Familia

Juan Carlos Elizalde preside la 30ª Jornada de la Familia en Torreciudad

Tras dos años de pandemia sin poder celebrarse, el 17 de septiembre tuvo lugar una nueva Jornada Mariana de la Familia en Torreciudad.

Javier García Herrería·20 de septiembre de 2022·Tiempo de lectura: 2 minutos
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Foto: el rezo del rosario procesionando a la Virgen del Santuario.

El santuario de Torreciudad ha celebrado hoy la 30ª Jornada Mariana de la Familia que ha convocado a cerca de nueve mil peregrinos llegados de toda España. Los participantes se han sumado a la petición del Papa Francisco para que sus hogares sean “semilla de convivencia, participación y solidaridad“.

Las familias han rezado por el final de la guerra en Ucrania y se han unido en un emocionante aplauso a un grupo de 30 refugiados ucranianos llegados desde Selva del Camp (Tarragona) y acogidos por la ONG Coopera Acción Familiar y por SOS Ucrania.

El obispo Elizalde con las familias de refugiados ucranianas

Los asistentes llegaron al Alto Aragón para participar en la multitudinaria eucaristía presidida por el obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, y celebrada en la explanada del santuario. Durante la celebración cantaron los coros de los colegios Tajamar (Vallecas, Madrid) y Alborada (Alcalá de Henares).

A su término, el rector de Torreciudad, Ángel Lasheras, leyó un mensaje del Papa dirigido a las familias en el que pide que sean “el rostro acogedor de la Iglesia, que construyan familias de gran corazón que transmiten la fe y recomponen el tejido de la sociedad“. Antes de finalizar el mensaje con su bendición apostólica, el Papa Francisco ha rogado que “no le olviden en sus oraciones por su misión al frente de toda la Iglesia“.

Un proyecto familiar

En su homilía el obispo de Vitoria animó a cada asistente a considerar ante el comienzo del curso escolar, “el proyecto familiar“, a “rescatar la promesa de felicidad que Dios te hizo en tu familia y que te ayuda ante conflictos, enfermedades, deudas, separaciones, ausencias y difuntos“.

Monseñor Elizalde destacó ante los padres que “la vida es grande por las personas que acompañamos, es un tesoro por las personas que crecen junto a vosotros“. Pidió valorar “lo pequeño y lo frágil, donde nos jugamos la madurez de la familia en una sociedad que suele optar por la cultura del descarte“.

Por último, animó a evitar discusiones, culpabilizar o sacar trapos sucios: “nos envenenamos -dijo- cuando buscamos culpables». Y pidió preguntarse: «¿dónde tengo que ayudar, quién me necesita, qué me están pidiendo a gritos, cuál va a ser mi aportación este curso?“.

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