Familia

Gabriela Tejeda:»Ninguna mujer de las que atendí en VIFAC se arrepiente de haber tenido a su hijo» 

Con 38 centros de atención en México y uno en Brownsville (Texas) y más de 40.000 mujeres atendidas en casi 40 años, VIFAC es un referente en ayuda a las madres solteras en situación de vulnerabilidad en México.

Maria José Atienza·17 de septiembre de 2023·Tiempo de lectura: 8 minutos
gabriela tejada vifac

Foto: Gabriela Tejada

La Asociación VIFAC – Vida y Familia ha cumplido ya 38 años. Fue en 1985 cuando Marilú Vilchis y Gabriela Sodi, preocupadas por el problema creciente de tantas niñas, adolescentes y mujeres embarazadas viviendo en las calles de Ciudad de México abrieron la primera casa para estas mujeres. 

Desde entonces son decenas de miles las mujeres que han salido adelante profesionalmente y personalmente gracias al apoyo de VIFAC. Gabriela Tejeda presidió esta organización de 2002 a 2019. Cuando esta mujer de Guadalajara (México) dejó la presidencia de VIFAC eran ya 38 las casas de atención en México y uno en Brownsville (Texas). 

En esta conversación con Omnes, Tejeda destaca la importancia de que las chicas que se enfrentan a un embarazo imprevisto o solas tengan todas las posibilidades abiertas y puedan optar por seguir adelante con su embarazo contando con un hogar y una capacitación para el futuro. 

¿Cómo nace VIFAC? 

–VIFAC nace en 1985 de la mano de Marilu Vilchis y Gabriela Sodi. Ellas vieron el problema creciente de tantas niñas, adolescentes y mujeres embarazadas viviendo en las calles de Ciudad de México y abrieron la primera casa para estas mujeres en 1985. Con el tiempo, se va imitando este modelo en otras ciudades como Monterrey, Guadalajara o Campeche. 

En 2002 se decide hacer un paraguas bajo el que agrupar estas casas, crear una identidad común y una manera de trabajar uniforme. Se realizan además los manuales de actuación. 

En resumen, lo que se buscaba era trabajar con el mismo orden, con la misma legalidad y con la misma transparencia. Nace entonces VIFAC nacional, una asociación civil cuyo fin es acompañar y capacitar a los equipos que forman las casas que atienden a estas mujeres que se enfrentan solas a un embarazo. 

Yo llegué a VIFAC Guadalajara en 1996. En 2002 me ofrecieron la dirección nacional. En ese momento empezó el crecimiento y profesionalización de VIFAC: se crearon áreas de inversión social, finanzas, se profesionaliza la distribución, los reportes a las autoridades y empresas que nos lo pedían. 

Estuve en VIFAC hasta 2019. Cuando me fui había ya 38 centros de atención en México y uno en Brownsville (Texas), se habían hecho los manuales de atención en todas las áreas y habíamos ayudado a más de 40.000 bebés de los que 4.000 estaban con familias adoptivas. 

De las chicas que se atienden en VIFAC, aproximadamente el 90% decide quedarse con su hijo o hija y sólo el 10 % lo da en adopción

Gabriela TejadaVIFAC

¿VIFAC es una organización de rescates para evitar el aborto o de atención a las madres? 

–Un poco de todo. VIFAC quiere que la mujer, ante un embarazo inesperado, no se vea abocada a tomar ciertas decisiones por falta de alternativas y opte por la vida ofreciéndole casa, alimentación, capacitación profesional, ayuda para terminar los estudios y, a las que deciden quedarse con su bebé, clases de cuidado de los pequeños…. Ellas no tienen que poner nada de dinero. Tienen además atención de un área de psicología y de atención familiar. 

De las chicas que se atienden en VIFAC, aproximadamente el 90% decide quedarse con su hijo o hija y sólo el 10 % lo da en adopción, lo que es una decisión que supone tiempo de reflexión porque tienes más opciones. 

Hemos trabajado mucho siempre para que, cualquier decisión que tomen, sea tomada con responsabilidad y libertad. 

Fuimos caminando con los Derechos Humanos y con los derechos de las mujeres para convertir esa desigualdad que se vivía en muchos países, también en México, en una oportunidad. Eso era para mi lo mas importante: pensar qué les tenia que ofrecer para convertir ese problema en una oportunidad. 

Entendimos que la parte emocional era muy importante. Si no estaban tranquilas, si no tenían una atención emocional, por más conocimientos que les diéramos no los iban a absorber y conservar. Trabajamos con la secretaría de educación para que pudieran, por ejemplo, terminar sus estudios: primarios, secundarios o incluso preparatoria para la carrera. Muchas lo han hecho durante estos años. La clave era sacarlas de ese estado de vulnerabilidad real que una mujer embarazada y sola tenía en México. 

