El Sínodo de los jóvenes tendrá lugar en octubre de 2018, de manera que puede decirse ahora que ha comenzado la cuenta atrás hacía su celebración. Como saben bien nuestros lectores, se centrará en el tema «Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional», que tiene un fortísimo interés, dada la importancia de las realidades aludidas por cada uno de los tres conceptos mencionados, así como el particular significado que adquieren la fe y la vocación cuando se consideran los jóvenes como su sujeto.
Es, por eso, un campo de fundamental importancia para la vida de la Iglesia, también en nuestro tiempo, El Papa Francisco lo ha mostrado, entre otras ocasiones, cuando en enero del año pasado, con motivo de la presentación del documento preparatorio para el sínodo, escribió a los jóvenes una carta en la que, entre otras cosas, les anima a «escuchar al Espíritu que les sugiere opciones audaces». En esa carta, como explicaba a Palabra el cardenal Lorenzo Baldisseri, «el Pontífice exhorta a los jóvenes a participar activamente, porque el Sínodo es para ellos y para toda la Iglesia, y se pone a la escucha de la voz, de la sensibilidad, de la fe y también de las dudas y las críticas de los jóvenes».