Ecología integral

“La ley de eutanasia casi hace parecer infractor al médico objetor”

El oncólogo Manuel González Barón, el médico paliativista Ángel José Sastre y la profesora María José Valero, han criticado la nueva ley de regulación de la eutanasia en la Universidad Villanueva. Valero señaló que la ley casi hace parecer “un infractor” al objetor, como si fuera “un héroe perseguido” al que hay que “registrar”.

Rafael Miner·8 de mayo de 2021·Tiempo de lectura: 4 minutos
mano de medico

Foto: Anna Shvets /pexels

Hay una forma de abordar la objeción de conciencia en las leyes, que es invitar a “considerar al médico objetor como una categoría sospechosa de persona no avanzada, no progresista o que no sigue el ideario de moda”. Y este modo de regulación es el que ha elegido el legislador en la nueva ley de eutanasia, señaló la profesora de Derecho Romano y Derecho Eclesiástico del Estado, María José Valero, en una mesa redonda organizada por el departamento de Core Curriculum de la Universidad Villanueva.

Aplicado a la nueva ley española, la solución ha sido, explicó María José Valero, incorporar cláusulas en la propia ley. De este modo, “el reproche que el objetor supone a la ideología de la ley suele lastrar las cláusulas, hasta el punto de que casi parece que el objetor de conciencia es el infractor”. 

A juicio de la profesora, el texto convierte prácticamente a los objetores en “héroes perseguidos”, por lo que hay que “registrarlos”. En su opinión, los registros “son siempre peligrosos, no por el registro en sí, sino por el uso que se hace de ellos”, por lo que advirtió la “no remota posibilidad de que esos registros se conviertan en criterios de empleo”.

La ponencia de María José Valero tuvo lugar tras sendas intervenciones médicas sobre la nueva ley, que proporcionaron una mirada clínica y ética. El marco fue la mesa redonda sobre ‘Y después de la ley española de eutanasia, ¿qué?’, organizada por la Universidad Villanueva y moderada por el profesor Santiago Leyra, que ofreció varias perspectivas sobre la ley de eutanasia que entra en vigor el 25 de junio, y cuyo debate real comienza ahora, tal como señala en portada el número de mayo de la revista Omnes.

“Contra el sufrimiento, amor”

El conocido oncólogo y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid, Manuel González Barón, señaló que “lo que más nos preocupa a los médicos no es dolor físico, que se puede combatir con analgésicos, opioides mayores, etc., sino el sufrimiento, y su hermana menor, la desesperanza”.

“Al enfermo hay que tratar de ayudarle a buscar cuáles son sus propios recursos, investigar en su personalidad para ayudarle a afrontar el sufrimiento”, ha explicado. A su juicio, el dolor es hoy en día combatible médicamente, y es el sufrimiento el que debe tratar de ser abordado de otra forma, resumida en una máxima: “Contra el dolor físico, opioides. Contra el sufrimiento, amor”. 

Hablar con los enfermos

Para el paciente oncológico, “la pérdida de esperanza es una fuente de sufrimiento enorme”. “El paciente deposita la esperanza en lo que dice el médico, y los médicos queremos decirle al enfermo que se puede curar. El bajón llega cuando pasa el tiempo y no llega el alivio de los síntomas”.

González Barón considera, tras décadas de experiencia profesional, que “cuando un enfermo tiene dolor y no se le quita, debe cambiar de médico, porque eso quiere decir que los que le tratan no saben hacerlo. No todos los oncólogos saben manejar bien el sufrimiento”.

A su juicio, hay que hablar de sedación paliativa en términos muy precisos: “Tiene un marco ético y no es un derecho del enfermo ni de la familia: es una indicación tan precisa e importante como una cirugía a corazón abierto. Ha de tener unas condiciones: que exista un síntoma refractario, un consentimiento informado y una conversación con el enfermo; que los fármacos tengan una vida corta en sangre y que existan antídotos, porque la sedación paliativa debe tener siempre la posibilidad de reversión, y hay que monitorizar el proceso”.

El oncólogo, que ha sido jefe de Oncología del Hospital La Paz, insistió asimismo en la importancia de “hablar, de la psicoterapia. Hay muchos médicos que no hablan con los enfermos, de sus problemas. De ahí pueden salir recursos para afrontar el sufrimiento, para ayudar”. Si la enfermedad es grave, y aún irreversible, el enfermo tiene que poder “despedirse de sus seres queridos, perdonarse y perdonar, dar gracias, hacer balance, llegar al final con serenidad, con paz, y si el paciente es creyente, con Dios”.

Finalmente, González Barón criticó con dureza la ley de regulación de la eutanasia desde su preparación y tramitación en numerosos aspectos, como “las instituciones que se ha saltado a la torera”, su incompatibilidad con el art. 15 de la Constitución española y Declaraciones de derechos humanos, y con el Código Deontológico de la profesión médica, o la ausencia de una ley de Cuidados Paliativos, como han señalado otros expertos en omnesmag.com

“Cambie de médico….”

En una línea similar, el médico de familia y paliativista Ángel José Sastre, con una amplia experiencia profesional acompañando a enfermos terminales, subrayó que “la Ley de la Eutanasia aporta al enfermo la sensación de ser una carga”, y se preguntó: ¿Vamos a hacia una sociedad progresista o regresista? Las sociedades avanzan cuando cuidan de sus débiles”, manifestó.

Sastre insistió, por ejemplo, en el problema que supone la irreversibilidad para una decisión de matar a un paciente. El doctor evocó varios casos de su experiencia persona con enfermos que, tras estar al borde de rendirse, le agradecieron luego no hacerles caso en su petición.  “Cuando alguien te pide que termines con su vida, te dan ganas de decirle que cambie de médico”, aseguró el médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria, coincidiendo así con el doctor González Barón.

El doctor Sastre había manifestado al principio de su intervención que “no podemos derogar la ley, pero podemos tratar a la gente suficientemente bien como para no pidan la eutanasia”, y persuadió a los médicos para “estar preparados para sufrir con el paciente”. Como González Barón, Ángel José Sastre reiteró que la ruptura de la relación de confianza médico-paciente es muy grave con esta ley.

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