Durante la celebración del último Sínodo existía curiosidad sobre la valoración que realizarían los jóvenes sobre la familia, que podría responder naturalmente a la relación con su propia familia, y también con otras. La rebeldía plasmada en tantas películas es un hecho real, y la distancia generacional, aun sin quererlo, pasa factura más veces de lo que todos desearían.
Al fin y al cabo, “no es fácil hacerse una imagen real de la relación y parecer que actualmente sostienen los jóvenes sobre la familia. Son muchos los interesados en que los jóvenes opinen una cosa u otra. Los medios de comunicación y la publicidad comercial está continuamente conformando la imagen pública de los jóvenes y quieren orientarla según sus intereses”, asegura Fernando Vidal, director del Instituto Universitario de la Familia de la Universidad Pontificia de Comillas.
-Artículo completo en el número de diciembre de Palabra-