Ecología integral

Cuestiones médicas y morales sobre el aborto químico

De manera contraria a lo que se suele decir o pensar, existe un abundante historial de complicaciones en la salud de las mujeres por los compuestos que se utilizan en los abortos químicos.

Bryan Lawrence Gonsalves·13 de julio de 2024·Tiempo de lectura: 11 minutos
píldora abortiva

Una de las píldoras utilizadas para realizar abortos químicos (OSV News photo / courtesy Danco Laboratories)

Un repaso a los medios de comunicación pone de manifiesto los múltiples artículos sobre el llamado “aborto con medicamentos”. En ellos se hace hincapié en la supuesta seguridad y protección del método de aborto basado en la mifepristona y el misoprostol. Esta conclusión, sin embargo, es errónea.

Antes de profundizar en las diversas preocupaciones sanitarias y morales asociadas al aborto con medicamentos, debemos entender primero lo que implica este tipo de aborto. El término “medicamento” debe entenderse como “cualquier sustancia utilizada para tratar una enfermedad o dolencia”, según el “Cambridge Dictionary”.

El embarazo no es ni una enfermedad ni una dolencia, y el medicamento mifepristona no se desarrolló para tratar o curar ninguna dolencia o enfermedad. Es una píldora abortiva autoinducida que se utiliza para poner fin a la vida de un niño en el vientre de su madre. Por consiguiente, el término “aborto médico” es engañozo, y el término “aborto químico” es más apropiado.

El aborto químico

El aborto químico es un proceso de dos fármacos. Comienza con la mifepristona (nombre de marca Mifeprex, conocida legalmente como RU486), que bloquea la hormona progesterona, que es esencial par mantener el embarazo de la mujer preparando el cuerpo para la concepción y regulando su ciclo menstrual, como señala el ginecólogo estadounidense Steven R. Goldstein. El bloqueo de esta hormona deteriora y rompe el revestimiento uterino e impide la transferencia de nutrición adecuada al feto en desarrollo, lo que provoca la muerte.

El misoprostol (comercializado como Cytotec) se toma entre 24 y 48 horas después de consumir la mifepristona para provocar contracciones uterinas en el cuerpo, con el objetivo principal de vaciar el ciclo uterino. Todo ello se produce en el primer trimestre del embarazo.

El corazón del niño es detectable en esta etapa, y su cerebro y sus pulmones también se están desarrollando, explica M.Israel en un trabajo publicado por “The Heritage Foundation” en marzo de 2021.

¿Cuándo comienza la vida?

El consumo de mifepristona y el proceso de aborto químico, en general, no son ni seguros ni algo que se pueda apoyar con buena conciencia. En primer lugar, debemos reconocer que la vida comienza realmente en la concepción.

Respecto a esto, el Colegio Americano de Pediatras, asociación médica nacional de médicos y profesionales de la salud con licencia, realizó una declaración en marzo de 2017, que se centró en la evidencia científica de cuándo comienza una vida humana individual: “El predominio de la investigación biológica humana confirma que la vida humana comienza en la concepción-fecundación. En el momento de la fecundación, el ser humano surge como un organismo humano vivo cigótico completo, genéticamente distinto, miembro de la especie Homo sapiens, que solo necesita el entorno adecuado para crecer y desarrollarse. La diferencia entre el individuo en su etapa adulta y en su etapa cigótica es de forma, no de naturaleza”.

Por otra parte, la doctora Maureen Condic, neurocientífica y miembro del Consejo Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, al escribir sobre la opinión científica del comienzo de la vida humana, manifestó: “La conclusión de que la vida humana comienza con la fusión del esperma con el óvulo es indiscutible, objetiva, basada en el método científico universalmente aceptado de distinguir los diferentes tipos de células entre sí y en una amplia evidencia científica. Además, es totalmente independiente de cualquier visión ética, moral, política o religiosa específica de la vida humana o de los embriones humanos”.