¿Qué caracteriza entonces a VIFAC? 

–Nosotros ofrecemos a las chicas la posibilidad de llevar adelante su embarazo, si ellas no quieren, al final, y no tienen a su hijo, ahí ya no podemos hacer nada. Lo que VIFAC quiere es que consideren todas las posibilidades. 

Yo siempre les digo que si quiero un móvil y me ponen enfrente sólo uno y me dicen “Escoge”, ¿con cual me voy a quedar? Con el único que hay. Pero si me ponen de varias marcas, con prestaciones distintas entonces si puedo elegir libremente. 

Esto es lo mismo: «¿Qué quiero? ¿Qué necesito? ¿Un lugar para vivir? ¿Capacitación? ¿Necesito ayuda emocional? ¿Quiero hacer un proyecto de vida con mi hijo? – Ahí tienes, elige». Hay chicas que nos conocen y, al final, no quieren entrar en las casas, pero otras muchas si.

¿Cómo se forman las personas que trabajan en VIFAC?

–Desde VIFAC hay una atención de los voluntarios específica para cada una de las áreas: las mujeres que están dentro de la casa dando clases; hay un área de atención familiar, etc. Con el tiempo, la atención se ha ido especializando. 

Además, tenemos voluntarios que ayudan en la promoción: poner carteles, ir a las comunidades a explicar el VIFAC más cercano, informar a través de las redes sociales o ayudar en el área de recaudación de fondos, de recogida de alimentos… Hay un manual específico para el voluntariado. Con los años además se ha ido teniendo personal contratado profesional en áreas como administración, supervisión de alimentación y nutrición o contabilidad. 

¿Cómo es la atención en una casa de VIFAC?

–Las casas de VIFAC funcionan como una familia. Hay una o dos cuidadoras, dependiendo del tamaño de la casa, que están con las mujeres durante el día y otras por la noche. En las casas no tenemos médico o enfermeras de planta porque no tenemos los recursos para ello. Por eso no podemos recibir chicas con problemas de drogadicción o con problemas psiquiátricos complicados. En estos casos, lo que hacemos ponerlas en contacto con muchas organizaciones que si atienden este tipo de casos. Si nos llegaba, por ejemplo, una chica con SIDA, que por su medicación no pudiera ser atendida como merece en VIFAC, se canalizaba a otra organización que se dedicaba a esto. Si se trataba de chicas drogadictas, primero acudían a un centro de rehabilitación y luego podían entrar en una de las casas de VIFAC. 

Tenemos ese perfil porque hemos de responder como ellas merecen. Si admitiéramos este tipo de chicas problemáticas estaría siendo injusta, porque no les podemos ofrecer lo que ella de verdad necesitan. Esta manera de proceder nos ha ayudado a establecer vínculos con organizaciones muy importantes, por ejemplo, en el caso de las mujeres migrantes, que vienen sin nada y muchas veces tras sufrir abusos hemos podido atender una parte nosotros y otra parte, legal o médica, otras organizaciones.

Además, no todas las casas funcionan igual. Hay casas que son sólo centros de día, donde las mujeres van, reciben sus clases, apoyo psicológico, orientación de proyecto de vida…, etc. En VIFAC no se cobra ningún servicio, pero a cambio tienen que acudir puntualmente a las clases o, en el caso de las que viven en las casas, han de estar aseadas y arreglar su habitación. 

Entre los 38 centros se alojan unas 250 chicas. May centros con 30 plazas y otros con 5 ó 6. En el sureste de México, aunque la necesidad es grande, al ser más común el hecho de las madres solteras, funcionan más los centros de día.

¿Cuánto tiempo están las chicas en las casas?

–Las chicas están en las casas hasta que ellas están preparadas para irse. Normalmente no están más de 4 o 5 meses en la casa. 

A nadie se le presiona para irse, pero durante los meses previos ellas mismas han trabajado su proyecto de vida: Qué vas a hacer, cómo vas a vivir y mantenerte, cómo y quién va a atender a tu bebé… y por eso se suelen ir. 

A las mujeres que deciden dar su bebé en adopción se les da el apoyo psicológico y emocional hasta que ella quiera y también asesoramiento legal, para que sepan que la adopción se hace de manera completamente legal y conforme a las leyes. 

Las chicas aprenden un oficio, muchos relacionados con la estética, la cocina, la repostería… a algunas, por ejemplo, se les facilitó una islita de belleza que ellas pudieran utilizar para salir adelante. 

La vulnerabilidad en estas mujeres puede ser económica, pero también social, familiar, o psiquiátrica. 

Gabriela TejadaVIFAC

¿Cómo es la relación con las entidades gubernamentales?

