La primera cuestión, evidentemente, se centra en el objetivo de la sección Razones, una de las más valoradas de Omnes y de la que usted es autor. ¿Cómo plantea la sección? ¿qué puntos destacaría de ella?
-La sección ha pasado por distintas etapas y perfiles a lo largo de bastantes años. Actualmente, más en particular desde marzo de este año, el perfil de la sección es semejante a una breve lectio divina. S
e presenta un texto de la Escritura (a menudo un solo versículo), se ofrece su contexto, y algún otro pasaje bíblico que apunte hacia la misma dirección del texto presentado.
El objetivo final es ofrecer una posible actualización del fragmento para que el lector se sienta interpelado con las palabras de la Escritura. A eso contribuyen unas sencillas preguntas que invitan a la reflexión sobre el asunto tratado y unas breves citas tomadas de la tradición viva de la Iglesia que comentan el texto.
La sección de Omnes quiere acercar la Escritura a los fieles católicos, con un lenguaje asequible y con una mirada sapiencial hacia el texto sagrado.
Josep Boira
¿Cuál es la organización interna de la sección y sus objetivos?
-En esta etapa, son dos los autores que se encargan de la sección, alternando cada mes. Lógicamente, cada autor tiene su estilo propio, pero la sección tiene como objetivo común acercar la Escritura a los fieles católicos, con un lenguaje asequible, con una mirada sapiencial hacia el texto sagrado que ayude a comprender y descubrir su perenne novedad, y por lo tanto su actualidad para comprender mejor el mundo en el que vivimos.
En su carta Apostólica «Scriptura Sacrae Affectus», el Papa recordaba, con palabras de la Dei Verbum que «si la Biblia es «como el alma de la sagrada teología» y la columna vertebral espiritual de la práctica religiosa cristiana, es indispensable que el acto interpretativo de la misma esté sostenido por competencias específicas» ¿Cómo se aborda, desde estas competencias, el estudio y la explicación de la Sagrada Escritura?
-En la misma exhortación del Concilio Vaticano II Dei Verbum se dan las pautas para una recta interpretación: «Como la Sagrada Escritura hay que leerla e interpretarla con el mismo Espíritu con que se escribió para sacar el sentido exacto de los textos sagrados, hay que atender no menos diligentemente al contenido y a la unidad de toda la Sagrada Escritura, teniendo en cuenta la Tradición viva de toda la Iglesia y la analogía de la fe». Estos criterios resumen el modo de abordar el estudio de la Biblia. Es maravilloso descubrir las analogías dentro de la Biblia, las interconexiones, los cumplimientos de las figuras.
¿Cómo no admirarse al descubrir que ya el profeta Eliseo multiplicó los panes, prefigurando de algún modo lo que hizo Jesús? Más todavía: después de la multiplicación de los panes, vemos a Jesús que ora y luego camina sobre las aguas agitadas por el viento.
El lector atento puede ir más allá de Eliseo y ver en Jesús al Dios creador, que se cierne sobre las aguas y salva a los hombres de las aguas tenebrosas. Me decía un profesor con gran acierto que la Biblia es el primer hipertexto, milenios antes de que existiera la tecnología de enlazar (link), textos entre sí.
En ocasiones, a los católicos se nos recrimina por parte de nuestros hermanos protestantes, por un «desconocimiento» de la Sagrada Escritura. ¿Es esto cierto? ¿Somos realmente conscientes de la importancia de la Palabra de Dios y de aplicarla en nuestra vida?
-Gracias a Dios, desde hace mucho tiempo son muchísimas las iniciativas en la Iglesia Católica que favorecen en sus fieles el conocimiento amoroso de la Escritura, a nivel parroquial, académico; las nuevas tecnologías también han abierto la Biblia a muchas personas. Algunas de las iniciativas proceden de los Romanos Pontífices. Recientemente el Papa Francisco nos ha escrito una preciosa Carta Apostólica, que usted acaba de citar: Scrupturae Sacrae Affectus, (cuya lectura aconsejo) con ocasión del XVI centenario de la muerte de San Jerónimo. Anteriormente, estableció el Domingo de la Palabra de Dios.
Quizá algunas de esas iniciativas han surgido siguiendo el ejemplo de nuestros hermanos de las Iglesias evangélicas. Sin duda, hay mucho por hacer, y nunca podremos decir que ya lo hemos hecho todo, pues la Escritura seguirá siendo siempre el alma de la teología y «la columna vertebral espiritual de la práctica religiosa», según dice la citada Carta del Papa.
Los santos son los mejores intérpretes de la Escritura porque trascienden el texto escrito y llegan, a través de él, a un encuentro con Jesucristo.
Josep Boira
Usted recoge, en la sección, además de su explicación y reflexión, la tradición de la Iglesia de los pasajes de la Escritura que aborda ¿Cree que ahora, que podemos acceder con facilidad a los textos de santos y padres de la Iglesia, podemos aprovechar especialmente este legado para adentrarnos en la Sagrada Escritura e incorporarla a nuestra oración?
– Podríamos decir que los santos son los mejores intérpretes de la Escritura, pues, con la ayuda del Espíritu Santo, han sabido trascender el texto escrito y llegar, a través de él, a un encuentro con Jesucristo. Son nuestros maestros para que la Biblia se convierta en nuestro principal libro de oración.