Un Papa pastoral

La Iglesia está en vilo, con el Papa ingresado en el hospital. Ateos, agnósticos y personas que profesan otras religiones no esconden una cierta conmoción por un Pontífice que ha roto esquemas y que ha reducido las distancias en un mundo postmoderno. Un Papa que ha llegado a todos, todos, todos.

20 de marzo de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

Desde el balcón de San Pedro, nada más ser elegido y después de la bendición apostólica, me conmovieron sus sencillas palabras: Buon Pranzo (lo traduciríamos en castellano como un «que aproveche»), al estar cerca la hora de comer.

Un Papa realista, concreto, sencillo, humilde y con carácter. Un Papa que está sufriendo mucho debido a su enfermedad y está ofreciendo todos sus dolores. Los medios de comunicación se apresuraron a hablar de cónclave, y ya sabemos que está estable y ha salido del hospital.

Una elección sorpresiva

Nunca pensó que sería Papa, y él reconoce, en su autobiografía, que su nombramiento le cogió por sorpresa y sin estar preparado para ello (si es que para ser Papa alguien pudiera estar preparado).

Había ido a Roma con una maleta ligera para el cónclave y se tuvo que quedar allí, porque el Espíritu Santo (que alienta a la Iglesia hasta el final de los tiempos) lo quiso así.

El Papa Francisco se ha caracterizado por ser, en las formas un Papa «distinto», que ha ido rompiendo moldes al querer presentarse, no como un poderoso de la tierra sino como un pastor de ovejas.

La Iglesia está en perenne transformación, y, algunos aspectos exteriores cambian con el tiempo. Jesús se manifestó pero la revelación se va descubriendo a lo largo de la Historia y los símbolos que representan lo sagrado cambian según la mentalidad de la época.

Hoy día, un Papa, ha de verse como mensajero del evangelio, no como un poderoso de la tierra.

En 1964, Pablo VI vendió la tiara y donó las ganacias a la beneficiencia, con ese gesto, el pueblo entendió que el Papa no debe paragonarse con los poderosos de la tierra. El papado no debe reafirmarse delante de los poderes temporales.

El Papa Francisco, a lo largo de su pontificado, ha puesto de manifiesto esta idea desde el minuto uno. Francisco ve la Iglesia como un hospital de campaña, enmedio de un campo de batalla, en el que, cuando uno está mal herido, hay que curarle las heridas y no ver el nivel de glucosa. Es por ello que, ha sorprendido, continuamente, con sus gestos directos y concretos como llamar por teléfono al párroco de una iglesia católica en Gaza.

Devoción a la Virgen

Es un Papa que tiene un grandísima devoción a su madre la Virgen. Una vez conoció a una familia que educaba a sus hijos con valores cristianos, pero que se olvidaban de María por considerarlo cosa superada, él sintió mucha pena por ellos.

Una manifestación de su amor a María es que la mañana de fumata bianca, el cardenal Jorge Mario Bergoglio había ido a rezar a Santa Maria la Maggiore, donde hay un icono bizantino: «Salus Populi Romani» que, según la tradición fue pintado por san Lucas.

La mayoría de los Papas están sepultados bajo la basílica de san Pedro; pero el Papa Francisco ha elegido seguir el ejemplo del Papa Leon XIII, quien en 1903 fue enterrado por su propia voluntad en la Basílica de san Giovanni in Laterano. También Pio IX, antes que él, había elegido una Basílica más allá del Tíber, san Lorenzo fuori le mura.

Francisco descansará donde ha ido a rezar cientos de veces por sus necesidades y donde fue a rezar la mañana en que fue elegido. Es, pues, una elección sentimental.

Vida en comunidad

La vida en comunidad es esencial para él, por ello no quiso vivir en las dependencias vaticanas sino en Santa Marta, junto con sus hermanos en la fe. Es un Papa «rocero», al que el gusta estar en contacto con otras personas.

El Espíritu Santo sopla como quiere y cuando quiere, y si anteriormente teníamos un Papa teólogo, que era feliz con sus gatos y tocando el órgano en su tiempo libre, este Papa era (mientras la salud le acompañó) de los que patea por las calles y sube en el metro para ver los rostros de las personas.

Un nuevo estilo

Esa sencillez que le caracteriza también la quiere en su funeral y ha dispuesto modificaciones en su rito funerario: ha simplificado las exequias. El 20 de abril del 2024 en el nuevo Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, que se ha puesto al día después de veinte años. Bromeando el Papa ha comentado que el rito funerario necesitaba de una modificación para simplificarlo y será él mismo el primero en probarlo. La novedades se concentran en cuatro aspectos: el lenguaje, la fases principales de la ceremonia, la modificación de textos y músicas de las oraciones, la celebración litúrgica sucesiva a la muerte del Papa.

Los títulos solemnes dejarán espacio a términos más sencillos como Pastor, es decir adquirirán un tono más espiritual. La constatación de la muerte tendrá lugar en su capilla personal, y el cuerpo será expuesto en un único ataúd de manera y zinc eliminando el uso de tres ataúdes distintos.
De todos las aportaciones de este Papa pastoral me quedo con sus predicaciones sobre la familia. Todos soñamos con una familia bonita, perfecta. Pero la perfección, dejaba bien claro Francisco, no existe.

La familia

La familia es para Francisco, algo sagrado, lugar de crecimiento. El Papa aconsejaba llamar a tus padres (si los tienes). Los homosexuales necesitan comprensión:»Son hijos de Dios y tienen derecho a estar en familia. No se puede echar de la familia a nadie, ni hacer la vida imposible». Para el Papa cada familia tiene sus problemas y sus grandes alegrías. En una familia cada uno es distinto al otro, cada persona es única y las diferencias pueden provocar conflictos y heridas dolorosas.

La medicina para sanar estas heridas es el perdón, que con la ayuda de Dios podemos agarrar fuerzas para hacerlo de corazón. Dios nos perdona también a nosotros, somos nosotros los que no dejamos que el perdón de de Dios nos inunde y sane. Dios no se cansa de perdonar. Ese perdón nos libera de rencor y trae la paz. Unas palabras pronunciadas por un Papa que te desarman, pero lo interesante en él es que lo que desarma es el corazón.

Un Papa para todos, todos

El Papa ironiza con su propia muerte. «Alguien reza para que el Pontifice se vaya al Paraíso, pero el dueño de la mies piensa dejarme todavía aquí», bromeó con Meloni cuando fue a visitarlo en nombre del pueblo italiano a la décima planta del Hospital Gemelli.

Corrían ráfagas de cónclave, aunque la vida del Papa está en las manos de Dios. Velas, misas, oraciones: los fieles parecían estar en vilo, con el Papa ingresado en el hospital.

Ateos, agnósticos y personas que profesan otras religiones no esconden una cierta conmoción por un Pontífice que ha roto esquemas y que ha reducido las distancias en un mundo postmoderno.

Un Papa que ha llegado a todos, todos, todos (reproduciendo el «todos todos todos» que decía el Papa a los jóvenes en Lisboa).

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