Fuentes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) estiman que más de mil millones de personas en el mundo, un 15 por ciento de la población, tiene alguna discapacidad. En España son alrededor del 10 por ciento, incluyendo todas las discapacidades existentes; es decir, en torno a cuatro millones de personas. Un segmento de población importante, muchos de ellos mayores, aunque no todos.
En este ámbito, numerosos lectores de Omnes habrán oído hablar de Frater, la Fraternidad Cristiana de Personas con Discapacidad de España, movimiento especializado de Acción Católica nacido en 1957, integrado en la Federación de Movimientos de Acción Católica de la Iglesia en España, y miembro de la Fraternidad Cristiana Intercontinental de personas con enfermedades crónicas y discapacidades físicas.
DATO
4 millonesDe personas en España viven con alguna discapacidad
Frater, centrada en el ámbito de la discapacidad física y orgánica, vive con intensidad su tarea evangelizadora. Actualmente está extendida por 39 diócesis españolas, con implantación en casi todas las comunidades autónomas, y cuenta con más de cinco mil miembros en España, según su página web. Forma parte del área de Pastoral de la Salud de la Conferencia Episcopal Española, y a nivel civil pertenece, como Asociación de ámbito estatal, a la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE), cocemfe.es/ la más importante organización social que agrupa en nuestro país a las personas con discapacidad física y orgánica.
Junto al colectivo de las personas con discapacidad, Frater busca ir logrando una sociedad más justa e inclusiva donde se cumplan los derechos humanos para las personas con discapacidad. En junio de 2017, tras la Asamblea celebrada en Segovia, algunos medios titularon: Enrique Alarcón, primer hombre en la historia que preside Frater España. Junto a él, como consiliario general, Antonio García Ramírez. En efecto, dejaba la presidencia Basilisa Martín Gómez, y con ella cesó también su equipo general.
Hoy, tras cuatro años al frente de Frater, Omnes conversa con Enrique Alarcón, que reside ahora en Albacete, y lleva 43 años en la Fraternidad. El presidente de Frater tuvo un accidente de tráfico “justo al cumplir 20 años, y tengo una lesión de cervical, tetraplejia, y necesito asistencia. Una vez que estoy en la silla, a motor, ya estoy liberado, pero necesito asistencia para levantarme. Pero una vez en la silla, quién nos para”, comenta con buen humor. Alarcón habla de “lo que vamos aprendiendo en Frater a través de nuestra vida”.
Háblenos de Frater. Cuáles son sus tareas, sus desafíos…
̶ Frater, por su misma esencia, se dirige a las personas con discapacidad física, sensorial y orgánica. Es decir, no tenemos como punto de partida atender a todas las discapacidades. Entendemos que la promoción personal es la que nos puede ir capacitando, cubriendo nuestras capacidades, motivando a la persona para que vaya asumiendo distintas perspectivas de cara a esa nueva existencia que se plantea, tanto si la discapacidad es consecuencia de una situación traumática que acontece a lo largo de la vida, o si viene derivada de la infancia, es importante que la persona vaya descubriendo todo ese universo de capacidades que tenemos las personas para ir posibilitando una nueva forma de ser y vivir de una manera nueva, por decirlo así.
Cuando una persona se enfrenta la discapacidad, ya sea de una manera traumática como desde la infancia, llega un momento en que hay un punto de inflexión, donde uno piensa de dónde vengo y hacia dónde voy, y qué tengo que hacer. Otra cosa son los recursos técnicos necesarios.
Frater trabaja fundamentalmente para que la persona se vea reconocida en un primer momento en su dignidad. Descubrir que es una persona con toda su dignidad. Un segundo paso es facilitar herramientas y recursos para que la persona se vaya abriendo al mundo, desde una perspectiva cultural, social, educativa, posteriormente de inserción laboral, académica, etc.
¿Cómo lo hacen, cómo tiene lugar ese proceso en la persona?
-Todo eso se produce a través de procesos, lentos, muy trabajados, a través de los equipos, que nosotros llamamos equipos de vida y formación, donde no solamente se le dan herramientas para que una persona pueda estar en la sociedad, que sepa ir a la Administración, moverse en un entorno urbano, etcétera, sino que lo que se busca es que la persona llegue a tener a tener la necesaria autonomía personal como para plantearse salir de su propia existencia, aunque sea recurriendo a todos los elementos y recursos técnicos que va a ir necesitando.
En esa perspectiva, Frater trabaja en el ámbito de la discapacidad física y orgánica. Existen las discapacidades mentales, las intelectuales, la tutela… Nosotros no tenemos tutela, porque nosotros lo que hacemos es despertar dentro de la persona la autoconciencia de que tú eres quien tiene que sacar los recursos propios para buscar tu autonomía personal.
