“Tengo la convicción de que Dios me ha llamado a ser un sacerdote santo según el corazón de Jesucristo”, afirma. Su obispo le envió a estudiar a la Universidad de Navarra: “Llegué a Pamplona en el curso 2013-2014. Tras cinco años de formación en el Colegio Eclesiástico Internacional Bidasoa y en la Universidad de Navarra estoy convencido de que la historia de mi vocación es una historia de acción de Dios a través de muchas personas”.
Tras ordenarse sacerdote, trabajóun año en una parroquia en Surabaya. “Aunque somos minoría en mi país, los católicos tienen una fe ardiente. Había muchas familias jóvenes, era una parroquia con mucha vida”, relata, agradecido al obispo de esa diócesis, Mons. Vincentius S. Wisaksono, quien le ha acogido con un cariño paternal.
“A los católicos en Indonesia les gusta organizar actividades en las parroquias. No obstante, a muchos de ellos les falta formación doctrinal. Por esta razón, mi obispo me ha enviado este año a Roma para ampliar los estudios en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz con la especialización en Teología dogmática para contribuir a la formación de sacerdotes y fieles en la diócesis de Surabaya”, cuenta.
Para el P. Kenny, le habría sido muy difícil responder bien a la llamada de Dios sin la ayuda generosa de los benefactores de Centro Académico Romano Fundación.