Opiáceos como la morfina “no son suficientemente accesibles”, manifiesta a Omnes el doctor Emmanuel Luyirika. “Incluso en los países que más han avanzado en cuidados paliativos. El acceso a las medicinas sigue siendo uno de los grandes retos en África. Estamos trabajando para que los gobiernos se involucren en esta cuestión”.
“Creemos que si el cuidado paliativo es accesible y el paciente se ve atendido en sus necesidades, la cuestión de la eutanasia no surgirá. No hay un gran debate social sobre esta cuestión [la eutanasia] en África; tal vez sí un pequeño debate en Sudáfrica, pero no más allá”, añade.
El Dr. Emmanuel Luyirika ha participado en el simposio internacional ‘Cuidados paliativos globales: Retos y expectativas’, patrocinado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y organizado por la Fundación Ramón Areces y el Observatorio Global de Cuidados Paliativos Atlantes, del Instituto Cultura y Sociedad de la Universidad de Navarra, que ha sido designado nuevo centro colaborador de la OMS para la evaluación del desarrollo mundial de Cuidados Paliativos.
En el simposio han participado panelistas de la OMS, la Asociación Africana de Cuidados Paliativos y la Asociación Internacional de Cuidados Paliativos, además del M.D. Anderson Cancer Center (EE. UU.) y el Hospice Buen Samaritano (Argentina).
El encuentro fue presentado por Raimundo Pérez-Hernández y Torra, director de la Fundación Ramón Areces; Marie-Charlotte Bouësseau, Jefe de equipo en el Departamento de Servicios Sanitarios Integrados de la Organización Mundial de la Salud en la sede central (Ginebra); Joaquim Julià Torras, vicepresidente de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL); y Paloma Grau, vicerrectora de Investigación y Sostenibilidad de la Universidad de Navarra.
Más necesidad de paliativos
El tema preocupa cada vez más a los especialistas porque, tal como se señaló en el simposio, el número de personas con necesidad de recibir cuidados paliativos casi se duplicará en 2060: de 26 millones a 48 en todo el mundo, tal como ha ido informando Omnes. Por el tipo de enfermedades que se presentan, hasta la mitad de las personas en el mundo necesitará el alivio de cuidados paliativos en procesos graves y al final de la vida.
Hoy día, se calcula que de los más de 50 millones de personas que necesitan cuidados paliativos cada año, el 78 % viven en países de ingresos medios y bajos, mientras solo el 39 % de los países informan de una disponibilidad generalizada de cuidados paliativos.
El evento ha supuesto una oportunidad más para promover los cuidados paliativos, analizar los retos a los que se enfrentan en todo el mundo y reiterar el compromiso de la OMS en este campo, aprovechando la publicación del informe ‘Assessing the development of palliative care worldwide: a set of actionable indicators’, elaborado conjuntamente con Atlantes.
El Dr. Emmanuel Luyirika responde a Omnes sobre los cuidados paliativos en África.
¿Cómo se están desarrollando los cuidados paliativos en África? ¿Cuáles son los países más punteros en este desarrollo?
― Los países más avanzados en el desarrollo de los cuidados paliativos en África se localizan mayoritariamente en el este y el sur de África, incluyendo Sudáfrica, Uganda, Malawi, Kenya y Zimbabwe. Los países que quedan en la cola de este desarrollo son los países centroafricanos, especialmente los francófonos. Allí hay que hacer un mayor esfuerzo para que se sumen a este desarrollo de los cuidados paliativos. De todos modos, incluso en aquellos que están más avanzados, hay que hacer mucho trabajo.
¿Qué retos tienen los países que están en la cola de este desarrollo?
― El principal desafío es el acceso a las medicinas esenciales para el cuidado paliativo. Este desafío tiene dos aspectos. Por un lado, hay que enfrentarse a las regulaciones y restricciones para acceder a estas medicinas, y, por otro, también hay que enfrentarse a la falta de recursos para poder adquirirlas. El otro gran desafío es la falta de personal formado para administrar los cuidados paliativos. Del mismo modo, también faltan las herramientas para recopilar datos sobre los pacientes de paliativos. Por supuesto, la falta de financiación para los cuidados paliativos es una de las grandes dificultades, así como la falta de directivas o políticas que tengan en cuenta este aspecto.
