Familia

G. K. Chesterton: profeta de la familia

El centenario de la conversión al catolicismo de G. K. Chesterton es una ocasión propicia para acercarse a este genial escritor, polemista de aguda inteligencia y crítico demoledor de las fatuas modas culturales desde la perspectiva del realismo cristiano. Dedicó muchas páginas al matrimonio y a la familia. Con frecuencia puso de relieve las flagrantes contradicciones de la modernidad en la comprensión de esta institución vital para la persona y la sociedad.

José Miguel Granados·28 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos
Chesterton

G.K. Chesterton, periodista y literato inglés (Wikimedia)

El centenario de la conversión al catolicismo de G. K. Chesterton (1874-1936) es una ocasión propicia para acercarse a este genial escritor, polemista de aguda inteligencia y crítico demoledor de las fatuas modas culturales desde la perspectiva del realismo cristiano. El prolífico periodista y literato inglés fue capaz de desvelar las paradojas y perplejidades humanas a la luz del misterio del Dios vivo.

Dedicó muchas páginas al matrimonio y a la familia. Con frecuencia puso de relieve las flagrantes contradicciones de la modernidad en la comprensión de esta institución vital para la persona y la sociedad. Además, recordó de modo incisivo los valores perennes de la antropología conyugal, conforme al proyecto del Creador, asequibles al sentido común.

La familia, teatro de lo extraordinario

Chesterton denuncia la inanidad del afán de novedades sin sentido que exhibe el esnob de turno, al subrayar la perenne originalidad y grandeza de la institución familiar, decisiva para la vida humana. “La cosa más extraordinaria en el mundo es un hombre ordinario y una mujer ordinaria y sus niños ordinarios”, dice el pensador inglés con un punto de humor. El hogar familiar es cuna y escuela de humanidad: ámbito de acogida y de protección, de maduración y de socialización; es en la familia donde se reconoce la propia identidad y valor, donde se aprende a vivir y a amar. Pues, en definitiva: “La familia es el teatro del drama espiritual, el lugar donde las cosas ocurren, especialmente las cosas que importan”.

La aventura del hogar

La búsqueda desaforada del éxito profesional puede suponer una trampa -incluso, una idolatría- si se descuidan los valores familiares: “Triunfar en el trabajo no merece la pena cuando supone fracasar en casa”. Por supuesto que también los hijos pueden ser objeto de un amor desordenado.

“El matrimonio es una aventura: como ir a la guerra”. El curioseo del turista contemporáneo, su huida constante hacia falsos paraísos -con frecuencia virtuales-, resulta vulgar si se compara con lo que realmente merece la pena: la auténtica aventura consiste en quedarse en casa, para responder con coraje a la vocación más apasionante, y emprender allí la hermosa tarea de formar un hogar. “Cuando entramos en la familia, por el acto de nacer, entramos en un mundo incalculable, en un mundo que tiene sus propias leyes extrañas, en un mundo que puede existir sin nosotros, en un mundo que no hemos hecho nosotros. En otras palabras, cuando entramos en la familia nos introducimos en un cuento de hadas”.

Dedicar la propia existencia al disfrute de emociones sin fundamento se disuelve en un vagabundeo errático. Pues el sentido de la libertad es el compromiso: entregarse es al ser humano lo que volar es al pájaro. “El amor no es ciego; eso es lo último que es; el amor es atadura, y cuanto más atadura menos ciego”.

La donación de sí mismo en favor de los demás llena de sentido la vida. El “nosotros” matrimonial y familiar -que nace de la alianza conyugal, conforme al plan de Dios inscrito en la masculinidad y feminidad, y asequible a la razón formada y madura- construye la humanidad: es el primer desafío al que nos enfrentamos. “El matrimonio es un duelo a muerte que ningún hombre de honor debería declinar”.

La superstición del divorcio

Con frecuencia se alega la incompatibilidad de caracteres como motivo para justificar una ruptura matrimonial. Chesterton responde con ironía provocativa: “He conocido muchos matrimonios felices, pero nunca uno compatible. Todo el propósito del matrimonio consiste en luchar y sobrevivir desde el momento en que la incompatibilidad resulta incuestionable. Puesto que un hombre y una mujer, en cuanto tales, son incompatibles”.

El divorcio mismo lo califica de superstición, pues no es concebible una convivencia sin dificultades: “Todo el placer del matrimonio consiste en que constituye una crisis perpetua”, sentencia con desparpajo. Y, sin embargo, vivir en comunión es imprescindible, pues la soledad resulta dañina y estéril. La artesanía de las relaciones familiares es imprescindible para crecer, desplegarnos y dar vida: necesitamos ayudarnos, compartir la intimidad, trabajar por hacer comunidad doméstica, superando los roces de la compañía para obtener lo mejor de cada uno.

Paradoja y salvación

En definitiva, solamente desde la presencia del Dios verdadero -el Ser infinito que es en sí mismo comunión interpersonal, fuente de toda vida familiar- se pueden superar las grandes contradicciones de la vida humana en la búsqueda del sentido del misterio que la envuelve. Pues la mayor paradoja de la historia humana, y la única que descifra su sentido, es la presencia de Jesucristo, el Verbo encarnado, el Salvador del mundo, el Redentor del hombre y el Esposo de la Iglesia. Él nos enseña que, superando los límites humanos para adentrarnos en las dimensiones de la vida divina, “amar significa querer lo que no es amable; perdonar conlleva perdonar lo imperdonable. Fe supone creer lo increíble. Esperar significa confiar cuando todo parece desesperado”.

Para saber más

    G. K. Chesterton, Historia de la familia. Sobre el único Estado que crea y ama a sus propios ciudadanos (edición e introducción de D. Ahlquist). Rialp, Madrid 2023;
    Idem, La superstición del divorcio: seguido de divorcio versus democracia. Espuela de Plata, Madrid 2013;
    Idem, La mujer y la familia. Styria, Madrid 2006;
    Idem, El amor o la fuerza del sino (selección, traducción e introducción de Álvaro de Silva). Rialp, Madrid 1993.
    J. M. Granados, Transformar el amor. Matrimonio y esperanza en los grandes relatos. Eunsa, Pamplona 2022;
    Idem, El evangelio del matrimonio y de la familia. Eunsa, Pamplona 2021.

El autorJosé Miguel Granados

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