El Papa Francisco ha denunciado reiterada y enérgicamente la cultura del descarte que margina a los ancianos. Ha advertido que “una sociedad que no respeta a los ancianos, que los abandona, no tiene futuro porque pierde la memoria”. También recordó la importancia de los abuelos, afirmando que ellos “nos protegen con su sabiduría”.
Entre los proyectos que se destacan en Roma a favor de la tercera edad, se encuentra “Juntos en el cuidado de los mayores”, de la Fundación Alberto Sordi, entidad del sistema Campus Bio-Medico de Roma.
Actualmente también se está promocionando un servicio especial para ancianos con Alzheimer y demencias afines. La demencia es un reto emocional y práctico que implica no sólo a quienes la padecen, sino también a sus familias y a las comunidades circundantes.
Grazia Dalla Torre, directora administrativa del Centro de Cuidados Paliativos “Insieme nella Cura”, del Policlínico Universitario Campus Bio-Médico y Business Development de la Fundación Alberto Sordi, ha conversado con Omnes acerca de estas iniciativas y el cuidado de los ancianos en la actualidad.
¿Cómo trabajan la Fundación Alberto Sordi y el Campus Bio-Médico en favor de las personas mayores?
– Dentro del sistema del Campus Bio-Medico de Roma, la Fundación Alberto Sordi promueve numerosas iniciativas en favor de las personas mayores. Entre ellas, son especialmente populares el Centro de Día para ancianos frágiles y el servicio de asistencia social a domicilio. Pronto se abrirá un nuevo centro de día dedicado a personas con Alzheimer y otras formas de demencia.
Un proyecto piloto especialmente interesante, en el que participan unos 20 trabajadores socio-sanitarios, es el servicio de estimulación para personas con riesgo de deterioro cognitivo, directamente en sus domicilios. Los operadores están coordinados por un educador y un psicólogo, figuras que interactúan específicamente con las familias de las personas atendidas.
¿Cómo diseña la Fundación Alberto Sordi sus espacios para las personas mayores?
– El proyecto que proponemos pretende desarrollar una red integrada y flexible, capaz de adaptarse a las necesidades del territorio. Queremos ofrecer a los ancianos la posibilidad de encontrarse en el lugar de asistencia más adecuado para cada etapa de su vida.
En este sentido, el planteamiento de la Fundación Alberto Sordi se basa en varios principios clave. Por un lado, la centralidad de la persona mayor. Sobre este principio hemos diseñado este lugar considerando a la persona mayor en su totalidad, no sólo como un individuo con necesidades sanitarias, sino como una persona con una vida social rica y diversa.
Además, mantenemos un enfoque sinérgico y en red. Nuestro modelo de intervención está profundamente integrado con el territorio y otras realidades que operan en el sector del bienestar social. Colaboramos activamente con las autoridades locales, las asociaciones y, a través del Sistema Campus, con los servicios sanitarios, para crear una red de apoyo.
Promovemos una inclusión social y una participación activa en los mayores. Queremos que nuestros huéspedes, que en realidad son “los dueños de casa”, se sientan parte integrante de la comunidad con actividades sociales, culturales y recreativas que fomenten la socialización y la integración.
También damos apoyo a las familias. Somos conscientes del papel crucial que desempeñan las familias en el bienestar de las personas mayores. Les ofrecemos apoyo a través de programas de formación, asesoramiento y apoyo psicológico, garantizando que puedan participar activamente en el cuidado y tratamiento de sus seres queridos.
Por último, buscamos la calidad: Nos esforzamos constantemente por innovar adoptando las mejores prácticas asistenciales a partir de nuestra colaboración con el curso de Grado en Enfermería del Campus Universitario Bio-Medico. El objetivo es garantizar un alto nivel de calidad asistencial para mejorar la calidad de vida y la seguridad de nuestros mayores.
¿Cómo se procede cuando las personas necesitan un diagnóstico más preciso y cuidados paliativos?
– Con un enfoque de red y continuidad que incluye el Centro de Diagnóstico y Tratamiento de la Demencia y el Centro de Cuidados Paliativos “Insieme nella Cura” de la Fundación Policlínico Universitario Campus Bio-Médico, del que me ocupo personalmente.
¿Buscan un sistema integrado de asistencia social y sanitario?
– Estamos dando pasos hacia la creación de una red integrada, aunque de momento no se han completado todos los elementos de la cadena. Estamos trabajando para construir estos vínculos porque entendemos que sin una continuidad en el itinerario asistencial no se fomenta la unidad de respuesta asistencial, tan necesaria para las personas mayores. Creemos firmemente en esta visión, si bien hay objetivos que ya se han alcanzado y otros que aún quedan por alcanzar.
¿Cómo se armonizan la Fundación Alberto Sordi y la Fundación Policlínico?
– Compartimos el objetivo común de mejorar la calidad de vida de las personas mayores a través del enfoque “Una sola salud” y multidisciplinar con una gama completa de cuidados, desde el diagnóstico precoz hasta el apoyo continuo y los cuidados paliativos, en caso necesario.
¿Podemos hablar, por tanto, de un proyecto pionero?
– Sin duda podemos decir que se trata de un enfoque holístico, que abarca la atención preventiva, el diagnóstico precoz, el tratamiento avanzado y la atención continuada, por lo que está a la vanguardia en el sector de la atención a las personas mayores.
¿Dónde está el Centro Alberto Sordi?
–Se encuentra dentro de la primera estructura del Campus Bio-Medico construido en el año 200 en Trigoria, a unos 20 kilómetros de Roma, un edificio dedicado al cuidado de las personas mayores, diseñado según la visión de Alberto Sordi. En esta zona también se encuentra el Centro de Cuidados Paliativos.
Las actividades asistenciales con valores religiosos suelen tener un valor añadido, ¿por qué? ¿Y cuál es la característica de esta labor apostólica del Opus Dei, deseada por don Álvaro del Portillo?
— Seguramente tienen una “protección especial” que les motiva a un profundo sentido de misión y caridad, derivado de principios religiosos que promueven la compasión, el amor al prójimo y el compromiso con el bien común. Esta motivación se transforma en una energía positiva que guía a los trabajadores en su trabajo diario con dedicación y pasión.
En nuestro Campus ofrecemos no sólo asistencia material, sino también apoyo espiritual y emocional a las personas atendidas que así lo deseen. Este aspecto es fundamental para ayudar a las personas a afrontar su momento presente, especialmente si es difícil y lleno de sufrimiento, con una interpretación existencial y con esperanza.
Gracias al beato Álvaro del Portillo, en el Campus Bio-Medico se intenta compartir el enfoque integrado entre fe y trabajo cotidiano. El Opus Dei promueve el compromiso cristiano a través de la santificación del trabajo ordinario y la participación activa en la sociedad. Esto se traduce en la atención a la dignidad de la persona humana, el respeto a los valores morales y la integridad en el servicio a los demás.