Entonces, se posibilitan las tareas de los equipos en los primeros momentos. No se va a hacer un primer contacto con una persona que ha tenido un accidente y se ha quedado en una silla de ruedas, o que está con una enfermedad crónica sobrevenida, y que se ha quedado también con una discapacidad. Los procesos comienzan primero con el encuentro, la escucha, el acompañamiento…
Después viene el segundo paso, que es la invitación o la sugerencia de la misma persona con quien tú contactas. Oye, ¿tú quién eres? ¿dónde estáis? ¿Y qué hacéis en vuestra Asociación? Y se ve que una persona necesita algo más: oye, ¿te quieres venir, que tenemos una reunión de convivencia, y nos conoces? Entonces es cuando poco a poco, cada persona tiene su propio proceso, a través de ese momento, una persona se puede ir integrando en un equipo, que llamamos equipos de vida y formación, y en esos equipos tenemos un plan de formación, sistematizado y estructurado, que llamamos pasos.
Cada persona tiene su propio proceso, a través de ese momento, una persona se puede ir integrando en un equipo, que llamamos equipos de vida y formación.
Enrique Alarcón
Ustedes hablan de lograr una sociedad más justa e inclusiva. ¿A qué se refieren exactamente?
-El plan de formación va abriendo unas perspectivas y un enfoque sobre lo que es la persona a nivel psicológico, cómo funciona la sociedad, sus elementos básicos, el asociacionismo, la importancia que tiene que no somos nada en solitario… La sociedad se construye cuando como ciudadanos asumimos que tenemos una responsabilidad. No es sólo que tengo derechos; tenemos derechos y tenemos deberes. Somos ciudadanos y vivimos en comunidad, y todos tenemos responsabilidades. Tenemos que descubrir cuáles son esas responsabilidades.
Porque lo importante es, efectivamente, estar viviendo y descubriendo la perspectiva de inclusión. Yo soy sociedad, miembro activo, estoy dentro, y todo lo que trabajo es para mejorar la sociedad. Yo propongo que se eliminen barreras arquitectónicas, y lo hago no porque quiero que quiten ese escaloncito, sino porque hace falta una sociedad más amable, pensando en las personas mayores, que tienen problemas de movilidad, en una señora que va con su carrito, porque estéticamente hay mayor calidad de vida en un entorno urbano que lo facilita. Así, en los grupos de formación, se va haciendo un enfoque globalpara que la persona descubra su realidad y el mundo en el que vive.
¿Cómo conoció usted Frater? ¿En qué momento de su vida? ¿Qué es lo que más le atrajo?
-Hay una parte importantísima en Frater, que es un movimiento cristiano. Desde el primer momento de los pasos en la formación, Frater va a enseñar a una persona que tiene una educación, un contacto primero con la fe, y entonces es más sencillo. Si no, se plantean interrogantes, porque Frater no excluye a nadie porque no sea cristiano. Ante todo está la figura de Jesús.
Yo mismo, por ejemplo, no tenía una formación, fuera de lo que es ser monaguillo o una educación básica cristiana, no tenía mayor visión cristiana. A mí, con 21 años, me invitan a Frater, una chica, voy y me encuentro que no hay una sensación de tristeza, sino que todo es fiesta, alegría, comunicarse, la alegría fundamentalmente. Y luego me invitan a una convivencia. Y veo que hay una Eucaristía. Pues me quedo. Y de pronto escucho hablar de un Jesús que me sonaba a chino. Pero bueno, ¿de quién están hablando? Yo nunca había oído hablar así de Jesús. Se transmitía a un Jesús vivo, hombre-Dios, pero metido dentro de la tribu humana, desde el sufrimiento, acompañando el dolor, compasivo, misericordioso, y que te decía el lema que tenemos en Frater: levántate, deja de lamentarte, que el mundo espera que hagas tu tarea, y descubres que tu tarea es una tarea evangelizadora, y que tu papel en el mundo y en la Iglesia es la respuesta a esa motivación que el Espíritu Santo ha generado en ti, a través del encuentro con Jesucristo.
Quizá puede comentar la distinción de tareas y enfoque en una asociación como COCEMFE y lo que se lleva a cabo en Frater, que es Acción Católica.
