de febrero de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos

Un grupo de militares rinde homenaje a la Virgen de Lourdes ©OSV

Al llegar al andén de Lourdes, el siglo XIX y su arte neogótico surgen por todas partes. No es lo único pintoresco que se puede ver en este lugar. El andén recibe gente del mundo entero: casi 3 millones de peregrinos anuales que expresan su fe de modo diferente.

Los peregrinos de Lourdes

Los irlandeses, rubios o pelirrojos, de tez blanca o rojiza, fuertes y felices, suelen llenar Lourdes a principios de agosto con sus más de 5000 peregrinos. Y los cantos celtas, llenos de añoranza y de confianza, resuenan en la gruta con piedad rústica.

El 15 de agosto, y en octubre, son los franceses los que más se ven en Lourdes, como recuerdo de una época en la que la Virgen era la Santa Patrona del país, que la quería y le rendía culto público. El Estado ha cambiado, pero no los franceses, que siguen rezándole de manera especial el 15 de agosto.

En esta época llegan los elegantes colaboradores de la Orden de Malta, y luego viene la popular peregrinación de los Asuncionistas, que cuentan con muchas revistas, emisiones de radio y páginas web para transmitir la fe. En octubre, los dominicos hacen la peregrinación del Rosario. Con sus hábitos blancos y negros, llevan la herencia de los predicadores de la verdad contemplada, y llenan el santuario de miles de peregrinos.

También en ese mes llegan a Lourdes los provenzales con sus caballos blancos típicos del Ródano, y sus trajes coloridos y elegantes (les Gardians y les Arlésiennes). Es la única procesión que admite caballos en el santuario y reúne hasta 7000 peregrinos. Su idioma comparte características con tres lenguas nacidas del latín: el francés, el español y el italiano, y también tiene semejanzas con el catalán.

El invierno no suele ser una buena época para las procesiones multitudinarias. Pero las diócesis francesas llevan, una tras otra, sus enfermos a la cueva, para que Dios les ayude a sobrellevar la enfermedad con valentía y, si quiere, por María, los sane. Los sacerdotes atestiguan que los milagros más rotundos no son físicos (solamente 70 han sido oficialmente declarados milagrosos), sino espirituales; pues son muchos los que se confiesan y se convierten.

Peregrinaciones de primavera

En primavera, vuelve a haber afluencia de peregrinos del mundo entero. En este tiempo tiene lugar la peregrinación de los militares, con sus uniformes y banderas de todos los países. No faltan los peculiares guardias suizos del Vaticano, con sus uniformes del siglo XVI, y todos rezan por la paz, a la que dedican todas sus capacidades de valiente entrega. Luego, llegan los gitanos, que llenan de música las explanadas del santuario y de conversaciones las calles de Lourdes.

Entretanto, sigue habiendo peregrinaciones de diócesis italianas, con sus hospitalarias laicas pero elegantemente vestidas como religiosas. Después de los franceses, los italianos son los que más frecuentan el santuario de Lourdes. En tercer lugar, están los españoles, que deben atravesar la barrera natural de los Pirineos. En total, son casi 80 nacionalidades las que pasan oficialmente por el santuario de Lourdes. Hay hasta 5 idiomas oficiales en el santuario para acoger a todas estas personas (francés, español, italiano, inglés y holandés).

Peregrinaciones temáticas

Hay también peregrinaciones curiosas, porque se forman en torno a una afición o temática profesional. Los moteros suelen reunirse una vez al año en Lourdes, y son fácilmente reconocibles por sus chaquetas de cuero, sus gafas de sol y sus tatuajes.

También hay una peregrinación de cocineros franceses, que, no sin razón, suelen pedir a Dios la inspiración en su cocina. Además, están las peregrinaciones de miles de niños y jóvenes scouts. Llenan de alegría las praderas del santuario, rezando y aprendiendo a servir. Los scouts suelen reconocerse por sus uniformes, pero se sabe donde están, sobre todo, porque cantan. ¡En todo momento del día y de la noche!

En fin, los peregrinos que vienen a Lourdes suelen ser muy variados en orígenes, cultura, y piedad, pero la Virgen María suele atender a cada uno como se debe, pues ¡vuelven cada año!

Así ocurre en algunos lugares donde el Cielo ha tocado la tierra, y gracias a ellos se puede experimentar la familia de Dios, la Iglesia de Nuestro Señor Jesús.

El autorXavier Michaux

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