Educación

El 75 % de los españoles reconoce valores cristianos

La mayoría de españoles reconoce que sus valores tienen raíz cristiana, incluso la mitad de los que se declaran indiferentes o ateos. Los niveles de confianza en la Iglesia católica mejoran, aunque son bajos, según un informe de los analistas Víctor Pérez-Díaz y Juan Carlos Rodríguez presentado por la Fundación Europea Sociedad y Educación.

Rafael Miner·14 de julio de 2021·Tiempo de lectura: 6 minutos
corazon manos

Foto: Tim Marshall / Unpslash

Entre los 28 países europeos cuya población adulta se identifica con alguna denominación religiosa, España ocupa la posición 22, aunque un 75 % de los españoles reconocen que sus valores tienen una raíz cristiana, incluso la mitad de los que se declaran indiferentes o ateos.

Un 86 % reconoce la importancia del papel de las iglesias (incluida la católica) en la asistencia social, mientras los niveles actuales de confianza en la Iglesia católica, aunque continúan mejorando, son relativamente bajos, con una media de 3,8 sobre 10, por detrás de las ONG, pero similares a los de grandes empresas (3,7) y a los medios de comunicación (3,9), y claramente por encima de los partidos políticos (1,5).

Por otra parte, la importancia media que los ciudadanos conceden a la religión en su vida recibe una puntuación de 4 sobre 10  ̶ la cuarta posición más baja entre los países europeos con datos de 2017 ̶ , una media que asciende al 9,3 entre los profesores de religión.

Estas son algunas de las conclusiones del informe Perspectivas ciudadanas y del profesorado hacia la religión, su presencia pública y su lugar en la enseñanza, elaborado por Víctor Pérez-Díaz, premio nacional de Ciencia Política y Sociología de 2014, y Juan Carlos Rodríguez, ambos de Analistas Socio-Políticos, y presentado en el curso de verano de El Escorial titulado El hecho religioso en la España actual, organizado por la Fundación Europea Sociedad y Educación.

El estudio de los analistas se basa en dos encuestas de opinión. Una de ellas se aplicó sobre una muestra representativa de la población española de 18 a 75 años, y la otra, sobre una muestra representativa del profesorado de Religión católica en enseñanzas generales y en centros públicos. Ambas se llevaron a cabo online.

Los directores del curso, Silvia Meseguer (UCM) y Miguel Ángel Sancho (EFSE),han enmarcado este estudio en el proyecto Sociedad civil, religiosidad y educaciónencargado a Sociedad y Educación por la organización internacional Porticus, interesada en disponer de información sobre la situación de la formación religiosa en España. Inauguró el curso Andrés Arias Astray, director general de la Fundación General de la Universidad Complutense de Madrid, en nombre del Rector.

Secularización, un proceso complejo

Víctor Pérez-Díaz describió el proceso de secularización en España como “complejo, confuso, contradictorio y abierto, con tintes muy diferentes en las sociedades occidentales y en el resto del mundo”.

Juan Carlos Rodríguez, coautor del informe, destacó algunas de las conclusiones que, a su juicio, aportan luces nuevas sobre los juicios y percepciones del público acerca de la presencia pública del hecho religioso. Y afirmó que, “por primera vez, se comparan las opiniones del público con las de uno de los agentes hipotéticamente centrales en la transmisión de la perspectiva religiosa, los profesores de Religión”.

A juicio del profesor Rodríguez, el proceso de secularización en España, tiene matices: el público general reconoce un componente religioso en la vida de la gente, reconoce la contribución de las organizaciones religiosas en la atención a los necesitados, tiende a aceptar el estatus actual de la asignatura de Religión, e incluso valora otra posible sobre Historia de las Religiones. En definitiva, “solo queda por concluir que hay, en España, una convivencia civilizada entre los que reconocen un peso a la experiencia religiosa en su vida y los que no”.  

Algunas conclusiones

“La variable que mejor explica las diferencias de opinión encontradas en el estudio es la que combina la identidad y la práctica religiosas de los entrevistados”, afirma Juan Carlos Rodríguez. Estos se clasifican, según el informe, de este modo: un 58,7 % son católicos (un 17,7 %, practicante y el resto poco o nada practicante); un 3,2 % son creyentes de otras confesiones; un 11,2 % se declaran agnósticos; un 15,7 %, ateos y un 10,5%, indiferentes. [Fundeu.es señala que “el agnóstico no afirma la existencia o inexistencia de Dios, mientras éstas no sean demostrables. Ateo, por el contrario, es aquel que “niega la existencia de Dios”].

Con respecto a los profesores de Religión, un 86,1 % asiste a oficios religiosos todas o casi todas las semanas, algo que solo se aplica al 18,7 % del público creyente.

