Religiones y paz

El Papa Francisco ofrece en su reciente encíclica Fratelli tutti, una visión positiva y esperanzadora sobre la contribución de las religiones a la fraternidad humana y a la paz.

2 de diciembre de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

Cada ataque en nombre de la religión hace surgir la cuestión sobre el papel de las creencias en la sociedad. Hay quien tiende a ver en la religión una fuente de conflictos y de violencia, y por eso apoya su eliminación de la vida pública. Por el contrario, el Papa Francisco ofrece en su reciente encíclica Fratelli tutti, una visión positiva y esperanzadora sobre la contribución de las religiones a la fraternidad humana y a la paz. Uno de los anhelos más profundos del corazón humano, que no se consigue de manera espontánea, y requiere la contribución de las personas y de las instituciones. La Encíclica aborda esta cuestión en torno a tres ejes: desvela las raíces de una violencia falsamente vinculada a la religión; recuerda que en la religión están los valores de la auténtica paz; finalmente, sostiene que la contribución de las comunidades religiosas a la paz requiere el respeto de la libertad religiosa. 

Francisco condena el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones. La violencia no encuentra fundamento en las convicciones religiosas, sino en sus deformaciones. Ya Benedicto XVI recordó que el fundamentalismo es una distorsión de la auténtica religión y surge cuando no se tiene en cuenta el papel purificador de la razón. La clave para distinguir lo genuinamente religioso de lo que no lo es, radica en el pleno respeto de la dignidad humana. En segundo lugar, existe una indudable conexión entre los postulados de las principales tradiciones religiosas y los valores vinculados a la paz. La mayor parte de los escritos sagrados y sus tradiciones contienen mensajes de concordia. Por otra parte, la ética religiosa es capaz de promover actitudes como la humildad, la paciencia o la compasión, que son fundamentales en la promoción de la paz. Entre ellas, ocupa un lugar preeminente la capacidad de perdonar y de reconciliarse, tema fuertemente acentuado en el cristianismo, una vida auténticamente religiosa debe producir frutos de paz y fraternidad, pues la religión fortalece la unión con la divinidad, y también una relación más solidaria entre los hombres. 

Por último, el Papa afirma que reconocer a Dios es siempre un bien para nuestra sociedad; y, por el contrario, la privación de libertad religiosa acaba conduciendo a pisotear la dignidad del hombre. Es también fundamental el papel de los líderes religiosos, llamados a trabajar en la construcción de la paz, no como intermediarios, sino como auténticos mediadores, que no se guardan nada para sí mismos, sabiendo que la única ganancia es la de la paz. Fratelli tutti supone una contribución decisiva para reafirmar el papel de las religiones. Éstas están llamadas a construir una paz duradera.

El autorMontserrat Gas Aixendri

Catedrática en la Facultad de Derecho de la Universidad Internacional de Cataluña y directora del Instituto de Estudios Superiores de la Familia. Dirige la Cátedra sobre Solidaridad Intergeneracional en la Familia (Cátedra IsFamily Santander) y la Cátedra Childcare and Family Policies de la Fundación Joaquim Molins Figueras. Es además vicedecana en la Facultad de Derecho de UIC Barcelona.

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