En una encuesta realizada en 2017, se preguntó a 4.107 estadounidenses cuándo creían que comenzaba la vida de un ser humano. Los encuestados representaban un espectro demográfico y político diverso: el 62 % tenía opiniones favorables al aborto, y el 66 % se identificaba como demócrata; el 57 % eran mujeres y el 43 %, hombres; el 63 % se había graduado en la universidad. Cuando se les preguntó quién estaba más cualificado para determinar cuándo comienza una vida humana, el 80 % eligió a los biólogos por encima de los filósofos, los líderes religiosos, los votantes y los jueces del Tribunal Supremo. Cuando se les pidió que explicaran su respuesta, el 91 % de los que eligieron a los biólogos dijeron que el motivo fue porque son expertos objetivos en el estudio de la vida.

El mismo estudio encuestó a 5.557 biólogos de 1.058 instituciones académicas. El 63 % de los participantes no eran religiosos, el 63 % eran hombres, el 95 % tenían un doctorado, el 92 % eran demócratas y el 85 % estaban a favor del aborto. La muestra también incluía a biólogos nacidos en 86 naciones diferentes de todo el mundo. Cuando se les preguntó cuándo creían que comenzaba la vida humana, el 95,7 % de los biólogos se mostraron de acuerdo con la opinión biológica subyacente de que comienza con la fecundación.

Abusos de la píldora abortiva

La biología es el estudio de la vida. Su significado proviene de las palabras griegas “bios” (que significa vida) y “logos” (que significa estudio). Los biólogos estudian el origen, el crecimiento y la estructura de los organismos vivos. Cuando las personas que estudian sobre la vida nos informan de que la vida de un ser humano comienza en la fecundación, ¿no deberíamos hacer todo lo posible para proteger la vida del niño que crece dentro del vientre de su madre?

Todo aborto quita la vida a un ser humano, pero el aborto químico también puede dañar la vida de la madre, incluso hasta la muerte. Si el aborto químico se legaliza, las píldoras abortivas pueden acabar en manos de traficantes, parejas maltratadoras y otras personas que planean utilizarlas con fines nefastos.

La legalización del aborto químico puede aumentar el número de abortos forzados, y ya se han denunciado casos de mujeres embarazadas a las que se les han suministrado píldoras abortivas sin su conocimiento o consentimiento. En 2006, un hombre de Wisconsin dio a su novia una bebida a la que añadió mifepristona. A la mañana siguiente se puso enferma y abortó el feto de 14 semanas.

Citemos otros casos. En 2013, un hombre engañó a su novia embarazada dándole una píldora abortiva supuestamente para tratar su infección, lo que provocó la pérdida de su hijo, contó L. Mungin en la CNN, en septiembre de 2013. En 2014, CBS News se hacía eco del caso de un hombre de Kansas que fue detenido por comprar píldoras de Mifepristona por internet y colocarlas en la comida de su novia, provocando la muerte del feto.

En 2015, Herald Sun recogió la noticia sobre un hombre noruego que introdujo pastillas abortivas en el batido de su exnovia y le provocó un aborto. Perdió el bebé en su 12ª semana de embarazo y, dos años más tarde, en 2017, un médico de Virginia fue acusado de deslizar 4 píldoras de mifepristona (800 mg en lugar de los 200 mg estándar) en el té de su novia, lo que provocó la muerte de su hijo no nacido. Se declaró culpable de homicidio fetal y recibió una condena de tres años de prisión, al tiempo que perdió su licencia médica.

Ese año, un hombre de Michigan intentó asesinar a su hijo por nacer, al introducir en secreto mifepristona en la botella de agua de su novia. Su novia sospechó y entregó el agua a la policía, que determinó que contenía el fármaco inductor del aborto. El hombre había obtenido la mifepristona de un traficante de Nueva York que luego fue acusado y condenado.

