FirmasDiego Errázuriz Krämer

Volver a confiar

Desde que llegamos al mundo, confiar es nuestro primer lenguaje. Sin embargo, a lo largo de la vida, aprendemos también a temer, a sospechar. Este artículo nos invita a desandar ese camino y redescubrir el valor de confiar como base imprescindible para reconstruir los vínculos y sanar nuestra vida en sociedad.

12 de abril de 2025·Tiempo de lectura: < 1 minuto

Nacemos confiando. Esta disposición de ponernos en las manos de los demás surge de forma natural. Los padres, con el tiempo, tienen la misión de enseñar a sus hijos que no se pueden fiar de todos, que hay riesgos ante los cuales es mejor estar prevenidos. Esa experiencia de la primera infancia, vivida desde la gestación, suele marcar de por vida.

Hoy se habla mucho de la crisis de confianza. Se desconfía del vecino, del político y de las instituciones. Quizás, los pensadores de la sospecha han hecho con nuestra sociedad lo que se cuenta de un padre, que, para darle una enseñanza a su hijo, le pidió que se subiera a una silla y se dejara caer de espaldas, que él le sostendría. La lección fue tan clara como dura; el padre no lo sostuvo y luego del porrazo le dijo: “para que aprendas que no se puede confiar en nadie”

Para volver a confiar tenemos que desvelar ese engaño, que no es verdad que nos convenga vivir desconfiando. Para no convertir esta situación en un círculo vicioso, tenemos que volver a valorar la interdependencia humana.

Reconstruir vínculos es volver a confiar. Hace falta educar la mirada para no ver segundas intenciones donde no las hay, descubrir en el otro a alguien con el que compartimos un mismo camino y bajar las barreras para mostrarnos necesitados de los demás.

La confianza es el oxígeno de la vida en sociedad. Hoy es imperioso trabajar para regenerarla. Junto con comprometernos por ser dignos de confianza, necesitamos bajar las barreras que nos hacen desconfiar. Quizás ya es hora de descubrir que si somos ese niño que recibió esa lección de desconfianza, es posible levantarnos, reconstruir los vínculos, no perpetuar esas situaciones y volver a confiar.

El autorDiego Errázuriz Krämer

Consultor en comunicación.

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