Evangelización

El obispo Martinelli habla del “milagro” de Dubai y quiere estar en Yemen

El obispo capuchino Paolo Martinelli (Milán, 1958), es vicario de Arabia del Sur, jurisdicción eclesiástica que incluye Yemen, Omán y Emiratos Árabes Unidos. En su paso por Madrid, afirma que desea retomar la presencia de la Iglesia en Yemen. Revela también que “en Dubai tenemos la parroquia más grande del mundo, con más de 150.000 fieles cada fin de semana, de cien países. Todos migrantes. Es un ‘milagro’”.  

Francisco Otamendi·3 de febrero de 2025·Tiempo de lectura: 5 minutos
E·l obispo Martinelli en un coloquio de Comunión y Liberación. Enero 2025.

El obispo Paolo Martinelli con José Luis Restán, en un coloquio de Comunión y Liberación, en Madrid, el 30 de enero de 2025 @Alba Mediavilla Madroñal.

Con 66 años, el italiano Paolo Martinelli muestra el empuje de un veinteañero. Acaba de predicar esta semana los ejercicios espirituales a los sacerdotes de Comunión y Liberación en España, y se le nota con gran ánimo. 

Martinelli pasó de ser obispo auxiliar de Milán (2014) a vicario de la jurisdicción eclesiástica de Arabia del Sur (2022), con casi un millón de fieles católicos, procedentes de más de cien países, 65 sacerdotes, 50 religiosas. “Arabia del Sur es una iglesia de migrantes”, afirma.

“Hasta el obispo es migrante”

El 85 por ciento son de rito latino, y el 15 por ciento, de iglesias católicas orientales. “Todos somos migrantes, incluso el obispo es migrante”, ha dicho en Madrid. En efecto, unos cientos de personas de Comunión y Liberación le escucharon y aplaudieron con ganas en el espacio de la Fundación Pablo VI, y quién sabe si clavó el arpón misionero a más de un asistente. 

En el cartel, bajo el título del coloquio con José Luis Restán (‘Ser cristiano en Oriente Medio’), figuraba una frase suya, que desarrolló luego: “Estar en misión significa ser enviado por alguien, a alguien, con alguien”.

De la urbe al desierto

Martinelli pasó de la ciudad a un desierto con infraestructuras gigantescas e inteligentes, rodeado por emigrantes. Un lugar único también desde el punto de vista ambiental, el desierto. “Me siguieron unos cuantos frailes, y 42 grados a la sombra”. Y concluyó diciendo que Arabia meridional es un “laboratorio para el futuro de la Iglesia”.

“Mi predecesor (Paul Hinder, había cumplido 80 años, 20 en el Golfo), también era capuchino, tres cuartas partes del clero son capuchinos (45 de 65 sacerdotes), y no pocos habían sido alumnos míos en Roma. Me di cuenta de que mi Orden está comprometida con esta tierra desde la primera mitad del siglo XIX”. Por eso, el obispo de allí ha sido casi siempre un capuchino. “Esta elección del Papa Francisco daba cumplimiento a algo que estaba escrito en mi vida. Llegué a Arabia porque fui enviado a Arabia”.

EAU: 7 emiratos con 9 millones de migrantes

Emiratos Árabes Unidos (EAU), centro y sede del vicariato, está constituido por la unión de 7 emiratos, desde 1971. El Estado es oficialmente islámico. El presidente es el emir de Abu Dabi, que tiene diez millones de habitantes, de los que 9 millones son migrantes: 4,5 millones son indios, y aparte del Islam, están los cristianos, budistas, etc. Los países de origen son casi doscientos, y “en el vicariato tenemos un millón de católicos, de los que 850.000 viven en los emiratos. La mayoría filipinos, muchos indios y de otros países”, ha explicado en el coloquio.

Los emiratos han tenido desde el principio una actitud muy tolerante con todas las culturas y religiones. Tenemos incluso un ministerio de la Tolerancia y la Convivencia, añadió.

“Llama la atención que la modernidad y la tradición coexisten pacíficamente, al contrario que la situación occdental. El padre de la nación era un gran visionario, y el desarrollo del país ha sido muy rápido”.

“La política migratoria se ha cuidado mucho. Hay una presencia importante de trabajadores, en varios grupos. Muchos llegan sin familia. La Iglesia intenta tener una relación estable con todos ellos, promoviendo iniciativas de apoyo y de contacto con los católicos que desean vivir una vida de fe”.

“El milagro de Dubai”

El obispo Martinelli cuenta que “tenemos 9 parroquias en los diversos emiratos. En Dubai tenemos la parroquia más grande del mundo, con más de 150.000 fieles cada fin de semana. Es un milagro hacer posible que todos puedan participar en Misa y en catequesis, es un milagro verdaderamente. Todos somos migrantes, una Iglesia en continuo movimiento, cuya organización depende del trabajo de sus fieles, de cien países”.

