La pendiente “resbaladiza” se acentúa. En los primeros países cuyos gobiernos y/o parlamentos dieron luz verde a la eutanasia y el suicidio asistido, estas prácticas crecen a fuerte ritmo, entre el 10 y el 15 por ciento anual.
Los candidatos a la eutanasia surgen, aunque no todos, del segmento de ancianos y de los pacientes oncológicos, pero los impulsores de prácticas de eutanasia buscan sin cesar nuevos nichos. Veámoslo.
Países Bajos, hacia personas con enfermedad mental
Los casos de eutanasia aumentaron en los Países Bajos un 13,7 por ciento en 2022, hasta un total de 8.720, lo que supuso un 5,1 por ciento del total de fallecimientos registrados en el país ese año. Sin embargo, en 2023, según informaciones del ‘Netherlands Times’, se registraron 9.068 muertes, un aumento “sólo” del 3,9 por ciento, aunque hizo crecer el porcentaje de muertes por eutanasia sobre el total al 5,4 por ciento.
Con dinámicas de crecimiento inferiores al 5 por ciento, algo parecía que no iba bien para sus promotores. De modo que se acentuó la propaganda eutanásica entre personas con enfermedades mentales y psicológicas, muchos de ellos menores, y en la denominada “demencia” senil.
Ese mismo año, el aumento de eutanasias por trastornos psíquicos provocó un debate en el país, porque las muertes asistidas por padecimientos psiquiátricos fueron 138, un 20 % más que el año anterior. Además, por vez primera se practicó a un menor de edad con una enfermedad mental, informó El País.
Tres noticias de impacto
En paralelo, se produjeron varias noticias destacables en la opinión pública. Primera, el ex primer ministro Andreas (Dries) van Agt y su mujer, Eugenie Krekelberg, decidían morir juntos, dando visibilidad a las eutanasias en pareja.
Segunda, la historia de Zoraya ter Beek, mujer de 28 años, casada y enamorada, según se informó, con una “depresión paralizante”, autismo y trastorno límite de la personalidad, que solicitó la eutanasia y se le concedió.
Y en tercer lugar, se anunció la puesta en marcha de la eutanasia para niños entre 1 y 12 años con enfermedades terminales y un “dolor insoportable”, a partir de 2024.
3.400 belgas menos en 2023
Más de 3.400 belgas fueron eutanasiados en 2023, con un aumento del 15 % respecto a 2022. Los datos de la Comisión Federal de Control y Evaluación de la Eutanasia revelan que hubo 3.423 muertes notificadas oficialmente, el 3,1 % de todas las muertes en Bélgica, informó Bioeticablog en marzo de 2024.
Además, el Instituto Europeo de Bioética señaló que “los estudios científicos estiman que habría que añadir entre un 25 y un 35 % de casos de eutanasia no declarados”. El 42 % tenían más de 80 años, y el número de casos de eutanasia en pacientes menores de 40 años fue alrededor del 1 por ciento.
Canadá, fuerte crecimiento
Al igual que en estos países europeos, la eutanasia siempre ha crecido en Canadá desde que fue autorizada (2016). Según datos de 2023, las muertes han superado un 15,8 por ciento respecto a las de 2022, tras tres aumentos anuales seguidos superiores al 30 %, según Aceprensa.
Infobae, que también ha seguido el caso canadiense, informó de que a lo largo de 2022, un total de 13.241 defunciones en Canadá fueron asistidas por médicos mediante eutanasia, lo que representó el 4,1 % del total de muertes en el país, según reveló el gobierno canadiense. Un porcentaje similar ya al de Bélgica. La misma agencia afirma que desde 2016 se han producido casi 45.000 muertes por eutanasia en el pais, según datos de Fox News.
En mayo de 2024, la Conferencia Episcopal Canadiense organizó un simposio sobre cuidados paliativos junto a la Academia Pontificia para la Vida. Según informó Omnes, el Papa envió un mensaje a los participantes en el que condenó la eutanasia, al señalar que “nunca es una fuente de esperanza o de preocupación genuina por los enfermos y moribundos. Por el contrario, es un fracaso del amor, un reflejo de una ‘cultura de usar y tirar’ en la que ‘las personas ya no se consideran un valor supremo que hay que cuidar y respetar’”. Además, señaló que “la verdadera compasión son los cuidados paliativos”
España: un 25 % más de solicitudes en 2023
Desde la entrada en vigor de la ley (2021), hasta el 31 de diciembre de 2023, se han atendido en España 1.515 solicitudes de ayuda para morir: 173 durante 2021, 576 en 2022 y 766 en 2023. Las peticiones de 2023 supusieron cerca de un 25 % más que las 576 del año anterior.
Del total de peticiones, “se llevaron a cabo 334 prestaciones”, es decir, muertes, según el informe proporcionado en diciembre de 2024 por el gobierno español respecto al año anterior. Como informó El País, este dato supone un 12 % más que en 2022, cuando tuvieron lugar 288 fallecimientos, frente a las 75 de 2021.
Por comunidades autónomas
Moncloa informó que “la distribución de las 766 solicitudes de eutanasia registradas en todo el territorio nacional es la siguiente: Cataluña 219, Madrid 89, Canarias 62, País Vasco 58, Comunidad Valenciana 56, Andalucía 43, Galicia 41, Islas Baleares 37, Asturias 33, Castilla-La Mancha 28, Castilla y León 27, Navarra 24, Aragón 22, Cantabria 19, La Rioja 4, Extremadura 2, Murcia 2, Melilla 0 y Ceuta 0”. También se añadió que “un 25 % de las personas solicitantes fallecieron antes de resolverse su solicitud”, y que “el tiempo medio desde la solicitud hasta el fallecimiento fue de 30 días”.