Portugal vibra estos días con los cientos de miles de jóvenes que, de manera pacífica y alegre, han tomado sus calles y plazas en una singular marea de cantos, oraciones y convivencia. Es la Jornada Mundial de la Juventud, que tendrá su punto álgido el sábado y domingo con los actos centrales en los que estará presente el Papa Francisco que ya está en suelo portugués.
Pero además, este miércoles 2 de agosto, en el marco de esta Jornada Mundial de la Juventud se desarrolla un interesante encuentro: PsychoCath. Se trata de una iniciativa liderada por un grupo de jóvenes psicólogas, católicas que pretende ser un punto de partida para crear una red profesional de jóvenes psicólogos que compartan actividades o proyectos que se están realizando a nivel mundial.
Con ellas hemos hablado, desde Omnes para conocer este encuentro, sus objetivos y la importancia de cuidar el equilibrio psicológico y espiritual en un mundo marcado por el
¿Por qué nace y en qué consiste esta iniciativa de PsychoCath?
–PsychoCath nace en el III Encuentro de la Red de Psicoterapeutas de inspiración Católica que tuvo lugar el pasado 24 y 25 de marzo en Madrid. Comenzó con la propuesta del doctor Carlos Chiclana a la inquietud de algunas de las psicólogas jóvenes que asistimos al encuentro.
PsychoCath será un encuentro en la JMJ, pero también el comienzo de una red internacional de psicólogos católicos de todo el mundo. Permitirá establecer contacto con otros jóvenes psicólogos de diferentes países, crear comunidad y recordar nuestra misión como católicos.
Asimismo, será una plataforma en la que se podrá dar a conocer asociaciones, actividades o proyectos que se están realizando a nivel mundial y que contribuyan a nuestra formación tanto personal como profesional.
¿Por qué habéis elegido el marco de la JMJ ?
–La JMJ es la reunión más grande de jóvenes católicos a nivel mundial, lo cual encaja con lo que buscamos en PsychoCath: conocer y establecer vínculos con otros psicólogos católicos de todo el mundo, que están terminando sus estudios o empezando su vida laboral.
Además es un momento en el que el Papa nos recuerda la importancia de entregarnos al mundo desde nuestra vocación cristiana, y en el que tenemos que aprovechar para coger con más fuerza la responsabilidad de que somos psicólogos católicos.
La JMJ también es una experiencia de la Iglesia universal, propiciando un encuentro entre los pueblos del mundo, por lo que todos los jóvenes vamos con la predisposición de establecer puentes con personas de todos los países.
El objetivo no es tener una psique perfecta, sino contar con los recursos necesarios para no derrumbarnos en momentos de dificultad
Úrsula.Psicóloga y miembro de Psychocath
¿Qué puede aportar la visión y la fe cristiana al ejercicio de la Psicología?
–La manera de entender la vida y a la persona tiene un impacto muy grande en la manera de entender y ejercer la Psicología. Es fundamental que los psicólogos católicos partan y construyan su competencia profesional sobre una base sólida de antropología cristiana.
Un psicólogo católico mira a la persona teniendo en cuenta su dignidad intrínseca e incondicional, como hijo de Dios. Comprende que estamos creados por amor y para amar y desde este marco acompaña a las personas. Parte de que estamos llamados a realizarnos plenamente, a entregarnos a los demás, a vivir por algo grande, en lugar de buscar el mero bienestar y estabilidad de la persona.
Un psicólogo católico tiene una mirada amplia e integradora, es consciente de que su ciencia no puede pretender abarcar todo el misterio del ser humano, sino contribuir desde su humilde profesión. Por ello integra la dimensión espiritual en la vivencia de la persona, y conoce la importancia del vínculo con Dios, el sentido de vida, de la trascendencia, etc.
En una sociedad en la que aumentan las consultas y la asistencia a los profesionales, ¿cómo cuidar nuestra alma, nuestro cuerpo y nuestra psique?
–En primer lugar, pensamos que es importante tomar conciencia de que somos una unidad, por lo que el tener una psicología sana forma parte de un modo de vida saludable en general. Esto es, dormir las horas necesarias, tener una buena alimentación, cultivar relaciones sociales satisfactorias, practicar deporte, etc.
En segundo lugar, conocerse a uno mismo para saber cómo reaccionamos en momentos de mayor estrés y vulnerabilidad. Darnos cuenta de qué modo nos afectan las cosas a cada uno y cómo solemos responder ante ello es clave a la hora de poder poner límites y protegernos respecto a las exigencias o cargas innecesarias que nos impone la sociedad o incluso nosotros mismos. Estos límites serían, por ejemplo, no trabajar más de una serie de horas, permitirnos desconectar, no atender más de una tarea a la vez…
Para conocerse es necesario tener tiempo para parar y reflexionar sobre nuestra vida y lo que realmente queremos, para poder dirigirnos después a metas que merezcan la pena y llenen de sentido nuestra existencia.
Así pues, el objetivo no es tener una psique perfecta, sino contar con los recursos necesarios para no derrumbarnos en momentos de dificultad y poder seguir adelante. Conocernos para saber regularnos y aprender a pedir ayuda antes de llegar al límite de nuestras fuerzas.