Por eso, añade, “la parroquia está estructurada en Comunidades lingüísticas, que son el primer signo de la cercanía de la Iglesia con las personas. Se encargan de los recién llegados, les ayudan a mantener sus tradiciones, su lengua, etc., para apoyarlos en sus necesidades”.

“Cuando el Papa Francisco visitó los Emiratos Árabes Unidos, manifestó que la vocación de esta iglesia consiste en ser “una polifonía de la fe”. De este modo se experimenta la verdadera universalidad de la Iglesia. Siendo diferentes, hemos recibido el mismo Bautismo, la misma Fe, el mismo Espíritu”.

«Es Cristo quien envía«

¿Qué significa enviado? “En el avión, reflexionaba: misión quiere decir que alguien te envía. Es Cristo quien envía. Decía Jesús: como el Padre me ha enviado, así Yo os envío a vosotros. A través de alguien, a través de la Iglesia, a través del Papa, a través de una llamada que recibes inesperadamente”.

“Luego pensé, no voy solo. Voy con alguien, el sujeto de la misión es siempre una Comunión, con mis hermanos, los sacerdotes, sería imposible estar allí solo; también ha sido de gran ayuda saber de algunas familias del Movimiento, sobre todo de algunas Memores Domini, son un don especial”, y citó expresamente a don Giussani.

“Y a alguien: pienso sobre todo en todos los migrantes que viven en el Golfo. La nuestra es una Iglesia de migrantes”.

“Ser enviado te hace querer a las personas”

“Estoy ahí para confirmarles en la fe, y para ser un signo de unidad. Al mismo tiempo, me reconozco enviado a los fieles de otras religiones, especialmente a los fieles del Islam, apoyado en el ejemplo de san Francisco de Asís, pero también a los hindúes, y tantos otros”, añadió ayer. “Para testimoniar el Evangelio, para reconocer en ellos el destello de aquella verdad que ilumina a todos los hombres, y para trabajar juntos por un mundo más fraterno y humano”.

En definitiva, “la palabra misión, la experiencia de ser enviado es principio de acción porque te mueve, te pone en movimiento, principio de conocimiento, y principio de afecto. Ser enviado te hace querer a las personas”.

Yemen: retomar la presencia de la Iglesia

Tres frases sobre otros países del vicariato de Arabia del Sur. En primer lugar, sobre Yemen, que “para nosotros tiene una importancia histórica fundamental, porque el vicariato apostólico de Arabia nació en Yemen hace 135 años. y su sede estaba allí”.

Tras diez años de guerra civil, queda muy poco. Las cuatro iglesias están en ruinas, y sólo en el norte, bajo el mando de los rebeldes hutíes, hay dos comunidades de Misioneras de la Caridad (Santa Teresa de Calcuta), que realizan una gran labor de caridad, y un sacerdote. En 1998 y en 2026, las hermanas de la Madre Teresa sufrieron sendos atentados, que costaron la vida de 7 monjas, mártires de nuestro tiempo, como las definió el Papa Francisco. 

Quedan sólo unos cientos de católicos. Casi todos los migrantes han ido abandonando Yemen. “Mi mayor deseo sería retomar la presencia de la Iglesia en Yemen, donde hay católicos autóctonos, cosa que no sucede en otros Estados del Golfo”. 

La situación interna entre Yemen del Norte y Yemen del Sur “está ya bastante calmada, en comparación con el pasado. Rezamos para que se abran nuevas vías de presencia cristiana, y esperamos que la tregua entre Hamás e Israel pueda traer algún cambio también a Yemen”.

Buena relación con Omán

La situación en Omán es muy diferente, pues se rechaza la violencia, ha explicado el vicario Martinelli. El país es un sultanato y la población es muy dócil. “Son interlocutores de Yemen, y en todo caso, nuestra relación con las autoridades de Omán es muy buena, y la del nuncio también. Tenemos 4 parroquias, aunque no hay colegios, de momento, y las buenas relaciones con la Santa Sabe hacen prever que en el futuro pueda haber nuevas parroquias, y tal vez alguna guardería”.

Pensamos que en Omán hay muchos católicos, pero que no se implican en la vida de la Iglesia, quizá por la distancia a los lugares de culto, porque no tienen vehículo, considera el vicario. Es el caso de los filipinos, más de 45.000 en Omán, y casi todos católicos. También hay católicos indios. 

El autorFrancisco Otamendi

Newsletter La Brújula Déjanos tu mail y recibe todas las semanas la actualidad curada con una mirada católica