Influenciado por santa Teresa de Calcuta, el periodista inglés Malcolm Muggeridge se convirtió al catolicismo, con su esposa, en 1982 a los 79 años. En 1969 había producido el documental “Something Beautiful for God» para la BBC, y dos años más tarde había escrito el libro homónimo, sobre la fundadora de las Misioneras de la Caridad, dándola así a conocer al mundo.
El 24 de mayo de 2025 será ordenado sacerdote un bisnieto suyo, el canadiense Sebastian Muggeridge, de 32 años, uno de los 5 hijos varones de John Muggeridge Jr. y su esposa Christine.
La única hija, Cecilia, es numeraria auxiliar del Opus Dei. Trabaja en el Colegio Romano de Santa María en Roma. “Mens sana in corpore sano”: le es útil a Cecilia saber hablar inglés, francés, castellano e italiano, ya que ayuda a cuidar maternalmente a decenas de alumnas que cursan sus estudios en Teología, Derecho Canónico, Filosofía, y Comunicación Social Institucional de la Iglesia en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz. Aquí pueden encontrar su testimonio.
Omnes habló con el diácono Sebastian Muggeridge, a pocos meses de recibir el orden sacerdotal. Pero antes de la conversación, transcribamos primero una cita del fundador de los Companions of the Cross, el padre Bob Bedard: “Amo a la Iglesia… ‘el gigante dormido’. Una vez que empecemos a redescubrir lo que significa evangelizar y a emprender un renacimiento a gran escala de este ministerio, veo a la Iglesia despertarse y cobrar vida de una manera tan explosiva que, con el poder del Espíritu Santo, sacudirá la tierra y las naciones con su presencia dinámica”.
¿Cómo descubrió su vocación?
– Si alguien me hubiera dicho en la escuela secundaria que sería sacerdote yo me habría echado a reír. Después de la secundaria estudié enfermería en la Universidad de Ottawa, y vivía como si Dios no existiera. Todo cambió en 2013 con una confesión que me trajo una profunda alegría. Fue en un retiro universitario y el sacerdote era un “Companion of the Cross». Un joven misionero universitario me animó a pedir diariamente a Jesús que Él estuviera en el centro de mi vida. Eso recé y eso me transformó. Empecé a ir a Misa diaria.
Algunas señoras que me veían en la iglesia me preguntaban por qué no me hacía sacerdote. Cuando se lo comenté a un cura, él me tranquilizó diciéndome que uno no se da la vocación a sí mismo sino que Dios es el que te la pone en el corazón. Pero un día, sentado en mi iglesia parroquial, recé una oración peligrosa: “Dios, haré lo que tú quieras, incluso ordenarme. Lo único que te pido es que pongas ese deseo en mi corazón”.
Dios me respondió al hacerme amigo casi sin darme cuenta de varios sacerdotes, algunos de los cuales eran “Companions”. Pedí entrar en su noviciado en 2016. Fui ordenado diácono el 14 de septiembre de 2014, fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, y seré ordenado sacerdote en la Catedral Notre Dame por el arzobispo de Ottawa, Marcel Damphousse.
¿Quiénes son los Companions of the Cross?
– Desde 2003 somos una Sociedad de vida apostólica, fundada como comunidad de hermanos clérigos hace 40 años en Ottawa por el entonces sacerdote diocesano Bob Bedard. Yo nunca lo conocí ya que falleció, en Ottawa, en 2011. Tenemos más de 40 sacerdotes, y dos obispos canadienses son Companions también.
Cerca de este Seminario del Sagrado Corazón de Detroit nuestra comunidad tiene una casa de formación propia donde nosotros, una docena de seminaristas CC, residimos. Nuestro carisma es la evangelización, hacemos mucho trabajo parroquial, y también nos ocupamos de otras labores como capellanías universitarias. Estamos en las provincias canadienses de Ontario, Nueva Brunswick y Nova Scotia y en los estados de Michigan y Texas. Nuestro Superior general es Father Roger Vandenakker.
¿Qué puede contar de sus antepasados?
– Como relata en un vídeo mi hermana Cecilia, es parte de la tradición oral de nuestra familia Muggeridge la historia de Malcolm, que tras haber llevado una vida mundana de joven, se convirtió al catolicismo junto con su esposa Kitty Dobbs. Ella era sobrina de la conocida feminista y socialista inglesa Beatrice Webb. De los tres hijos de Malcolm, uno se convirtió también, mi abuelo John Sr., cuya esposa, Anne Roche Muggeridge, fue una conocida escritora católica canadiense, autora de dos libros sobre los desafíos en la Iglesia después del Concilio Vaticano II. Anne ayudó a mi abuelo y a mis bisabuelos a convertirse. John y Anne tuvieron 4 hijos varones, una hija y 28 nietos.
Zygmunt Bauman piensa que hoy hay una manera habitual de vivir caracterizada por no mantener ningún rumbo determinado: es una “sociedad líquida». Usted y su hermana encontraron la vocación al celibato. ¿Cómo hacer para que más jóvenes hoy se animen a comprometerse vocacionalmente, también en el matrimonio cristiano?
– Si yo tuviera la respuesta, sería una respuesta muy valiosa… Tenemos que dar una oportunidad a los jóvenes a encontrar a Cristo en persona. Ellos tienen dificultad en tomar decisiones. Pero desean la autenticidad. En el fondo, quieren entregarse de una manera real, noble e inspiradora. Hay que favorecer ese encuentro, para que muchos sientan la llamada a la vida religiosa, al sacerdocio, al matrimonio.
Animo a los jóvenes a probar esa oración peligrosa que yo hice en un momento dado, y que da terror, pero que vale la pena. Yo ahora aprecio más lo que hizo mi hermana. Como es mayor que yo, cuando se hizo del Opus Dei, yo lo entendía menos que ahora. Es una entrega total la suya. Ahora comprendo mejor su vocación de servicio. Lo empecé a notar en el Manoir de Beaujeu, una casa de retiros cerca de Montreal, donde trabajó un tiempo. La veré esta primavera cuando ella visite Canadá para mi ordenación y para el casamiento de mi hermano menor. Espero devolverle la visita en Roma durante el Jubileo, después de ordenarme.