En la universidad de Birmingham hay un centro dedicado a la educación en virtudes y valores, se trata del “Jubilee Center” que acaba de abrir una sede en España, en la Universidad Francisco de Vitoria.
El objetivo de este centro es investigar y poner en práctica todos aquellos avances en la formación del carácter que permitan a las personas desarrollarse no solo a nivel profesional, sino también a nivel interior. Todo ello porque sus miembros están convencidos de que “todas las profesiones necesitan adquirir las cualidades morales de integridad, valentía, autocontrol, servicio, generosidad y demás para ser un buen profesional”.
Con el fin de entender mejor la labor de esa institución y su importancia en el ámbito universitario, Omnes ha entrevistado al director del centro en Birmingham, James Arthur quien, además de tener este puesto directivo, forma parte de la “Society for Educational Studies”, fue redactor en el “British Journal of Educational Studies” y es profesor honorífico de las universidades de Glasgow y Oxford.
Vuestra institución comenzó en 2012 y desde entonces no ha parado de crecer, pero ¿cómo nació el Centro de Educación en Virtudes y Valores de Birmingham?
–He estado investigando sobre la educación en virtudes y del carácter durante los últimos 25 años y he trabajado en muchos proyectos de este tipo antes del nacimiento del centro Jubilee de Birmingham. Este se fundó por muchas obras caritativas y con dinero del gobierno para explorar la educación del carácter y su contribución a la ciudadanía. En 2012 la Fundación John Templeton otorgó 30 millones de dólares para establecer un centro en la universidad de Birmingham para investigar y aplicar las distintas perspectivas sobre el carácter y las virtudes
El centro es pionero en la investigación interdisciplinar que se centra en el carácter, las virtudes y los valores, poniendo el interés en el desarrollo humano. Promueve un concepto moral del carácter con el fin de explorar la importancia de la virtud en la vida pública y profesional. El centro es líder en cuanto a las políticas y prácticas en este área y a través de su amplia gama de proyectos contribuye a la renovación de las virtudes del carácter tanto entre los individuos como en la sociedad.
El centro trata de fortalecer las virtudes del carácter a través de:
- tratar cuestiones críticas sobre el carácter;
- promover, a través de investigaciones rigurosas, el desarrollo del buen carácter en la educación, los negocios y la sociedad, tanto en Reino Unido como a nivel global;
- construir y fortalecer virtudes del carácter en los contextos de la familia, la escuela, la comunidad, la universidad, profesiones, organizaciones de voluntarios y el ámbito laboral en general.
¿Cuál es la importancia de que exista un centro así en una sociedad donde los conocimientos prácticos como las ingenierías tienen más importancia que las artes liberales o la formación de la virtud y el carácter?
–En la educación de hoy hay una ansiedad en aumento que pone el énfasis en el éxito del estudiante como el fin de la educación. Nuestro sistema educativo se construye sobre la idea de que el propósito de los seres humanos es la producción y el consumo en el mercado, y la medida del éxito es la de dicho mercado -la rentabilidad o, en el caso de los individuos, la riqueza y el estatus.
Frente a esto, nuestro centro cree que la educación debe centrarse en formar personas para que puedan vivir bien en un mundo en el que merezca la pena vivir. Las ciencias técnicas son importantes, pero el desarrollo personal de cada uno lo es más.
¿En qué consiste la actividad de esta institución?
–El centro tiene la autoría de más de 250 artículos y libros sobre investigación de las virtudes del carácter y ha producido 56 informes junto a otros documentos y marcos de trabajo. A todo ello se puede acceder gratuitamente desde nuestra web.
El centro fue elegido de entre más de 1200 candidatos para los premios QS World University Rankings, considerados como los “Oscars de la educación”. El jurado internacional, procedente de más de 77 países, y el gran jurado, eligieron el trabajo del Centro Jubilee sobre el entorno de trabajo para las escuelas por su pedagogía innovadora y efectiva, y por lograr un impacto notable y escalable a nivel global.
Este reconocimiento viene después de elogios internacionales hacia el Centro, entre los que se incluye el Ferdinande Boxberger Prize de Alemania en 2019, y el Expanded Reason Award de la Fundación Joseph Ratzinger-Benedict XVI en 2020. El “Framework”, cuya tercera edición acabamos de publicar, ha sido también la base para donaciones de millones de libras por parte de la Fundación John Templeton, la Fundación Templeton World Charity y la Fundación Kern Family.
Acaban de abrir una sede en la Universidad Francisco de Vitoria, ¿cómo se puede promover entre los universitarios la educación del carácter?
–En lo que respecta al valor de la educación superior, el aumento del potencial económico es solo una medida parcial. El valor de la educación universitaria se calcula a través de la vida de los graduados- su desarrollo personal y su contribución al bienestar social. Se calcula no solo a través de lo que los alumnos hacen, sino también a través de aquello en lo que se convierten.
Recientemente, muchas universidades han expresado su compromiso por una educación superior holística, que esté metida en lo social. Conceptos como el potencial pleno, el desarrollo o el bienestar se aplican tanto a los estudiantes como a las comunidades universitarias, y se encuentran tanto en las políticas como en los objetivos de las universidades. Todo ello, dada la afirmación de que “las universidades conforman las vidas” y el hecho de que muchas universidades mencionan cualidades personales que quieren que sus alumnos desarrollen y tengan interiorizadas cuando se graduen.
Habláis de las virtudes en profesiones como la enfermería, el derecho, la educación o el ejército, ¿por qué os habéis centrado en estos ámbitos concretos? ¿Qué impacto tiene la formación en virtudes y valores en esas áreas?
–Nos fijamos en muchas profesiones y no solo en las que hemos estudiado hasta ahora. Hemos observado también a los trabajadores sociales y a los policías.
La gran mayoría de profesiones, vocaciones y ocupaciones en las sociedades civiles y civilizadas tienen códigos de conducta más o menos formales, o códigos deontológicos diseñados para asegurar una práctica buena y justa, y para proteger a los clientes de lo contrario.
Sin embargo, esos códigos no son suficientes para garantizar la conformidad con ellos de cada trabajador. Desde este punto de vista, muchos errores profesionales o escándalos en contextos de interés público, como la política, el derecho, la medicina, el trabajo social, la educación o los negocios, podrían atribuirse a la debilidad personal, a la falta de resolución, la avaricia o simplemente la locura de los profesionales: en resumen, en fallos en el carácter moral de la persona. Reconocemos que todas las profesiones necesitan adquirir las cualidades morales de integridad, valentía, autocontrol, servicio, generosidad y demás para ser un buen profesional. Esto es universal.