Mientras tanto, un estudio de ese mismo año 2018 titulado “Exploring the feasibility of obtaining mifepristone and misoprostol from the internet”,identificó 18 sitios web que vendían píldoras abortivas sin una receta médica o cualquier dato médico relevante, como el historial médico. El trabajo concluyó que obtener píldoras abortivas de sitios web farmacéuticos deshonestos es factible en los Estados Unidos. ¿Realmente queremos incluir la posibilidad de que alguien busque comprar píldoras abortivas en línea y las emplee con fines malignos, como abusar de sus parejas embarazadas y matar a sus hijos?

Lo que dicen los estudios científicos

Al evaluar el aborto químico desde un punto de vista médico, debemos examinar los efectos negativos en la salud de las madres que se someten al procedimiento.

Un estudio finlandés coordinado por Marko Niinimäki y publicado en el National Library of Medicine, sobre 42.619 abortos descubrió que el aborto químico tiene una tasa de complicaciones cuatro veces superior a la del aborto quirúrgico y que una quinta parte de todos los abortos químicos acaban en complicaciones. En general, el informe reveló que el aborto químico provocaba aproximadamente cuatro veces más acontecimientos adversos que el aborto quirúrgico.

En el 20 % de las mujeres que se sometieron a un aborto químico y en el 5,6 % de las que se sometieron a un aborto quirúrgico tuvo lugar al menos una complicación adversa. El 15,6% de las pacientes que se sometieron a un aborto químico declararon una hemorragia como consecuencias adversas, frente al 2,1% de las pacientes que se sometieron a un aborto quirúrgico.

Del mismo modo, una auditoría periodística titulada “Abortion Pill ‘Less Safe Than Surgery” (La píldora abortiva es menos segura que la cirugía) publicada en The Australian investigó aproximadamente 6.800 abortos quirúrgicos y químicos. Según la auditoría, el 3,3 % de las mujeres que utilizaron mifepristona en el primer trimestre de su embarazo acudieron a urgencias, frente al 2,2 % que utilizaron un método quirúrgico.

Además, se descubrió que el 5,7 % (1 de cada 18 pacientes) de las usuarias de mifepristona necesitaron volver a ingresar en el hospital, en comparación con el 0,4 % (1 de cada 250) de las pacientes de aborto quirúrgico. El uso de la mifepristona en los abortos del segundo trimestre hizo que el 33 % de las mujeres necesitaran algún tipo de intervención quirúrgica, mientras que el 4% sufrió una hemorragia importante.

Al mismo tiempo, un informe de corte observacional retrospectivo californiano, que utilizaba datos del Medicaid estadounidense (el programa de asistencia sanitaria financiado por el gobierno de Estados Unidos que proporciona cobertura gratuita o de bajo coste a millones de ciudadanos), encontró una tasa de complicaciones del 5,2 % para el aborto químico, frente a una tasa de complicaciones del 1,3 % para el aborto quirúrgico del primer trimestre. También mencionó que el riesgo de complicaciones presente en el consumo de una píldora abortiva era cuatro veces mayor que el de un aborto quirúrgico (U. D. Upadhyay, National Library of Medicine, 2015).

Sangrados y otras complicaciones

Además, en un estudio sueco de 2016, en el que se entrevistó a 119 mujeres que se habían sometido a un aborto químico, se detectó que casi la mitad de ellas (43 %) sangraron más de lo previsto, y una cuarta parte (26 %) lo hizo durante más de cuatro semanas (M. Hedqvis, en Sexual & Reproductive Healthcare, 2016).

En este sentido, la doctora Ingrid Skop, directora de Asuntos Médicos del Instituto Charlotte Lozier, y ginecóloga-obstetra en activo con más de 25 años de experiencia, escribió en relación con el régimen de aborto químico con mifepristona-misoprostol en el Journal of American Physicians and Surgeons. Ahí afirmaba que “la mujer media que se somete a un aborto químico sangrará durante 9-16 días y el 8 % lo hará durante más de un mes. La mayoría experimentará efectos secundarios del parto como calambres, sangrado abundante, náuseas, vómitos, fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, diarrea y mareos. Muchas experimentarán la devastación emocional de observar el cuerpo de su hijo abortado”.

