El Congreso “La santidad hoy” (3-6 de octubre 2022) organizado por el Dicasterio de los Causas de los Santos, comenzó con unas palabras de bienvenida del cardenal prefecto, Marcello Semeraro y con el expreso deseo de organizarlo cada año y, finalmente, de publicar las actas a la mayor brevedad posible.
La asistencia fue nutrida hasta abarrotar el salón de actos del “Agustinianum” de Roma, pues la respuesta de los consultores, miembros del Dicasterio, postuladores romanos delegados episcopales de muchas diócesis y postuladores diocesanos de Italia, España y de otros países de Europa y América, fue masiva, no solo a la inauguración sino a todas las sesiones del Congreso.
Particularmente, Lourdes Grosso, Directora de la Oficina de las Causas de los Santos de la Conferencia Episcopal española, como directora del Master que acaba de celebrarse en Madrid organizado con el Dicasterio y la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad de San Dámaso de Madrid, animó a un buen grupo de postuladores del curso y profesores del master a acudir al Congreso, donde ocupaba lugar preferente, Mons. Demetrio Fernández, obispo de Córdoba, consultor del Dicasterio quien ha firmado los diplomas del Master de Madrid junto con el Prefecto del Dicasterio Romano.
Ponentes y temas
El Congreso “La santità oggi” ha sido organizado por el Dicasterio de las Causas de los Santos y la Universidad Lateranense. Ha sido interesante visualizar a los cardenales, arzobispos y obispos consultores, como verdaderos miembros del Dicasterio quienes han estado presentes en todas las sesiones del Congreso y ver al Prefecto, Promotor de la fe y Secretario del Dicasterio sentados en la presidencia en todos los actos.
La distribución de los ponentes ha estado muy medida para que hubiese una representación de todos las grandes órdenes y congregaciones religiosas: dominicos, franciscanos, jesuitas, agustinos, carmelitas. También, sacerdotes, teólogos, canonistas, profesora/es de la Gregoriana, Angelicum y Laterano. Se nota el peso importante de las grandes órdenes religiosas en la vida cotidiana de la Dicasterio. Había una amplia representación de consagrados y miembros de movimientos y nuevas formas eclesiales en la sala, pero no se les ha mencionado.
El contenido de las ponencias y sesiones ha expresado la situación actual de la teología espiritual. El capítulo V de la Lumen Gentium sobre la llamada universal a la santidad y la “Gaudete et exultate” del papa Francisco han sido ampliamente citadas y mencionadas, pero después los desarrollos teológicos se han centrado sobre los textos clásicos de la Escritura, la Tradición y de los grandes teólogos y santos, san Agustín, santo Tomás, san Francisco y san Ignacio.
La santidad hoy día
Precisamente, la aportación de renovación teológica llegó de manos de Mons. Bruno Forte, Arzobispo de Chieti-Vasto con un importante discurso “La santidad fruto del Espíritu Santo” y, asimismo, de la mejor intervención del Congreso a cargo de la Profesora de la Universidad Gregoriana, Rosalba Manes, que desarrolló el tema “las bienaventuranzas camino de santidad”. La conferencia sobre la “llamada universal a la santidad” corrió a cargo del Padre Maruzio Faggioni de la Academia Alfonsiana que comparó la vía hacia la santidad de santa Teresa y la de santa Teresita.
Indudablemente, queda mucho trabajo de actualización y profundización teológica, canónica e histórica para los próximos años pues, por ejemplo, la actual “Positio” se sigue redactando sobre el ejercicio heroico de las virtudes cristianas, pero las virtudes no han sido tratadas en profundidad en este Congreso. Todavía hay mucho espacio para un urgente desarrollo teológico de la espiritualidad laical y secular.
Recibimiento del Papa
El Santo Padre tuvo la deferencia de recibir al Congreso y saludar personalmente a las 400 personas del Congreso. El cardenal prefecto Semararo agradeció al Santo Padre la Exhortación “Gaudete et exultate” y habló de la amplia variedad de carismas y perfiles humanos de los santos que se están estudiando.
El santo Padre subrayó en su discurso dos ideas: una para el Congreso, es decir, la necesidad de promover una estable devoción privada y fama de santidad y evitar caer en una efímera fama “digital”. A la vez, dirigiéndose a la Iglesia universal habló de la santidad alegre y citó el “conocido texto”: “Un santo triste es un triste santo” y habló de la importancia del buen humor y del optimismo cristiano, puso como ejemplo al beato Juan Pablo I, Carlo Accutis, santo Tomás Moro y san Francisco como santos alegres.
Los días fueron soleados y daba mucha alegría volver a ver Roma llena de turistas y de vida por toda la ciudad, pues, de hecho, no había ninguna referencia al COVID, ni a las mascarillas por ninguna parte.