Repetidamente se comprueba que no es fácil clasificar al Papa Francisco. Una reciente entrevista lo demuestra en relación con las migraciones, el terrorismo islámico o las objeciones de conciencia.
Hay quien tiene dificultad para “encuadrar” al Papa en categorías que –lamentablemente– desde la política se aplican a la Iglesia, como las de “progresista” y “conservador”. Hace unos días concedió una interesante entrevista al francés La Croix. Habló de varios temas, pero dos respuestas demuestran cómo a un católico que sea católico no se le puede “etiquetar” con categorías políticas.