-En todo ese proceso del que venimos hablando, y que se va dando desde los primeros pasos, los primeros acercamientos, es donde se va generando esa identidad de Frater. Yo soy también presidente en Castilla-La-Mancha de COCEMFE, la entidad más importante en España y en el mundo a nivel de discapacidad física y orgánica, en la que Frater está también integrada, como otras entidades. Tenemos cien asociaciones en la región. Lo que busca una persona con discapacidad en la región es que con un porcentaje concreto de discapacidad, tengo derecho a ciertas cosas. Pues mira, se le informa de los derechos, lo que la Administración pone a disposición de una persona con discapacidad. Y luego, le puedo preguntar: ¿estás interesado en trabajar? Pues aquí tenemos unos cursos de formación, tenemos unos talleres, una bolsa de empleo…. Y fuera de estas cosas, esta persona, como mucho, si tiene otra motivación, puede hacerse socio, pertenecer a la junta directiva, etc.
¿Y Frater qué es lo que hace? Frater es un lugar, un ámbito de encuentro con la vida.
Donde la persona descubre que es escuchada a fondo, donde un silencio tiene el mismo valor que una palabra. Cultivar el silencio, cultivar la palabra, estar junto al que sufre, acompañar su vida, no se trata de dar simplemente servicios. Tenemos residencias en varios sitios de España, pero la tarea más importante es rescatar y construir a la persona.Y juntos, nos rescatamos. Y juntos nos construimos. Y juntos descubrimos la fuerza inspiradora del Espíritu Santo. Y juntos descubrimos nuestra tarea apostólica.
Una anécdota emocionante
-Frater es Acción Católica especializada. Nuestra característica es militante. Para hacerte una idea. Hace poco ha sido la asamblea nacional de COCEMFE, en la que recibió un premio y homenaje por sus 40 tareas de tarea inclusiva. Y en la última comisión general de Frater que tuvimos, comenté una cosa, porque me emocionó. En la asamblea de COCEMFE estábamos los responsables provinciales y a nivel regional. Hubo un momento en que pidió la palabra una persona de una región, que no era de Frater, y dijo: quiero que se reconozca la tarea de Frater, porque gracias a este movimiento se ha llegado a tener el reconocimiento social y lo que se ha conseguido, porque en la raíz de todo el movimiento asociativo estuvo Frater y estaba Frater.
No esperaba eso, y es verdad. Porque hemos procurado salir de la zona de confort, qué bien estanos todos juntitos. No, no. La promoción humana y la promoción social, y sobre todo, la llamada a evangelizar, eso es fundamental. Nuestra mentalidad de ser transformadores de la realidad va implícita siempre. Por eso, como esta mujer decía, todos los que estamos en Frater estamos en diversas formas en el movimiento asociativo en toda España, impulsando proyectos, tareas, motivando a que se hagan acciones sociales…
El compromiso social nuestro. Nosotros no vamos a realizar otras acciones sociales que estén más allá de nuestras limitaciones físicas, pero sí podemos estar en un ayuntamiento, como concejal; en una asociación, llevando una secretaría sobre cualquier cosa; estando en la calle y denunciado, cuando vienen las campañas del Día Internacional de la Discapacidad, o cualquier otra campaña que se haga. Frater siempre está en la calle denunciando, igual que otras veces está anunciando.
Le oigo hablar y me acuerdo del Papa Francisco, que alienta a salir de la zona de confort…
-Uyy, ya quisiera yo. Menudo enamoramiento tenemos hoy con el Papa Francisco. En Frater desde siempre queremos estar fuera de la zona de confort. Es llegar al otro, a la persona doliente donde está. No esperar a que venga. Por ejemplo, ¿cómo me eduqué yo en Frater? Al año y pico de estar en Frater, comencé a acompañar a las personas. La verdad es que eran casi todas chicas, que contactaron conmigo. Y empecé a ir con ellas (dos tenían coche). ¿Y dónde íbamos? Por ejemplo, me he enterado que un chico de tal pueblo ha tenido un accidente y se ha quedado en una silla de ruedas. Íbamos al pueblo, lo buscábamos, y charlábamos en su casa.
¿Y qué decían los familiares? ¿Cómo eran las conversaciones?
-El padre y la madre a lo mejor comentaban: pobrecito, dónde va a ir, si está hecho una pena…Y teníamos lesiones. Algunos como yo, que teníamos lesión no solamente en los pies, también en las manos… Lo que hacíamos era intentar convencer a los padres de que era una persona que tenia que superar su situación, y que ellos eran fundamentales para ese proceso. Se trataba de motivar y educar muchísimo a los padres, hacerles ver…
–Pero si no puede salir de la cama…
-Primero, no tiene que estar en la cama, porque la lesión que tiene es una paraplejia, y en la cama le van a escaras [úlceras], es lo que peor que puedes hacer.
