Ecología integral

Todo lo que no quieren que sepas sobre la Iglesia católica

Es más fácil fijarse en lo malo que en lo bueno, por eso muchas veces se pasa por alto todo el bien que la Iglesia aporta a la sociedad con el esfuerzo de los católicos en todo el mundo, desde el Papa Francisco hasta los laicos de los pueblos remotos.

Paloma López Campos·13 de septiembre de 2024·Tiempo de lectura: 4 minutos
iglesia

Cada cierto tiempo acapara los titulares una noticia polémica sobre la Iglesia católica. En muchos casos, la información de la noticia va cargada de datos que perjudican la imagen de esta institución. Abusos, textos confusos, fraudes… Hay historias reales que manchan el nombre del Cuerpo de Cristo.

Sin embargo, hay un extraño silencio alrededor de todas aquellas cosas positivas que la Iglesia y sus miembros realizan cada día. No existe una balanza en la que compensar lo bueno con lo malo, pero no es arriesgado afirmar que hay ciertas cosas sobre la Iglesia que a algunos no les interesa publicar.

Cáritas y su labor internacional

Por ejemplo, la labor que realiza “Cáritas” a nivel internacional. Según el informe publicado por esta organización católica, en 2022 ayudaron a más de dos millones de personas por todo el mundo en situación de emergencia. Invirtiendo unos 81 millones de euros, “Cáritas” llevó ayuda a Ucrania, la República Centroafricana, Pakistán, Siria y Venezuela, entre otros sitios.

A través de su labor, “Cáritas” presta asistencia sanitaria, ayuda a reconstruir territorios destruidos por desastres naturales o conflictos armados, o cubre las necesidades básicas de millones de personas en el mundo entero.

Su trabajo es muy conocido y hay testimonios en prácticamente todos los países de gente cuyas vidas han mejorado gracias a la intervención de esta organización de la Iglesia.

El Papa Francisco y la atención a los pobres

El Papa menciona con mucha frecuencia a los pobres. Sin embargo, su interés no es solo de palabra. El Pontífice tiene una multitud de iniciativas para ayudar a las personas con pocos recursos.

Desde duchas habilitadas en el Vaticano, a un sacerdote y una legión de voluntarios que reparten alimentos por Roma o las comidas que organiza el Santo Padre para los pobres en su propio comedor.

Es habitual que los medios de comunicación critiquen al Papa Francisco, acusándolo de hablar pero no actuar. Lo cierto es que la Iglesia, dirigida por Francisco, aporta recursos constantemente para ayudar a pobres, migrantes, ancianos y demás personas vulnerables en el mundo entero.

Cristianos que apoyan a otros cristianos

Ayuda a la Iglesia necesitada” es una fundación pontificia que asiste a la Iglesia católica en su labor. Según los datos publicados por la organización, se benefician de su apoyo unos 6 mil proyectos en 150 países.

“Ayuda a la Iglesia necesitada” calcula que el 62 % de la población vive en territorios en los que no existe la libertad religiosa. A través de su trabajo, esta fundación sostiene la tarea pastoral de la Iglesia en multitud de países. Destinan las aportaciones económicas de sus benefactores a la construcción o reparación de iglesias, a la formación de los laicos en su fe, a la dotación de medios de transporte para los agentes de pastoral, etc.

Ahora bien, esta no es la única organización de la Iglesia que tiene como objetivo cuidar de los demás católicos, sino que hay miles de personas que se esfuerzan por apoyar y sostener a los otros miembros del Cuerpo de Cristo.

La educación, un bien para todos

Históricamente, la Iglesia católica ha tratado siempre de fomentar la educación. A pesar de que hay ocasiones en las que hubo malentendidos y choques entre los ámbitos de la ciencia y de la fe, no es menos cierto que la Iglesia ha querido siempre proteger e impulsar la cultura.

La cantidad de instituciones educativas que dependen de la Iglesia católica se cuentan  por miles y el mundo universitario tiene una relevancia especial. En una nota de 1994, el Dicasterio para la Cultura y la Educación señala que “la Universidad y, de modo más amplio, la cultura universitaria constituyen una realidad de importancia decisiva. En su ámbito se juegan cuestiones vitales, profundas transformaciones culturales, de consecuencias desconcertantes, suscitan nuevos desafíos. La Iglesia no puede dejar de considerarlos en su misión de anunciar el Evangelio”.

No es de extrañar, por tanto, que millones de personas tengan acceso a la cultura y a la educación gracias a la Iglesia católica, que tiene presencia en el mundo entero y desarrolla actividades de formación en prácticamente todos los países.

La Iglesia dice “sí” a la vida

La defensa de la vida es una constante en la Iglesia. En el punto 2258 del Catecismo se dice que “La vida humana ha de ser tenida como sagrada, porque desde su inicio es fruto de la acción creadora de Dios y permanece siempre en una especial relación con el Creador, su único fin. Solo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término (…)”.

Por supuesto que esto no queda en la letra. La Iglesia despliega instituciones y recursos para proteger y promover la vida en todo el mundo. Desde hospitales a hogares para niños sin padres o instituciones que ayudan a madres en situaciones desfavorables, en todos los lugares donde hay presencia católica hay también un sistema que quiere cuidar de la vida.

Los datos

Para comprobar todo esto basta con mirar los datos que, desde que llegó a la sede de san Pedro el Papa Francisco, intentan publicarse con total transparencia. En Omnes pueden encontrarse varios artículos en los que se desglosan y explican los números publicados por el Vaticano.

A pesar de que no son lo más importante, los números siempre ayudan a hacerse una imagen clara. Aquí hay una cifra significativa: según los últimos datos publicados, la caridad del Papa financió 236 proyectos por un valor de 45 millones. Proyectos en todo el mundo que ayudan a millones de personas y de los que no se habla en los medios de comunicación.

Ahí está una gran parte de lo que no quieren que sepas sobre la Iglesia católica, que al estar formada por personas tiene defectos, pero también dispone de miembros cuyo objetivo es cuidar de los demás y amar al prójimo.

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