Vocaciones

Laico, casado, pertenece al Opus Dei: “Me recuerda que puedo hacer algo grande con mi vida”

El prelado del Opus Dei ha recordado recientemente que los laicos son "la razón de ser del Opus Dei". Según informaciones de la prelatura, pertenecen a ella alrededor de 92.000. Hablamos con uno de ellos sobre lo que significa en su vida ese camino.

Juan Portela·14 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos

Pablo García-Manzano es un laico perteneciente al Opus Dei, casado desde hace 18 años y con 7 hijos. En esta entrevista con Omnes, nos cuenta su vocación dentro de la Obra y cómo vive su fe en su parroquia y vida cotidiana.

¿Qué significa para ti ser del Opus Dei, y cómo influye en tu vida?

-Significa para mí saberme parte de una pequeña familia dentro de la Iglesia. La llamada al Opus Dei me hace recordar, sin nada raro, que soy un hijo pequeño de Dios y que puedo hacer algo grande con mi vida, a pesar de todos mis fallos, y ayudar a los demás a que hagan lo mismo. Especialmente en el trabajo me mueve a intentar hacerlo bien y ofrecerlo a Dios. También influye en mi matrimonio y en mi familia, porque le da ese sentido que decía antes. Me encanta la frase de san Josemaría cuando decía a los casados que «tu camino al Cielo» se llama con el nombre de la mujer de cada uno.

¿Qué relación tienes con el Prelado, y con los sacerdotes de la Prelatura?

-La relación con el Prelado es muy normal, le llamo Padre como hacemos en el Opus Dei, porque sé que cuento con su oración y aliento para seguir este camino. También rezo por él. Me confieso asiduamente con sacerdotes de la Prelatura y también me guían, me dan consejos, etc. Insisto en que me resulta muy familiar y recuerdo que, cuando vi por primera vez al Prelado (entonces era don Álvaro del Portillo), sentí una gran tranquilidad, como si me conociera desde hacía mucho tiempo.

¿Cuál es tu relación con la parroquia y con el obispo del lugar donde vives?

-Asisto a Misa en la parroquia o en otros lugares, soy uno más. Mi mujer y yo conocemos al párroco, le invitamos a merendar cuando sustituyó al anterior. El coadjutor celebró con otro sacerdote la Misa de nuestra boda. E igual con el obispo: me siento y soy un fiel más de una diócesis enorme (archidiócesis de Madrid), y cuando participamos en alguna celebración en la que está, intentamos saludarle, decirle nuestros nombres y los de nuestros hijos. Rezamos por él todos los días, como hacemos en la Obra.

¿De qué manera participas en la misión evangelizadora de la Iglesia?

-Me parece que se desprende de todo lo anterior. Por una parte, no supone nada especial ni añadido. Por otra, lo cambia todo porque la manera de participar en esa misión evangelizadora consiste sencillamente en intentar mostrar que Jesucristo ha resucitado, que a pesar de mis fallos personales me quiere; y esto, en medio de mi familia, amigos, trabajo y también por supuesto en medio de lo bueno y de las dificultades de todos los días. 

¿Podrías añadir algún dato adicional sobre ti?

-Estoy casado con Mónica desde hace 18 años, y tenemos 7 hijos. Soy Letrado del Consejo de Estado desde el 2002, aunque actualmente estoy en excedencia y me dedico a la abogacía. Hace unos años hice una incursión en la política-administración activa, en el Ministerio de Energía, y guardo un buenísimo recuerdo de esa etapa. También trabajé 4 años en la escuela de negocios IESE. Me encanta mi trabajo y mi familia, que considero que es mi gran afición. También disfruto con la buena literatura española e inglesa y me encanta el cine clásico, especialmente John Ford. Aunque muy fan de los tenistas españoles increíbles de los últimos año, mi sueño sería jugar contra Roger Federer en Wimbledon… y ganarle. Soy del Atlético de Madrid, a pesar de los pesares.

El autorJuan Portela

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