–Nuestra relación ha ido cambiando con el tiempo. Antes éramos la única opción de este tipo. Si al gobierno le llegaba alguna chica adolescente o adulta, embarazada, que necesitaba de un albergue, era acogida por VIFAC y, con estos casos, tuvimos algunos acuerdos de ayuda de alimentos, o mantas en el invierno… Hubo gobiernos que tuvieron programas para cualquier organización que trabajara bien con la población vulnerable y eso obviamente ayudó a tener recursos. Esos recursos públicos estaban en la web de Haciendo porque eran recursos estatales. Aunque hubo años de donativos grandes, mantener 38 centros conlleva un buen gasto. 

Los donativos son una base importante, tanto los grandes de grandes fundaciones como los donativos de personas individuales, que ayudan con cantidades pequeñas al gasto regular. 

¿Cómo conocen las chicas VIFAC?

–En la actualidad, sobre todo, por internet y redes sociales. Hoy en las redes sociales las chicas lo expresan todo, de un lado y otro. También, durante estos años, hemos estado presente en los medios de comunicación. 

Las casas, por ejemplo, son de puertas abiertas, siempre y cuando se respete la identidad de las chicas. Hemos hecho reportajes con muchos medios que conocieron de primera mano el día a día de las casas. Hay plena transparencia. 

También se dan charlas en distintas comunidades y, por ejemplo, hay algunas chicas que, una vez fueron atendidas y han vuelto para hablar de VIFAC en sus comunidades. Ese testimonio es lo que más ayuda. 

¿Qué es lo que más demandan las mujeres que acuden? 

–Apoyo emocional. Definitivamente. 

Antes, hace 15 años, una mujer embarazada fuera del matrimonio, o de una pareja estable, era muy mal vista en México. Entonces lo que más querían era un sitio para vivir, para “esconderse” incluso. 

Luego cambió a querer terminar sus estudios, porque la desigualdad educativa en México era muy fuerte: muchas mujeres ni terminaban la educación básica. Ante la posibilidad de realizar los estudios sin costo y también hacer la secundaria y la preparatoria… les gustaba mucho. 

Pero, hoy por hoy, lo que más piden es el apoyo emocional. Son mujeres vulnerables, porque la vulnerabilidad puede ser económica, pero también social, familiar, o psiquiátrica. 

Siempre son mujeres vulnerables ante algo, puesto que piden ayuda, pero la necesidad cambia. Hoy las madres solteras son más comunes, hay menos matrimonios, las relaciones cambian…, pero creo que todas las madres solteras en cualquier lugar necesitan de este apoyo emocional para sentirse fuertes, para construir un proyecto de vida, porque la vida sigue: qué valores quiero trasladar a mi hijo. 

Hoy en México hay muchos programas de apoyo para las madres solteras. Las madres son jefas de familia en México en un 40% y no es fácil, porque los horarios de trabajo son duros y no permiten estar mucho tiempo con los bebés, en estos últimos años han desaparecido además muchas guarderías y esas madres si no dejan a su hijo en una guardería o pueden ir a trabajar. 

¿Se trabaja también con las familias de las chicas?

–Claro. En los casos en los que la familia no acepta a las chicas, se trabaja con la familia para que la acoja, que entiendan que lo que ha ocurrido no significa que tenga que ser separada de la familia permanentemente.

Muchas veces las chicas te dicen “mis pares me van a matar”, pero trabajando y hablando con las familias, se van dando cuenta que viene una vida, un nieto, y el 99% de las familias vuelve a aceptarla plenamente y están contentos.

En VIFAC ayudan a optar por la vida. En el caso de México, ¿qué incidencia de aborto hay?

–Actualmente altas. Además de la ley que ha ido despenalizando el aborto, es muy fácil abortar incluso en casa, con el aborto químico. Nosotros lo que queremos es que VIFAC sea muy visible para que, en el caso de que una chica se quede embarazada, sepa que no sólo tiene la salida del aborto, sino que hay otra manera, que si quieres a tu bebé lo puedes tener o darlo en adopción a familias que lo van a querer… todo ello lo puedes decidir con calma. 

Hemos tenido muchos casos de madres que intentaron abortar con píldoras y, por alguna razón, el bebé siguió para adelante. Las acogemos, les damos apoyo. En los más de 20 años que he estado en VIFAC, ninguna de las miles de mujeres a las que he conocido me ha dicho que se arrepintiera de tener a su hijo, ya sea para quedárselo o para darlo en adopción. 

Ninguna mujer se arrepentía de dar la vida a su hijo, mujeres que abortaron y se arrepienten, miles. Miles pidiendo ayuda en las redes sociales, en las casas de VIFAC…, y ahí tienen una repuesta. 

Newsletter La Brújula Déjanos tu mail y recibe todas las semanas la actualidad curada con una mirada católica