Evangelización

«La vida de Carmen Hernández representa la historia de la Iglesia en el siglo XX»

Carmen Hernández está más cerca de los altares. La Universidad Francisco de Vitoria acoge, este 4 de diciembre, la solemne sesión de apertura de la fase diocesana de la causa de beatificación y canonización de la sierva de Dios. Entrevistamos, con este motivo, a Aquilino Cayuela, autor de la biografía Carmen Hernández (BAC, 2021)

Maria José Atienza·4 de diciembre de 2022·Tiempo de lectura: 4 minutos

El 19 de julio de 2016 fallecía en Madrid Carmen Hernández. Cofundadora del Camino Neocatecumenal, colaboradora insustituible de Kiko Argüello, esta mujer, natural de Ólvega (Soria) está cada vez más cerca de ser la primera santa ligada al Camino Neocatecumenal.

Aquella obra apostólica que comenzó en las barracas de la periferia madrileña es hoy una realidad, un camino, a través del que cientos de miles de personas se encuentran con Dios y viven su fe.

Aquilino Cayuela

Aquilino Cayuela es el autor de la biografía Carmen Hernández, publicada por la Biblioteca de Autores Cristianos en 2021.

Este catedrático de Filosofía Moral y Política de la Universitat Abat Oliba CEU destaca «la constancia e intensidad en su amor a Jesucristo, en todo tiempo, en las oscuridades y en las alegrías» en la vida de la co-iniciadora del Camino Neocatecumenal.

Escribir una biografía de una persona a la que muchos consideran santa, siempre es delicado, especialmente cuando quienes la conocieron de cerca serán sus lectores. ¿Qué ha supuesto para usted, escribir la biografía de Carmen?

­Para mí ha supuesto, de una parte, un honor y, de otra, una gran responsabilidad. Se trataba de la iniciadora, junto con Kiko Arguello, de una de las más importantes realidades eclesiales posteriores al Concilio. Efectivamente, era un trabajo delicado que he procurado desarrollar con el máximo rigor.

He buscado hacerlo con objetividad y equilibrio. Carmen, de alguna manera, era la gran desconocida, era tímida y reservada y tenía una muy rica vivencia de Jesucristo y la Iglesia, anterior a encontrase con Kiko, que casi nadie conocía bien. 

¿Cómo definiría a Carmen Hernández?

­–Era una mujer de gran personalidad e iniciativa. La ha caracterizado siempre un intenso amor a Cristo y a la Iglesia, desde su infancia. Una mujer, así mismo, inquieta e inconformista, de fuerte personalidad, con una fuerte vocación misionera y reformismo. Su propia vida y su búsqueda es ejemplar, en el sentido que representa lo fue la historia de la Iglesia en el siglo XX, su renovación y todo el entorno de Vaticano II.

La vida de Carmen Hernández no fue sencilla. ¿Qué puntos de su vida resultan las claves de la mujer catequista y misionera que hemos conocido?

Justamente los puntos de inflexión en su vida: cuando de muy joven vive dificultades para seguir su vocación misionera, y encuentra oposición en su padre. Más tarde, cuando las Misioneras de Cristo Jesús no la dejan continuar. Y, posteriormente, la intensidad de su encuentro con Jesús en su primer viaje a Tierra Santa.

Su providencial encuentro con Kiko y su decisión de seguir junto a él en una experiencia de catecumenado, que comienzan ellos mismos a llevar primero a España y, poco más tarde, a Italia y otros países.

El éxito del propio Camino como Iniciación Cristiana ella lo vive como una seria responsabilidad y pasa momentos de zozobra.

Carmen ha sido para muchos la mujer en la «sombra», sin embargo, no se entiende la realidad y el alcance del Camino Neocatecumenal sin ella. ¿Qué aporta Carmen al carisma iniciado por Kiko Argüello?

–Realmente, se dio una importante complementariedad entre ellos. Ella aporta la liturgia, la renovación del Vaticano II, la comprensión bíblica en el enlace con la traducción hebrea, la oración y el papel de la mujer en la Iglesia de hoy.

Ahora que la causa de beatificación y canonización de Carmen es una realidad. ¿En qué es Carmen un ejemplo para los fieles de hoy?

–Yo creo que hay distintos aspectos que cada uno puede contemplar en su biografía, pero resalta la constancia e intensidad en su amor a Jesucristo, en todo tiempo, en las oscuridades y en las alegrías.

carmen hernandez

En segundo lugar, su amor a la Iglesia y al Papa, su espíritu de renovación y su sincera vocación misionera, que la convierte en una mujer muy audaz. Resalta también su franqueza. Es perseverante en la oración y posee un fuerte vínculo con la Escritura. Es una persona muy auténtica en su vida y su obra, quería de todo corazón renovar la Iglesia de este tiempo para que hombres y mujeres se encontraran con el amor de Dios en Cristo Jesús.

Por último, su propuesta de feminidad es un modelo muy interesante.

Beatificación y canonización

La Universidad Francisco de Vitoria acoge, el 4 de diciembre, la solemne sesión de apertura de la fase diocesana de la causa de beatificación y canonización de la sierva de Dios Carmen Hernández.

La sesión, presidida por el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro contará con la presencia del equipo internacional del Camino Neocatecumenal, Kiko Argüello, Mario Pezzi y Ascensión Romero, y el postulador, Carlos Metola. Además, se producirá el juramento del tribunal delegado para esta causa, formado por el delegado episcopal de Causas de los Santos de Madrid, Alberto Fernández; el promotor de justicia Martín Rodajo, y las notarias adjuntas Ana Gabriela Martínez, R. C. y Mercedes Alvaredo.

Como explicaba el postulador de esta causa, Carlos Metola a Omnes, la fama de santidad de Carmen Hernández comenzó al momento de su fallecimiento: «En muchas partes del mundo hay un convencimiento de que Carmen ha vivido su vida en santidad: tanto en su vida, como justo antes de morir y tras su muerte». De todo ello se ha ido recogiendo documentación. También de las visitas a la tumba de Carmen, por la que ya han pasado más de 35000 personas, la mayoría del Camino Neocatecumenal, pero también, muchas otras personas que se han acercado tras tener conocimiento de Carmen y su vida».

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