-¿Y dónde va a ir?
-Hombre, si tú no arreglas el cuarto de baño o no quitas los dos escalones que hay dentro de la casa, y otro grande para salir, ¿dónde quieres que vaya? Tendrá que habilitar el entorno.
Y si en algún momento tenían que pedir ayuda, se le gestionaba una.
Era una tarea durísima muchas veces. En ocasiones nos querían echar de las casas o no nos querían abrir. Pero en otras, muchísimas, muchísimas [Enrique subraya el ‘muchísimas], al final la persona.,.., Se cumplía eso de Frater: se levantaba, terminaba promocionándose a nivel social y humano, cultural, educativo… Y a lo mejor luego no aparecía por Frater, pero a nosotros nos da igual. Los que buscábamos, y buscamos, nosotros es rescatar a la persona. Y lo mismo estábamos en un pueblo varios días, o nos íbamos al Hospital de Parapléjicos de Toledo, porque nos enteramos que una chica de un pueblo de La Mancha estaba allí, y le pasaba tal cosa. Vamos a ayudar a los padres, a informarles, a la chiquilla luego a acompañarla en los primeros procesos.
Es la tarea de Fater. Lo decía el mismo fundador, el padre Francois, la tarea de Frater es ir donde está el mismo sufrimiento, donde está el dolor, hay que estar allí, hacerte presente. Es verdad que la discapacidad no la vamos a quitar, y el dolor tampoco. Pero el sufrimiento sí se puede liberar. Y una de las grandes tareas es poner luz donde hay oscuridad, animar, dar esperanza, unas veces un chiste, otras hablar de lo que sea. O simplemente, escuchar el silencio.
Llevamos un buen rato de conversación. Pronto tendrán la XI Semana de Frater en Málaga, bajo el lema La Ciudad se llenó de Alegría. ¿Habrá renovación de cargos? ¿Se va a presentar a la reelección?
-A raíz de todo este follón [habla de la pandemia], tuvimos que suspender muchas cosas. Y a finales de agosto tenemos la Semana de Frater en Málaga. Del 30 de agosto al 5 de septiembre, en la casa diocesana de Málaga. Queremos crear un ámbito de acogida, un espacio muy de cercanía. Tendremos varios talleres. Allí celebraremos también la asamblea general. Yo preferiría que saliera un equipo nuevo. A los cuatro años, siempre conviene que haya renovación. Pero la experiencia también nos dice que a los cuatro años es complicado que surja, así de golpe. Los equipos tienden a estar normalmente un año más, o dos. En este caso, como yo he estado un poco fastidiado de salud estos dos años, pedí que al menos se renovara una parte del equipo.
¿Está ahora más recuperado?
-Sí. Son cosas que no son tan graves, pero te condicionan mucho la movilidad. De todas maneras, tanto el consiliario general como yo hemos asumido las cosas. Hay que ser honestos. Después de un año y medio en el que no nos hemos podido juntar presencialmente, con toda la dificultad que eso ha supuesto, hasta el punto de que es casi un milagro que los equipos hayan podido seguir tirando, y los equipos se han mantenido. Incluso algunos equipos han crecido. Se ha desarrollado una gran creatividad y originalidad, por ejemplo en Canarias, y en otros lugares. Las reuniones mensuales, la convivencia general, se ha hecho ¡por whatsapp! No todo el mundo podía por videoconferencia.
Algún apunte final sobre la pandemia en las personas discapacitadas…
-Una gran preocupación en Frater cuando llegó la pandemia es qué pasaba con la gente más vulnerable, que no salían mucho de casa anteriormente, o estaban en residencias, las personas que estaban en hospitales, en peor situación. No se podía llegar a ellos. Los que tenemos nuestra familia ya es distinto. Pero las personas que habitualmente están solas… Porque uno de los dramas de la gran discapacidad, ya sea física o sea la orgánica, es la soledad. La soledad es feroz. Se unió la soledad al zarpazo del miedo, la ausencia de revisiones médicas, controles, rehabilitación, etc. Todo eso se cortó.
Uno de los dramas de la gran discapacidad, ya sea física o sea la orgánica, es la soledad.
Enrique Alarcón
Muchísima gente ha empeorado este tiempo a causa de haber suspendido tratamientos, rehabilitación, seguimiento clínico, etc. Hemos intentado solventar esto y remontarla la situación con videoconferencias, llamadas por Skype, por whatsapp, llamadas por tfno sin parar, etc. La gente de Frater supo reaccionar rápidamente. Me sorprendió. Incluso nos hemos comunicado más durante la pandemia que antes de la pandemia…