Evangelización

Paula Vega: “Es fundamental que logremos responder a las preguntas vitales»

Paula Vega (Llamameyumi) es una misionera digital y estudiante de Teología que usa las redes sociales para evangelizar.

Paloma López Campos·22 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos
Paula Vega con su prometido

Paula Vega y su prometido (Foto: Carmen Vallejo)

Paula Vega, en redes sociales “llamameyumi”, es profesora de Religión y estudiante de Ciencias Teológicas. Se dedica también a evangelizar en redes sociales, es lo que conocemos como una misionera digital. No solo comparte su día a día, en su contenido se encuentra una fe vivida contagiosa. En este artículo os traemos una entrevista que ha concedido a Omnes.

¿Por qué empezaste a evangelizar en redes sociales?

– No fue una decisión de la noche a la mañana, sino más bien algo progresivo. Como cualquier joven, yo compartía mi día a día en redes sociales sin pretensión alguna. Conforme la fe se fue volviendo más importante, más se reflejaba eso en mis publicaciones. Empecé compartiendo el día a día en la parroquia, reflexiones sobre la fe y posteriormente algunas cosas que aprendía en teología. La respuesta de la gente era muy positiva y los seguidores comenzaron a crecer. Rezando y reflexionando, sentí que podía aportar algo desde mi perspectiva de joven, mujer y estudiante de teología, y decidí tomármelo más en serio. 

Internet es un medio masivo en el que, por lo que parece, el contenido es prácticamente siempre negativo y muy alejado de los valores cristianos. ¿Cómo evitar ahogarse entre ese bombardeo de contenido?

– En los talleres que doy sobre la evangelización en redes para jóvenes, les explico que una actitud cristiana en internet también se basa en tomar conciencia de las personas a las que seguimos. Si yo sigo cuentas superficiales, que incitan a la violencia o se burlan de otros, eso será lo que esté recibiendo durante el tiempo que utilice las redes, que normalmente es un tiempo elevado. Crear un espacio en mi propio móvil de contenido positivo y que me aporte es responsabilidad propia. Como padres y catequistas, creo que es bueno hablar con los niños de esto y ofrecerles cuentas con contenido de calidad. Gracias a Dios hoy en día tenemos gran cantidad de misioneros digitales en todas las plataformas que hacen contenidos muy atractivos.

Las redes sociales de Paula

Eres alumna de Teología, ¿es una llamada que surge de una necesidad para hacer frente a tu labor como misionera digital o es algo más profundo?

– Mi llamada a la teología surgió mucho antes, tras un proceso de reconversión en que el me vi llamada a algo más. Ahora que lo veo con perspectiva, en mi vida no se entiende lo uno sin lo otro. La teología me permite hablar en redes de ciertos temas que la gente demanda porque están buscando respuestas. Al mismo tiempo, estar en contacto con jóvenes y personas alejadas me obliga a buscar la forma de actualizar el lenguaje teológico para propiciar el acercamiento. 

Eres responsable de formación en un grupo, atiendes a jóvenes de entre 14 y 18 años, eres miembro de la Pastoral Vocacional… ¿Qué carencias ves en la formación religiosa de los más jóvenes? ¿Qué crees que necesitan?

– Primero, empezar por la formación de los propios catequistas y profesores. Ahora que estudio teología me doy cuenta de los errores que cometía antes o las cosas que pensaba y transmitía, por no tener formación suficiente. Segundo, hay que partir de los intereses que tengan en cada etapa de sus vidas. Es fundamental que logremos responder a las preguntas vitales que tengan, porque solo así la fe cobra un sentido profundo. Tercero, debemos hacer la formación atractiva. No es lo mismo hablarles de las partes de la misa con una charla estática, que con un kahoot, por ejemplo. O hablar del ecumenismo con una presentación, en vez de participar de algún encuentro con jóvenes de otras confesiones. Hay que ser creativos y buscar las formas más adecuadas.

Has hablado varias veces sobre la salud mental, ¿crees que este ámbito está suficientemente trabajado por la Iglesia? ¿Qué crees que falta por lograr?

– Es cierto que se ha mejorado notoriamente el diálogo sobre salud mental en la sociedad y, por ende, esto se ha transmitido a la Iglesia. No obstante, creo que en algunos sectores se sigue relacionando los problemas de salud mental con falta de fe o confianza en Dios. Se piensa que la terapia psicológica anula el acompañamiento espiritual, o viceversa, pero las dos son necesarias y complementarias. Sin salud mental no hay salud. Dios acompaña en el proceso, como ese amigo fiel que camina contigo. Igualmente, la Iglesia como madre, debe acompañar y ser abrazo para todas esas personas que sufren a causa de la salud mental. Hablar más abiertamente de ello puede ayudar a derribar prejuicios. 

¿Qué es lo más difícil a la hora de enseñar a los niños sobre Dios?

– Antes, cualquier persona había recibido una mínima educación religiosa. Ahora tengo niños que no han escuchado hablar nunca de Dios en casa y tienes que empezar de cero. Se vuelve complicado la continuidad y entonces, inconscientemente, separan la fe del resto de ámbitos, en vez de dejar que sea la esencia. En el colegio, existe Dios porque la profesora me habla de Él. En el resto de mi vida no está presente porque el entorno no lo fomenta. También les resulta difícil entender las implicaciones de pertenecer a la Iglesia porque no lo viven en el día a día. Los profesores y catequistas sembramos y rezamos para que la semilla dé fruto en algún momento, pero el riego que se les da desde casa es fundamental.

¿Hay algo que tus alumnos más pequeños te hayan enseñado sobre Dios y que quieras compartir con nosotros?

– Los niños asimilan rápido que Dios es un padre bueno que nos ama con locura. Por eso, consiguen entrar en una dinámica de confianza con Él, donde no tienen miedo de preguntar o reprochar. El Papa Francisco dice que enfadarnos con Dios también es una forma de hacer oración, porque ya supone hablar con Él y reconocer su existencia. Los niños me han enseñado a no tener miedo de dirigirme a Dios y decirle lo que sienta en cualquier momento. Él lo acoge todo y me sigue amando.

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