La campaña de 40 días por la vida ha terminado pero la labor de estos voluntarios y asociaciones no se termina nunca. Marcos y Nayeli, coordinadores de 40 días por la vida en nuestro país destacan que «rezar delante de un abortorio es estar en la última línea de batalla» y demandan información sobre las alternativas ya ayudas a las que pueden acceder muchas de estas madres que acuden a abortar por causas «económicas, emocionales, inseguridad con un embarazo inesperado y cómo encajar esa circunstancia en su proyección personal y/o profesional».
–¿Cómo estais viviendo desde dentro estos días por la vida?
Humanamente hemos vivido ocasiones de preocupación pensando en los turnos que quedaban pendientes por cubrir y para nuestra sorpresa había gente que no se había apuntado y que estaban allí rezando. Así que como organizadores nos ha enseñado a poner la confianza en Dios. Hemos sido testigos de cómo Dios obra y hace suya esta iniciativa y de cómo transforma corazones. Todo lo vivido en estos días como organizadores también nos ha ayudado a crecer en nuestra relación con Dios. Él siempre supera nuestras expectativas.
– Hay quienes os acusan de «acosar» a las madres ¿cómo se hace este acercamiento a las madres?, ¿se acercan más ellas a vosotros? ¿Os lo agradecen?
Nuestra función consiste en rezar, no nos acercamos a las madres. Nuestra presencia es un recordatorio de que existen otras alternativas y si ellas se acercan, les tendemos la mano. Sí que hay mujeres que nos lo agradecen, incluso alguna nos ha comentado que ojalá hubiéramos estado allí el día que ella entró a abortar.
–En este tiempo de 40 días, más de un centenar de niños ha sido salvado, ¿cuales son las causas que llevan a estas madres a querer acabar con sus hijos?, ¿cómo se las acompaña después?
Las causas son muy diversas: económicas, emocionales, inseguridad con un embarazo inesperado y cómo encajar esa circunstancia en su proyección personal y/o profesional… Lo importante es que apuesten por defender la vida que llevan dentro. Las personas que las acompañan establecen vínculos personales que van más allá de una mera presencia física hasta el momento del parto y que perduran después de ese momento. Con frecuencia, las mismas
madres que un día pensaron abortar y finalmente optaron por seguir adelante, establecen grupos entre ellas y se reúnen. En ocasiones, también se las ayuda ofreciéndoles ayuda para insertarse en el mercado laboral, con
formaciones específicas o apoyo para homologar titulaciones obtenidas en otros países.
Lo importante sería que antes de que la mujer llegue a abortar, sepa que existen otras alternativas y que su difusión fuera más transparente.
Marcos / Nayeli
–¿Cómo se puede seguir apoyando esta campaña?
Diciendo sí a participar en las futuras campañas. Aunque lo ideal sería que no fuera necesaria ninguna campaña. Rezar delante de un abortorio es estar en la última línea de batalla… Lo importante sería que antes de que la mujer llegue allí, sepa que existen otras alternativas y que su difusión fuera más transparente. Legalmente está regulado que se debe ofrecer información ante un embarazo no deseado pero en la práctica, la información que se ofrece no es completa y va en una única dirección, que es precisamente la que nos lleva a ponernos a rezar delante de las clínicas.