¿En estos países es el gobierno el que financia los cuidados paliativos o son los individuos y las familias?
― En la mayoría de los países hay una parte financiada por el gobierno. En Uganda, por ejemplo, el gobierno financia toda la morfina que los pacientes paliativos necesitan, para que los individuos no tengan que pagar de su propio dinero esta medicina. Se puede acceder a la morfina en caso de necesidad tanto si estás en una institución médica pública o privada sin coste, pero esto no es posible en otros países.
En Botswana el gobierno financia los cuidados paliativos tanto en los centros públicos como privados. El gobierno sudafricano aporta recursos para que centros benéficos implementen los cuidados paliativos. En este sentido, estos países son los más punteros, junto con Ruanda, que tiene seguridad sanitaria nacional que da acceso a los cuidados paliativos. También habría que destacar la labor de Malawi, que está haciendo grandes esfuerzos y ha quedado bien posicionada en los últimos ranking globales.
¿Son accesibles los opiáceos como la morfina en África?
― No son suficientemente accesibles. Incluso en los países que más han avanzado en cuidados paliativos. El acceso a las medicinas sigue siendo uno de los grandes retos en África. Estamos trabajando para que el gobierno se involucre en esta cuestión. Es un problema que no responde a un solo factor. Son muchos factores. Hay que trabajar la concienciación en los políticos y en las personas que diseñan las regulaciones, la concienciación en los centros de salud, en los pacientes… pero también hay que conseguir el dinero para crear sistemas de administración de estas medicinas.
¿Qué tipo de problemas tiene el paciente que requiere cuidados paliativos en África?
― El paciente que requiere cuidados paliativos en África es un paciente que tiene cáncer, pero también puede ser un paciente de VIH, o con enfermedades tropicales… o puede tener insuficiencia en los riñones o el corazón debido a una infección o a algún otro tipo de enfermedad. También puede haber pacientes con enfermedades genéticas. El perfil es muy variado.
¿Después del Covid-19 cómo ve el futuro de los cuidados paliativos en África?
― El futuro de los cuidados paliativos después del Covid-19 debe apoyarse en la tecnología, en la posibilidad de acceder a los servicios mediante la tecnología. El teléfono móvil ha tenido un uso muy extenso en África y ahora se está convirtiendo en una plataforma donde los pacientes pueden entrar en contacto con los trabajadores de la salud. También es importante formar al personal en cuidados paliativos; también dar instrucción al personal de unidades de cuidados intensivos para que sepan cuándo derivar a un paciente a cuidados paliativos. El futuro de los cuidados paliativos también pasa por integrar a los cuidados paliativos en el sistema sanitario, en lugar de dejarlo en centros aislados.
¿Hay algún país africano que haya aprobado la eutanasia?
― No, en África la eutanasia se ha rechazado rotundamente. Tanto en África globalmente como en cada país en concreto. El foco está en hacer el cuidado paliativo accesible para la población: creemos que si el cuidado paliativo es accesible y el paciente se ve atendido en sus necesidades la cuestión de la eutanasia no surgirá. No hay un gran debate social sobre esta cuestión en África; tal vez sí un pequeño debate en Sudáfrica, pero no más allá.
Aquí concluye la entrevista con el Dr. Luyirika. Otro de los panelistas en el simposio internacional, Matías Najún, jefe del Servicio de Cuidados Integrales (Paliativos) del Hospital Universitario Austral y cofundador y actual presidente de Hospice Buen Samaritano (Argentina), resaltó que “las investigaciones demuestran que la pobreza reduce el acceso a cuidados paliativos, que a su vez constituye un bien muy escaso a nivel mundial”.
A su juicio, “en nuestros sistemas de salud, concebidos para lo agudo o centrados en las especialidades, los pacientes paliativos son evitados, pero si además son pobres pasan a ser casi invisibles”, lamentó. En estos casos, en los que “la complejidad de la vida es mucho mayor que la enfermedad”, apostó por “ser creativos para hacerlos visibles, brindando unos cuidados accesibles y a la medida de estos pacientes”, pues “más allá de la realidad social, cuando alguien sufre, la gran pobreza no es solo un asunto económico; también preocupa la falta del cuidado que dignifica en ese momento”, subrayó.