Por otra parte, como es sabido, la implicación de los católicos en los ritos religiosos ha ido descendiendo en las últimas décadas. El ejemplo más nítido del estudio es la evolución del peso de los matrimonios católicos sobre el total de los que se celebran cada año, que ha caído de cerca del 90 % a comienzos de los años ochenta hasta el 21 % de 2019.

Religión en la vida

La importancia media que los ciudadanos en general conceden a la religión en su vida recibe una puntuación de 4 sobre 10 (cuarta posición más baja entre los países europeos con datos en 2017), media que asciende al 9,3 entre los profesores de religión, como se ha señalado arriba.

Un 85,8 % no ha experimentado efectos claros en sus sentimientos religiosos en época de pandemia, y es llamativo, según el informe, que solo un 12 % se haya sentido necesitado de ayuda, frente al 79,1 % que no ha experimentado dicha necesidad.

Un 58,4 % está de acuerdo con la idea de excluir las manifestaciones religiosas de la esfera pública (pero un 97,5 % de los profesores de Religión piensa lo contrario, algo en lo que coinciden con el 63,2 % de los católicos practicantes); un 71 % prefiere que las iglesias se abstengan de opinar en asuntos políticos, pero un 73,7 % de los profesores de Religión opina lo contrario.

Potra parte, un 78 % piensa que los políticos no deben expresar abiertamente sus convicciones religiosas, pero piensa lo contrario el 70 % de los profesores de Religión. Pese a esta aparente propensión a relegar la religión al ámbito privado, un 86 % reconoce la importancia del papel de las iglesias en la asistencia social.

Educación y religiosidad

En contra de lo que parece tendencia dominante en la discusión pública sobre estos temas, solo un 47,6 % de los entrevistados concede mucha o bastante importancia al debate político sobre el papel de la religión en la enseñanza, frente al 52,5 % que le otorga poca o ninguna.

De todos modos, señala Juan Carlos Rodríguez “ese debate no parece haber iluminado mucho las opiniones de los entrevistados, pues no solo yerra la mayoría al estimar la proporción de alumnos que cursan Religión, sino que, más allá de la opinión mantenida sobre el tema de la financiación pública de centros religiosos, son muy pocos (un 33,8 %) quienes saben que esa financiación también se da en otros países europeos. Lo cual sirve de cautela a la hora de interpretar las opiniones del público acerca de las políticas relativas a la religión en la enseñanza y, quizás, en otros temas conexos”.

Por lo demás, sólo un 27 % reconoce algún efecto importante en su religiosidad por haber cursado la asignatura de Religión en la escuela. Sin embargo, un 44,2 % está de acuerdo en favorecer un contacto con la experiencia religiosa en la escuela o en la familia. De todos modos, la población está aquí muy dividida, ya que un 55,8 % no lo está.

Profesores de religión: mayoría mujeres

Los profesores de Religión en España son mayoritariamente mujeres, con una edad algo superior a la media del profesorado en centros públicos, y cuentan, por término medio, con 1,5 títulos universitarios. Llevan siendo profesores una media de 20,8 años y permanecen más tiempo en sus centros que sus compañeros de la enseñanza pública. Valoran positivamente su formación y combinan las técnicas pedagógicas tradicionales y modernas, como hace, en general, la mayoría de los profesores españoles desde hace tiempo. Sin embargo, los profesores de Religión manifiestan cierta inseguridad e incertidumbre sobre su futuro como tales.

Según el 45% de los profesores entrevistados, el interés por la asignatura en su centro se habría mantenido estable en los últimos años, pero para un 25 % habría aumentado y para un 24 % habría disminuido. En general, tienden a creer que tanto alumnos como el resto del profesorado ven la asignatura de Religión como menos importante que las demás, una percepción que se acentúa al opinar sobre cómo la ven sus compañeros.

En cuanto a la convivencia con sus colegas en el centro, un 92,9 % afirma relacionarse mucho con ellos y un 82,6 % coincide en que su consideración es similar a la de cualquier profesor. Son mayoría (53,5 %) quienes observan en sus compañeros una actitud neutra hacia la enseñanza de la Religión en la escuela pública, y también son más quienes creen que esos compañeros mantienen una actitud positiva (30,2 %) que negativa (16,3 %).

Los profesores que conocen las propuestas de la Conferencia Episcopal Española acerca del futuro de la materia (el 76,7 %) tienen una opinión buena o muy buena sobre ellas, frente al 9,5 % que la tienen mala o muy mala. A un 95,3 % le parece muy bien que la asignatura de Religión compute para la nota media del Bachillerato y de la EVAU (Evaluación para el Acceso a la Universidad), y a un 92,3 % le parece mal o muy mal que no cuente con alternativa.

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