La pérdida de un ser querido y las variables que lo rodean puede dar lugar a una patologización del duelo. Algo que tratan de evitar desde este centro y en cuya experiencia, destacan, es fundamental el análisis del perfil de riesgo y la evaluación en habilidades de afrontamiento para la detección precoz de las personas más vulnerables.
En su amplio recorrido en la atención del duelo, en el Centro san Camilo, han constatado que la resiliencia es una capacidad que aparece con mucha más frecuencia de lo que los algunos estudios reflejan en los momentos finales de la vida de un ser querido o el duelo posterior a su pérdida.
En este sentido, las personas que acudieron a sus grupos de duelo «pese a estar en un momento altamente vulnerable, estas personas mantenían la autoconfianza, el ingenio, la perseverancia y flexibilidad y perspectiva como para aceptarse y aceptar la vida. Eran personas capaces de elaborar y encontrar sentido a su pérdida y constatamos que la búsqueda de trascendencia y de sentido, mediada por una sana espiritualidad favorece la elaboración del duelo».
Acompañamiento integral
El Centro de Escucha de este centro realiza un acompañamiento a las personas en situación de duelo, tanto de manera individual, como en grupos. Uno de los puntos con el que se encuentran de manera frecuente en es «la soledad y la vuelta hacia uno mismo, con la trascendencia como telón de fondo sobre el que contemplar la pérdida, en definitiva, con lo espiritual o lo religioso».
La vuelta a la experiencia de la fe y la vivencia religiosa no resulta postiza en las situaciones de duelo, como subrayan en San Camilo: «Esto es porque el dolor del duelo es total, atraviesa todas las dimensiones del ser humano y así debería ser también su acompañamiento»
Pandemia y revalorización de la vida
Para los profesionales de este centro, la pandemia ha hecho que la sociedad tome «conciencia del valor del acompañamiento al final de la vida y en el duelo». En esta línea destacan que «la pandemia ha puesto encima de la mesa que el acompañamiento, en concreto el espiritual, ayuda a sentirse esperanzado, confortado, a encontrar significado y comprender el sentido.
Es necesaria la atención espiritual en la enfermedad. De hecho, el tipo de afrontamiento que moviliza en las personas, sea en final de vida o en experiencia profunda de pérdida, se denomina “afrontamiento religioso”. Es una búsqueda elaborada de significado que fomenta el crecimiento, afianza cambios positivos, significativos y sostenidos en el proceso de duelo y ayuda a construir un camino de satisfacción y bienestar personal».