Nació en Sri Lanka hace 28 años, de madre católica y padre budista, su hermana y él fueron bautizados al nacer y se educaron desde pequeños en el catolicismo. Hasitha agradece la formación recibida de sus padres, y se acuerda del esfuerzo que puso su madre en transmitirle la fe católica. Acudió a un colegio católico y más tarde, a uno budista. “Gracias a que, en mi país, la diferencia entre culturas no supone un conflicto, pude seguir creciendo en mi fe”, asegura.
En una ocasión, en el santuario donde colaboraba en la atención a los peregrinos una madre católica le comentó que sus hijas no estaban bautizadas para que pudieran elegir. “Cuando Dios te da la fe y lo aprecias como lo mejor que puedes darle a un hijo, es un error decir que elija él cuando crezca”, afirma.
Agradece a Dios su vocación sacerdotal: “El Señor ha planeado desde el principio mi vocación.Como decía san Juan Pablo II, es don y misterio. Ahora miro al pasado y me doy cuenta de cómo todo estaba relacionado”.