Además, la doctora Skop explicó que la mifepristona contribuye a una respuesta inflamatoria alterada al bloquear los receptores de glucocorticoides, lo que aumenta el riesgo de infección por Clostridium sordellii y de sepsis, que a veces provoca la muerte. Esto se afirmó en un estudio farmacoterapéutico en el que se constató la propensión de la mifepristona a desarrollar una infección, que posiblemente conduzca a un shock séptico letal (R. P. Miech, Annals of Pharmacotherapy, 2005).

En conclusión, los resultados de las investigaciones finlandesa, australiana, estadounidense y sueca y otros estudios médicos, junto con las experiencias personales de Ingrid Skop, corroboran las observaciones de unos y otros: el aborto químico provoca efectos adversos en la salud de las mujeres.

Riesgos para las mujeres

Se podría argumentar que algunos prejuicios selectivos influyeron en las diversas investigaciones científicas/médicas realizadas sobre los efectos adversos y los factores de riesgo asociados a la mifepristona.

Sin embargo, es bastante revelador que tanto el fabricante de la mifepristona, Danco Laboratories, como la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) reconocieron los riesgos de la Mifepristona para la salud de las mujeres: “Casi todas las mujeres que reciben Mifeprex y misoprostol informarán de reacciones adversas, y se puede esperar que muchas informen de más de una reacción de este tipo».

Un informe del Congreso presentado al Comité de Reforma Gubernamental de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, titulado “The FDA and RU486: Lowering the Standard for Women’s Health» (2006), llama la atención sobre los riesgos físicos de las mujeres que toman el régimen RU-486. Entre ellos se incluyen reacciones como “dolor abdominal; calambres uterinos; náuseas; dolor de cabeza; vómitos; diarrea; mareos; fatiga; dolor de espalda; hemorragia uterina; fiebre; infecciones virales; vaginitis; rigores (escalofríos/temblores); dispepsia; insomnio; astenia; dolor de piernas; ansiedad; anemia; leucorrea; sinusitis; síncope; endrometritis, salpingitis, enfermedad inflamatoria pélvica; disminución de la hemoglobina superior a 2 g/dL; dolor pélvico; y desmayos”.

El mismo informe del Congreso pone en duda la seguridad de la mifepristona y recomienda su retirada de los mercados estadounidenses al afirmar que “la integridad de la FDA en la aprobación y supervisión de la RU-486 ha sido deficiente y requiere la retirada de este producto peligroso y mortal antes de que más mujeres sufran las consecuencias conocidas y previstas o las muertes”.

“La RU-486 es un fármaco peligroso para las mujeres, su inusual aprobación demuestra un nivel de atención inferior para las mujeres, y su retirada del mercado está justificada y es necesaria para proteger la salud pública”, añade el informe. La FDA advirtió asimismo a los profesionales sanitarios sobre la infección por sepsis y recomendó un alto índice de sospecha de infección grave y sepsis en quienes se someten a un aborto químico.

Los problemas causados no se denuncian

A partir de 2018, la FDA ha tenido conocimiento de 24 muertes, 4.195 eventos adversos, 1.042 hospitalizaciones, 599 casos de pérdida de sangre que requirieron transfusiones y 412 casos de infecciones asociadas a la mifepristona (A. F. a. D. Administration, Mifepristone U.S. Post-Marketing Adverse Events Summary through 12/31/2018).

Las verdaderas cifras de los diversos problemas y acontecimientos adversos causados por la mifepristona pueden ser mucho más elevadas debido a problemas con el Sistema de Notificación de Acontecimientos Adversos de la FDA (FAERS).

