Vocaciones

«Hemos de cuidar lo que somos y a lo que hemos sido llamados»

Un carisma que llega al siglo IV, una comunidad religiosa dedicada a la enseñanza y la vivencia de ambas llamadas: la religiosa y la docente en una misma vocación, así resume su vida la priora del Monasterio de Santa María de Gracia, M.M. Agustinas de Huelva.

Maria José Atienza·19 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos
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Foto: Celebración de Navidad en el Monasterio de Santa María de Gracias (Huelva)

Sor Maria de la Eucarístía es la priora del Monasterio de Santa María de Gracia, casa de las MM Agustinas en Huelva, del que depende el Colegio del mismo nombre. Una comunidad con más de 5 siglos de historia en la capital onubense perteneciente a la Federación de Agustinas de Ntra. Sra. Del Buen Consejo y San Alonso de Orozco.

La comunidad ha visto cómo alumnas del colegio han dio descubriendo su llamada a la vida contemplativa dentro de esos mismos muros. La misma Sor Maria de la Eucaristía vió la llamada de Dios siendo alumna de un colegio agustino al “respirar el carisma agustiniano en las palabras y en la vida de mis monjas”. En su colegio vivió “el acompañamiento espiritual en ese ambiente cercano, de cariño y de entusiasmo fue labrando el tejido de mi fidelidad. Les debo mucho a mis monjas – maestras. Había una cultural vocacional y nos relacionábamos varias alumnas con este ideal, cosa que nos ayudaba a profundizarlo y cuidarlo”.

Carisma agustiniano antiguo y variado

La espiritualidad agustiniana es antigua y rica, lo que ha dado muy diversas modalidades de vivirlo: “Tantas como que lo que nos pide San Agustín como fundamento para vivirlo es ni más ni menos que el primer mandamiento de la Ley de Dios”, subraya esta religiosa, “y pone como lo primero por lo que estamos reunidos en comunidad es ‘tener una sola alma y un solo corazón orientados hacia Dios’. Por tanto, hay variedad de vocaciones y misiones inspiradas en el carisma agustiniano, pues son las mil y una formas de vivir el amor a Dios y al  prójimo”.

Vocaciones entre sus alumnas

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En una época en la que muchas órdenes religiosas dedicadas a la enseñanza parecen no ver frutos vocacionales, en la comunidad onubense son varias las hermanas que han pasado por las aulas del colegio uniendo vocación apostólica y educativa.

Sor María Eucaristía lo ha vivido en primera persona como profesora y directora de estos centros de educación agustina: “El Señor me ha concedido la gracia, desde mis primeros atisbos de vocación, de unir como las dos caras de una misma moneda, el amor por la vida contemplativa y la vida apostólica de enseñanza; y, en ambas, la doctrina y el espíritu de San Agustín, vivido en el estudio y bebido en la experiencia de mis años de colegiala. De ellas me he alimentado, sostenido y orientado en mis largos años dedicados a la educación”. 

No es ajena, sin embargo, al descenso de vocaciones: “La orden agustiniana, como todas las órdenes, antiguas, ha visto muy reducido el número de vocaciones. Hay más vocaciones en los que hemos adoptado una clausura constitucional, en la que se permite el apostolado, tenemos colegios y alguna casa de atención a menores”.

Para ella, “el carisma agustiniano se mantiene valorando mucho la unión de la vida contemplativa y el servicio a la Iglesia y luchamos por él. Pero es cierto que hacen falta más obreros para la mies del Señor. La adaptación a los signos de los tiempos supone salvaguardar las raíces y cuidar los frutos, siendo lo que somos y a lo que hemos sido llamados, abriéndonos a la luz del hoy con sus llamadas a la vida”.

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