En pocos días, el Instituto de Estudios Superiores de la Familia de la Universitat Internacional de Catalunya inaugurará el I Workshop Internacional sobre Acompañamiento Familiar. Tres días en los que psiquiatras, familias, orientadores y docentes compartirán reflexiones y sobre todo, experiencias y formación sobre acompañamiento familiar, que va más allá de ofrecer contenidos teóricos sobre la familia.
Como destaca en esta entrevista Mª Pilar Lacorte, subdirectora de Programas Docentes del Instituto de Estudios Superiores de la Familia de esta Universidad “la formación sigue siendo necesaria, pero no es suficiente, y sobre todo hay que aprender a formar de otro modo, con otra metodología y otro estilo, acorde con la cultura en la que vivimos”.
¿Cómo nace la idea de este workshop?
–En el IESF llevamos años trabajando sobre la necesidad y el modo de realizar acompañamiento a las familias. Desde la experiencia docente e investigadora, hemos constatado que los cambios culturales de las últimas décadas no han ido de la mano de un cambio en la manera de ayudar a las familias acorde con su nueva mentalidad y sus nuevas circunstancias.
Después de estos años de trabajo, nos ha parecido un buen momento de compartir esta experiencia con quienes están en primera línea al lado de las familias. Nos ha parecido que una buena manera de hacerlo es convocar un Workshop, es decir, un encuentro con un enfoque práctico, sobre Acompañamiento Familiar. Vemos este workshop como una oportunidad para promover un cambio de ciclo, dando una respuesta más real y concreta a las necesidades que hoy tenemos las familias.
El hecho de celebrarlo este año ha sido motivado por la celebración del año de la familia Amoris laetitia, promovido por el Santo Padre. Debemos recordar que el Papa Francisco ha subrayado especialmente la necesidad de estar cerca de las familias, de un modo práctico y realista. Y esto es precisamente el acompañamiento familiar.
Vemos este workshop como una oportunidad para promover un cambio de ciclo, dando una respuesta más real y concreta a las necesidades que hoy tenemos las familias.
Mª Pilar Lacorte. Subdirectora de Programas Docentes del Instituto de Estudios Superiores de la Familia. UIC
¿A quién va dirigido y cuáles son los objetivos de este I Workshop Internacional sobre Acompañamiento Familiar ?
–Como objetivo general, el workshop quiere ayudar a entender el acompañamiento familiar como un cambio de enfoque en el modo que hasta ahora se tenía sobre cómo apoyar a las familias, como ya he indicado antes. No se trata de iniciar nuevas estructuras, o de realizar cambios drásticos, sino de comprender cuáles son las dificultades reales ante las que se enfrentan las familias y aprender a ayudarles desde una perspectiva y una mirada renovadas.
Los objetivos concretos del workshop son, por un lado, ofrecer una formación sobre qué es y cómo realizar este acompañamiento a las familias desde distintos ámbitos (educativo, pastoral, desde gabinetes profesionales, redes sociales, etc.), de forma práctica y realista.
Al mismo tiempo, nos gustaría que el workshop sirviese como punto de encuentro para dar a conocer iniciativas de acompañamiento que ya se están realizando y posibilitar el encuentro con quienes desean realizar esta tarea, posibilitando sinergias entre los participantes, y fomentar la creación de nuevas iniciativas en los distintos países.
Nos alegra ver que hasta el momento tenemos más de 400 asistentes de unos 50 países de los cinco continentes. Creemos que esto va a suponer un enriquecimiento muy relevante para todos los que participen en el programa.
Durante mucho tiempo se ha «instruido»o formado a padres, madres, orientadores…, pero, ¿es lo mismo que el acompañamiento? ¿Qué lo diferencia, por ejemplo, de un curso de orientación familiar?
–Hasta hace unos años creíamos que bastaba con ofrecer a las familias una “formación” para ayudarlas: es decir, darles unas ideas sobre cómo debe ser la familia y cómo deben hacer las cosas, con un estilo que podríamos llamar “directivo”, olvidando que la formación no es solo dar o recibir información, la formación requiere la libertad que posibilita que cada persona, cada familia descubra su protagonismo único. Tal vez hemos tenido una idea demasiado moralista o intelectual sobre la familia.
Evidentemente la formación sigue siendo necesaria, pero no es suficiente, y sobre todo hay que aprender a formar de otro modo, con otra metodología y otro estilo, acorde con la cultura en la que vivimos, que como decía al inicio ha cambiado radicalmente en las últimas dos décadas.
Da la sensación de que nos formamos mucho en la vida profesional, o incluso social, pero para lo que menos tiempo nos formamos es para lo que nos ocupará toda la vida que es el desarrollo de nuestra vida familiar. ¿Somos conscientes de esta carencia?
–Las personas y las familias, con nuestras acciones cotidianas, somos quienes creamos la cultura que nos rodea, y a la vez, nos sentimos influidas por esa misma cultura.
Desde el Instituto de Estudios Superiores de la Familia hemos analizado cómo son las familias actuales: occidente muestra una clara tendencia hacia la creación de sociedades muy individualistas. Nos cuesta estar unos con otros, necesitamos respuestas y acciones inmediatas y cuando surge el conflicto, lo entendemos como señal de un fracaso irreparable. Y evidentemente, nos cuesta pedir ayuda.
Con estos presupuestos, la vida de las familias puede llegar a ser muy complicada; nos cuesta comprender la importancia de los lazos familiares y fortalecer esos vínculos se hace difícil. Tal vez ese sea el motivo por el que no somos conscientes de lo que realmente es importante en la vida de nuestras familias.
¿Persiste cierta idea de que sólo se acude a la formación o a la orientación para resolver un problema familiar o para prevenirlo?
–Nuestra propuesta es acompañar a las familias. Acompañar significa “estar junto a alguien”, andar a su lado, no sólo cuando hay dificultades, hay que estar presentes para que exista la necesaria confianza que permite acompañar.
Se acompaña para que las familias sean capaces de descubrir su propio protagonismo y aprendan el mejor modo para resolver las dificultades y conflictos que todas las relaciones personales llevan consigo. Acompañar es sobre todo establecer una relación personal y, como tal, se basa en la confianza: no podemos imponerla, pero sí ofrecer las condiciones para que sea posible.
El acompañamiento familiar no es una única acción, sino más bien un cambio de perspectiva “de amplio espectro” que puede aplicarse de maneras distintas y en ámbitos muy diversos.
Mª Pilar Lacorte. Subdirectora de Programas Docentes del Instituto de Estudios Superiores de la Familia. UIC
En nuestra sociedad, se está perdiendo en muchos ambientes el concepto de «familia», como unidad de madre-padre-hijos, e incluso, de familia amplia. ¿Cómo afrontar este acompañamiento en situaciones diversas como las que encontramos en estos momentos?
–El acompañamiento familiar no es una única acción, sino más bien un cambio de perspectiva “de amplio espectro” que puede aplicarse de maneras distintas y en ámbitos muy diversos. No creo que se esté perdiendo el concepto de familia, somos seres familiares, porque somos personas humanas.
Hay un núcleo fundamental, podríamos decir que universal de lo que significa “ser familia”, pero después hay muy variadas formas de desplegarlo, como he señalado antes. Como no existen “familias ideales” ni “familias perfectas”, en realidad todos necesitamos ser acompañados. Y todos podemos de algún modo ser familias que acompañan a otras familias.
Para eso es importante aprender a mirar de otro modo la realidad familiar, formarnos y compartir con otros, así que, de algún modo, todas las personas preocupadas por ayudar a las familias tenemos cabida en este workshop.