Un informe de The Heritage Foundation arroja luz sobre esta cuestión: “Como condición para convertirse en un prescriptor certificado, el acuerdo de prescripción originalmente requería que los prescriptores informaran de los eventos adversos graves y las complicaciones a Danco, que, a su vez, presenta informes periódicos a la FDA. Estos eventos adversos… se recopilan en el FAERS de la FDA. Pero cuando una mujer experimenta una complicación del aborto, es probable que lo comunique a un servicio de urgencias o a otro centro ambulatorio en lugar de al profesional que le recetó el régimen de píldoras abortivas…

No hay forma de saber con qué frecuencia los servicios de urgencias y otros centros no comunican las complicaciones a Danco o a la FDA, ya que es posible que no sepan que la mujer se está sometiendo a un aborto químico electivo en lugar de un aborto espontáneo” (M. Israel, en www.heritage.org, marzo 2021).

Opacidad

Además, las mujeres que buscan tratamiento médico para las reacciones adversas después de tomar la mifepristona pueden estar demasiado enfermas o negarse a revelar que han tomado el régimen de medicamentos RU-486 porque no quieren que eso figure en su historial médico.

Los profesionales médicos que no supervisan los procedimientos de aborto químico, pero que pueden tratar a pacientes infectadas o con hemorragias, no tienen la obligación de notificar los efectos adversos de la mifepristona, independientemente de que dicho trabajador sanitario sea consciente de que una paciente ha tomado el régimen farmacológico de la RU-486.

Los médicos encargados de los abortos químicos también pueden desconocer los acontecimientos adversos que se producen después de administrar la RU-486, lo que les exime de la obligación de informar, según el estudio del Congreso en 2006, citado anteriormente.

Este mismo informe del Comité de Reforma del Gobierno sobre la mifepristona explicaba también las contraindicaciones presentes en el sistema: “Aunque la RU-486 está aprobada para su uso hasta los 49 días de embarazo, en Estados Unidos se prescribe habitualmente hasta los 63 días de embarazo. Los médicos también suelen prescribir un régimen de dosificación diferente al aprobado por la FDA. Por lo tanto, se ha sugerido que, de hecho, hay una desincentivación por parte de los médicos que prescriben para informar de los eventos adversos que pueden atribuirse a la negligencia de un médico o la voluntad de prescribir un régimen que está fuera del régimen aprobado por la FDA para la RU- 486” .

En 2016, la FDA redujo los requisitos de notificación para que solo se tuvieran que notificar las muertes a la propia FDA.

Conclusión

Después de considerar abundantes fuentes científicas y gubernamentales, es obvio que los abortos químicos perjudican a todos. El aborto químico no es una medicina porque la medicina cura, mientras que el aborto mata. No es seguro debido a su historial de causar complicaciones de salud en las mujeres, incluyendo shock séptico, infecciones y hemorragias prolongadas o graves.

No es socialmente seguro porque las píldoras abortivas se han adquirido sin receta para fines maliciosos, como el asesinato de niños por nacer sin el conocimiento de sus madres. La laxa supervisión y las deficiencias del sistema de informes de la FDA implican que el verdadero daño causado por los abortos químicos es todavía incierto y que el número de mujeres significativamente perjudicadas por el régimen de píldoras abortivas puede ser sustancialmente mayor de lo esperado.

La realidad es que no podemos permitir que se legalice el aborto químico. ¿Por qué legalizar algo que ha demostrado ser peligroso, con casos en los que se ha obtenido de forma poco ética y se ha utilizado de forma engañosa contra las mujeres, mientras carecemos de un conocimiento completo de sus verdaderas causalidades?

Cada vida humana tiene una dignidad inherente y debe ser tratada como tal. Una sociedad libre es aquella en la que los seres humanos gozan de la misma dignidad, independientemente de su edad, sexo, estado de salud u otra vulnerabilidad.

Si no respetamos, valoramos y protegemos la vida desde la concepción, no apoyaremos, cuidaremos y defenderemos la vida de alguien mucho después de que haya nacido. Contribuyamos a una sociedad libre y moral poniendo de nuestra parte para que no se legalice el aborto químico.

El autorBryan Lawrence Gonsalves

Fundador de “Catholicism Coffee”

Leer más
Newsletter La Brújula Déjanos tu mail y recibe todas las semanas la actualidad curada con una mirada católica